En una época en la que la esperanza de vida era llegar hasta los 55 años, Shakyamuni Buda logró vivir hasta los 80. Muchísimos maestros espirituales del pasado también rebasaron las estadísticas de su tiempo. Hay varias razones para esta longevidad y salud, pero las principales siempre han sido que todos ellos eran amigos íntimos de la meditación, el ejercicio físico o largas jornadas de caminata, y el ayuno intermitente.
La práctica del budismo no solo implica asistir a festivales, poner incienso al Buda o leer mensajes lindos en redes sociales. Ser budista es estar en plena inteligencia de que uno de los sinónimos de budismo es autocontrol.
Hablando particularmente del Budismo Zen, cuidamos meticulosamente no caer en excesos que nos causen daño o que nos hagan causar daño a los demás. Las sustancias tóxicas y la comida, cuando las llevamos al extremo, son motivo de vasto sufrimiento.
Seguimos la enseñanza de Dhutanga, Renunciación; dejada por el Buda y registrada en el Cánon Pali. Es una serie de 13 prácticas ascéticas en las que se cultiva la disciplina y autocontrol. Deben ser observadas por todos los monjes, pero no son obligatorias para la comunidad en general. Son enteramente opcionales.
De las trece prácticas, cuatro involucran disciplina en los alimentos:
Comer solo una vez al día, antes de mediodía.
Comer en una sola sentada.
Comer cantidad moderada y suficiente.
Comer solo los alimentos recibidos en las primeras siete casas de la jornada de mendigar.
Aunque el Buda no tenía la ciencia de la que disponemos hoy, sabía que la práctica metódica del ayuno promovía buena salud y podía llevar a una espiritualidad más profunda y reveladora. Por esa razón todos sus monjes debían ser cuidadosos con las cuatro reglas y llevarlas al pie de la letra. Para la comunidad laica y estudiantes, el Buda solo recomendaba ayunar los días de luna llena.
Al comer solo una vez al día, el Buda y sus monjes practicaban lo que la ciencia llama hoy ayuno intermitente. Es decir, solo se come alimentos saludables en una ventana de pocas horas al día. Quizá Shakyamuni llevaba un ayuno diario de 22/2, es decir que comía durante solo 2 horas (más que suficiente para quedar satisfecho) y no comía nada en 22 horas.
La mirada Zen
Los monjes Zen practicamos Dhutanga no solo por autocontrol, sino porque sabemos que todo exceso es un atentado contra la vida. Si comes de más, estás consumiendo más vida de la que necesitas y estás robando vida. Si tienes más cosas de las que puedes cuidar, estás dañando la vida. El autocontrol nos permite cuidar del universo sin causarnos daño.
Por otro lado, la práctica de zazen se vuelve más profunda, equilibrada y silenciosa. La mente se mantiene más en calma cuando el ayuno es parte de nuestra vida.
Para el Budismo Zen el acto de comer es sagrado y lo hacemos en un ritual que se llama Oryoki, que significa recipiente que contiene justo lo suficiente. Recitamos una serie de versos que promueven la gratitud y nos hacen entender que todo en la vida está conectado. Entendemos que los alimentos son medicina para el cuerpo… y como todos los medicamentos, si abusamos de los alimentos, nos enfermaríamos y apresuraríamos la muerte; lo que terminaría dañando a las personas que dependen de nosotros.
El Gatha (verso) de los Alimentos nos dice:
Esta comida viene de los esfuerzos de todos los seres vivos del pasado y del presente, y es medicina para nutrir nuestra práctica. Ofrecemos estos alimentos de muchas virtudes y sabores al Buda, al Dharma y a la Sangha, y a toda la vida en cada reino de la existencia. Que todos los seres vivos del universo tengan suficiente alimento.
Entonces comemos en silencio, con respeto y agradeciendo cada migaja que cae en nuestro estómago. Al terminar limpiamos los platos, la cocina, el comedor y continuamos con las labores del día.
En los templos Zen y Chan donde he estudiado se come 1 o 2 veces al día como máximo. En todos los casos los alimentos son de origen natural, preparados por el Tenzo (cocinero en jefe). Nunca se come nada después de las 3:00 PM.
Ayunar es respetar al cuerpo, a la Madre Tierra, a la vida y mantiene al ego bajo control. Es una práctica cotidiana para mi y mis compañeros monjes en todo el mundo.
¿Cómo practico yo, Chocobuda, el ayuno? Hago ayuno diario de 20/4, es decir como durante una ventana de 4 horas y el resto del día no como nada. Una o dos veces al mes hago ayuno de 24 horas. Cuando estoy enfermo ayuno por 2 días.
