por Kyonin | Jul 30, 2015 | Budismo, Meditación, Mindfulness, Vida
Ejercicio rápido 1: piensa en 3 cosas que te hacían feliz en la infancia.
A mi mente vienen memorias de mis tardes dibujando héroes y robots, jugando video juegos y de cuando mi bicicleta era un X-Wing Fighter volando por las trincheras de la Estrella de la Muerte. (sí soy friki desde muy pequeño)
Por supuesto tus recuerdos son distintos a los míos porque cada persona es diferente. Sin embargo todos tenemos algo en común. Tú y yo sabemos lo que infancia significa. La vivimos y ahí creamos mucha de nuestra personalidad y habilidades.
Pero esto no siempre es así. El concepto de infancia es nuevo para la humanidad. Antes del siglo XVII los niños eran considerados como versiones incompletas de adultos. No tenían derechos y se les ponía a trabajar en el campo o líneas de producción tan pronto eran capaces de tomar herramientas en las manos.
Si revisas la historia, hay una cantidad enorme de relatos de niños que trabajaban para llevar comida a la casa o que eran abandonados y absorbidos por algún malhechor.
Los tiempos han cambiado mucho, claro. Ahora las niñas y niños son considerados una joya preciosa y las sociedades del mundo trabajamos para protegerlos y educarlos.
Nosotros los adultos sabemos que es nuestro trabajo hacer un mundo en condiciones en las que los niños salgan adelante porque son el futuro de la especie. Esta es la base del éxito de la especie humana.
Pero aquí tenemos un problema muy grande y que no sabemos siquiera que está: los adultos no tenemos forma de entender el mundo de los niños porque estamos muy ocupados viviendo vidas de adultos.
No sabemos escuchar, mirar o si quiera imaginar lo que pasa en el mundo de nuestros pequeños y de nuestros adolescentes.
Es una gran barrera que nos está costando víctimas mortales por violencia en escuelas y, peor aún, por condiciones que ponen en peligro la salud como la obesidad.
Ejercicio rápido 2: piensa en 3 cosas que hayas vivido en la infancia y que tus padres no sepan.
A menos que lean este post, mis padres nunca sabrán lo mucho que me angustiaba cuando la maestra en la escuela me pasaba al frente a humillarme. O cuando un muchacho mayor que yo me aterrorizaba por ser obeso. O cuando las matemáticas parecían signos imposibles en el cuaderno.
Con seguridad tú también tienes muchas cosas de las que tus padres jamás se enteraron. Coincidirás conmigo que la infancia a veces se pone muy ruda. Demasiado.
Aunque la mercadotecnia nos venda el mundo de los niños como un lugar dulce y lleno de juegos y fantasías, en realidad puede ser oscuro y frío. ¿Lo recuerdas?
Los adultos olvidamos cómo entender a los niños y decidimos creer en un mundo infantil irreal.
Pero para los niños no lo es. Para ellos es la vida cotidiana y son tan jóvenes que cada problema que tienen es el problema más grande por el que han pasado.
Para nosotros un juguete roto o un dulce en el suelo no significa nada, pero para ellos es la destrucción de su mundo.
¿Qué tiene que ver todo esto con la meditación?
Los padres que meditan pueden olvidar el ego y ver por un momento la mecánica tan fina y delicada del universo infantil. Por unos minutos de práctica unimos nuestro corazón al de los pequeños para entender y desarrollar compasión. Ésta nos hace receptivos, a la vez que nos permite desarrollar paciencia necesaria para poder ser los mejores guías.
La práctica de la meditación nos permite ser niños por un minuto y penetrar en la angustia, el estrés y las pesadillas. Nos da elementos para ser útiles, no una carga o una razón de miedo.
Al mismo tiempo, los niños que practican meditación comienzan a desarrollar apertura, voluntad de ayuda y gratitud. Todo esto funciona porque resulta en que los pequeños se hacen más compasivos y dispuestos a colaborar en la familia y con todos sus círculos sociales.
En mi experiencia, las familias que meditan son más tranquilas y aunque hayan problemas, son capaces de resolverlos sin drama y sin gritos.
¿Tienes alguna experiencia meditando con tus hijos? ¡Comparte en los comentarios!
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Si necesitas aprender a meditar con tus hijos y ver los resultados en tu familia, te invito a Jizo, taller de meditación para niños y padres atolondrados. Aún hay lugares disponibles. CLIC AQUÍ.
por Kyonin | Jul 28, 2015 | Budismo, Editorial, Eventos, Meditación, Mindfulness, Ryokan GDL, Zen
Amigos en Guadalajara,
Éste es un pequeño aviso para que revisen la página del Grupo Zen Ryokan. Las sesiones para agosto de 2015 ya están programadas.
