La diferencia entre placer y felicidad

La diferencia entre placer y felicidad

Es triste ver que con mucha frecuencia la gente dice bromas como: «El dinero no es la felicidad, pero es mejor llorar en un Ferrari».

Esto genera risas y comentarios graciosos en las redes sociales, pero el hecho de que exista una broma al respecto dice mucho de cómo el concepto de felicidad se confunde con el de placer.

De pronto tener el último objeto de moda, el mejor viaje y las comodidades más lujosas, son sinónimo de felicidad.

Y esto no puede estar más lejos de la realidad.

El placer es una ilusión dependiente del lugar, del tiempo y del espacio. Además, el placer cambia de naturaleza y muy pronto se convierte en incomodidad.

¿No me crees? Piensa en esto: una porción de helado de fresa, es deliciosa y placentera. Dos porciones está bien. Con tres porciones estamos empalagados y comenzamos a toser por el enfriamiento. Y aunque nos esforcemos, no llegamos a la quinta porción y nos vamos a buscar lo siguiente que sea placentero.

Sin duda los objetos materiales y las experiencias relacionadas con el dinero, promueven un estado de contento. Pero nunca tenemos suficiente, ya que seguimos en la búsqueda del placer. Un nuevo móvil, un mejor viaje, un auto más lujoso, una pareja más atractiva, una mejor experiencia sexual… y la lista sigue hasta la eternidad.

Con esto dicho, es un grave error confundir felicidad con placer.

Felicidad es llegar a un profundo sentimiento de serenidad y satisfacción de la vida como está, independiente de apegos y aversiones. Incluye estar en paz con el pasado y con la idea de que todo en la vida es transitorio.

Es por esta razón que un campesino en Myanmar, que no tiene nada más que una modesta choza de paja, sea más feliz que un alto ejecutivo rodeado de lujos en el mundo capitalista.

No importa la cultura o el grupo étnico al que pertenezcamos, el ser humano siempre va a buscar la felicidad. Si esto es una gran verdad, ¿porqué disfrutamos tanto la amargura, la tristeza, la ira y los celos?

Debido a que estamos enamorados de nuestro ego. Buscamos tanto acumular experiencias y posesiones  que de pronto olvidamos aceptar la vida como está. Dejamos crecer al ego sin control alguno. Buscamos más reconocimiento, más velocidad, más placer… ¡Es una locura!

Hasta que no hagamos una revisión interna y seamos 100% honestos de cuál es la raíz de nuestra felicidad, seguiremos en esta eterna rueda de hamsters en la que sólo andamos sin llegar a ningún lado.

Cuando estemos contentos con las cosas como son, con lo que somos y tenemos. Cuando aceptemos a todos los seres vivos sin reserva, sin mentir, sin abusar y sin manipular; entonces habremos llegado a casa.

Y esta casa tiene un letrero pequeño y discreto que dice Felicidad.

 

 

(Pst, pst… la palabra clave de la felicidad es GENEROSIDAD, pero no le digas a nadie. Es secreto.)

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Con frecuencia nos preguntamos quién es el mejor. ¿Pero qué no estamos todos hechos de la misma bola de arcilla?

Todos deberíamos permanecer anclados con firmeza en donde no existe «mejor» o «peor».

Tu vida completa ha sido una locura porque te la pasas pensando que es obvio que existe un «yo» y «los otros». Actúas en esta ópera donde destacas de la muchedumbre, pero en realidad ni «tú» ni «los otros» destacan. Cuando mueras lo entenderás.

El buddha-dharma significa integración sin costuras. ¿Qué costura corre entre tú y yo? Tarde o temprano terminaremos actuando como si una costura separara a amigo y enemigo. Cuando nos acostumbramos a esto, pensamos que esta costura existe de verdad.

Pobres y ricos, importantes y no importantes… ¡Nada de eso existe! Sólo es brillo en las olas del mar. Aun así, hay quien maldice al Buda porque están atorados en la infelicidad o porque alguien es más feliz que ellos.

Felicidad y amargura, importante e irrelevante, amor y odio… Todo mundo hace un alboroto por estas cosas. El mundo donde nada de esto existe, es el mundo del hishiryo.*

En occidente dicen: «El hombre es el lobo del hombre». El primer paso en la filosofía es que los lobos deben dejar de morderse unos a otros.

En el buddha-dharma no hay tal cosa como ganar o perder, amor u odio.

Algunos quieren presumir su «iluminación». Pero es claro que algo que se tenga que presumir, no tienen nada que ver con la iluminación.

Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti

Traducido por Kyonin

* Hishiryo: Estado mental y filosofía de vida promovida en el Zen, donde se existe en el no-pensamiento. En palabras muy simples, es cuando nos liberamos de los apegos mentales y no complicamos los hechos de la vida con nuestros propios contenidos agregados.

