por Kyonin | May 23, 2011 | Activismo, General, Vida
El pasado fin de semana la humanidad se enfrentó una vez más al fin del mundo. No fue un monstruo gigante ni extraterrestres invadiendo. Fue la mismísima segunda llegada del comandante supremo, del jefe absoluto, del único tronador de chicharrones cósmicos, Cristo.
Y tengo que admitir que me divertí mucho leyendo todos los comentarios graciosos que surgieron a nivel mundial. Yo me precio de haber contribuido a esta noble misión con una batería de mensajes sarcásticos que se quedaron para siempre en mi repertorio.
Sin embargo, lejos de toda burla, me quedé pensando durante horas en la ignorancia en la que aun vivimos.
No importa que estemos en la época de Internet, que ya hayamos superado la imprenta, que tengamos una estación espacial circulando el planeta, que estemos develando los misterios del fondo del océano, que la evidencia de la evolución sea contundente, que estemos a punto de entender la física cuántica, que miles de hombres y mujeres de ciencia hayan colaborado con su conocimiento para la grandeza de nuestra especie; siempre hay un grupo de lunáticos atados a ideas arcaicas dispuestos a tomar en serio cuentos de hadas.
Harold Camping, un loco estudioso de la Biblia, decidió creer que sus estudios del Buen Libro lo habían llevado a saber la fecha del fin del mundo; haciendo que miles de sus seguidores se embarcaran en una cruzada para anunciar el Día del Juicio Final.
Hubo quien diera a Camping todos sus ahorros, quien pusiera dormir a sus mascotas, quien dejara el trabajo y hasta quien intentara asesinar a su familia. Total, nada sobreviviría al armagedón, ¿correcto?
Y esto es justo lo que me espanta. ¿Tan vacíos estamos? ¿Tan faltos de criterio propio vivimos? ¿Tenemos tan poca inteligencia? Pero lo peor es, ¿nadie cuestionó a Camping? ¿Ninguno de ellos usó un poco de lógica o investigó antes de creer?
En estos tiempos de conocimiento y ciencia, la ignorancia es más fuerte que nunca. Y eso me entristece porque la ignorancia cuesta vidas y significa un retroceso para la humanidad.
Amiga y amigo lector, no importa qué tan arraigadas sean tus creencias, qué tan impenetrable sea el dogma, no importa qué tanta fe tengas o cuánto confíes en tus líderes religiosos: siempre cuestiona.
Cuestiona todo. Pregunta porqué e investiga la evidencia.
En las religiones, creencias milagrosas y en la pseudo ciencia es muy común que alguien llegue con afirmaciones fantásticas como:
Dios creó al mundo, mi primo se curó de cáncer, vi un milagro, este té mágico te va a curar, cree en la magia de los cristales, mañana se acaba el mundo, vienen los reyes magos.
Entre más extraordinaria sea la afirmación, más contundente tiene que ser la evidencia científica que la soporte.
Ya sé que el argumento de muchos es que hay cosas que la ciencia no puede explicar y que los milagros sí existen. Eso es correcto, hay cosas que la ciencia no explica de momento, pero está en el camino a hacerlo. Es cuestión de tiempo.
Hay casos únicos en cuestión de medicina o de física, los llamados milagros, pero estadísticamente son insignificantes como para ser tomados en serio o siquiera como constantes. El problema es que la gente con ganas de creer se aferra a ellos sin pensar.
Camping abusó de su posición como líder espiritual para manipular a miles de personas a creer en su fin de los tiempos. Y no me espanta el predicador, sino sus fieles.
El no cuestionar ni investigar los hizo parte de la broma más grande de los últimos años. Fue como un flash mob dedicado a la ignorancia.
Antes de creer ciegamente, hay que documentarnos e investigar.
Sólo así podemos evitar el abuso y el retroceso hacia la ignorancia que tanto nos daña como especie.
por Kyonin | Abr 28, 2011 | General, Meditación, Vida
El día de hoy no habrá filosofía ni minimalismo. Hoy sólo tengo sentido común y quiero dejar algo muy en claro, a pesar de que siempre que hablo de la meditación, lo menciono.
La meditación no es magia.
No es un reemplazo para la medicina basada en evidencia científica. Y no es un sustituto para atención psicológica o psiquiátrica.
Si estás enfermo, tienes dolor o síntomas que te hacen sentir mal, VE AL MÉDICO.
Si llevas años con depresión, enojo o angustia, VE AL PSICÓLOGO.