Los cambios a la página del Grupo son:
- Mejores indicaciones para llegar.
- Actualización de sesiones para los domingos de agosto de 2015.
- Liga de descarga para el cuaderno de sutras y versos.
- Liga a avisos en Twitter.
El último punto es importante porque será por Twitter que demos avisos y confirmaciones de las reuniones. Usaremos el hashtag #GrupoRyokanGDL. Y claro, también nos servirá para conversar 🙂
Para visitar la página del grupo, hacer clic aquí.
por Kyonin | Jul 27, 2015 | Budismo, Libro, Meditación, Mindfulness, Vida, Zen
Es muy rara la ocasión que acepto posts de otros bloggers, pero cuando lo hago es porque son demasiado buenos como para no hacerlo.
Hoy presento una colaboración e invitación de Juan Kid Buda Silva, mi hermano/maestro de dharma, gran amigo y artista extraordinario.
Disfrutemos sus palabras y sus muy acertadas tiras cómicas, que hacen sonreír, pero sobre todo, pensar.
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Hace 2 o 3 meses comencé a jugar en mi mente con la idea de unir la meditación, mi habilidad de dibujo y mi gusto por contar historias cortas en un sólo proyecto, hoy después de muchos bocetos, viñetas y rayones el asunto ha tomado forma en 2 ebooks y una App, ¡es sorprendente lo que sucede cuando unes tus pasiones!
Los 3 proyectos van muy de la mano y el primero en salir se llama Meditation Doodles o Meditación y Garabatos. Es un pequeño ebook recopilando 32 tiras cómicas, sin texto, que retratan con mucho humor, diferentes estados de ánimo, de la mente y del corazón por los que he pasado antes y a la hora de meditar.
La meditación es tan diversa como nuestra vida
No sé si todos los meditadores del mundo pasan por los mismos estados, lo que sí sé es que yo no soy un meditador perfecto, a veces me siento a meditar con el corazón hecho bolas, con la cabeza al revés, lleno de ira, sumido en la tristeza o con una deliciosa alegría, nunca es igual, es cierto que entre más medito más ecuánime es mi mente, pero en mis primeros años de meditar y en mis momentos de mayor caos, me siento como una bomba a punto de explotar o Hulk cuando me siento a meditar y es hasta que las cosas se acomodan durante la meditación que Juan se puede levantar del zafu mucho más en paz de como llegó.
Eso es lo que retrata el libro, el día a día de una práctica de meditación diaria, a la que me llevo lo que sea que traiga puesto en el corazón y el cerebro ese día.
Un libro para disfrutar, reír y reflexionar
La intención del libro es que te diviertas ojéandolo, que las imágenes te ayuden a reflexionar y con suerte, te inspiren a meditar más si ya lo haces o que te inviten a probarlo por primera vez. No es un ebook con el chiste de moda, no tiene muñequitos manga, no tiene mujeres con senos enormes ni hombres musculosos, no tiene perros ni gatos, lo que sí tiene son garabatos divertidos, inteligentes y llenos de esa cosa que la vida te da cuando tienes casi 40 años…experiencia de vida.
El ebook está disponible en la App Store de iTunes, ahí cuesta $128 pesos mexicanos o el equivalente en tu país, (¡Sí! está disponible en todo el mundo apple)
…o puedes comprarlo directamente conmigo desde $80 pesos mexicanos, sólo mandame un correo a nadamasjuan@gmail.com y platicamos.
por Kyonin | Jul 22, 2015 | Budismo, Meditación, Mindfulness, Vida
A pesar de que millones de personas en el mundo meditamos, muchos en la cultura occidental piensan que la meditación es una experiencia mística por la que debemos tener miedo o sentir una fascinación que raya en en lo absurdo.
Todas las semanas tengo prácticamente los mismos comentarios y dudas, para los que tengo la misma respuesta:
No, la meditación no es paranormal o mísitica. Meditar es una actividad puramente psicológica, probada y confirmada por la ciencia una y otra vez. Tiene efectos maravillosos para la concentración, salud física, destruye el dolor crónico, erradica el estrés; y promueve la compresión, generosidad y compasión.