Hishiry? fue descrito por primera vez por Master Dogen, creador del Budismo Zen, en su obra máxima Shobogenzo, escrita en 1235.

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Para ti, que piensas que el presidente es una persona importante

Aquel que busca su misión verdadera no querrá perseguir una carrera. Las personas que quieren ser presidentes no saben hacia que rumbo van en la vida.

Sus elecciones son tan importantes para ellos que los presidentes y políticos hacen lo impensable por conseguir votos. ¡Idiotas! Aun si me pidieran que yo fuera presidente, diría que no. «¿Qué tan tonto crees que soy?», diría.

Alguien pierde la elección presidencial y llora. La siguiente ronda gana la elección y sonríe a la cámara. ¿De todas formas, cuál es la diferencia entre políticos y niños? Funciona exactamente igual con un niño que llora: le ofreces algún dulce y una sonrisa termina con sus lágrimas.

Un poco más de madurez en los políticos sería bienvenida.

Quien usa su curriculum como plataforma para ser, es un fracasado. 

Había una vez un megalómano en el hospital de Sugamo que se llamaba así mismo «El Shogún Ashiwara». Se colgaba una medalla de cartón en su cuello y decía palabras dignas a todo el que conocía. Ahora que la guerra ha terminado, podemos ver con claridad que nuestros militares no eran diferentes. Y ahora quieren volver a instituir las medallas.

Luego de ganar la Guerra Ruso-Japonesa, pensamos que habíamos ganado colonias. ¿Pero en realidad qué ganamos? Luego de perder la Segunda Guerra Mundial, nos percatamos de que sólo habíamos ganado el odio de los rusos.

Todo mundo habla de lealtad hacia la madre patria. La pregunta es, ¿hacia dónde nos lleva este patriotismo?  Estaba yo muy convencido de Japón cuando fue a la guerra contra Rusia, pero después de nuestra derrota, me di cuenta que hicimos algo que nunca debimos.

En todo caso, es mejor no crear guerras nunca.

Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti

Traducido por Kyonin

NdT. A pesar de que este texto tiene palabras fuertes sobre la historia guerrera de Japón, Master Kodo toca el tema de la política y de los títulos. Una persona jamás valdrá más por sus títulos, sino por su calidad humana.

Zen y política nunca se han mezclado bien desde los tiempos de Master Dogen (1,200 – 1,253 dc), debido a que los políticos son la antítesis de toda la bondad humana. Desde entonces los maestros zen se han mantenido alejados de ellos. Es curioso, sin embargo, que algunos políticos han recurrido a la asesoría y consejo de los maestros zen a lo largo de la historia japonesa.

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Para ti, que no dejas de preocuparte por cómo te ven los demás

No puedes ni siquiera intercambiar un simple gas con la persona de a lado. Todos y cada uno de nosotros tiene que vivir su propia vida. No pierdas el tiempo pensando en quién será el mejor.

Los ojos no dicen: «Seguro, estamos un poco más abajo. Pero podemos ver».

Las cejas no responden: «Seguro, nosotras no podemos ver nada, pero estamos más arriba».

Vivir fuera del buddha-dharma significa satisfacer tus funciones por completo, sin saber que lo estás haciendo. Una montaña no sabe que es alta. El mar no sabe qué tan ancho y profundo es. Cada cosa del universo es lo que es, sin saberlo. El canto del ave y la risa de la flor aparecen de forma natural, independientes de la persona que está sentada meditando al pie del acantilado.

El ave no canta en honor de la persona en zazen. La flor no crece para sorprender a la persona con su belleza. De esa misma forma, la persona que está sentada en zazen no lo hace para obtener la iluminación. Todos los seres se percatan del yo, a través del yo, para el yo.

Religión significa vivir tu propia vida, completamente fresca y nueva, sin ser influenciado por nadie.

¡Oye! ¿Qué estás mirando? ¿No entiendes que estoy hablando de ti?

El imbécil no necesita sentirse apenado por ser imbécil. Los pies no tienen razón alguna para irse a la huelga por ser sólo pies. La cabeza no es lo más importante de todo, y el abdomen no necesita imaginarse que es el padre de todas las cosas.

Es extraño cómo la gente ve al presidente como si fuera una persona importante. La nariz no puede reemplazar a los ojos, y la boca no puede reemplazar a los oídos.

Todo tiene su propia identidad, misma que no puede ser ignorada por todo el universo.

Unos niños capturaron un ratón que ahora se retuerce en la trampa. Se divierten observando cómo el animal raspa con su nariz hasta sangrar y cómo se desgarra su cola. Al final lo arrojarán al gato para que se lo coma.

