por Kyonin | Jun 2, 2011 | Budismo, Vida

Había una vez un monje llamado Hakuin, querido y respetado por el pueblo debido a su trabajo por la comunidad.
En la villa vivía una joven mujer, hija de comerciantes. Ella se embarazó de su novio, quien trabajaba en el mercado de pescado.
Sus padres enfurecieron al saber la noticia y presionaron a la joven para que revelara el nombre de quien la había deshonrado. Para proteger la identidad de su novio, ella mintió y dijo que el culpable había sido Hakuin, el monje.
Pasaron los meses y cuando el bebé nació, los padres de la mujer lo llevaron ante el monje. Le dijeron que él era el responsable y dejaron al recién nacido ahí.
-¿En serio?- Respondió Hakuin y simplemente aceptó la responsabilidad del niño, sin reacciones y sin preguntas.
El monje no tenía experiencia con bebés, pero comenzó de inmediato a atender las necesidades del pequeño. Procuró un sustento, ropa y casa.
Las demás personas se enojaron mucho con Hakuin por la ofensa y, en venganza, destrozaron su reputación.
Claro que los comentarios adversos no lo afectaron y el monje se dedicó en cuerpo y alma a sacar adelante al bebé.
Luego de muchos años, la mujer no pudo con los remordimientos y confesó a sus padres el nombre del verdadero padre de su hijo. De inmediato ellos fueron a ver a Hakiun, se disculparon y se llevaron al bebé con ellos.
Mientras se alejaban con el bebé por el que había dado todo, Hakuin se rascó la cabeza.
-¿En serio?- Dijo, mientras se encaminaba a reanudar su trabajo comunitario.
—
Nota chocobudista: Cuando somos fuertes por dentro, somos una montaña que no se derrumbará aun con la explosión más fuerte.
En esta pequeña historia tradicional budista, Hakuin nunca puso resistencia a una prueba durísima que la vida le puso en frente. Simplemente fluyó con la situación e hizo lo posible para resolverla de la mejor manera.
Por supuesto nuestro choque cultural con esta historia es grande. En nuestro mundo occidental nos enseñan a luchar por evitar ser dañados y por alejar lo negativo. Pero ¿qué pasa si, por un momento, simplemente aceptamos la vida como es?
Cuando aceptamos los problemas, los abrazamos y nos volvemos uno con ellos, podemos verlos desde adentro y desde afuera al mismo tiempo. Esto nos da un panorama amplio de todas las opciones que tenemos a nuestro alcance, pero que no notamos al estar absortos en las consecuencias del problema mismo.
Hakuin simplemente fluyó con la vida, sin sufrir. Simplemente aceptó y resolvió.
Cuando le quitaron al bebé que él había criado como su propio hijo, el monje pudo haberse deprimido hasta la muerte. Sin embargo aceptó la realidad sin apegos. Seguramente sintió el dolor de la separación, pero jamás se derrotó y siguió adelante.
Antigua montaña
no hay erosión ni tiempo
calma
por Kyonin | May 23, 2011 | Activismo, General, Vida

El pasado fin de semana la humanidad se enfrentó una vez más al fin del mundo. No fue un monstruo gigante ni extraterrestres invadiendo. Fue la mismísima segunda llegada del comandante supremo, del jefe absoluto, del único tronador de chicharrones cósmicos, Cristo.
Y tengo que admitir que me divertí mucho leyendo todos los comentarios graciosos que surgieron a nivel mundial. Yo me precio de haber contribuido a esta noble misión con una batería de mensajes sarcásticos que se quedaron para siempre en mi repertorio.
Sin embargo, lejos de toda burla, me quedé pensando durante horas en la ignorancia en la que aun vivimos.
No importa que estemos en la época de Internet, que ya hayamos superado la imprenta, que tengamos una estación espacial circulando el planeta, que estemos develando los misterios del fondo del océano, que la evidencia de la evolución sea contundente, que estemos a punto de entender la física cuántica, que miles de hombres y mujeres de ciencia hayan colaborado con su conocimiento para la grandeza de nuestra especie; siempre hay un grupo de lunáticos atados a ideas arcaicas dispuestos a tomar en serio cuentos de hadas.
