¿Por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo?

¿Por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo?

Por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo

El año 2024 está muriendo, trayendo la temporada de fiestas y la frescura de un nuevo año. Y como cada año, millones de personas establecen propósitos con la esperanza de mejorar sus vidas, ya sea ejercitarse más, dejar malos hábitos o aprender algo nuevo. Sin embargo, al llegar febrero, la mayoría de esos propósitos ya han sido olvidados. Entonces, ¿por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo?

Aquí describo algunas razones que te pueden ayudar para que al fin puedas lograr tus propósitos de año nuevo que, en la mayoría de los casos, es un nombre más para “hábitos”.

¿Por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo? ¡Porque no los tomas en serio!

Al sonar las campanas de año nuevo estamos muy felices y compartimos con los amigos y familia lo que queremos para el ciclo que comienza. ¿Te has fijado que casi siempre es un juego, más que un compromiso?

Los propósitos de año nuevo se esfuman porque simplemente no los tomamos con la seriedad necesaria. Ver los propósitos como algo secundario o como simples ideas sin importancia lleva a la falta de compromiso real. Cuando no se le da el peso adecuado a un objetivo, resulta fácil dejarlo de lado ante cualquier dificultad o inconveniente. Para cambiar esto, hay que recordar que cada propósito representa una mejora personal y requiere ser tratado con disciplina y dedicación, reconociendo su importancia en nuestro bienestar y desarrollo.

Falta de claridad en los objetivos

Uno de los errores más comunes es la falta de claridad en los propósitos de año nuevo. Muchos nos proponemos metas como «quiero bajar de peso» o «quiero dejar de fumar», pero estas declaraciones son vagas y carecen de detalles específicos.

Para que un propósito sea efectivo, debe ser claro y medible. Cambia «quiero ser más saludable» por algo como «voy a correr 3 veces por semana durante 30 minutos cada vez». Cuanto más detallado y específico sea tu propósito, más fácil será seguirlo y medir tu progreso.

Expectativas irreales

Las expectativas irreales son otro factor importante que contribuye al fracaso de los propósitos de año nuevo. Al inicio del año, muchas personas se sienten llenas de energía y determinación, y se proponen metas extremadamente ambiciosas, como correr un maratón sin tener ninguna experiencia previa o perder una gran cantidad de peso en poco tiempo, sin acudir con un nutriólogo profesional.

El problema con estas expectativas es que pueden ser difíciles de alcanzar, lo cual lleva a frustración y abandono. En lugar de establecer metas gigantescas, es mejor empezar con metas más pequeñas y alcanzables, y luego incrementarlas conforme vayas avanzando. Por ejemplo, si deseas correr un maratón, comienza con corriendo por 5 minutos por sesión y construir hacia arriba.

Falta de planificación adecuada

Un propósito de año nuevo sin un plan es simplemente un deseo que habita en el mundo de la fantasía. La falta de planificación concreta es otra razón clave por la que los propósitos de año nuevo fallan. Si deseas comenzar a hacer ejercicio, necesitas definir cuándo, dónde y cómo lo harás. ¿A qué hora irás al gimnasio? ¿Qué tipo de ejercicios harás?

Haz un plan detallado y escribe todos los pasos necesarios para alcanzar tu objetivo. Crear un calendario, establecer recordatorios y preparar todo con anticipación te ayudará a convertir tu propósito en una parte de tu rutina diaria.

Falta de compromiso con el proceso

La motivación inicial puede ser alta, pero suele disminuir con el tiempo. Para cumplir con tus propósitos de año nuevo, es importante comprometerse no solo con el resultado, sino también con el proceso. La clave está en construir hábitos que respalden tus objetivos.

Por ejemplo, si tu meta es «leer más libros», debes crear el hábito diario de leer, aunque solo sean 5 páginas al día. Es mejor enfocarse en pequeños pasos consistentes que sean sostenibles a largo plazo en lugar de intentar cambiar todo de golpe.

Exceso de ego y autoconfianza

El exceso de confianza puede ser otro obstáculo para cumplir los propósitos de año nuevo. Creer que simplemente porque decidiste algo serás capaz de hacerlo sin esfuerzo puede llevarte al fracaso. La disciplina y el compromiso son esenciales.

Y no, El Secreto, los decretos al universo y basura motivacional de ese calibre, no funcionan.