Y también NUNCA me cansaré de decir que:
Antes de creer en rumores o las palabras de algún desconocido de Internet (principalmente el Chocobuda), hay que leer libros científicos y estudios serios sobre la meditación. Sólo así podemos tener criterios informados, no sólo de meditación y budismo; sino de todo lo que nos rodea.
Es cuestión de soltar la pereza y comenzar a investigar. De verdad no es difícil.
Y luego, por supuesto, la única manera que tenemos de saber si la meditación funciona, es practicando con dedicación y disciplina. El 100% de las personas que lo hacen y persisten, reportan este tipo de resultados.
Con esto afirmado, procedo a responder preguntas y mitos frecuentes de la meditación:
¿Cómo puedo poner mi mente en blanco?
Si alguien te dice que meditar es poner la mente en blanco, es porque no sabe meditar. La mente humana evolucionó para producir pensamientos. Es la manera en la que aprendemos y nos relacionamos con el universo. ¡Jamás se detiene!
Lo que buscamos con la meditación es mantener nuestra concentración en un sólo punto. Usualmente es la respiración, pero también puede ser un mantra o un punto en la pared. Así dejamos pasar los pensamientos sin aferrarnos a ellos.
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Meditar me dio miedo porque:
- Me balanceo de un lado a otro
- Sentí que caía
- Sentí que me elevaba
- Vi una luz blanca/morada/verde/roja/negra
- Siento un punto en la frente, en medio de los ojos
Nuestro cuerpo y mente están hechos para el movimiento constante. Cuando nos dejamos de mover y nos quedamos quietos por más de 10 minutos, el cerebro buscará moverse con cualquier pretexto. Generará ilusiones, picazón, vibraciones, tensión, piernas dormidas… ¡lo que sea!
Todas las sensaciones físicas que tengas al meditar, sobre todo durante el primer año, son reflejos de tu cerebro revelándose porque se niega a la inmovilidad. Pero justo para eso entrenamos meditación, para que éstas sensaciones terminen y llegue la paz interior.
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Al meditar veo:
- Escucho voces
- Veo un anciano/ángeles/dioses/duendes/hadas/dragones/Reyes Magos/Batman/Pac-Man/cualquier criatura imaginaria
- Mi cuerpo desde arriba
- Cómo se doblan las cosas, estilo cuadro de Dalí
- Una espiral/cualquier figura o patrón fractal o geométrico
Todo tipo de alucinaciones al meditar, son un acto de rebeldía. A la mente no le gusta estar concentrada y usará todo tipo de artimañas para estar distraída. El remedio es simple: abre los ojos un par de minutos.
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Me dijeron que meditar:
- es del diablo
- hára que un demonio/espíritu me posea
- dejaré mi cuerpo para siempre
La meditación y el yoga, así como todas las filosofías asiáticas, están bajo ataque constante por las religiones abrahámicas (catolicismo, islam, judaísmo). Esto está fundado en ignorancia y el miedo de perder clientes. Cuando encuentres a alguien que habla así de la meditación, sugiero que mejor leas algún libro o reporte de la neurociencia de la meditación.
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Cuando medito siento calor/frío/presión en:
- La espalda
- Abdomen
- Manos
- Pies
- Coronilla
Al meditar concentramos nuestra atención en un punto, haciendo que la mente esté más alerta del presente. Eso incluye tu cuerpo. Muchas de las sensaciones al meditar son las de toda la vida, pero por primera vez les estás notando. Todo tipo de efecto físico al meditar es completamente normal. Entre más practiques, menos atención prestarás a estas sensaciones.
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Cuando medito siento que fluye la energía/chi.
Muy cierto. El ser humano es un generador de energía eléctrica que fluye por todo el cuerpo. Al meditar somos más sensibles a ella y es posible notar su paso en el cuerpo.
No tiene nada de paranormal, lo que pasa es que al meditar estamos tan serenos y concentrados.
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Cuando medito no me puedo concentrar por el ruido exterior.
Nunca habrá un momento ideal para meditar, así que meditamos con lo que hay. Si hay ruido, nos sentamos con el ruido y prestamos atención a él. Si hay calor, nos sentamos con el calor. Igual cuando hay frío. Con esto entrenamos la mente a aceptar la vida como es y a afinar nuestra concentración.
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¿Es normal quedarme dormido?
Sí. De hecho, una siesta mientras se medita es muy reparadora y feliz. Sin embargo, en la medida de lo posible, manténte despierto.
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¿Se puede meditar acostado?
Sí. Así meditamos cuando estamos enfermos o con alguna imposibilidad de movimiento. Es ideal poner una almohada bajo las rodillas para mantener la espalda recta y no cansar las piernas.
