por Kyonin | Jun 21, 2011 | Vida

Las palabras son tan innecesarias que no necesito mucho más para decir que el título de este post está tomado de Enjoy The Silence, de Depeche Mode. Así es, continuamos con esta mini serie de artículos dedicados a la vida en la oficina y hoy hablaremos de los chismes.
En términos de teoría de la comunicación, los chismes o rumores son una de las formas más antiguas que tenemos para compartir información y puntos de vista. Al ser transmitidos de una persona a otra, incluyen errores y variaciones a la versión original. También el chisme tiende a ser sobre una persona o de naturaleza trivial.
A pesar de que todas las sociedades nos beneficiamos con la transmisión informal de mensajes, con mucha frecuencia los rumores también pueden ser malintencionados y son una fuerza demasiado poderosa para detener.
Nos enganchamos en el chisme porque es adictivo saber cosas sobre la vida personal de otras personas o instituciones. Hace que la imaginación vuele de una manera negativa y lo usamos como un arma para destrozar.
En la oficina los chismes no son mejores que en la calle. De hecho, son una forma de ataque a un objetivo que no se puede defender en el momento.
Un arma para los cobardes
Cuando propagamos o escuchamos información negativa sobre alguien, estamos siendo parte de un sistema cobarde en el que se agrede a una persona a sus espaldas.
La regla de oro de la comunicación humana es: si tienes algo que decir, dilo de manera clara, honesta y de frente.
Recurrir a hablar a las espaldas de otros es aceptar que somos más débiles y que necesitamos artimañas para hacer valer nuestra existencia.
Una y otra vez he visto cómo en las oficinas la gente hace grupos pequeños para discutir la vida privada de sus compañeros. Y por desgracia he visto la devastación que dejan algunos rumores, al punto de enfermar físicamente a la víctima.
Verificar con la fuente
¿Qué hacer para no engancharse en chismes? No les des importancia. Si hay una persona que disfruta los chismes y está ansiosa por esparcir su «información», sólo di que estás ocupado y regresa a ella cuando se haya tranquilizado.
La única arma que tenemos contra los rumores es no engancharnos en ellos.
Si la persona o institución afectada tiene algo que decir, lo hará a su oportunidad.
Disfruta el silencio
Uno de los preceptos budistas que más trabajo cuesta comprender es el de el Habla Clara, que nos invita a que siempre hablemos con honestidad, de una manera cristalina y breve.
Si en tu oficina los rumores vuelan como balas en la guerra, la mejor herramienta es simplemente hablar poco y observar mucho.
Y tampoco des demasiada información personal, a menos que estés charlando con alguien que realmente te haya demostrado confianza.
¿Te gusta esparcir rumores? ¿Has sido víctima de ellos? ¡Grítalo en los comentarios!
por Kyonin | Jun 21, 2011 | Budismo, Zen
Siempre he dicho que necesitamos escuchar las lecciones de nuestro cuerpo. El Gran Maestro de Zen, Thich Nhat Hanh nos habla muy brevemente sobre lo que nuestras manos nos pueden enseñar.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=9ORzDVGhusY[/youtube]
Gracias a nuestro amigo Franklin Benitez, de Colombia, por compartir este video.
por Kyonin | Jun 16, 2011 | Budismo, Zen
El emperador Goyozei era estudiante de Zen bajo la tutela de Gudo.
Un día el emperador preguntó:
-En Zen esta mente es el Buda, ¿correcto?
-Si digo que sí, pensarás que entiendes sin entender. Si digo que no, estaré contradiciendo un hecho que muchos entienden muy bien. – Respondió Gudo.
Pasó el tiempo y otro día el emperador preguntó:
-¿A dónde se va la iluminación cuando un hombre muere?
-No lo sé.- Respondió Gudo.
-¿Pero porqué no sabes?- Quiso saber el soberano.
-No he muerto.- Apuntó Gudo y caminó hacia el jardín.
por Kyonin | Jun 14, 2011 | Budismo, Vida
hope-skywalker
No esperes nada, pero prepárate para todo
Adagio Samurai
Uno de los fundamentos de las culturas cristianas es la idea principal de la esperanza; de que al morir, no importa cuánto sufriste en esta vida, vas a tener una recompensa por toda la eternidad.
