Hoy el budismo es más importante que nunca

Hoy el budismo es más importante que nunca

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Pensar que el budismo es una moda o una etapa pasajera, es un grave error.

No es una moda; es una filosofía que ha guiado naciones completas desde hace más de 2,500. Es llamado religión porque occidente necesitaba clasificar al budismo como algo cuantificable para compararlo con religiones, pero la verdad es que es mucho más profundo y humanista que una religión.

Al día de hoy la filosofía y camino marcados por el Buda son más trascendentes que nunca en la historia. Aun más para los países conquistados o dominados por las religiones que promueven el odio y la culpa.

Nuestra sociedad super conectada e hiper politizada parece tener el camino para que la humanidad crezca y sea próspera. Pero lo estamos haciendo mal. Basta con ver la cara amarga de la gente en la calle y cómo el odio, el caos y la desesperanza recorren nuestra civilización. En un esfuerzo por querer ser felices lo compramos todo, lo poseemos todo y queremos controlarlo todo. Nunca hemos estado tan vacíos y solos.

El budismo es relevante hoy más que nunca porque, como siempre digo, es el manual de usuario para la vida humana. Nos ofrece una serie de lineamientos y sugerencias que podemos poner a prueba mil veces, para quedarnos con lo que funcione.  El budismo no es mágico o místico. Es sentido común puro y simple. Es el practicante quien decide qué tan lejos lo llevará como práctica espiritual.

Una de las enseñanzas máximas es la Ley de Karma-Vipaka, que nos da cimientos incorruptibles para una vida con significado y justa. Entender que todos nuestros pensamientos, acciones y palabras tienen consecuencias, pone nuestra felicidad en nuestras manos, así como el bienestar de los seres vivos que nos rodean. Eso incluye a uno mismo, por supuesto.

Saber que todos los seres sienten, sufren y tienen el mismo derecho a existir que nosotros, abre la mente y el corazón a la compasión y al trabajo en beneficio de los demás.

La enseñanza de la Impermanencia nos lleva a valorar cada segundo que pasamos en este mundo y a agradecer lo que es, lo que está… porque todo en el universo termina y nosotros tenemos fecha de caducidad.

Y al final de todas las enseñanzas está la paz y a felicidad plena a la que llega la mente del meditador. Estas cualidades de la mente son esenciales para la felicidad.

El budismo es el checklist más importante de todos, es una gran lista de acciones virtuosas. Es tradición. Es disciplina y atención completa al presente. Es unión y trabajo en equipo.

Aunque no lo parezca, el mundo actual es muy frágil y pequeño. Pasarla sin aceptar a los demás, sin amor y sin compasión es mucho más caro para la humanidad que andar buscando pleitos y drama.

En el budismo perdonamos, somos gentiles y tratamos de disminuir nuestro impacto en la vida; buscamos siempre el beneficio de TODOS los seres. Estas son las características principales y también la razón por las que se le critica tanto.

Las enseñanzas del Buda promueven el amor gentil y brindan serenidad indestructible ante las condiciones de la vida. ¿No me crees? Si lees la historia del budismo verás que en 25 siglos, no ha habido una sola guerra peleada en nombre del Buda.

Es esta inclusión y sendero a la felicidad lo que hace que el dharma sea más relevante hoy que nunca.

 

Día Mundial Sin Auto… ¡Mejor una VIDA sin auto!

Día Mundial Sin Auto… ¡Mejor una VIDA sin auto!

Aclaración: Este texto lo escribí hace algunos años, pero sigue estado vigente. Actualmente no tengo auto y llevo así casi 10 años. No lo extraño, no lo necesito y mi vida mejoró radicalmente cuando me deshice del último. Comparto para aquellos que tienen la duda de cómo es la vida sin uno.

Me llama la atención que le hacen mucha publicidad al Día Mundial Sin Auto (21 o 22 de septiembre), como si fuera una actividad exclusiva, un sacrificio que hacemos por la Madre Tierra.

El no usar tu auto por un día pretende hacerte sentir bien porque eres uno de los que sí hacen algo por el calentamiento global y toda esa colección de argumentos.

Lo que en realidad necesitamos es promover Una Vida SIN Auto y celebrarla todos los días.

Ya sé lo que estás pensando: Es que lo necesito, es que es por seguridad, es que se ven bonitos, es que soy aficionado a los autos…

Por desgracia en las culturas de Latino América tenemos muy bien identificado el estatus y el clasicismo. Un buen auto te vuelve mejor persona, más poderoso y te permite entrar a mejores círculos sociales. Creo que eso es muy triste.

Te reto a que pienses 5 argumentos honestos y reales por los cuáles tu vida sea más feliz con un auto. Creo que no vas a llegar ni a 3.

Si piensas objetivamente, si eres honesto contigo mismo;  a menos que tu trabajo sea repartir bienes, nadie necesita un auto.

Un auto y toda su mercadotecnia te da las siguientes…

Ilusiones de tener auto

  • Seguridad. Falso. Si pretenden robarte lo harán en tu auto, sin él o en tu casa. Lo más coherente que puedes hacer en cuestión de seguridad es reducir los riesgos. Ya sea por asaltos o accidentes, el auto aumenta el riesgo. Tener auto te vuelve ostentoso porque primero viene el modelo del año, luego el mega sistema de audio, luego el iPod y el GPS. Poco a poco te conviertes en mejor target para el crimen.
  • Estatus. Falso. Lo que te da éxito en la vida son tus acciones, tus palabras de aliento, que la gente a tu lado sea feliz. El que poseas cosas por estatus te vuelve frío.
  • Tranquilidad. Falso. El tener auto te da muchas capas extras de estrés. Quizá no te des cuenta al principio, pero con el paso del tiempo se vuelve una carga para la vida. Sólo por mencionar algunas de estas capas de tensión gratuita: impuestos, combustible, reparaciones, permisos, licencias, placas, verificaciones, multas, estacionamiento y pensión.
  • Comodidad. Falso. Pasar 3 o más horas en el tráfico, ¿te parece cómodo? No lo creo. Tampoco es muy cómodo estar esquivando otros conductores o cuidarte de la policía.
  • Tiempo. ¿Crees que el auto te hace llegar más rápido a donde vayas? No hay nada más erróneo. Tienes que ver este video. LINK

No es que tenga yo algo en contra de la industria automotriz. Al contrario, ha sido determinante para llevar esta civilización hasta donde está, pero creo que es momento de frenarla en beneficio de nosotros mismos.

¿Porqué digo todo esto? Por pura experiencia personal.

Después de 15 años de tener varios autos, un día vendí el último. De pronto mi vida cambió para siempre porque pude ver, con otros ojos, cómo era mi ciudad y su gente. Y a pesar de que viví casi toda mi vida en la Ciudad de México, NUNCA tuve ningún asalto ni fui víctima de algún crimen.

Por el contrario, esa decisión me hizo una persona muy feliz.

Beneficios de vivir sin auto

  • Seguridad. Como mencioné, jamás tuve ningún tipo de problema al usar transporte público. También reduces MUCHO los riesgos porque no tener auto evita que salgas de noche, no eres ostentoso y como en la selva, la seguridad se da en manada, no en aislamiento.
  • Tranquilidad. Al no tener auto no erradicas cientos de factores qué micro-administrar. También está el hecho de que no tienes que lidiar con otros conductores. La vida se vuelve muy buena.
  • Tiempo. Vivir sin auto me regresó a devorar libros, cómics y escuché cientos de podcasts. Me di cuenta que de mi casa al trabajo hacía menos tiempo en transporte público que en auto.
  • Economía. El no tener auto es como si te subieran el sueldo. En países desarrollados tener auto implica gastar cerca de US$8,000 al año. En México el gasto por tener auto es de aproximadamente $50,000, que se esfuman en el éter. Los gastas sin darte cuenta, pero si ese dinero mejor lo inviertes, al final del año vas a estar muy feliz.
  • Ecología real. ¿Autos con mejores motores? ¿Combustibles inteligentes? ¿Empresas socialmente responsables? Ninguno de estos argumentos mercadológicos puede vencer a una sencilla verdad: caminar o usar la bici son las actividades más ecológicas que existen.
  • Ejercicio. Estar sin auto me hizo caminar. Mucho. Y no tengo qué decirte los beneficios que esto trae a tu salud.
  • Conciencia. Estar encerrado 4 horas al día en un auto te aisla del mundo. No ves lo que hay en la calle, a la gente, no convives con nadie, no puedes observar las historias que los ojos de los demás cuentan.

Ya sé que me vas a decir que el transporte público apesta, que todos van apretados, que los conductores son como simios, que los hombres ven con lujuria a las mujeres y todo el check list acostumbrado. Sin embargo, son tiempos difíciles para la economía y para la seguridad.

Creo que hay que dejar de lado las pretensiones y pensar en maneras óptimas en las que podamos vivir mejor. El tráfico en las ciudades siempre va a empeorar y no lo contrario. La seguridad igual. El no tener auto aminora riesgos y te devuelve el control de muchos aspectos de tu vida. También te vuelve más puntual porque te obliga a salir con buen tiempo de casa.

Yo pude deshacerme de mi auto hace 3 años y soy muy feliz. Y si yo pude, que soy un tipo normal, sin ninguna especie de cualidad extra a las tuyas, estoy seguro que tú también.

Es cuestión de pensar y actuar.

Nota choco budista: Aprender a ver la vida como es, aceptarla sin apegarte a lo material es practicar Aceptación. Esta cualidad del budismo nos enseña a tomar la vida como es.

Presentando el curso: Introducción al Budismo Zen 1

Presentando el curso: Introducción al Budismo Zen 1

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Con más de 2,500 años de tradición y millones de seguidores en todo el planeta, el budismo se ha mantenido vigente porque es el manual de usuario para la humanidad.

El Budismo Zen es particularmente útil para la vida contemporánea. Nos enseña lo esencial para no sumirnos en el estrés, dejar las conductas compulsivas, soltar las cosas que nos lastiman y las obsesiones. Aceptamos el estado de las cosas, como son y sin complicaciones.

El estudio del Zen, su historia, arte y filosofía, abre la puerta a una vida espiritual profunda basada en la práctica del Buda-dharma, el Silencio, la Gratitud, la Compasión y la Generosidad.

Grupo Zen Ryokan abre el curso formal de estudio Introducción al Budismo Zen. Es un programa para practicar budismo en una Sangha y comenzar a vivir por el Dharma.

¿Por qué es formal? Porque requiere compromiso, dedicación y constancia.

Este primer módulo sentará las bases para incorporar las enseñanzas del Buda a la vida cotidiana y nos dará los elementos para introducirnos a la filosofía Zen.

Saber más

Diferencias entre budismo tibetano y Zen

Diferencias entre budismo tibetano y Zen

Aclaración: este post es una explicación rápida y no profundiza en el tema. Es solo una introducción y no pretende ser 100% certero en datos históricos.

 

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Rápido: piensa en un monje budista.

¿Viste ropas azafrán, colores, reliquias? ¿Llegó a tu mente la imagen de SS Dalai Lama?

Hace más de 20 años, cuando comencé a practicar budismo me sorprendí al ver que habían muchas escuelas y tradiciones. Entre más estudiaba encontraba más diferencias y culturas que practican el dharma, pero para nosotros occidentales la diferencia no es muy clara. De hecho, es confuso.

Esto se debe en parte a la popularidad el SS Dalai Lama y la historia del budismo tibetano. Su Santidad es una persona carismática y los medios cubren muy bien sus palabras y movimientos por el mundo.

Sin embargo, a diferencia del catolicismo, el budismo no es centralizado y no tiene un Vaticano. No hay un líder absoluto y cada país del mundo ha desarrollado su propia rama de budismo. Esto hace que la gente vea con sorpresa que el budismo de Burma sea distinto al de Vietnam o al de Tailandia.

Entonces es correcto asumir que budismo tibetano y Zen tienen características que los separan, a pesar de tener el mismo origen.

La primera distinción, que es la más fácil de entender, es el tiempo histórico y la zona geográfica.

El Buda nos dejó el Dharma y cerca de 80,000 enseñanzas… pero el Buda no sabía que él era budista. El término Buddhism (budismo) fue acuñado por investigadores ingleses en los 1800, cuando descubrieron restos arqueológicos en India que hablaban de la vida y prácticas de Siddhartha Gautama.

Cuando el Buda murió, sus discípulos se separaron y llevaron el dharma por Asia. Algunos fueron hacia el sur y otros hacia el oeste. Se crearon dos grandes ramas, Theravada (sur de Asia) y Mahayana (nor-este de Asia).

Conforme el dharma tocó las diferentes culturas, se fue adaptando a cada lugar. Gracias a que es una filosofía 100% humanista, el budismo se pudo adaptar a los usos y costumbres de cada nación. Al llegar a China, por ejemplo, el budismo se unió con el confucianismo y el taoísmo, creando las 5 escuelas del Chan.

Ambos, el tibetano y el Zen tienen la misma base: Mahayana. Algunos estudiosos dicen que el tibetano, a su vez, adoptó la escuela Vajrayana.

 

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En el Mahayana se cultiva el camino del Bodhisattva como práctica principal. Es decir: se dedica la vida a ayudar a los demás seres vivos a liberarse del sufrimiento.

Al llegar a Tibet el budismo se fundió con la colorida cultura y creencias locales, naciendo así el budismo que más conocemos.

En Japón el budismo llegó a través de Corea. Se fundió con la religión shinto y cultura local. Siglos después también adoptó costumbres del budismo Chan.

 

La base del tibetano es la meditación con imágenes y mantras. La base del zen es solo soltar pensamientos con la práctica de zazen.

El tibetano es elaborado y lleno de textura. El zen es simple y sencillo.

Al final, tibetano y zen promueven las enseñanzas del Buda. Elegir entre uno y otro se convierte en trabajo personal.

Dharma es dharma es dharma y no depende de nación. Depende de mente y corazón abierto para poder verlo.

¿Cómo elegir entre uno y otro?

En mi experiencia, no hay nada como vivir ambos. Si tienes curiosidad por alguno en especial, ¡adelante! Acude a algún centro o templo y comienza a practicar con ellos.

Pero te recomiendo leer mucho, meditar mucho y permanecer al menos 2 años en cada escuela. Esto te dará herramientas para saber qué es cada uno y así tomar una decisión. La opción que se sienta más natural a tu personalidad será la ganadora.

 

¿Hay rito de iniciación?

Depende de la tradición que sigas. En el tibetano sí la hay. En el zen no. En general lo que se hace es simplemente asistir a algún centro o templo budista y comenzar a practicar. Con el tiempo formalizas tu práctica y puede que haya una ceremonia o no.

Para llamarte budista lo que sí debes hacer es buscar refugio en Buda, Dharma y Sangha. Entender que son el camino supremo a terminar el sufrimiento y siempre ver por el beneficio de los demás.

«Buscar refugio» es diferente en el budismo. Aquí significa aceptar que la Triple Gema está en tu vida, los pondrás a prueba y tendrás confianza que podrían funcionar. Y luego aplicas lo aprendido a la vida cotidiana 🙂

Tiempo de Ango 2016. Práctica intensa de 3 meses. ¿Quién me acompaña?

Tiempo de Ango 2016. Práctica intensa de 3 meses. ¿Quién me acompaña?

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Para muchas comunidades budistas hay 3 meses del año que son especiales, pues se celebra el Ango. Es un período extendido de práctica, estudio y espiritualidad.

El Buda lo estableció para proteger del monzón a sus monjes. Al no poder salir por las lluvias intensas, se quedaban en uno de los templos a practicar juntos. Esto resultó de utilidad suprema, ya que toda la comunidad podía estudiar y convivir en un solo espacio.

Para el budismo Soto Zen, el Ango se sigue celebrando durante los últimos tres meses del año. Culminará con un retiro de dos días llamado Rohatsu, en la primera semana de diciembre.

El Ango es la temporada donde dejamos atrás el ego, empujamos nuestros límites un poco más y nos alejamos de todo tipo de lujos. Vivimos con solo con lo esencial. Llevamos nuestra práctica a niveles más formales y hacemos zazen por más tiempo de lo habitual.

Entendemos que el crecimiento personal siempre sucede fuera de nuestra comodidad. Es con determinación y disciplina cuando llegan los cambios a nuestra vida.

El participante de Ango debe hacer una serie de compromisos personales en los que el primer beneficiado será él mismo. Por ejemplo, dejar 3 cosas por las que se sienta apego; como comer chocolates o postres, fumar o pasar tiempo en redes sociales.

No hay trampas ni trucos. Si uno se auto-engaña, uno mismo resulta ser la primera víctima. Así que no hay más que avanzar un paso a la vez.

Mi práctica de Ango consistirá en lo siguiente.

  • Aumentaré mi tiempo de zazen de 40 a 50 minutos por la mañana. 20 minutos por la tarde. En domingo por la mañana (que es cuando tengo tiempo) será de entre 1:30 y 2:00 horas.
  • Practicaré yoga diario, en lugar de 3 veces por semana.
  • Leeré más libros de dharma, en especial uno que siempre me ha costado trabajo.
  • Haré más días de ayuno y terminaré mi cambio de Paleo a Banting.
  • Coseré un nuevo rakusu.
  • Comenzaré el grupo de estudio formal, que será el principio de la Choco-Sangha: Grupo Zen Ryokan 🙂
  • Donaré un poco más de lo usual a organismos de ayuda humanitaria.
  • La compasión y la gratitud seguirán siendo el centro absoluto de mi práctica.
  • Dedicaré aun más tiempo al estudio de formas, movimientos y ceremonias.
  • No mazapán. ¡No mazapán!

Ahora, todos estos objetivos podrían no cumplirse. Uno nunca sabe cómo atacará la Señora Impermanencia. Pero la idea es hacer lo posible para llevarlos a cabo.

Sí, se ve difícil. Pero ese es el punto: que cueste trabajo.

No necesitas ser budista para practicar el Ango. Se trata de entender que el agua pacífica y tranquila se estanca. De vez en cuando es necesario convertirnos en ríos caudalosos y llenos de caídas.

Piensa algo que quieras lograr pero que no has llevado a cabo. ¿Leer más libros? ¿Correr una carrera de 5K? ¿Limpiar tu vocabulario? ¿Levantarte más temprano? ¿Dejar de mentir?

Si tienes un objetivo que cumplir, te invito a que unas al Ango 2016. Te conviene.

La primera persona beneficiada serás tú. Y luego el mundo que te rodea.

 

¿Cómo participar?

Puedes hacer el compromiso personal y en silencio. La única persona a la que tienes que demostrar algo, es a ti.

Si lo prefieres, puedes participar en los comentarios de esta entrada. Podríamos formar un grupo de apoyo aquí mismo, sin necesidad de usar otro tipo de sistema.

Y si te interesa una práctica más formal en budismo zen, podrías unirte al Grupo Zen Ryokan (Presencial en Guadalajara y en línea). En unos días presentaré más información y cómo participar.

La temporada de Ango comienza el 10 de septiembre 🙂

Tortas de arroz. Cuento zen.

Tortas de arroz. Cuento zen.

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Un día llegó a los oídos de Tokuzan, el estudioso, que un maestro budista iluminado en el sur de China había penetrado por completo la verdad contenida en el Sutra del Diamante.

Siendo el erudito que era, Tokuzan empacó todos sus libros y comentarios sobre el Sutra del Diamante. ¡Los documentos pesaban casi 150 kilos! A toda prisa salió para ir a escuchar a este nuevo maestro.

En el camino se detuvo a descansar y se topó con una anciana vendedora ambulante.

—¿Qué vendes?— preguntó Tokuzan.

—Tortas de arroz— respondió la abuela.

—¿Me venderías una?— quiso saber el estudioso.

—¿Para qué querrías una torta de arroz?

—Para refrescar mi mente.

La mujer miró los 150 kilos de libros de Tokuzan.

—¿Qué es todo eso que cargas?— preguntó ella.

—¿No has escuchado? Soy el experto más grande del Sutra del Diamante. No hay parte de él que no comprenda. Todos estos documentos son comentarios y notas sobre el Sutra del Diamante—, respondió el orgulloso académico.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—Claro que sí.

—He escuchado que el Sutra del Diamante dice que la mente del pasado no puede ser tomada, que la mente presente no puede ser tomada y que la mente futura no puede ser tomada. ¿Qué mente quieres refrescar con mis tortas de arroz? Si me dices, te venderé una. Si no respondes, no te venderé ninguna torta de arroz.

Tokuzan se quedó perplejo y no pudo encontrar respuesta.

 


Esta historia es parte del Shobogenzo, el libro máximo del budismo zen (Japón entre 1231 y 1253). Master Dogen, el autor, la usa para explicar la diferencia de pensamiento entre teólogos y teóricos.

Sin entrar en muchos detalles diré que siempre me ha gustado mucho porque también nos explica que el intelecto nos sirve para entender el mundo que nos rodea… pero las cosas quedan realmente claras cuando las preguntas se dejan ir al viento y nos dedicamos mejor a observarlo todo sin juicios.