Harold Camping, un loco estudioso de la Biblia, decidió creer que sus estudios del Buen Libro lo habían llevado a saber la fecha del fin del mundo; haciendo que miles de sus seguidores se embarcaran en una cruzada para anunciar el Día del Juicio Final.
Hubo quien diera a Camping todos sus ahorros, quien pusiera dormir a sus mascotas, quien dejara el trabajo y hasta quien intentara asesinar a su familia. Total, nada sobreviviría al armagedón, ¿correcto?
Y esto es justo lo que me espanta. ¿Tan vacíos estamos? ¿Tan faltos de criterio propio vivimos? ¿Tenemos tan poca inteligencia? Pero lo peor es, ¿nadie cuestionó a Camping? ¿Ninguno de ellos usó un poco de lógica o investigó antes de creer?
En estos tiempos de conocimiento y ciencia, la ignorancia es más fuerte que nunca. Y eso me entristece porque la ignorancia cuesta vidas y significa un retroceso para la humanidad.
Amiga y amigo lector, no importa qué tan arraigadas sean tus creencias, qué tan impenetrable sea el dogma, no importa qué tanta fe tengas o cuánto confíes en tus líderes religiosos: siempre cuestiona.
Cuestiona todo. Pregunta porqué e investiga la evidencia.
En las religiones, creencias milagrosas y en la pseudo ciencia es muy común que alguien llegue con afirmaciones fantásticas como:
Dios creó al mundo, mi primo se curó de cáncer, vi un milagro, este té mágico te va a curar, cree en la magia de los cristales, mañana se acaba el mundo, vienen los reyes magos.
Entre más extraordinaria sea la afirmación, más contundente tiene que ser la evidencia científica que la soporte.
Ya sé que el argumento de muchos es que hay cosas que la ciencia no puede explicar y que los milagros sí existen. Eso es correcto, hay cosas que la ciencia no explica de momento, pero está en el camino a hacerlo. Es cuestión de tiempo.
Hay casos únicos en cuestión de medicina o de física, los llamados milagros, pero estadísticamente son insignificantes como para ser tomados en serio o siquiera como constantes. El problema es que la gente con ganas de creer se aferra a ellos sin pensar.
Camping abusó de su posición como líder espiritual para manipular a miles de personas a creer en su fin de los tiempos. Y no me espanta el predicador, sino sus fieles.
El no cuestionar ni investigar los hizo parte de la broma más grande de los últimos años. Fue como un flash mob dedicado a la ignorancia.
Antes de creer ciegamente, hay que documentarnos e investigar.
Sólo así podemos evitar el abuso y el retroceso hacia la ignorancia que tanto nos daña como especie.
por Kyonin | May 19, 2011 | Budismo, Vida

Un monje budista y su alumno caminaban por un apacible parque. La tarde era tibia y era el escenario perfecto para un agradable paseo por debajo de los árboles.
Al llegar a un estanque el maestro se detuvo y pidió sentarse a descansar.
Luego de un rato de mirar hacia el agua y el pez que vivía en ese estanque, el anciano preguntó:
-Dime, ¿cuántos estanques ves?
El aprendiz miró con extrañeza al monje, quien no separaba la vista del agua.
-Sólo hay un estanque, Maestro.
-Vuelve a mirar. Toma tu tiempo y dime cuántos estanques hay.
El muchacho regresó la vista hacia el pequeño lago y por varios minutos analizó la escena.
-Maestro, debo estar haciendo algo mal. Sólo veo un estanque.- Afirmó.
-Hay cuatro estanques.- Respondió el viejo, sin retirar la vista del pez.
Contrariado, el aprendiz miró una y otra vez buscando los que no alcanzaba a percibir. Al poco rato comenzó a pensar que quizá el monje ya estaba tan anciano que estaría alucinando.
-Pero Maestro, sólo hay un estanque. No puedo encontrar los otros tres.
-Son cuatro. El que yo veo, que es un lugar apacible y fresco para descansar. El que tú ves, que es un lugar aburrido y sin emoción. Y el que ve el pez, que significa la vida.
El monje se levantó y comenzó a caminar de nuevo.
Pensando y haciendo cuentas, el joven notó que el Maestro sólo había mencionado 3 estanques. Este hombre es tan viejo que seguro se olvidó de contar el último, dijo para sí mismo.
-Maestro, y ¿cuál es el cuarto estanque?.-Gritó.