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¿Cuál es la mejor hora para meditar?
Depende de cada persona. Experimenta con diferentes horas del día y quédate con la que te sea más cómoda.
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¿Puedo meditar con música/meditaciones guiadas/mantras/incienso?
Sí, aunque es mejor concentrarse sólo en la respiración o un punto de la pared o suelo. Además es ecológico y muy barato.
El incienso es particularmente útil porque facilita concentrarse en la fragancia al respirar.
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Después de meditar termino llorando y llegan recuerdos/imágenes del pasado.
Esto es tu mente procesando información que necesita enfrentar. Cuando esto pase, medita con más dedicación. El dolor del pasado se irá y quedará la calma.
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¿Es normal querer ir al baño mientras medito?
Sí. Eres humano. Cuando esto pase, suspende la meditación y ve al baño. ¡No queremos accidentes! Aunque es preferible ir al baño antes de tu sesión de meditación.
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Estaba meditando y se movieron cosas.
Casualidad pura. Meditar no mueve muebles o cuadros o libros. Lo único que mueve es tu ego.
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¿Qué debo comer para tener una mejor experiencia al meditar?
De ser posible, come alimentos naturales cocinados por ti. Pero esto no es magia, es sentido común. La comida de fábrica te enferma. La comida de verdad, te cura.
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¿Lo estoy haciendo mal?
La única manera de meditar mal, es no meditando. Cualquier esfuerzo que hagas por meditar, aunque sea por 1 minuto, es mejor que cero.
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¿Cuánto tiempo debo meditar?
Lo ideal son 15 o 20 minutos, pero si no hay tiempo, 1 minuto es mejor que cero. Lo que importa es la intención y la disciplina.
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Al meditar siento:
- Mis chackras
- El tercer ojo
- Fundido al universo
- Luz dorada
- Mi cuerpo se expande
- Que floto
- No reconozco letras o números
- Hablo lenguas que no conozco
Éste tipo de fenómenos son nos indican que estás en meditación profunda y el hemisferio derecho de tu cerebro está funcionando a todo vapor. En este estado suceden todo tipo de introspecciones profundas porque el ego y toda la lluvia de basura mental se ha detenido.
Aquí la mente es libre para procesar información y entender conceptos abstractos como el tiempo, relatividad, gratitud, conexiones con la vida, compasión, y una larga lista de etcéteras. Es el punto al que se llega luego de años de disciplina, aunque hay quienes lo experimentan por breves instantes durante las primeras semanas de práctica.
En este nivel de práctica la vida del meditador cambia y se vuelve un lugar más cómodo. Pero ese es material para un post futuro.
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Preguntas de lectores
Tania Rosas: Muy seguido se me duermen los pies y me duele la espalda, ¿pasará con el tiempo?
Sí, entre más medites, tu umbral de inmovilidad se irá haciendo mayor. ¡Por eso hay que practicar diario!
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Tania Rosas: ¿Ojos abiertos o cerrados?
Para principiantes, los ojos cerrados. Para no tan principiantes y practicantes de zazen, ojos entrecerrados para dejar pasar luz y no tener sueño o fantasías.
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Tania Rosas: ¿Cuál es la meditación de zazen? ¿En qué se diferencia de las demás?
La meditación zen se llama zazen. Es diferente por que no es guiada, no produce imágenes y sólo se observan los pensamientos pasar, sin juzgarlos ni comentarlos. Pronto escribiré más al respecto y vienen un par de sorpresas 🙂
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Citlalli Zavala: Quisiera saber, ¿qué es lo que piensas sobre la relación que tiene la física cuántica con la meditación?
No tengo una opinión aún. No he leído lo suficiente, así que me documentaré más al respecto 🙂
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Todo mundo: ¿Lo estoy haciendo bien?
Sí. La única manera de meditar mal, ¡es no meditando!
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¿Tienes alguna pregunta no cubierta en esta lista? ¡Escríbela en los comentarios!
por Kyonin | Jul 16, 2015 | Compasión, Generosidad, Meditación, Mindfulness, Zen
El bullying siempre ha estado entre nosotros, aunque antes tenía otros nombres. Es parte de la humanidad porque nuestra naturaleza de mamíferos siempre tenderá a demostrar superioridad ante un posible adversario o competencia. Ésta conducta la podemos observar en distintos simios como babuinos, gorilas y chimpancés.