Mis alimentos son cetogénicos o paleo, es decir que no como harinas de ningún tipo ni azúcares. La comida procesada está erradicada de mi vida desde hace varios años.
No, no me he muerto. No me he enfermado de nada, me siento muy bien y más lúcido que nunca. Tengo la mejor salud que jamás he tenido.
¿Debes hacer ayuno?
Esto depende de cada persona y solo la persona sabe sus límites y necesidades. Ten en cuenta que no es un proceso rápido ni fácil y puede llevarte varios meses estar en condiciones de comenzar. Pero si lo quieres intentar recomiendo:
Decide por qué razón quieres comenzar a ayunar y sé honesto en las respuestas. Si quieres ayunar por vanidad, no lo hagas. El ayuno es una herramienta espiritual y de salud.
Lee muchos libros sobre ayuno intermitente. Sí, dije muchos libros, como en más de 2. Entre más información científica tengas, más elementos tendrás para saber qué es lo que estás haciendo. No te quedes solo con lo que dicen los bros de gimnasio de YouTube. Un buen libro para comenzar es La dieta de los dos días, por el Doctor Michael Mosley y Mimi Spencer. Link.
Si puedes, consulta un nutriólogo profesional.
Antes de comenzar a ayunar debes eliminar la comida procesada de tu panorama. Come alimentos preparados por ti, en casa. Involúcrate con tus alimentos. La comida de fábrica no es apta para consumo humano y menos para la espiritualidad.
Si vas a ayunar, elimina de tu panorama alcohol, tabaco y drogas. Si los consumes mientras ayunas, causarán más daño del que habitualmente causan.
Si tu ayuno es por razones de práctica budista, que tu zazen sea disciplinado, constante e inquebrantable.
Nunca olvides que el budismo es el camino de en medio. Nunca caigas en extremos que te dañen o causen sufrimiento a los demás.
Si requieres más información basada en ciencia, con ligas a los estudios, lee el excelente artículo y guía de Steve Kamb en Mercola, AQUÍ.
Ayunar no es para todos. Requiere disciplina, dedicación y una espiritualidad funcionando. Pero si lo logras, estarás abriendo tu vida a un nivel más grande de salud y tranquilidad.
Hace varios años escribí estas dos entrada sobre Karma. En la primera (AQUÍ) hablé de forma muy breve de la historia del concepto y porqué no lo entendemos en occidente. En la segunda (AQUÍ), hablé de la relación estrecha con otra idea llamada Vipaka y la historia del sistema de castas en la India antigua.
Gracias al siguiente tuit decidí revisitar el tema para responder y para explicar (de manera sencilla) el punto de vista que tiene el Budismo Zen al respecto.
Maestro he leído su artículo que trata sobre el karma y vipaka, y me ha surgido una duda. ¿El karma que producimos puede estar determinado por las circunstancias y por el karma de otras personas, y a su vez todo ello influye en el resultado? Gracias de antemano.@chocobuda
Karma solo significa acción. Escribir, pensar, hablar, comer, tomar decisiones, rascarse, dormir, comprar, ahorrar, respetar, insultar; todo lo que haces es karma y siempre es voluntario.
Respirar, el corazón latiendo, funciones corporales… aunque son condiciones de los seres vivos, no son karma porque no son el resultado de una decisión consciente.
Por otro lado, para el Soto Zen, karma no es ninguna especie de fuerza mística que acumule puntos (méritos) en un tablero de resultados. Esto es porque el renacimiento funciona de manera distinta en el Zen, pero ese es un tema complejo que no discutiré hoy.
Todo lo que haces y lo que no haces (porque la inacción también es consciente); es karma… lo que genera consecuencias y efectos en el universo. Estas consecuencias se llaman Vipaka, que puede que te gusten o no.
Entendiendo que karma-vipaka es la Ley de Causa y Efecto que rige al cosmos, el practicante de Zen opta siempre por la acción que afecte menos la vida de manera negativa. Mejor caminamos por el sendero en el que cada pensamiento, palabra y acto, ayuden a los seres vivos a salir del sufrimiento. Ese es el camino del bodhisattva.
Nuestra práctica Zen nos lleva a vivir de manera sencilla y a usar los menos recursos posibles. También sabemos que la única manera de no afectar el flujo del universo, es zazen. Por ello es el pilar de nuestra filosofía.
Entonces, respondiendo la pregunta:
¿El karma que producimos puede estar determinado por las circunstancias y por el karma de otras personas, y a su vez todo ello influye en el resultado?