Esto viene porque ayer vía Twitter sucedió este intercambio:
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@lectorX: ¿Los dolores físicos también se pueden ir con la meditación? ¿Tienes algún consejo? ÚRGEME MUY EN SERIO
@chocobuda: Ve al médico.
@lectorX: Los Doctores me dan mas miedo que «El Coco» y los impuestos juntos
@chocobuda: No importa. Ve al médico. La meditación no es magia.Ve al médico. Ve al médico. Ve al médico. ¿Mencioné que tienes que ir al médico?
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Es una pena que todos los sistemas de sanación pseudocientífica que están ahí afuera implanten la idea de que la mente es más poderosa que las enfermedades y que una sesión de meditación sea más poderosa que el dictamen de alguien que ha pasado al menos 10 años estudiando medicina científica.
Y es que es así de simple. Si algo duele, si hay algún síntoma que no habías sentido y que necesita atención, acude con un profesional para que te de un diagnóstico y tratamiento.
La medicina natural, la sanación, la homeopatía, las auras, acupuntura, chakras, herbolaria, visualizaciones angelicales, flores de Bach, cuarzos y cristales, estampitas de San Plátano; todas estas disciplinas son un hobby que nos hace creer que las ideas fantásticas nos van a curar.
Pero el mundo aun tiene que ver que unos imanes en la oreja o un té curen una infección de muela, mal Gaucher, la diabetes o el cáncer.
La foto que presento abajo está tomada cerca de mi casa. Es un consultorio donde dan tratamientos basados en fe. No me quiero ni imaginar cuántas víctimas han habido con semejantes médicos y tratamientos.
Y aquí va una historia de personas cercanas a mi. Había una vez un bebé que estaba enfermo. Su madre desesperada, salió a mitad de la noche a buscar ayuda con una vecina. En un momento de inteligencia, la vecina le dijo que no llevaran al bebé al hospital, sino que con otra vecina que se dedicaba a la herbolaria.
La vecina hierbera le dio al pequeño un té de una mezcla mágica y dijo que estaría bien a la mañana siguiente.
El bebé murió unas horas después y la madre terminó en prisión por homicidio negligente.
Claro que la herbolaria no tiene nada que ver con la meditación, pero lo que sí puedo asegurar es que la ignorancia y la pseduociencia matan.
Creo que con esto hago muy claro mi punto: la meditación no es medicina y tampoco es un remedio mágico.
La meditación es un proceso mental por el cual estamos conscientes de nuestra existencia, nuestro cuerpo y ganamos tranquilidad para una mejor toma de decisiones. Con ella estamos en calma y con menos tensión, lo cual ayuda a una buena salud.
Y ya que estamos en esto:
Con la meditación no se puede entrar en contacto con dioses, hadas, ángeles, duendes, chaneques y de más criaturas imaginarias. No sirve para mirar a vidas pasadas.
Supongo que me va a llover basura por todos los fans de la medicina holística, así que para eso están los comentarios acá abajo. Pásele a lo barrido.
por Kyonin | Abr 1, 2011 | General
El día de ayer un hecho sin precedentes cambió mi punto de vista sobre la vida, el universo y todo lo demás.
Nunca pensé que la muerte de mi tía-abuela-prima Gertrudis, la semana pasada, me iba a convertir en millonario. Justo ayer terminé de firmar todos los papeles necesarios con los abogados y heredé varias casas y mucho dinero, oro y joyas.
Tan pronto recibí el efectivo, corrí a cumplir uno de mis sueños más grandes: compré mi primer yate y este fin de semana iré al puerto a probarlo.
También invertí en dos sitios porno de Internet que me llamaban mucho la atención. Ah, y desde hoy estoy financiando mi propio grupo narco terrorista.
Por fin el mundo será mío.
¿Pero qué estaba pensando con todo esto del minimalismo? Ahora puedo derrochar dinero y comprar todo lo que quiero.
Así que desde hoy, mis queridos lectores, el Chocobuda se convertirá en el Choconarco donde encontrarán noticias y consejos de cómo crear su propio imperio con matones y tráfico de armas. Pura cosa bonita.
Para que tengan una probadita de lo que viene, estas son algunas ideas de los próximos artículos:
- Viviendo como millonario
- 10 tips para contratar tripulación para tu yate
- Consejos de belleza no sustentable
- Dominando al mundo, estilo genio maléfico
- Cómo matar focas bebés con sólo 10 golpes
- Deforestando el Amazonas y sus ventajas competitivas
- Desmintiendo al Dalai Lama
- La dieta del colesterol y el mito de las verduras
- Consejos del éxito. Entrevista con el Chapo Guzmán, famoso narco terrorista mexicano
Y para terminar, quiero que sepan que hoy es 1 de abril, día en que Internet se convierte en el crisol de las bromas. Pueden saber más aquí. ¡Feliz día!
por Kyonin | Mar 24, 2011 | Budismo, General
No es un secreto que las palabras cuando están bien dichas, tienen un gran efecto sobre nosotros. Un insulto puede causar un daño devastador si lo dejamos, y una palabra de aliento puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Todo está en el valor que nosotros mismos le damos a lo que escuchamos.
