por Kyonin | Ene 13, 2011 | Productividad

Para dar continuidad al post de la semana pasada, No necesito Internet en el celular, Juan Olvera, de Rico y Feliz, colabora por primera vez en Choco Buda y nos comparte este post que trata de cómo el iPhone lo ha hecho más productivo.
Como mencioné antes, Internet en el móvil es una buena herramienta de trabajo y a Juan le cambió la vida.
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Al despertar
Lo primero en el día que hace mi iPhone es que me despierta con dos alarmas, una para avisarme que ya casi es hora y otra para levantarme definitivamente. Después de bañarme y cambiarme doy una revisada rápida a mis tareas en “Things” y si tengo correos nuevos, solo veo cuántos tengo, no los abro.
Empezando mi jornada laboral
Llegando a mi trabajo voy a mi oficina a recoger mi libreta y pluma, trato de estar lo menos posible en ella, por lo que ahora ya no prendo mi PC como solía hacerlo, antes me sentaba cómodamente para abrir Google Chrome a ver qué pasaba en Twitter y Google Reader.
En su lugar reviso nuevamente Things para ver si tengo tareas con actividad física en mi oficina o si mi inbox físico tiene cosas por procesar, si es así ataco cada cosa hasta terminar, si no, me voy rápidamente.
Lo que antes me tomaba fácil una hora y media en procrastinar, ahora solamente me toma de 5 a 20 minutos y en puro trabajo.
Durante el trabajo
Como la mayoría de mis tareas son citas, al caminar hacia mi auto reviso cual es la primera y me concentro en ella. Siempre trato de llegar 10 o 15 minutos antes a la cita para tener tiempo muerto a propósito.
Mientras me hacen esperar para recibirme, trato de aprovechar el tiempo en diversas cosas como leer mis feeds o articulos previamente guardados en “Instapaper”, twittear algo de “JAJA” (termino de ChocoBuda), tomar fotos en el entorno (hobbie) con “Instagram”, leer e-books, etc. cuando me hacen esperar después de la hora pactada tengo fácil media hora en total de cosas que me entretienen y me hacen menos tediosa la espera.
Al entrar a mi cita, si mi cliente me pide algún precio, como ya no camino con papeles, folders ni maletas, solo abro “Dropbox” con mis carpetas previamente organizadas, busco el PDF y doy rápido con el producto en la opción “buscar” del mismo app.
Al principio tardaba para dar los precios así, pero bien dicen la practica hace al maestro, si en vez de eso me pide la lista completa de precios, rápidamente se la mando por correo desde el mismo dispositivo en el mismo instante, sencillo y rápido, además que ahorramos en papel (en vez de traer listas impresas).
Correos
Una cosa que quiero resaltar es que en esos tiempos muertos gestiono correos, no soy muy participe de revisarlos varias veces al día, pero mi trabajo es entregar al cliente el producto lo más pronto posible y algunos vienen de otras ciudades, la logística de estos es diferentes y una hora de retraso puede significar un día en el retraso de la entrega, necesito contestar casi inmediatamente los correos de este tipo.
Cosa que no podría si lo tuviera que hacer hasta que llegara a mi oficina en mi ordenador.
Tareas personales
Si mi esposa necesita avisarme o pedirme algo me manda un msg por “WhatsAPP” desde su Blackberry y lo reviso cuando salgo de la cita con el cliente, el programa le avisa a ella si lo leo o no, entonces no necesito contestarle con un “ok” o algo por el estilo, simplemente lo leo y lo proceso si es necesario o lo dejo así, es como un inbox para las cosas en las que necesito ayudarle a mi esposa.
Blogging
Algunas veces he escrito mis posts con todo y la imagen insertada desde el iPhone, obviamente en un tiempo muerto o en varios.
Ligero durante la jornada la boral
Como ven las únicas cosas con las que cargo en mi trabajo son mi iPhone, libreta y pluma. Lo que no me permite hacer mi iPhone es garabatear ideas o comentarios de los clientes y es ahí donde entra mi libreta.
Por último
Otra cosa, mi estilo de vida requiere de un smartphone con la conexión a Internet y aunque también lo uso para cosas de ocio y proyectos personales, es mayormente laboral. Además puedo pasar hasta una semana sin tocar mi ordenador en la oficina, actividad positiva contraria a la de satainzar la compra de un smartphone y decir que no sirve para nada (comentario muy generalizado pero representa bien la idea que quiero dar).
El objetivo del post es demostrar que un Smartphone es una herramienta que te puede sacar de muchos apuros si lo sabes usar, de pasada quiero agradecer a ChocoBuda por esta oportunidad para demostrar que productos de “moda” pueden también ser útiles simplificando nuestras rutinas.