-El cuarto es el estanque como realmente es.- Dijo el hombre y se alejó caminando.
—
Nota chocobudista: Ver la vida con los ojos del prejuicio y el apego a nuestras ideas más arraigadas, hace que el mundo se convierta en un lugar duro de comprender.
Estar abiertos a nuevas ideas, expresiones y simplemente ver las cosas como son, nos hacen personas mucho más completas y pacíficas. Esto es debido a que podemos entender a los demás y al universo mismo.
Acepta a la vida, las cosas y las personas como son y mil toneladas se quitarán de encima de ti.
¿Tienes alguna experiencia como la del joven monje, alguna situación que de golpe te haya abierto los ojos a la realidad? ¡Compártelo en los comentarios, que para eso están!
por Kyonin | May 17, 2011 | Vida

Existen un sin fin de tomos, libros, compendios, pergaminos y documentos que hablan sobre la Atención Consciente y los beneficios innegables para quien la practica.
Por supuesto hay muchos textos budistas al respecto, ya que es uno de los fundamentos de esta filosofía. Y casi todos ellos te dicen que para ser feliz hay que meditar para cultivarla.
En efecto, he encontrado que estar atento trae muchos beneficios porque la vida se disfruta más si nos concentramos en el momento presente, sin mirar hacia atrás y sin angustiarnos por el futuro.
Pero hay un beneficio más y que es magnífico para el estilo de vida urbano:
Estar atento te ahorra dinero.
Lector Juanito McTroll: Ahora sí te volviste loco, Chocobuda. ¿Cómo es que poner atención me va a hacer que gaste menos? ¡Eso no lo dice ningún libro de economía!
No, no me volví loco. Es simplemente una afirmación que viene de años de observar mi propia vida y la de quienes me rodean.
Trata de hacer memoria. La última vez que te cortaste con un cuchillo en la cocina, ¿en qué estabas pensando? ¿Estaba tu mente donde debía estar o flotando en el éter?
Aquella ocasión en la que tuviste ese accidente en auto, ¿estabas poniendo atención al camino o a la música?
Cuando dijiste esas palabras con las que heriste a esa persona importante, ¿hiciste una pausa para pensar antes de permitir que tu trasero se expresara por ti? ¿Te dejaste llevar por la furia/desilusión?
Claro que estos son sólo unos pocos ejemplos que le pueden suceder a cualquiera, pero ¿qué pasa cuando tienes un trabajo especializado y no pones atención?
El médico puede matar a alguien, el ingeniero puede hacer que una estructura colapse, el contador puede perder la pista de recursos de la empresa, el cocinero puede dar comida en mal estado.
En un recuento personal puedo decir que mi falta de atención en el pasado ha salido muy cara. Los diseñadores gráficos vivimos cuidando el detalle. Si no lo hacemos, nuestros productos se van a la imprenta con errores que son cuantificados en dinero. Y mi falta de atención ha causado pérdidas de miles de pesos.
Cuando practicas la Atención Consciente el mundo se convierte en un mejor lugar porque disfrutas lo que vives en el momento.
Al poner cuerpo y alma en el presente, de inmediato se erradican los errores por falta de atención. Esto se traduce una de las actividades minimalistas por excelencia: el ahorro de dinero.
Si estás atento ya no perderás cosas, reducirás fuertemente tus probabilidades de accidentes, sabrás dónde está cada centavo que tengas e incluso, gastarás menos en entretenimiento porque poco a poco necesitarás menos cosas (suena loco, pero es real).
En el siguiente artículo de esta serie veremos cómo practicar la Atención Consciente con 10 sencillas acciones.
Mientras tanto, ¿porqué no compartes tu experiencia cuando tu mente no está donde debería? Para eso están los comentarios acá abajo.
También te recomiendo que asistas al Taller para tu Atención Consciente que Sensitiva y Chocobuda impartiremos el 29 de mayo de 2011. ¡Todo México D.F. y área metropolitanta están invitados!

por Kyonin | May 4, 2011 | Vida

Siempre que puedo hacer un post con título referencia al mundo del rock, soy muy feliz. Esta vez tomo prestado el nombre del Apetite For Destruction, de Guns and Roses, para comentar lo que NO extraño de la vida oficinal; que es el apetito por la auto destrucción que todos parecen ostentar.
Pero primero un poco de contexto.