Esta noción de que recibiremos un premio por el sufrimiento está tan implantada en nuestras culturas, que es muy difícil de combatir y verlo con objetividad.
Tenemos esperanza de que nos ganemos la lotería, de que llegue nuestro gran amor a salvarnos, de que algún día tendremos un mejor empleo o de que la vida se torne a nuestro favor y que la gente actúe como más deseamos.
Abrazamos en nuestro corazón ideas y fantasías de un futuro mejor en el que nadie nos dañe, en el que tenemos seguridad y en el que nunca nadie enfermará ni morirá. Deseamos un gran país lleno de oportunidad y de gente honesta.
La esperanza muere al último, dicen.
Pero mientras ese futuro dorado llega, seguimos siendo egoístas, malintencionados, mentimos, manipulamos, no trabajamos y nos sentamos en nuestros grandes traseros esperando. Esperando esperanza.
Algunos creen que la esperanza es lo que los mantiene vivos y es lo que les da fuerza para seguir adelante.
Pero si te dijera que la esperanza es una de las fuentes más grandes de sufrimiento, ¿lo entenderías?
Cuando ponemos todas nuestras fuerzas en crear un futuro ideal en nuestra mente y nos abrazamos al concepto fantasioso que surgió de nuestra necesidad de pensar que la suerte cambiará, estamos alimentando esa misma fantasía.
Y como es una fantasía, al no cumplirse nos sentimos derrotados y con el corazón lleno de decepción.
Sólo haz un poco de memoria y recuerda cuántas veces te has sentido decepcionado por las personas, el trabajo, las relaciones y hasta de una fiesta. La desilusión llega cuando tus expectativas crecen. Y estas crecen gracias a ti mismo.
Por todo esto, en budismo decimos que:
La esperanza es la negación de la realidad.
El repudio a tus condiciones actuales, el no aceptarlas, provoca un irremediable sufrimiento que dispara las fantasías de un futuro mejor. Y el sufrimiento es aun peor cuando este ideal no llega o los resultados no salen como los habías visualizado.
Tener esperanza es como ir gastar todo tu dinero en un juego de azar. Quizá ganes, pero todas tus probabilidades están en contra.
Sin embargo la esperanza es adictiva porque pone vendas en nuestros ojos para negar lo que sucede aquí y ahora.
No tiene nada de malo vivir con objetivos. Estar y aceptar el presente, trabajar, estudiar, cuidar una relación hoy y experimentar cada día con toda la intensidad; todo ello nos hace mejores personas hoy y nos brinda mejor calidad de vida hoy.
Tener la mente clara, sin prejuicios, sin fantasías del futuro y con los pies en la tierra, nos permite apreciar lo que tenemos. Cada bocado de comida es un triunfo. Cada abrazo es una celebración de la vida. Cada problema es un reto a nuestra capacidad. Y cada noche que pones tu cabeza en la almohada es una victoria.
Cada paso que das es una llegada al destino final, dice mi Maestro todo el tiempo.
Matar la esperanza, contra todo lo que las ideas religiosas nos indiquen, es una de las mejores inversiones. Esta es la visión ultra realista del budismo.
Sin esperanza, mucho trabajo y vivir intensamente cada minuto de tu día, sin abrazarte en el pasado y sin importarte el futuro. Eso es el fundamento de tu felicidad.
¿Esto es la peor idea que has leído en tu vida? ¡Deja un comentario para demostrarlo!
por Kyonin | Jun 8, 2011 | Productividad, Vida

Es curioso cómo mi gusto por la música me ha guiado a encontrar títulos para esta mini serie de artículos. Esta vez tenemos el título prestado de Master and Servant, la canción clásica de Depeche Mode, para hablar de la mente de esclavo.
Quizá es muy probable que este término lo hayas escuchado alguna vez como forma de burla a alguien que agacha la cabeza y dice que sí a todo, incluso si esto va en contra de su dignidad o de su integridad física.
Esto sucede mucho en las oficinas dentro de las culturas latinoamericanas. El empleado agacha la cabeza, dice que sí a todo y no cuestiona. Sólo acepta las órdenes y es abusado por los jefes una y otra vez.
Al terminar del día, el empleado sólo suspira, regresa a casa abatido para dormir y repetir la rutina.