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Si quieres leer más sobre Juan y sus ideas de productividad, no olvides visitar su blog, Rico y Feliz. LINK
por Kyonin | Ene 11, 2011 | Budismo

Antes de empezar necesito aclarar estos puntos de forma urgente:
- Karma no es una fuerza divina que vaya guardando puntos de acciones buenas y acciones malas, para dar después un premio o castigo.
- No hay un dios justiciero que esté llevando el marcador de tus acciones.
- A pesar de los grandes esfuerzos de las escuelas budistas, la reencarnación es un acto de fe y todo apunta a que no existe, que es sólo una bonita idea de que algo nos espera después de la muerte. Por ende, no acarreamos «karma» de una vida a otra.
- Lo que conoces como karma, en realidad se llama vipaka.
Comienzo este post así porque desde hace mucho tiempo tengo la espina clavada de lo mal que está comprendido el karma en nuestra sociedad.
Se piensa que es una especie de colección de puntos buenos o malos y que al final uno recibirá una especie de recompensa o reprimenda.
También se cree que el karma es una especie de aliento divino con el que la justicia del universo siempre cobrará venganza y que hay muchísimas formas de adquirir buen o mal karma.
Y todo esto está muy lejos de la realidad.
Hace unos 3,500 años, aproximadamente, en la región de Nepal e India, había una tradición religiosa llamada shramana. Esta corriente de pensamiento, con base en la observación de la vida y meditando por sesiones extendidas, se percató que en la vida hay una fuerza de acción y otra de reacción.
Con la poca ciencia que existía en ese tiempo, se pudieron hacer afirmaciones como que a cada día le corresponde una noche, para el frío hay calor; y que para la salud hay enfermendad.
Para aquellos monjes mendicantes, el mundo estaba basado en un equilibrio muy fino que podía ser extrapolado hacia los seres humanos.
De esta manera, también establecieron que para una persona malvada siempre hay una persona bien intencionada, para cada lágrima hay una sonrisa y para cada rosa hay una espina (JAJAJA no lo pude evitar, esa canción de Poison me gustaba mucho).
Cuando una persona es maléfica, egoísta y poco honesta; lo más probable es que obtenga el mismo trato de la gente que lo rodea.
Si esto te suena conocido es porque ahora basamos nuestra ciencia en las Leyes del Movimiento de Newton; y la Tercera Ley nos dice que las fuerzas mutuas de acción y reacción entre dos cuerpos son iguales, opuestas y colineales. O sea: a cada acción le corresponde una reacción, directa y opuesta.
Este balance tenía dos partes muy claras: la acción y la reacción. Así que los monjes ascetas las llamaron karma y vipaka.
Y es justo el punto con todo este post.
En realidad, el karma es la acción y es tan mágica y mística como: lavarte los dientes, cambiar un neumático, encender la computadora, sentarte o abrir los ojos.
En contraste, vipaka es lo que resulta de la acción. Y, de igual forma, es tan mágico como: tener dientes limpios, poder continuar un viaje, trabajar en tu computadora, pararte de una silla o cerrar los ojos.
Los monjes shramana continuaron sus observaciones y con el tiempo, esta corriente se dividió en varias tradiciones; entre ellas el budismo y el janaísmo.
El karma/vipaka no es magia, es sentido común.
Con todo esto, lo que quiero decir es que el karma no es magia. Es tan sólo un juego de observaciones de las fuerzas opuestas del universo que aplican también a nuestro comportamiento.
Si te comportas con dignidad, decoro y ayudas; la gente te va a tratar igual.
Si te comportas como basura, te tratarán como basura.
Es así de simple. Si quieres ser tratado con respeto, tienes que dar respeto.
La idea de portarte bien toda la vida para recibir una recompensa al morir, es totalmente absurda.
Toda la basura mágica que le adjudicaron a karma/vipaka fue añadida siglos después por gente que necesitaba explicar estas ideas a la población que venía del hinduísmo y necesitaba seguir creyendo en seres fantásticos para entender las nuevas ideas budistas de simplicidad.
Y cuando el budismo llegó a América y los hippies lo tomaron como bandera, bueno la cosa se puso peor. Y de ahí heredamos el concepto actual de karma.
Al final de todo, creo que no necesitamos fuerzas divinas o venganza cósmica para vivir nuestra vida de manera tranquila.
Está en nuestras manos tener una experiencia como queremos que sea, aun con las limitantes de la economía o la seguridad.