Hace unas semanas, caminando por la calle, vi a un hombre vestido de traje y que iba a paso apresurado; hablando por teléfono, con la boca llena y en la otra mano unas galletas y una Coca-Cola.
De pronto, así como en las películas, tuve una regresión a mis días en el mundo corporativo, en donde yo también participaba del deporte oficial: sacrificarse por la empresa.
Viéndome hacia el pasado y mirando a este hombre, me di cuenta de todo lo mal que podemos llegar a estar cuando nos entregamos sin cuestionar a la vida en cualquier oficina. Comentarios como No manches, no he tenido tiempo de comer, Me quedé ayer hasta la 1 am y Mi jefe quiere que venga el domingo a las 6 am para avanzar en el Reporte TPS*, son usados casi todo el tiempo y parecería que los oficinistas están en competencia por ver quién es el mayor mártir de todos.
Y de verdad lo entiendo. Entiendo que todos queremos conservar el empleo y ciertas concesiones se deben hacer a la empresa en aras de seguir recibiendo un sueldo, pero a veces llegamos demasiado lejos y no vemos una verdad muy grande:
A la empresa no le importas.
Por más feo que esto suene, es real. Las empresas son negocios para hacer dinero, esa es su naturaleza. Y pasarán encima de cualquier persona o institución para generar más dividendos.
Y si trabajas para el gobierno es todavía peor porque te enfrentas a despliegues de poder, berrinches, corrupción y horas y horas de juntas y trabajo inútil.
Seguro, existen empresas que realmente se preocupan por el empleado, pero son una minoría y no están en países de habla hispana.
No, no estoy diciendo que debamos hacer una revolución comunista o que renunciemos en masa. Es sólo la verdad en la que está fundada nuestra civilización.
Pero está en nuestras manos cuidarnos y procurarnos una buena calidad de vida, aun cuando vayas en contra del sistema oficinal.
Acaba con el apetito por la auto destrucción con estos consejos.
1. Nada urge
No importa cuánta presión pongan encima de ti, nada urge.
En casi 20 años de vida oficinal llegué a la conclusión de que el trabajo urgente tiene una de dos naturalezas: es un despliegue de poder de tu jefe, o es producto de una muy pobre planeación.
Sin duda hay trabajo que tiene un límite de tiempo, pero si te enganchas en la urgencia de terminar, estarás desconcentrado y tu margen de error será grande.
Cuando surja un trabajo de emergencia, mantén la calma y trabaja lo mejor que puedas. Si no llegas al deadline, no fue tu culpa, sino de quien administra la carga de trabajo.
2. Come y come bien
A nadie le importa que pases más de 40 horas sin comer y no te van a canonizar por ello. Nunca dejes de comer a la hora establecida.
La hora de la comida tiene dos motivos: hacer una pausa para sacarte de la oficina para que respires un poco, y alimentarte.
Si no te alimentas no rendirás en el trabajo. Es así de simple.
Y claro, también procura comer bien. Los tacos, quesadillas y comida callejera es rápida, pero a la larga sólo te perjudicas.
3. Apaga las distracciones
Sé que parezco disco rayado, pero el celular, Twitter, Facebook y Messenger son divertidos, pero quitan mucho el tiempo e impactan la calidad de tu trabajo.
Apágalos.
4. Sal a tu hora
Necesitamos romper con la tonta concepción de quien se va tarde es más productivo. Eres productivo si te concentras en tu labor y tienes todo a tiempo.
5. Vive
Pasar hasta 12 horas en la oficina podría ser el nuevo estilo de vida. Sin embargo es tan dañino como fumar.
Busca una actividad que puedas realizar al salir del trabajo que te desconecte por completo de la vida oficinal. Puedes leer, estudiar algún idioma, practicar música o un arte marcial, ir al gimnasio, hornear pasteles y galletas… lo que sea tu pasión.
Revisa en tu interior qué es lo que más te gusta en la vida y haz lo posible por cumplirlo.
No seas un clon corporativo más. Que el trabajo sea una herramienta para una vida plena, no un grillete que devore tu alma.
¿Amas tu empresa y dejar la vida ahí? ¡Demuéstrame que estoy mal en los comentarios!
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* 10,000 Chocopuntos al que me diga la referencia.
Foto: http://www.flickr.com/photos/leiferikson01/3258843143/