Aceptar que necesitarás cambios constantes y ajustes en tu estilo de vida para alcanzar tu meta es crucial. Reconoce que podrás fallar, pero eso no significa abandonar; el verdadero progreso viene de aprender y adaptarte cuando las cosas no salen como esperabas.

Barreras psicológicas: miedo al fracaso y procrastinación

El miedo al fracaso y la procrastinación son barreras comunes que evitan que las personas cumplan sus propósitos. El miedo al fracaso a menudo paraliza, llevando a evitar el compromiso total. Por otro lado, la procrastinación surge de la incomodidad de enfrentarse a un reto.

Una forma de superar estas barreras es enfocarte en las acciones pequeñas y concretas. Por ejemplo, si te da miedo ir al gimnasio por miedo a hacer mal los ejercicios, empieza por mirar videos de ejercicios en casa o pedir ayuda a un entrenador personal. Pequeños pasos te ayudarán a construir confianza y vencer la resistencia inicial.

Falta de un método

Muchas veces queremos el cambio sin comprometernos a investigar una forma efectiva que nos ayude. Es fácil emocionarse con la idea de un nuevo comienzo, pero sin un método adecuado para alcanzar nuestros propósitos, es poco probable tener éxito. Para lograr cambios significativos, es esencial dedicar tiempo a estudiar y aprender diferentes estrategias que han demostrado ser efectivas. Esto implica encontrar recursos, como libros, cursos o guías, que proporcionen un enfoque estructurado para establecer hábitos sostenibles.

Importancia de medir el progreso

Una de las claves para mantener el rumbo es medir tu progreso regularmente. Si no llevas un registro de lo que estás logrando, es fácil perder motivación o desviarte del camino.

Utiliza herramientas como diarios, aplicaciones para seguimiento de hábitos o simples listas de verificación para mantenerte consciente de tu progreso. Al ver las pequeñas victorias diarias, te sentirás motivado para continuar.

Para cumplir tus propósitos de año nuevo

La razón principal de por qué no se cumplen los propósitos de año nuevo suele ser la falta de planificación, expectativas poco realistas y una visión limitada del proceso necesario para cambiar. Al comprender estas barreras y adoptar un enfoque más estructurado, puedes aumentar significativamente tus posibilidades de éxito.

Super importante para mí como monje budista es ser constante y paciente. Es algo que todos podemos lograr, pero hay que meternos en la cabezota que el cambio no ocurre de la noche a la mañana. Comienza con pequeños pasos, establece hábitos consistentes y celebra tus avances. Ahora que entiendes cómo cumplir tus propósitos, ¿qué paso darás hoy para acercarte a tus objetivos?

Estás a tiempo. ¡Toma acción hoy mismo! Define un propósito claro, haz un plan y da el primer pequeño paso. Tu futuro depende de las decisiones que tomes ahora.

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Cinco hábitos del Budismo Zen que mejorarán tu vida

Cinco hábitos del Budismo Zen que mejorarán tu vida

Cinco hábitos del Budismo Zen que mejorarán tu vida.

Me parece curioso y divertido que el concepto de «modo monje» está muy de moda en los blogs de productividad, pero muchos de ellos están escritos por personas que no tienen idea de lo que es ser un monje ordenado en una tradición milenaria. Se van por lo que ven en videos de YouTube, pero los hábitos del Budismo Zen son mucho más profundos y hermosos.

Por esa razón, decidí escribir este artículo. Estos son los hábitos que he desarrollado como monje Soto Zen, y que considero pueden aportar profundamente a la vida de cualquier persona, sin importar su camino o creencia.

1. Práctica inquebrantable de meditación

La práctica de Zazen, o meditación sentada, es el pilar del Budismo Zen. No sirve para nada. No te vuelve una persona más exitosa ni más bella. Es tonto y aburrido. Y justo por eso lo practicamos.

No he parado de practicar Zazen ni un solo día, desde hace más de 20 años. No hay descansos y tampoco hay días de licencia por enfermedad. Todo es Zazen.

En mi experiencia personal y en la enseñanza de los textos sagrados, Zazen es mucho más que una simple técnica de meditación; es una manera de vivir y experimentar el momento presente. Esta práctica nos enseña a ser testigos de nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, permitiéndonos una mayor claridad mental y una profunda paz interior.