Y no, el karma no se llama karma. Se llama vipaka. Y no, no es mágico.
por Kyonin | Ene 6, 2011 | Minimalismo, Vida

Me encanta la tecnología y mi sustento depende de ella. Parte de mi trabajo es estar al día con nuevos protocolos de red, estándares de diseño y mil factores que determinan la producción en la industria visual.
Gracias a Internet y los avances tecnológicos es que este blog y los talleres que imparto son posibles. Estoy muy agradecido con todo el ejército de personas que han hecho posible todo mi estilo de vida.
Sin embargo hay algunas tecnologías que considero no son necesarias y que, a menudo, son más un estorbo y una carga económica. El ejemplo claro de esto es la conexión a Internet en el teléfono móvil.
Y es que mi experiencia personal de 2 años con una Blackberry me dejó mucho aprendizaje y, siendo el minimalista que ya conoces, comprendí que no volveré a contratar un plan de datos en mucho, mucho tiempo.
Esta pequeña lista es un poco de estas reflexiones.
Es una necesidad implantada
Por algún lugar de la red vi un cartón de Steve Jobs diciendo «la iPad te ayuda a hacer mejor muchas tareas que antes no tenías qué hacer». Yo siento lo mismo con el Internet en el celular.
A menos que tu trabajo y sustento dependan de ella, a menos que seas un reportero para BBC o AP, a menos que en tu oficina esté bloqueado el correo electrónico; la conexión móvil es innecesaria. Todas las personas que conozco que la usan para escribir cosas de extrema importancia como «Estoy tomando café JAJAJAJA» en Twitter y subir fotos de su comida a Facebook.
Soy muy fan de las redes sociales y mi sustento también depende de ellas. Claro que también escribo tweets de JAJAJA, pero no desde el teléfono.
Por supuesto que las redes sociales no son el único servicio que ofrece la conexión móvil. Podrías decirme que también está la navegación por GPS.
Lo que yo creo es que el mejor GPS es detenerte en una esquina y preguntar cómo llegar a tu destino. Es gratis, te acerca a la gente del lugar y usas algo que está en peligro de extinción: la comunicación frente a frente.
Y luego también está la publicidad. Todos los anuncios gritan «¡Tu vida apesta! Sólo la puedes mejorar cuando contrates con nosotros.» Los comerciales son maravillosos, nos presentan una realidad tan increíble que de verdad se antoja el nuevo Windows Phone. Pero si miras estos anuncios con ojos críticos, estoy seguro que podrás notar que en realidad no necesitas nada de lo que ofrecen.
En suma, creo que en muy pocos casos la conexión por el celular está justificada. Si eres realista y honesto contigo mismo, creo que llegarás también a esta conclusión.
Mi teléfono actual: un Really Dumb Phone
Los primeros 3 meses con Internet en mi BB fueron emocionantes. Hacía cosas tan intelectuales como ver YouTube cuando viajaba en el metro, mandar mensajes de «Estoy aburrido» a Twitter y ver mi posición en Google Maps.
Poco a poco la novedad se desgastó y el último año la Blackberry sólo me sirvió para escuchar música, tomar alguna que otra foto y, claro, llamar por teléfono. Los últimos meses de mi plan con Iusacell fueron toda una carga económica y el final se veía tan dolorosamente lejano que hasta tenía pesadillas.
Así que el diciembre pasado terminó mi castigo auto impuesto de dos años y corrí a cancelar mi contrato.
Mi alma y mi cartera suspiraron con alivio.
Pasé sin teléfono móvil unas cuántas semanas. Este tiempo me sirvió para darme cuenta que, por el negocio y por seguridad, sí necesito uno. También disfruto escuchar mi música, leer mis libros electrónicos y tomar fotos de vez en cuando.
Y estas fueron las directrices para comprar el nuevo equipo.
Tan pronto tuve oportunidad, conseguí un Samsung Tocco, que tiene todo lo que me gusta y no tiene plan de nada, sin GPS, sin apps y hasta sirve para llamar por teléfono. Funciona con pre pago y está bonito.

La vida sin 3G
De verdad no dudo que haya alguien que sí saque provecho real de las conexiones móviles. En mi experiencia personal, el 3G sólo fue un estorbo, una distracción y no contribuyó en nada a mi productividad.
Quizá en el futuro, si mi trabajo y productividad dependen de herramientas de telefonía móvil; o si un cliente me pide alguna aplicación para iOS o Android, regrese a un plan de paga. De momento me quedaré con mi sencillo teléfono.
La parte Smart de mi nuevo teléfono la llevo en una Moleskine y no necesito más que eso para ser productivo.