Los humanos, claro, lo llevamos al extremo porque cubrimos los impulsos evolutivos con ego; mismo que crece cada vez que humillamos a alguien. Así aseguramos nuestra posición como seres dominantes y demostramos que nadie se debe meter con nosotros. Es una suerte (muy primitiva) de seguro de tranquilidad.
Al mismo tiempo tenemos reglas morales, espirituales y religiosas que nos ayudan a pensar antes de actuar. Igualmente, las culturas del mundo hemos desarrollado ética y valores que nos impiden ir matando gente por la calle; lo cual es muy bueno y nos ha traído hasta este punto en la historia. Gracias a estas reglas podemos pensar con bondad y empatía.
Sin embargo, esta conducta primitiva la tenemos todos y en algún punto de nuestra vida, todos hemos sido bullies (matones, gandallas, hojaldras, ventajosos y muchos sustantivos más).
Si el bullying es natural al ser humano, ¿por qué nos asusta?
Por que en estos tiempos es mucho más salvaje que nunca y por que estamos comenzando a ver víctimas mortales en muchos países del mundo. Y las cosas no parecen mejorar.
Nuestros niños han suspendido la compasión, la capacidad de empatía y toman la violencia como necesaria para divertirse y asegurar su lugar en la sociedad.
Es un problema muy complejo y un simple post es insuficiente para decir todo lo que implica, pero sí puedo mencionar algunas causas que van desde la alimentación; los medios masivos de difusión y la presión que imponen en los niños; la permisividad y falta de disciplina por parte de padres; y la cobardía del anonimato en las redes sociales. La lista de causas puede seguir, pero si tuviera que mencionar la más importante para mi es:
Nuestros niños no entienden el valor de la compasión porque los padres ya no la están entendiendo.
En la era del egoísmo justificamos hacer lo que sea para ganar dinero, poder o posición social. Mentimos, traicionamos, manipulamos, torcemos la ley y abusamos de quien sea con tal de tener más. Ésto es aprendido por los niños, así que para ellos es natural.
Es terrorífico en verdad. No es de soprender que cada vez haya más muertos y niños más jóvenes detrás de los crímenes.
La práctica de la compasión es una prioridad si queremos hacer que el problema se detenga. Pero esto comienza con la educación de nosotros los adultos.
Aquí es donde entra la meditación como práctica personal para entendernos a nosotros mismos y abrir el corazón a una verdad suprema: todos los seres vivos somos capaces de sentir dolor y de sufrir.
Cuando meditamos dejamos ir los pensamientos ególatras, enfocamos la atención a un sólo punto y estimulamos áreas del cerebro asociadas con la bondad y el altruismo.
Los niños que meditan son más tranquilos y con la práctica, van ampliando su mente para entender que son parte de un sistema interconectado de seres vivos. Así, la compasión llega su vida y son mucho menos propensos a hacer bullying.
Si los padres meditan al menos 20 minutos y hacen de ésta actividad algo cotidiano, los niños lo verán de forma natural y su curiosidad los llevará a preguntar para luego intentarlo.
Así que si tienes hijos, considera la meditación como actividad familiar.
Los resultados te sorprenderán.
por Kyonin | Jul 14, 2015 | Budismo, Eventos, Meditación, Mindfulness, Talleres, Vida, Zen
En estos tiempos conectados y en los que todos tenemos un teléfono móvil en la mano, nuestros niños están creciendo demasiado rápido. Están expuestos a problemas que antes no habían, duermen menos, son más apáticos; pero a la vez están muy presionados por demostrar que tienen ventaja sobre los demás.
Esto crea angustia, depresión y mucha responsabilidad, lo que impacta en sus relaciones sociales, rendimiento académico y cada vez son más violentos.
Sin darnos cuenta hemos estado perdiendo el control de las cosas al grado de que el bullying es un problema que crece y no sabemos cómo detener.
Solución
A pesar de que la cultura obliga a nuestros chicos a mantenerse al límite de sus emociones y nervios (sin mencionar las angustias que trae todo esto a los padres), sabemos que hay un mejor estilo de vida. Existe una manera más inteligente de que los niños aprendan a manejar sus emociones para ser felices mientras, al mismo tiempo, ayudan a los demás a estar bien.
La meditación es una práctica fundamental que no tiene edad, religión ni clase social. Es una actividad natural al ser humano que formará niños que busquen el camino de la paz, capaces de mayor concentración en sus actividades y formarán lazos más fuertes con su familia y amigos.
Por eso creamos Jizo, taller de meditación para niños y padres atolondrados.
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