Zazen no solo tranquiliza la mente, sino que también nos abre a una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. En el silencio y la quietud, aprendemos a observar la naturaleza impermanente de todas las cosas, lo cual es esencial para desarrollar sabiduría y compasión. Esta práctica diaria es una fuente de fortaleza y estabilidad en mi vida, y recomiendo encarecidamente su adopción para aquellos que buscan una vida más plena y consciente.

Si quieres instrucciones para comenzar en Zazen, lee a Nishijima Roshi, aquí.

2. Dedicar mis esfuerzos al beneficio de los seres vivos

La compasión o Karuna, es el corazón de los hábitos del Budismo. Shakyamuni enseñó que todos los seres desean ser felices y estar libres de sufrimiento, y esta comprensión debe guiar nuestras acciones. En mi vida como monje, he aprendido que dedicar mis esfuerzos para el beneficio de otros no solo ayuda a aliviar su sufrimiento, sino que también enriquece mi propia experiencia y comprensión de la vida. Me da una dirección para caminar y facilita todas las tomas de decisiones. Si hay algo que solo me beneficia a mí, no lo hago.

Esta práctica de compasión se manifiesta en actos de generosidad, palabras amables, y en el compromiso de trabajar por un mundo más justo y compasivo. Al centrarnos en los demás, rompemos las barreras del ego y nos conectamos más profundamente con la interconexión de todos los seres. Es un hábito que transforma tanto al individuo como a la sociedad.

3. Agradecer por mis alimentos

En la tradición Soto Zen, cada comida comienza con una oración de gratitud. Es uno de los hábios del Budismo Zen que más me ha cambiado, pero que más trabajo cuesta para muchos. Esta práctica me ha enseñado a reconocer y valorar el esfuerzo y los recursos que se necesitan para producir cada alimento que consumimos. La gratitud fomenta la humildad y una profunda conexión con la vida y el mundo que nos rodea.

Agradecer por los alimentos es un recordatorio diario de nuestra dependencia de la naturaleza y de otros seres humanos. Nos enseña a no dar nada por sentado y a vivir de manera más consciente y sostenible. La gratitud es una poderosa herramienta para cultivar una actitud positiva y un corazón abierto hacia la vida.

Al principio se siente extraño… pero la mente comprende y poco a poco este hábito va transformando tu relación con los alimentos.

Te invito a que lo intentes con el Gatha de los Alimentos:

Esta comida viene por los esfuerzos
de todos los seres vivos del pasado y del presente,
y es medicina para nutrir nuestra práctica.
Ofrecemos estos alimentos de muchas virtudes y sabores
al Buda, al Dharma y a la Sangha,
y a toda la vida en cada reino de la existencia.
Que todos los seres vivos del multiverso
tengan suficiente alimento.

Terminar con una reverencia un poco más larga y sincera.

4. Acepto el silencio como práctica espiritual

El silencio es un aspecto fundamental en mi camino espiritual. En el silencio, encontramos un espacio para la introspección y la conexión con nuestro verdadero ser. El mundo que nos hemos construido está lleno de distracciones y ruido que pueden alejarnos de nuestra esencia y verdad interior. El silencio nos ofrece un refugio, un lugar para recalibrar nuestro ser interior y escuchar la sabiduría que reside en nosotros.

Esta práctica de silencio no es simplemente la ausencia de palabras, sino una forma activa de escucha y presencia. En el silencio, podemos descubrir respuestas a preguntas que el ruido constante de la vida cotidiana a menudo ahoga.

5. Estudio y práctica de una filosofía de vida

El Budismo no es solo una religión o una filosofía; es una forma de vida. Estudiar y practicar las enseñanzas del Buda, como las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple, ofrece una guía clara para vivir una vida ética y significativa. Estos principios me han ayudado a desarrollar una mente más clara, un corazón más compasivo y una vida más equilibrada.
Pero esto solo viene con el hábito de la lectura y el estudio.

Una filosofía de vida basada en los principios budistas nos ayuda a navegar las complejidades de la existencia con mayor sabiduría y compasión. Nos enseña a abrazar la impermanencia, a vivir con integridad y a buscar el bienestar de todos los seres. Es un camino que nos lleva hacia el crecimiento y la transformación personal.