Tú, querido lector, ¿realmente usas tu conexión móvil para algo que no sea entretenimiento?
por Kyonin | Ene 4, 2011 | Vida

Hace muchos años, cuando era yo un budista sin saber que existía el budismo, me preguntaron unos amigos cuáles eran mis propósitos de año nuevo.
Y me puse a pensar en que los propósitos que había hecho, guiado por la mercadotecnia de fin de año en la que te obligan a hacer propósitos, en que nunca me había planteado ninguno. De ahí en adelante siempre me dije que no haría más propósitos de año nuevo.
Sí, yo soy de esas personas que van caminando por la vida sin un propósito de año nuevo. El bajar de peso, dejar de fumar, ser honesto, hacer ejercicio, ahorrar 10 millones de pesos y toda la batería de buenos deseos, siempre han sido un poco vacíos para mi.
Al final de año siempre la gente anda diciendo en forma de broma que no cumplió con el 80% de sus objetivos, y claro que eso sólo confirma mi teoría: los propósitos de año nuevo son vacíos en la mayoría de los casos.
No tenemos la firmeza ni la continuidad de propósito que se requiere para llegar hacia nuestras bien intencionadas metas.
¿Porqué? Porque en algún lugar del camino nos distraemos con la vida real, con los problemas cotidianos y nos metemos de lleno a producir sin pensar.
Cuando volteamos la cara ya es noviembre y todas esas intenciones quedaron guardadas en el cajón donde viven Santa Claus, el Chupacabras y Tom y Jerry.
Creo que para realmente lograr un compromiso y alcanzar los objetivos hay que hacer un trabajo diaro de meditación y de concentración. En mi experiencia veo que todo mundo hace una gran lista de metas, muchas de lugar común, y sólo sirven para poder decir en Twitter:
Yo sí tengo metas #paraqueveanquesoycomotodalamanada
Si hay una lección fuerte que me dejó el 2010 es que aprendí, una vez más, que NADA es permanente ni predecible. La vida siempre cambia, se mueve.
Comencé 2010 con un trabajo burocrático que envenenaba mi ser y mi salud; y terminé siendo un Chocobuda muy feliz en una ciudad distinta y trabajando como freelancer. Y jamás me lo imaginé.
Muchas de las situaciones por las que pasé el año anterior fueron sorpresas, problemas emergentes y bomberazos (vocablo mexicano para decir «problema urgente que debes resolver de forma inmediata»). Algunos malos y la mayoría muy buenos.
Comento esto porque no importa cuánto planeemos, ni cuántas medidas de seguridad se tomen, ni cuántos buenos deseos tengamos, no cumpliremos ningún objetivo si no tomamos en cuenta que todo es impermanente.
Por todas estas razones creo que los propósitos de año nuevo son deseos vacíos si no se toma en cuenta todo lo anterior.
Para evitar frustraciones a fin de año, lo más conveniente es plantearse una sola meta.
Si vas a bajar de peso, hazlo como si no hubiera un mañana. Si vas a ahorrar dinero, hazlo hoy. Si lo que quieres es titularte, ve a tu universidad y realiza los trámites, haz la tesis. Si lo que quieres es dejar de mentir, hazlo en este preciso instante, no esperes a fin de año para hacer balance.
Si al final del día lograste cumplir con tu meta, entonces ya ganaste una batalla.
Con todo esto quiero decir que si sólo te planteas un propósito y pones toda tu alma en ello, trabajas diariamente para alcanzarlo, tus probabilidades de éxito aumentan.
¿Cuál es mi propósito para 2011? Ser mejor persona. Hoy. Aquí y ahora.
Y eso lo voy a lograr haciendo lo que siempre hago: escribiendo, leyendo, creando, trabajando, amando, escuchando y dando todo lo que soy por quien me necesite.
Feliz 2011.
por Kyonin | Dic 31, 2010 | Vida

Estamos en el punto del año en el que por todos lados se dice que debemos hacer un recuento de 2010 y por todos lados hay anuncios que explotan la nostalgia.
Lo que yo digo es que hoy, como cualquier otro día, hay que vivirlo como si fuera el último. Sin estancarse en el pasado y sin vivir planeando el futuro.
Olvídate de las fiestas de año nuevo. Sólo hay que celebrar una sola cosa: la vida.
Reir, trabajar, jugar, amar, soñar y crear son los rasgos distintivos de nuestra experiencia humana y es lo que hacen que la vida valga mucho la pena vivirla.
Hoy por la noche levanta la copa y piensa en todo lo que aprendiste, agradece a todos tus compañeros de viaje y piensa en todo lo que eres.
En 2011 alcanza las estrellas, pero mantén los pies en el piso.
¡Felicidades!