Este sistema de trabajo es un modelo anticuado y que deshumaniza tanto al empleado como al jefe/dueño de empresa. Pero es un modo de vida que jamás ha sido cuestionado porque siempre ha sido así. Nuestros abuelos trabajaron de esta forma, nuestros padres también y nosotros heredamos este horrible sistema de producción.
Aquí diré algo que prácticamente nadie ha mencionado y quienes lo piensan le dan la vuelta porque no sólo es complejo de entender, sino que encontrar la medicina es aun más difícil. Al menos en México nos comportamos como esclavos porque:
Somos un país de conquistados, no de conquistadores.
Por favor detente unos segundos en la anterior frase. Léela varias veces y trata de comprender las implicaciones. Para empezar te dará una visión muy profunda del porqué funcionan tan mal las cosas en el país.
Por medio de la violación a nuestros derechos humanos básicos, con el uso de la fuerza y la destrucción de nuestros pueblos, se implantaron cultura, religión y sistemas de producción que beneficiaron a quienes tenían espadas y pólvora.
No me malinterpretes, por favor. No soy de esos fans Hijos del Quinto Sol que se sienten aztecas y quieren regresar la gloria del imperio de Moctezuma. De hecho, no me importa. La conquista pasó hace tanto tiempo que sus consecuencias son lo que forma nuestra realidad hoy. Es nuestra vida y así funcionan las cosas. México es el resultado de una fusión de culturas y ahora nuestra riqueza radica en la diversidad.
Sin analizar de más la historia, es suficiente decir que al llegar una civilización poderosa, dispuesta a todo para adueñarse del territorio y sus recursos, los nativos eran castigados con tortura y muerte al pensar, cuestionar y asociarse para filosofar.
El aceptar el abuso, agachar la cabeza y decir sí, patrón a todo, se convirtió en idiosincrasia y esta en identidad nacional.
Así que en estos tiempos de vida oficinal ya podrás entender porqué cuando el dueño de la pólvora pide que trabajes 12 horas de pié, tú dirás sí, patrón y seguirás adelante.
Lo que hay que entender es que los tiempos cambian. La mentalidad de esclavo tiene que quedar en el pasado si lo que quieres es crecer y ser feliz.
Romper esta mentalidad es muy difícil. Hay presión personal por mantener el status quo. La familia te pide que te abraces al trabajo a pesar del abuso. Tus amigos te aplauden cuando dejas la vida y la salud por un empleo. ¿Te suena familiar la palabra gastritis?
Pero lo que importa es que es posible romper la mentalidad de esclavo.
Ofrece tu conocimiento y experiencia, no la vida
Entre muchas cosas que funcionan mal en nuestra sociedad, es que somos educados desde niños para obedecer al amo. ¿Cuántas veces no recibiste zapes (tortazos) porque no decías ¿mande? cuando alguien te hablaba?
Quizá sea una regla de buenas costumbres y urbanidad, pero si me lo preguntas, mande es una palabra muy poderosa que a nivel subconsciente nos pone en la mente que estamos para servir a un amo.
Extrapolado a la vida oficinal, este mande lo aplicamos diario. Aceptamos todo sin cuestionar, para luego quejarnos todo el tiempo y ser miserables.
Y es que al estar trabajando para cualquier negocio o empresa lo que nos debe quedar clarísimo es que estamos ofreciendo conocimiento y experiencia a cambio de dinero y prestaciones.
La vida está afuera de la oficina, con la familia, tus amigos y tus pasiones.
Cuando comprendes esto, ¿en verdad vale la pena provocarte gastritis y colitis a cambio de gritos y explotación? La respuesta es no, por supuesto.
Ahora, mi intención no es provocar una revolución comunista ni el movimiento obrero moderno. De ninguna manera.
Lo que quiero es que pensemos que para ser felices necesitamos dejar muy lejos la mentalidad de esclavo. Tenemos que vivir sin bajar la cabeza y trabajar en equipo para el bienestar de todos.
Quizá los dueños de empresas y jefes jamás comprendan esto, pero el cambio está en cada uno de nosotros. Ver por tu bienestar está en tus manos y sólo tú sabes hasta dónde el trabajo se debe convertir en una carga.
¿Estoy en un error? ¡Grítalo en los comentarios!