Conclusión

Estos cinco hábitos del Budismo Zen han sido fundamentales en mi vida y desarrollo espiritual. No tienes que ser monje o monja para ponerlos a prueba en tu experiencia.

Cada uno de ellos ofrece una perspectiva única y valiosa para mejorar la calidad de nuestra vida y nuestras relaciones con los demás. Al adoptar estos hábitos, no solo nos beneficiamos nosotros mismos, sino que también contribuimos al bienestar y la armonía de nuestro entorno.

Por favor, intenta explorar estos hábitos en tu vida diaria y a descubrir por ti cómo pueden enriquecer tu experiencia del mundo.

Si necesitas aprender más sobre hábitos y practicar conmigo, este taller te interesa. ¡Estamos por comenzar!

Adiós a los malos hábitos

Adiós a los malos hábitos

Adiós a los malos hábitos

Todos tenemos hábitos que nos avergüenzan o que mantenemos en secreto. Sabemos que están mal, pero seguimos con ellos. Por ejemplo, admito ante todo el mundo que me muerdo las uñas. Es un hábito que a veces se va, y otras regresa. Y es que los malos hábitos son esas persistentes prácticas que destruyen lentamente nuestra calidad de vida, felicidad y éxito. Dicen adiós a los malos hábitos quienes han entendido que estos no solo son acciones repetitivas, sino cadenas que restringen nuestro potencial.

Desde procrastinar hasta fumar, los malos hábitos pueden parecer nuestros compañeros inocentes en nuestro cotidiano, pero en realidad causan infelicidad que se manifiesta en muchas áreas de nuestra vida.

Este post es solo informativo y menciona algunas ideas recopiladas de diferentes fuentes, pero como siempre he dicho: si necesitas ayuda con algún mal hábito y es más grande que tú, ve con un profesional que te guíe. Siempre es buena idea ir a terapia psicológica. Por favor no lo descartes.

La destructiva naturaleza de los malos hábitos

Los malos hábitos son destructivos porque operan bajo el radar, fortaleciéndose con cada repetición. A nivel psicológico, estos hábitos crean un ciclo negativo de recompensa inmediata, proporcionando satisfacción a corto plazo a expensas de nuestras metas y salud a largo plazo.

Con más frecuencia de lo que imaginamos ofrecen una recompensa inmediata, placer o alivio que parece resolver una necesidad o deseo instantáneo. Estos pueden variar desde la impermanente euforia de consumir alimentos poco saludables hasta la gratificación instantánea de procrastinar tareas importantes.

La recompensa instantánea actúa como un refuerzo positivo, grabando el hábito en nuestras rutinas diarias y circuitos neuronales. Sin embargo, aunque satisfacen en el corto plazo, estos hábitos nos atrapan en un ciclo perjudicial, sacrificando nuestro bienestar a largo plazo por un placer momentáneo, y a menudo nos dejan en una peor situación que antes.

Las adicciones de todo tipo son hábitos destructivos que tienen muchos matices. Pero al final son hábitos que podemos mejorar, si sabemos cómo y si tenemos la ayuda adecuada.

Identificar y comprender las recompensas inmediatas es crucial para desmantelar los malos hábitos y reemplazarlos con otros más saludables y beneficiosos.

El cambio es posible y real

A veces los malos hábitos puedan parecer invencibles. Muchos se rinden porque no saben qué hacer. Pero la realidad es que, con las técnicas y estrategias adecuadas, el cambio es posible. La comprensión de cómo se forman los hábitos y cómo funcionan nuestros cerebros es fundamental para deshacer los patrones negativos. Aquí es donde entra la neurociencia y la psicología positiva, ofreciendo esperanza y métodos para un cambio duradero.

Identificación: el primer paso hacia el cambio

El primer paso para decir adiós a los malos hábitos es identificarlos. Esto parece sencillo, pero en realidad, requiere una introspección profunda y honestidad. Reconocer los desencadenantes, las acciones y las recompensas de nuestros malos hábitos es crucial. Un diario de hábitos puede ser una herramienta efectiva para este proceso, ayudando a rastrear cuándo y por qué recurrimos a ciertos comportamientos.

Estrategias basadas en neurociencia

La neurociencia ha revelado que los hábitos están profundamente arraigados en el circuito neuronal del cerebro, especialmente en una región conocida como los ganglios basales. Sin embargo, también ha demostrado que el cerebro es increíblemente plástico y capaz de cambiar y adaptarse. Técnicas como la reatribución y meditar ayudan a reformar las vías neuronales, permitiendo la formación de nuevos hábitos saludables.