Si yo estuviera en el lugar del ratón, me diría: «¡Malditos humanos no se divertirán conmigo!». Y simplemente me sentaría en zazen.

Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti

Traducido por Kyonin

NdT: Este texto de Sawaki Roshi es un poco criptico y rudo, pero nos habla de que cada uno de nosotros es tan importante como el otro. Todos tenemos un lugar igual de fundamental en el universo. Pero no lo sabemos. Si nos sentamos a meditar, esa barrera de ignorancia se derrumbará y podremos ver la realidad como es: todos somos un solo ente. Todos somos el universo.

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Para ti, que empezaste a pensar sobre la vida *

Qué lástima que hayas nacido humano y que gastes tu vida entera preocupándote. Deberías alcanzar el punto en el que te sientas feliz por haber nacido humano.

Nacer, envejecer, enfermar y morir. No podemos tomar a la ligera estas verdades supremas.

La realidad es que manejarlas debería ser nuestra meta, sin estancarnos en categorías.

Me parece extraño que ni una sola persona considere con seriedad su propia vida. Es como cargar con algo crudo, sin cocinar, a través del tiempo. Y nos hace sentir cómodos el hecho de que los demás hacen lo mismo. A eso le llamo estupidez de grupo: pensar que debemos ser como los demás.

La iluminación significa crear tu propia vida. Significa despertar de la estupidez de grupo.

En lugares de Manchuria las carretas son jaladas por perros inmensos. El conductor cuelga un trozo de carne frente a la nariz del perro, y éste corre como loco para alcanzarla. Pero por supuesto que no puede. Le dan la carne hasta que la carreta llegó a su destino. Luego, de un sólo bocado, la devora.

Es exactamente lo mismo para la gente con sus sueldos. Hasta llegar el día de pago, corren tras el salario colgado frente a sus narices. Cuando les pagan, lo devoran y ya están listos para seguir persiguiendo el siguiente pago.

Nadie puede ver más allá de su propia nariz. Todos creen que sus vidas tienen algún significado, pero en realidad son como golondrinas: los machos consiguen comida, las hembras se sientan sobre los huevos.

La mayoría de la gente no tiene una forma clara de entender la vida. La viven con métodos hechizos, como cuando te untas pomada en un hombro acalambrado.

La pregunta es: ¿porqué tienes tanto estrés?

Si no tienes cuidado, pasarás toda tu vida deseando lo que tu mente de persona ordinaria sueña.

Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti

Traducido por Kyonin

 

*NdT: El título original es Para tí, que empezaste a rumiar la vida. Se refiere a pensar demás sobre algo, así como las vacas mastican dos o más veces su comida.

Para ti, que quisieras dejar a tus rivales en el polvo

Para ti, que quieres comenzar a meditar (zazen)

Érase que se era, habían 500 simios al servicio de los 500 discípulos del Buda. Un día los simios decidieron imitar todo lo que los discípulos hacían. Así que hicieron zazen, copiando con sus ojos, narices, vocas y con todo su cuerpo.  Entonces eran ya 1,000 discípulos del Buda los que estaban practicando zazen y alcanzando la iluminación.

Es por esa razón por la que deseo perseverar, aunque sea por imitación, la semilla de zazen.

Cuando practicas Zen, tiene que ser aquí y ahora, con todo tu ser. No dejes que el Zen se convierta en un rumor que no tiene nada que ver contigo.

Zazen es el Buda que formamos con nuestra carne viva.

Zazen significa poner en práctica lo que no puede enseñarse.

Zazen es el interruptor del dharma que enciende todo el universo.

Hacer algo significa hacerlo aquí y ahora. Es decir, significa no perder el poco tiempo que tienes en esta vida.

Cuando alguien me pregunta para qué sirve el zazen, respondo que no sirve para nada. Y entonces alguien me dijo que en ese caso, dejaría de sentarse en zazen. Pero, ¿de qué te sirve correr en círculos para satisfacer tus deseos? ¿Para qué sirve participar en juegos de apuestas? ¿Para qué sirve bailar? ¿Para qué sirve emocionarse por ganar o perder un juego de béisbol? ¡Todo eso no sirve para nada! Por esa razón nada es tan delicado como sentarse en silencio para el zazen. En pocas palabras, «bueno para nada» significa que no puedes ganar dinero con ello.

Con frecuencia la gente me pregunta por cuánto tiempo tienen que practicar zazen para ver los resultados.

Zazen no tiene resultados.

No obtendrás nada de hacer zazen.

Por Sawaki Kôdô Rôshi, de su libro Para ti

Traducido por Kyonin