Pero, ¿y si esas palabras vienen de nosotros mismos?
Por desgracia he conocido personas que fueron educados con las palabras «eres feo» y «eres un tonto» y esto se convierte en su mantra, en frases que los siguen, a veces hasta la muerte, sin que nunca se las hayan podido sacudir de encima.
Por otro lado está el extremo de quien usa las frases para motivarse y justificar el abuso hacia los demás. «Soy un vencedor», «soy el mejor líder» o «el mundo es mío» son mantras terribles que validan que se pueda usar a los demás como tapete.
En la antigüedad se pensaba que las palabras tenían un poder mágico sobre la vida y que si repetías constantemente una frase, podrías realizar cambios en el universo a tu alrededor.
De hecho, se desarrollaron sistemas completos de comunicación para entonar frases mágicas.
Sin entrar en la historia de los mantras, basta decir que al final el poder de las palabras no es mágico, sino que tienen un poder psicológico contundente en nuestra forma de ser.
Como siempre, aclaro que ni el budismo ni los mantras tienen magia. Tampoco nos conectan con ningún tipo de dios o ser místico.
Un mantra es una palabra o frase capaz de crear cambios en la vida de quien las entona, y son un medio muy efectivo para enfocarse en una meta. Es psicología pura.
El budismo utiliza muchos mantras que ayudan a subir el nivel de consciencia y a prepararnos para la tarea que queremos realizar. También se utilizan para tranquilizarnos debido a que algunos de ellos, aunque no significan nada en especial, hacen que nuestras cuerdas bucales y tórax vibren, provocando un descanso de la tensión del día.
También meditar con mantras es muy útil porque cancelamos el ruido externo, pero más importante, el ruido interno.
De la misma forma, usar mantras en nuestras tareas cotidianas puede ser muy útil ya que podemos crear nuestras frases personales, siempre y cuando sean las mismas y las usemos con disciplina.
Por ejemplo, un mantra muy muy útil para tranquilizarnos en la oficina es una simple tonada con los labios cerrados. Es decir, un sencillo «mmmmmmmmmm… mmm… mmmmm» repetido por unos 10 minutos ayudarán a tu concentración y a bajar el estrés.
Cada mañana puedes entonar un pequeño mantra al verte al espejo. Alguna cita célebre o fragmento de canción pueden funcionar muy bien.
Y si quieres algo con mucho más profundidad, entonces puedes estudiar un poco de los mantras clásicos del budismo.
Om mani padme hum, uno de los más comunes y hermosos, evocan a nuestra compasión por todos los seres del universo.
El usar una frase ayuda mucho. De verdad sugiero que lo intentes y compartas tus experiencias en los comentarios.
por Kyonin | Jul 30, 2010 | General
Esta semana publiqué un artículo sobre gratitud dentro de la serie El Abecedario del Chocobuda y la respuesta de los lectores fue muy buena.
Quien está agradecido soy yo porque este blog lo publico para mi, principalmente. Mi vida se ha caracterizado por el aprendizaje y por el movimiento, así que el camino budista y minimalista me queda perfecto porque me da la oportunidad de entender y tomar lo que la vida me ofrece.
Claro que, como todo un buen cabeza dura, a veces las lecciones llegan un poco tarde.
Estar agradecido con todo lo que soy y lo poco que poseo es algo que no he tenido toda la vida. Lo aprendí a golpes que me bajaron de las nubes hasta poner los pies en la tierra. He hablado mucho de que debamos estar agradecidos, pero ¿de qué puedo dar gracias?
De todo. Desde la evolución, pasando por todas las personas importantes de la historia, hasta llegar al amor de mi vida.
El estar consciente de que no soy la única persona en el universo y que hay todo un sistema de situaciones y personas que trabajan tras bambalinas para que hagan posible mi existencia, me centra en mi realidad, me enseña lo pequeños y frágiles que somos; pero también veo lo complejos y fuertes que somos como especie.
Estar agradecido es una actitud que nos vuelve más compasivos y atentos a las necesidades de los demás.
Vale la pena.