Reatribución: Consiste en asociar el deseo intenso de un mal hábito con una actividad más positiva. Cada vez que surge el impulso, se redirige la acción hacia algo beneficioso.

Mindfulness: Practicar la atención plena nos ayuda a ser más conscientes de nuestros pensamientos y acciones, permitiéndonos detener los malos hábitos en su origen y reemplazarlos con respuestas más saludables.

Psicología Positiva: Enfocarse en el Fortalecimiento

La psicología positiva se centra en fortalecer las cualidades y comportamientos positivos en lugar de simplemente erradicar los negativos. Esto incluye:

Establecer metas claras y positivas: En lugar de simplemente intentar «dejar de fumar», establece un objetivo positivo como «llevar un estilo de vida saludable».

Gratitud y reflexión: Tómate un tiempo cada día para reflexionar sobre los progresos y agradece por los pequeños éxitos en el camino hacia el cambio.

Mejorar nuestros hábitos es una tarea sin fin

Decir adiós a los malos hábitos no es un evento único. Ese es un muy buen aspecto porque siempre estamos tratando de ser mejores personas. Es un proceso continuo de autodescubrimiento, adaptación y compromiso. Con cada pequeño paso hacia el cambio, nos despedimos repetidamente de esos comportamientos destructivos y abrimos nuevas puertas a una vida más saludable, feliz y satisfactoria.

Conclusión

Los malos hábitos pueden ser destructivos, pero no son invencibles. Con las estrategias adecuadas, basadas en la comprensión de la neurociencia y reforzadas por la psicología positiva, es posible un cambio duradero. Identificar, reemplazar y fortalecer son las claves para una transformación exitosa. Así que, con cada decisión consciente y cada nuevo hábito saludable, decimos una vez más, adiós a los malos hábitos.

Y claro, siempre es mejor trabajar en nuestros hábitos, cuando tenemos guía, un método y un grupo de apoyo. En nuestro taller de hábitos, aprendemos y caminamos juntos. ¡Te espero!

Hábitos productivos para darle energía nuclear a tu día

Hábitos productivos para darle energía nuclear a tu día

Hábitos productivos para darle energía nuclear a tu día

Los humanos, como muchos otros mamíferos, estamos hechos con base en hábitos. No nos percatamos de ello, pero todo lo que hacemos está dictado por el poder de las rutinas establecidas a lo largo de la vida. Hay hábitos que nos hacen prosperar y, cuando desconocemos siquiera qué son, los hábitos negativos pueden destruir nuestra existencia. Sin embargo, cuando tenemos hábitos productivos, todo en nuestra vida mejora.

Hablar de hábitos productivos no se refiere a los que aplicas en el trabajo y que producen dinero. Se trata de las rutinas de vida con las que logramos enfocarnos en lo importante. Con ellos es posible crear una mejor existencia, con más salud, capacidad de aprendizaje y sí, enfoque en el trabajo o escuela.

Entendido así, los hábitos productivos se convierten en el combustible nuclear que impulsa nuestras vidas hacia el éxito. Al igual que una planta nuclear genera energía a través de procesos controlados y eficientes, nosotros podemos diseñar nuestros días para maximizar el enfoque y la productividad.

La ciencia de los hábitos productivos

La neurociencia nos muestra cómo los hábitos, una vez formados, se convierten en patrones automáticos que el cerebro sigue con poco esfuerzo consciente. Este proceso libera recursos cognitivos para tareas más complejas, aumentando la eficiencia. Por ejemplo, un estudio publicado en ‘Neuron’ sugiere que los hábitos pueden liberar nuestra atención para concentrarnos en actividades más creativas y de alto nivel.

Ejemplos de hábitos productivos

1. Meditación Matutina: Comenzar el día con 10 minutos de meditación puede mejorar la claridad mental y reducir la ansiedad. Esto establece un tono de calma y concentración para el resto del día.

2. Planificación del día: Tomar unos minutos cada mañana para planificar y priorizar tareas asegura que te concentres en lo más importante, como recomienda ‘The 5 AM Club’.

3. Ejercicio regular: La actividad física regular, incluso breve, mejora la energía y la concentración, y reduce el estrés.