Aunque parezca que las circunstancias te orillan a actuar de cierta manera, la realidad es que siempre hay opciones. Está en nuestras manos optar por lo que beneficie a más seres, aunque ello se interponga con nuestros intereses egocéntricos.
Las circunstancias no deberían afectar la directiva de ayudar a los demás; sin embargo para la mente ajena al Zen, es muy fácil poner la responsabilidad de las cosas en manos de otro.
Sin lugar a dudas el karma (acciones) de otros afectan al universo entero, de la misma forma que nuestras acciones lo hacen.
Entonces las acciones de otros, sumadas a las nuestras, por supuesto que influyen en el resultado. Recordemos que todo en el universo está relacionado entre si.
La palabra Virtud (Toku, en japonés) es especial para el Budismo Zen, ya sea Rinzai o Soto. Nuestra práctica nos recuerda constantemente que solo la disciplina, el auto-control y la constancia harán que la virtud fluya a través de nosotros para servir a los seres vivos que nos rodean.
Esto lo entendía Master Hakuin, monje muy respetado de la escuela Rinzai. En esta caligráfía del periodo Edo (mediados del Siglo XVIII), el maestro convierte el kanji Toku en una obra de arte.
El poema que vemos arriba del kanji se titula Virtud y fue escrito por el académico confuciano Sima Guang (1018-1086).
Virtud
Ahorras dinero para tus descendientes, y se lo gastan sin pensar. Coleccionas libros para tus hijos y nietos, y no los leen. Lo mejor que puedes hacer por ellos es incrementar tu propia virtud. En silencio, en secreto: imparte este ideal a tus descendientes y permanecerá a lo largo de muchas generaciones.
Para ti, ¿qué es virtud? ¿Qué pasaría si este poema lo rescatáramos y lo hiciéramos parte de nuestra vida?
En este Chocoscopio sobre cómo mantener la creatividad y la inspiración, discutimos sobre cómo entender que éstas no dependen del ego, sino de la constancia y la disciplina.
Ser creativo no significa ser desordenado o abusar del cuerpo. Crear requiere entrenamiento y dedicación. Todo ello se puede lograr cuando tenemos la mente en paz. Y para ello contamos con la mejor herramienta del mundo: la meditación.
… música que se escucha tan profundamente que ya no se escucha. Te conviertes en música.
T.S. Elliot
La experiencia de crear es espiritual. No en el sentido religioso, sino en el más puro sentido humano. Cuando nos sentamos a escribir una carta, a dibujar o pintar, cocinar, a tocar algún instrumento o a diseñar una página, suceden varias cosas interesantes en nosotros.
Para empezar el mundo a nuestro alrededor se pierde. Dejamos de estar distraídos por ruidos o por el medio ambiente. Dejamos de sentir el cuerpo. ¿Te has percatado que cuando te absorbe alguna actividad creativa, dejas de sentir las piernas?
Cuando creamos nos convertimos en lo que sea que creamos. Por un momento somos música y nos movemos entre notas. Por un instante somos texto que comunica y que expresa. O quizá nos transformamos en ingredientes de una historia que se narra en un platillo servido.
Crear es espiritual porque nos une con el presente, fundiéndonos con el flujo de la vida. Se suspenden los juicios y las opiniones y simplemente seguimos adelante hasta terminar. Es entrar a un proceso meditativo en el que la vida transcurre en armonía y en tono con los ritmos de la naturaleza. Los sentimientos surgen y se plasman para simplemente ser.
Llegar a esta zona no es nada fácil. A algunos nos cuesta mucho trabajo, pues la inspiración nos evade con frecuencia. La buscamos activamente en todos lados y siempre tarda más de lo que quisiéramos. Por desgracia, algunas personas se rinden y otras más se intoxican para poder sentirse en sintonía con los jugos creativos.
¿Y si te dijera que la creatividad está íntimamente ligada a la Práctica Zen en de lo que te imaginas? Y aclaro que al decir Zen me refiero a Budismo Zen, no a la palabra deslavada y mal comprendida que usan para vender jabones y spas.
Una persona creativa trabaja mejor cuando vive justo aquí y ahora, dejando de lado la angustia del futuro y la pesadumbre de un pasado que lo ancla. Sabe que la inspiración tarda en llegar, pero si mantiene la mente en calma, siempre será mucho más sencillo producir y llegar al Silencio.
Así como debemos practicar la escritura o la música para ser mejores; un gran ejercicio para el creativo es sentarse en silencio a meditar. Si esta práctica se lleva con disciplina, la inspiración se encontrará de forma más fácil y sencilla, sin tener que recurrir a estimulantes o dramas.
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Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi