Sobre drogas y budismo zen

Sobre drogas y budismo zen

A lo largo de la historia el uso de drogas ha sido parte de la vida espiritual en diferentes tradiciones, y al día de hoy siguen siendo utilizadas para llegar a estados alterados de conciencia.

Pero en el Budismo Soto Zen contemporáneo, el uso de sustancias tóxicas es un rotundo NO; a menos que sea por razones de salud y prescritas por un profesional (cáncer, glaucoma, fibromialgia, neurología). Pero en general reconocemos que no las necesitamos, no las recomendamos y las mantenemos lo más lejos posible de la sangha. No son parte de nuestro camino espiritual y advertimos los muchos inconvenientes que producen.

Usarlas implica violar 4 de los 5 preceptos que heredamos de los Patriarcas del Chan y del Zen, y que son la espina dorsal de nuestra ética:

  1. Respetar, cuidar y venerar la vida
  2. No tomar lo que no se nos ha dado libremente
  3. No hacer mal uso de la sexualidad
  4. Comunicarnos de manera amable, constructiva y honesta
  5. No intoxicar la mente

Se rompen el Primero, Segundo y Cuarto preceptos porque, no importa cómo lo pongas o las discusiones que quieras tener, las drogas se tienen que comprar de manera ilegal con personas que no son precisamente éticas. Quizá la única excepción en algunos países sea la mariguana medicinal.

Y luego está el Quinto precepto: No intoxicar la mente. Este precepto es muy importante para el Budismo Zen porque lo que queremos es mantener una mente clara, abierta a todas las posibilidades que tiene la realidad. Queremos estar presentes y libres de estorbos que nos eviten contemplar las cosas por lo que son, sin apegos o aversiones que contaminen nuestro juicio.

La realidad es inconmensurable, vasta y mágica. No requerimos drogas para apreciar una puesta de sol o el movimiento de las ciudades. Tampoco son necesarias para alcanzar estados sublimes en la meditación porque la disciplina del zazen nos lleva irremediablemente a ser parte de la Iluminación de todos los seres del multiverso.

Y es que meditar no requiere de nada más que un poco de tu tiempo y tu silencio. El uso de cualquier artefacto o sustancia rompe el propósito de meditar porque te da la ilusión de que meditas, pero en realidad son sustancias funcionando en el cerebro. No es tu esfuerzo, ni tu espiritualidad. Usar drogas para meditar no es más que autoengaño.

Para explicar esto, me gusta usar esta analogía: tenemos una montaña que queremos escalar hasta llegar a la cima. Para lograrlo hay dos vías. Por un lado está la ruta escénica, que es larga y difícil porque requiere mucho esfuerzo físico. Y por el otro lado está un helicóptero listo para despegar. Ambos nos llevan al mismo lugar.

Escalar la montaña puede llevar varios meses de entrenamiento y 4 o 5 días para llegar hasta arriba. Se avanza paso a paso, aprendiendo, trabajando en equipo. Se tiene que acampar para dormir bajo las estrellas, se respira aire fresco y se experimentan vistas maravillosas en cada instante. Se debe cuidar el cuerpo con alimentos, descanso, agua y cuidar de todos los recursos porque, encima de todo, se llevan en la mochila. Se debe también procurar la seguridad e integridad de los acompañantes, así como ser meticulosos en no dejar basura y cuidar la ecología del sitio.

Luego de todo ese esfuerzo, llegar a la punta… o no llegar del todo, es un gran logro que cambia la percepción de las existencia humana. Se aprecia y se agradece todo el camino andado porque al final, la cima no importa tanto como la experiencia completa. Es una satisfacción que no puede ser narrada, solo se puede conocer cuando se vive en carne propia.

Ahora, todo lo anterior es borrado de tajo si te subes al helicóptero y llegas a la cima en unos minutos. Puedes bajar, tomas algunas selfies y regresas minutos después.

Cuando practicamos zazen estamos aprendiendo a subir la montaña más grande de todas: la realidad. Aprendemos disciplina, nos educamos, guardamos silencio y dejamos que la vida sea vida. No la modificamos, no afectamos a otros porque nos convertimos en la encarnación de los Cinco Preceptos. Y ni siquiera hay que gastar dinero.

Luego de algunos años de zazen y disciplina, es posible llegar a estados muy refinados y sublimes de conciencia… y además este estado perdura y se incorpora a la vida cotidiana. Se llega a vivir en auténtica paz y ecuanimidad.

Las drogas no son necesarias para la espiritualidad. Son atractivas porque ofrecen un camino fácil y rápido, pero vacío y estéril. Pero aquí está el punto: consumir  cosas como peyote o ayahuasca no te hacen mejor persona. De hecho, muchos con este estilo de vida han convertido su espiritualidad en un pobre pretexto para mantener una adicción.

El Buda no necesitó sustancia alguna para llegar a la Iluminación. Los Patriarcas del Chan y Zen enseñaban una vía de conciencia y atención pura, sin requerir de objetos o intoxicante alguno. Todos ellos eran personas normales y no tenían nada de especial. ¿Qué te hace pensar que tú si necesitas drogas?

Lo único que se necesita es zazen.

Budismo Soto Zen para Principiantes. Ep 7. Cuatro Nobles Verdades 1: Sufrimiento

Cuando el Buda llegó a la Iluminación, comprendió que la existencia tiene una mecánica muy particular. Las Cuatro Nobles Verdades son una constante para la vida humana y son el diagnóstico y cura de la enfermedad de la insatisfacción (Dukkha).

En este episodio hablamos de la Primera Noble Verdad: La vida incluye sufrimiento.

 

Ango 2018. Práctica intensa y hábitos nuevos por 3 meses. ¿Me acompañas?

Ango 2018. Práctica intensa y hábitos nuevos por 3 meses. ¿Me acompañas?

Para muchas comunidades budistas los 3 últimos meses del año son especiales, pues se celebramos el Ango  ??. Literalmente significa «viviendo pacíficamente y soportando».  Es un período intenso de práctica, estudio y espiritualidad.

El Buda lo estableció para proteger del monzón a sus monjes. Al no poder salir por las lluvias intensas, se quedaban en uno de los templos a practicar juntos. Esto resultó de utilidad suprema, ya que toda la comunidad podía estudiar, compartir opiniones y convivir en un solo espacio. Con el final de las lluvias, los monjes regresaban a su peregrinaje.

Para el budismo Soto Zen, el Ango se sigue celebrando. Culmina con un retiro de dos días llamado Rohatsu, en la primera semana de diciembre.

Ango es la temporada donde dejamos atrás el ego, empujamos nuestros límites un poco más y nos alejamos de todo tipo de lujos. Vivimos con solo con lo esencial. Llevamos nuestra práctica a niveles más formales y hacemos zazen por más tiempo de lo habitual.

Entendemos que el crecimiento personal siempre sucede fuera de nuestra comodidad. Es con determinación y disciplina cuando llegan los cambios a nuestra vida.

El participante de Ango debe hacer una serie de compromisos personales en los que el primer beneficiado será él mismo. Por ejemplo, dejar 3 cosas por las que se sienta apego; como comer chocolates o postres, fumar o pasar tiempo en redes sociales.

No hay trampas ni trucos. Si uno se auto-engaña, uno mismo resulta ser la primera víctima de nuestra apatía y estupidez. Así que no hay más que avanzar un paso cada día.

Mi práctica de Ango consistirá en lo siguiente (y es muy similar a la del año pasado).

  • Aumentaré mi tiempo de zazen de 40 a 50 minutos por la mañana. 20 minutos por la tarde.
  • Practicaré yoga diario, en lugar de 3 veces por semana.
  • Leeré más libros de dharma.
  • Haré más días de ayuno.
  • Más horas de servicio comunitario.
  • Coseré un nuevo rakusu.
  • Trabajaré fuerte para mantener el Grupo Zen Ryokan unido y funcionando 🙂
  • Donaré un poco más de lo usual a organismos de ayuda humanitaria.
  • La compasión y la gratitud seguirán siendo el centro absoluto de mi práctica.
  • Dedicaré aun más tiempo al estudio de formas, movimientos y ceremonias.
  • No mazapán. ¡No mazapán! (el año pasado no se logró).

Ahora, todos estos objetivos podrían no cumplirse. Uno nunca sabe cómo atacará la Señora Impermanencia. Pero la idea es hacer lo posible para llevarlos a cabo.

Sí, se ve difícil. Pero ese es el punto: que cueste trabajo, que nuestro ego tiemble y comience a resquebrajarse.

No necesitas ser budista para practicar el Ango, pero practicar zazen y leer sobre budismo te dará propósito y claridad.

El agua pacífica y tranquila se estanca. De vez en cuando es necesario convertirnos en ríos caudalosos y llenos de caídas, rocas y curvas.

Piensa algo que quieras lograr pero que no has llevado a cabo. ¿Leer más libros? ¿Correr una carrera de 5K? ¿Limpiar tu vocabulario? ¿Levantarte más temprano? ¿Dejar de mentir?

Si tienes un objetivo que cumplir, te invito a que unas al Ango 2018. Te conviene.

La primera persona beneficiada serás tú. Y luego el mundo que te rodea.

 

¿Cómo participar?

Independientes de tus objetivos personales, estas son las la bases de nuestra práctica de Ango y debes incluirlas:

Zazen. Si eres principiante, meditación ordinaria está bien. Aquí dejo sencillas instrucciones sobre cómo comenzar a meditar. NOTA: estas son recomendaciones para meditaciones simples, no para zazen.

Lecturas budistas. Tú eliges, pero puedes descargar el libro Introducción al budismo zen, por Nishijima Roshi.

Silencio. Sólo habla lo necesario, pero que sea amable y con voz moderada.

Economía. Sólo compra, come, consume lo que sea absolutamente necesario.

Compasión. Dedica al menos 20 minutos al día para hacer algo por otros seres vivos: personas, animales, plantas… ¡todos somos uno!

Cuidado personal. Evita comida procesada y cocina tus propios alimentos. Si no haces ejercicio, sal a caminar al menos 20 minutos al día. ¡Esto también es compasión!

 

¿Tiene costo?

Sí. Tu dedicación y disciplina.

 

Compromiso

Puedes hacer el compromiso personal y en silencio. La única persona a la que tienes que demostrar algo es a ti.

Únete a nuestra sangha en línea y usa esta discusión en el foro para comentar, anunciar tus progresos o los no-progresos y para apoyarnos mutuamente. Clic aquí.

Para avisos y mensajes rápidos usaremos Twitter con el hashtag #ango2018

 

¿Cuándo comenzamos?

El 10 de septiembre de 2018 🙂

 

Para Grupo Zen Ryokan

Su participación es requerida. Más detalles en el foro.

 

¡Gracias por tu dedicación!

Ango es para todos y beneficia a todos. No tienes nada que perder si te unes. Lo peor que puedes pasar es que aprendas más de ti y te conviertas en una mejor persona, aun si fracasas (porque en el Zen no hay tal cosa como fracaso).

Budismo Soto Zen para Principiantes. Episodio 6. Las 3 Marcas de la Existencia: Sufrimiento y No-Yo

En esta charla continuamos explorando las Tres Marcas de la Existencia. Cuando Shakyamuni Buda llegó a la Iluminación, pudo ver cómo se teje la realidad y cómo hay características compartidas en todas las vidas humanas. Éstas son constantes que se pueden experimentar en cualquier cultura y en cualquier tiempo.

Comprenderlas hace mucho más ligera la carga de nuestro propio ego.

Buscar el Dharma es buscar nada

Buscar el Dharma es buscar nada

Un día Mazu habló a su congregación:

¡Todos aquí! Crean que su propia mente es Buda. Este preciso instante es la mente búdica. Cuando Bodhidharma llegó a India desde China, transmitió la suprema enseñanza del vehículo de una sola mente; permitiendo que personas como nostros pudieran despertar.

Además trajo consigo el texto del Lankavatara Sutra, usándolo como sello para aterrizar la mente de los seres sintientes. Él temía que tus puntos de vista se cambiarían y no podrías entender la enseñanza sobre nuestra mente. Por ello el Lankavatara Sutra indica que el Buda decía que la mente es la esencia y que no existe ninguna puerta de entrada al Dharma.

Aquellos que buscan el Dharma, no deberían estar buscando nada. A parte de la mente, no hay otro Buda. Aparte del Buda, no hay otra mente. No te aferres a lo que es bueno, tampoco rechaces lo que es malo. No te inclines hacia la pureza o hacia la suciedad. Debemos llegar a la naturaleza vacía de la conciencia; porque nada se obtiene a  través de los pensamientos continuos. Debido a que no existe la naturaleza autónoma de las cosas, los tres mundos son solo la mente.

Las miles de formas en el universo entero son el sello de un único Dharma. Cualquier forma vista con los ojos es solo la percepción de la mente. Pero la mente no existe por sí misma, es una forma que depende de otras. Debes hablar correctamente sobre los asuntos de tu propia vida, pues cada asunto que encuentras constituye el significado de tu existencia, y tus acciones no tienen lastre.

El fruto de la Vía del Bodhisattva es justo eso; nacido de la mente y asigna nombres a las formas. Debido a que sabemos que las formas están vacías, el nacimiento es no-nacimiento. Al entender esto, uno simplemente actúa de manera adecuada al instante; si vestimos ropa, solo vestimos ropa. Si comemos, solo comemos. Si caminamos la senda del Bodhisattva, solo vivimos de acuerdo a lo que hay en ese momento. Si practicamos de esta manera, ¿existe algo más que debamos hacer?

Para penetrar esta enseñanza, hay que leer este verso:

La mente responde a condiciones.
La Iluminación solo es paz.
Cuando los asuntos de la vida y tus principios dejan de ser obstáculos,
entonces el nacimiento es no-nacimiento.

Por Mazu Daoyi (China, 709-88 A.d.C.)


Mazu Daoyi (709–88) fue uno de los maestros Zen más famosos de China, junto con Huineng.

Esta enseñanza milenaria que nos deja Mazu, nos recuerda que la mente genera absolutamente todos nuestros pensamientos. Cuando nos aferramos a ellos, creemos que son un reflejo exacto de la realidad… pero nunca lo son.

Los pensamientos, las opiniones y las preferencias; todos son ficción creada por nosotros mismos y mucho sufrimiento llega cuando los tomamos en serio. Dejamos de ser objetivos y queremos convertir a nuestro credo a los demás. Si pensamos demasiado, jamás llegaremos a entender nada del universo, pues la misma mente depende de los estímulos externos que nos rodean.

La mejor forma de comprender esto, es por medio de una práctica disciplinada de zazen. ¿Cuándo comienzas?