4. Técnicas de gestión del tiempo: Métodos como la Técnica Pomodoro ayudan a mantener el enfoque durante períodos cortos, intercalando descansos para mantener la mente fresca.

5. Dieta equilibrada e hidratación: Alimentar el cuerpo con los nutrientes adecuados y mantenerse hidratado son esenciales para un funcionamiento cerebral óptimo.

Cómo integrar hábitos productivos en tu rutina

1. Pequeños pasos: Comienza con cambios pequeños. Si la meditación es nueva para ti, empieza con sesiones de 5 minutos e incrementa gradualmente.

2. Consistencia: La clave está en la repetición. Establece horarios fijos para tus hábitos. Por ejemplo, planifica tus tareas cada mañana a la misma hora.

3. Monitoreo y ajuste: Lleva un diario de hábitos o usa aplicaciones para rastrear tu progreso. Ajusta tus rutinas según lo que funcione mejor para ti.

4. Rodearte de influencias positivas: El entorno juega un papel crucial en la formación de hábitos. Rodéate de personas que reflejen los hábitos que deseas cultivar.

5. Recompensas: Establece pequeñas recompensas para motivarte. Por ejemplo, después de una semana de ejercicio constante, date un pequeño capricho.

Conclusión

Adoptar hábitos productivos es como alimentar un reactor nuclear con el combustible adecuado. Te permiten mantener un alto nivel de energía, enfoque y eficiencia, tanto en la vida personal como profesional. Al comprender la ciencia detrás de los hábitos y seguir consejos prácticos para integrarlos en tu vida diaria, puedes transformar radicalmente tu productividad y bienestar general.

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Cinco estrategias para construir hábitos duraderos

Cinco estrategias para construir hábitos duraderos.

Los humanos nos sentimos fascinados con historias de éxito de algún atleta, artista o empresario. Hacen que la imaginación vuele y queremos vivir las mieles de sus logros. Es curioso como nuestra atención selecciona solo el resultado final, pero está ciega a la forma en que nuestros héroes han entendido que construir hábitos duraderos para llegar a donde están.  

Y es que en nuestra cultura de cambio es constante, la capacidad de construir hábitos duraderos es más valiosa que nunca. Estos hábitos no solo mejoran nuestra productividad y salud mental, sino que también nos impulsan a alcanzar nuestros objetivos a largo plazo. La clave para mantener la motivación necesaria para sostener estos hábitos está en una combinación de técnicas psicológicas y estrategias prácticas.

Relación entre disciplina y hábitos

Sé que la palabra “disciplina” da pie a apatía y pereza. ¡A nadie nos gusta! Pero es más necesaria que nunca. ¿Qué es? La disciplina es la habilidad de motivarse y mantenerse enfocado en la consecución de objetivos a largo plazo, incluso cuando se presentan obstáculos o distracciones. Es como un músculo mental que nos permite resistir la gratificación inmediata en favor de beneficios futuros. Básicamente es la práctica consciente de elegir acciones que nos acercan a nuestras metas, en lugar de optar por lo que nos proporciona satisfacción instantánea pero volátil.

Importancia de la disciplina en la construcción de hábitos

La disciplina es un ingrediente esencial para construir hábitos duraderos. Al principio, cuando un hábito es nuevo y aún no está arraigado, la disciplina actúa como el puente entre la intención y la acción. Sin disciplina, es fácil ceder ante la pereza o las distracciones. ¡Y hoy en día tenemos más que nunca! La disciplina nos ayuda a mantener el curso hasta que la acción deseada se convierta en un hábito automático. Por ejemplo, puede requerir una considerable cantidad de disciplina levantarse temprano para hacer ejercicio cada mañana, pero con el tiempo, este comportamiento se convierte en una parte natural de nuestra rutina diaria.

Disciplina y éxito a largo plazo

La disciplina no solo es crucial para establecer hábitos, sino que también es fundamental para mantenerlos a largo plazo. Es común que la motivación falle de vez en cuando, pero la disciplina asegura que continuemos progresando hacia nuestros objetivos, incluso cuando la motivación es baja. En muchas situaciones, la disciplina es lo que nos mantiene en el camino cuando enfrentamos desafíos o fracasos. Esta capacidad de persistir a pesar de las dificultades es lo que nos lleva a la realización de objetivos a largo plazo. La disciplina, por lo tanto, no es solo una herramienta para la formación de hábitos, sino también un componente fundamental para el logro y el mantenimiento del éxito en todas las áreas de nuestra vida.

Aristóteles decía: Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito.

Por eso hoy comparto 5 tácticas para construir hábitos duraderos:

1. Establecimiento de metas pequeñas y medibles

Para construir hábitos duraderos, es fundamental comenzar con metas pequeñas y alcanzables. Según estudios en psicología del comportamiento, cuando logramos pequeñas victorias, nuestro cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Establece metas diarias o semanales que sean fáciles de cumplir para mantener un ciclo positivo de logros y motivación.

2. La regla de los dos minutos

Originada del libro «Hábitos Atómicos» de James Clear, la regla de los dos minutos se enfoca en iniciar un nuevo hábito dedicándole solo dos minutos al día. Este enfoque reduce la resistencia a empezar y permite que la acción se convierta gradualmente en un hábito regular. Por ejemplo, si quieres desarrollar el hábito de leer, comienza leyendo solo dos minutos cada día.

3. Creación de señales ambientales

Nuestro entorno juega un papel crucial en la formación de hábitos. Según el libro “El Poder del Hábito” de Charles Duhigg, las señales ambientales pueden desencadenar comportamientos automáticos. Para construir hábitos duraderos, ajusta tu entorno para que te recuerde y te motive a actuar. Por ejemplo, si quieres hacer ejercicio regularmente, coloca tu equipo deportivo en un lugar visible.

4. El método de la cadena

Popularizado por el comediante Jerry Seinfeld, este método implica marcar un calendario cada día que se realiza el hábito, creando una cadena visual de éxito. El objetivo es no romper la cadena. Esta técnica no solo proporciona satisfacción visual, sino que también refuerza el compromiso con el hábito a largo plazo.

5. Reflexión y ajuste

Construir hábitos duraderos no es un proceso lineal. Habrá días en los que falles, y está bien. Lo importante es reflexionar sobre qué funcionó y qué no, y hacer los ajustes necesarios. La flexibilidad y el aprendizaje continuo son esenciales para mantener la disciplina y la motivación a largo plazo.

Conclusión

Construir hábitos duraderos es un camino lleno de altibajos. Sin embargo, con las estrategias y la información correctas, como establecer metas pequeñas, aplicar la regla de los dos minutos, ajustar el entorno, utilizar el método de la cadena y reflexionar regularmente, es completamente posible hacerte de hábitos que te ayuden para el resto de tu vida.

Al integrar estas técnicas en tu vida diaria, estarás bien equipado para mantener la disciplina y la motivación necesarias para alcanzar tus objetivos a largo plazo.

Pero crear hábitos en soledad puede ser un reto enorme. ¿Qué mejor que compartir un método probado y con un grupo de personas como tú? En enero 2024 comenzamos con la más reciente versión del taller de hábitos, Shojiki. ¡Inscríbete hoy!

Hábitos para una vida saludable y plena

Hábitos para una vida saludable y plena

Hábitos para una vida saludable y plena

Somos hábitos, aunque no lo sepamos apreciar ni darle la importancia que merece esa afirmación. Esto tiene notas muy positivas y otras no tanto. ¿Alguna vez te has detenido a pensar que cada bocado que llevas a tu boca, cada minuto que pasas en el sofá, incluso cada respiración que tomas podría estar acercándote a una vida de enfermedad y malestar, o alejándote de ella? La verdad, aunque incómoda, es que muchas de nuestras elecciones diarias nos conducen a un camino de deterioro físico y mental. Es posible tener hábitos para una vida saludable y plena, si tienes la suficiente información.

Los hábitos son los hilos invisibles que tejen nuestra vida. Forman el carácter que define quiénes somos. Cada acción habitual, desde la manera en que nos cepillamos los dientes hasta las horas que dedicamos a nuestro trabajo o hobbies, contribuye a la estructura de nuestra vida diaria. Estas acciones repetidas, con el tiempo, se convierten en hábitos que pueden ser tan arraigados que a menudo operamos bajo ellos de manera inconsciente. Sin embargo, esta rutina automática, aunque cómoda, puede ser una espada de doble filo: los hábitos negativos, una vez establecidos, pueden conducirnos a un ciclo de resultados no deseados que afectan nuestra salud, bienestar y relaciones personales.

Por otro lado, el poder los hábitos virtuosos tienen la capacidad de transformarnos en mejores personas. La construcción de nuevos hábitos, especialmente aquellos que son beneficiosos y alineados con nuestros valores y objetivos, puede tener un impacto profundamente positivo en nuestra calidad de vida. Iniciar un hábito positivo requiere inicialmente de un esfuerzo consciente y deliberado, pero con el tiempo, estas nuevas prácticas pueden llegar a ser tan naturales como las antiguas

El proceso de desaprender hábitos dañinos y adoptar otros más saludables es mucho más complejo que desarrollar nuevos hábitos. De eso hablaremos en otro post.

Hoy comparto algunas ideas para hábitos para una vida saludable y plena.

Consejos para una Rutina Equilibrada

1. Prioriza el movimiento

La humanidad es maravillosa. Hemos creado obras monumentales que ayudan a la civilización. Pero también hemos inventado cosas que destruyen nuestra calidad de vida. Una de ellas es la silla.

Si te pones a investigar, muchos problemas de salud y de movilidad vienen porque ponemos nuestro trasero en una silla por 16 horas del día. El cuerpo humano evolucionó para moverse. La inactividad no solo atrofia los músculos, sino que también afecta negativamente nuestra salud mental.

Incorpora actividades físicas que disfrutes en tu rutina diaria. Ya sea una caminata, yoga, o incluso baile en tu sala, el movimiento es un pilar fundamental en los hábitos para una vida saludable y plena.

La mejor postura es la que no dura. Muévete.

2. Alimenta tu cuerpo con lo que necesita para prosperar

La comida no es solo combustible; es información para tu cuerpo. Una adecuada para tu cuerpo y mente, envía señales de salud y bienestar a cada célula de tu ser. Al elegir conscientemente lo que comes, estás tomando una decisión directa sobre tu salud futura. Siempre es buena idea acudir con un profesional de la nutrición que te ayude a diseñar hábitos alimenticios personalizados.

3. La meditación es tu ancla mental

La meditación es mucho más que un momento de paz en un día ajetreado. Es una herramienta poderosa para el manejo del estrés, la ansiedad y la promoción de la claridad mental. Incluso unos pocos minutos al día pueden marcar una gran diferencia en tu salud mental y emocional, reforzando los hábitos para una vida saludable y plena. No tienes que ser budista para meditar, aunque investigar sobre budismo es dar mucha potencia a tu práctica de meditación.

4. Conexión social y tiempo en la naturaleza

No subestimes el poder de una buena conversación o un paseo por el parque. La conexión social y el tiempo en la naturaleza son esenciales para nuestro bienestar espiritual y emocional. Estos elementos nos ayudan a mantenernos conectados, tanto con nosotros mismos como con el mundo que nos rodea.

5. Higiene del sueño

El sueño es el tiempo de reparación y rejuvenecimiento de tu cuerpo. Por desgracia lo vemos como un lujo o actividad para el fin de semana. Pero no. Sueño de calidad requiere conocimiento y disciplina. Es decir, es un hábito. Establece una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para descansar. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán.

La integración de los hábitos en tu vida

Adoptar hábitos para una vida saludable y plena no es un cambio de la noche a la mañana, sino una evolución constante. Cada pequeña decisión cuenta y se suma para formar el mosaico de tu salud. Desde la elección de escaleras en lugar del elevador, hasta dedicar unos minutos a meditar antes de dormir, cada acción es un paso hacia una mejor versión de ti.

Con estas ideas, el objetivo no es solo vivir más tiempo, sino vivir mejor. Los hábitos para una vida saludable y plena no se tratan de restricciones o de vivir en un régimen estricto; se tratan de crear un equilibrio que funcione para ti, permitiéndote disfrutar de una vida llena de energía, salud y bienestar.

Hoy es el día perfecto para dar un pequeño paso y revisar tus hábitos actuales y elegir con inteligencia, no con ego. Cada elección que haces es una oportunidad para nutrir tu cuerpo, mente y espíritu. ¿Estás listo para comenzar? Te invito a nuestro taller de hábitos donde exploramos juntos un método probado para logra soltar hábitos negativos y crear nuevos. ¡Comenzamos pronto!