Pollo Teriyaki a la Chocobuda. Platillo para dos personas, dos días (4 porciones grandes). Preparado en casa en menos de 30 minutos. Costo: MX$70.00 / US$5.8 / €4.25
A pesar de que una de mis pasiones es la cocina, este no es un blog culinario. Sin embargo, las peticiones han sido muchas y no tengo más que obedecer la voluntad de todos los que me escribieron. 🙂
Esta es la receta del pollo teriyaki que cociné la semana pasada y del cual incluí una foto en el post anterior. Es barato, fácil de preparar y es simplemente delicioso.
Y claro que no te ibas a librar del mensaje chocobudista. Al final hay una lista de todo lo que implica la experiencia de cocinar.
Pollo Teriyaki a la Chocobuda
Pollo
Medio kilo de pollo, cortado en cuadritos
1 taza de calabaza cruda, picada en cuadros de 1 cm
1 taza de zanahoria cruda, picada en cuadros de 1 cm
1 taza de brócoli crudo, sin tallo, cortado en «arbolitos»
Ajo en polvo al gusto
Sal al gusto
Salsa de soya al gusto
2 cucharada de aceite
Preparación
Calentar 1 cucharada de aceite en un wok o cazuela de teflón. Cocinar el pollo hasta que se haya secado el agua. Agregar 1 cucharada de aceite, los vegetales, el ajo, la sal y la salsa de soya. Mover constantemente para que no se sobre cuezan los vegetales, pero que sí se calienten. La idea es que las zanahorias queden cocidas pero crujientes.
Arroz al vapor
2 tazas de arroz
2 1/4 tazas de agua
Preparación
Lavar el arroz al chorro de agua, por 3 minutos, moviendo con la mano constantemente. Con esto le quitamos el almidón y residuos.
En una cazuela de teflón, poner a calentar el arroz con el agua hasta que comience a hervir. Bajar la flama al mínimo, tapar la cazuela y contar 10 minutos. Repito: 10 minutos. El tiempo es muy importante y nada de abrir la cazuela.
Apagar el fuego y dejar la cazuela tapada por 10 minutos más. Repito: sin abrir la cazuela. De lo contrario interrumpirás la cocción y tu arroz quedará duro.
Abrir la cazuela y esponjar el arroz con un tenedor.
Salsa teriyaki
1/4 de taza de agua fría
1/4 de taza de salsa de soya (menos, si no la quieres muy fuerte)
2 cucharadas de fécula de maíz (Maicena)
3 cucharadas de azúcar moreno
Ajo en polvo al gusto
Gengibre en polvo al gusto
Preparación
Fuera de la estufa, combinar MUY bien todos los ingredientes en una cazuela pequeña. Poner al fuego hasta que hierva, luego bajar la flama al mínimo y dejar que se cocine por 3 minutos, moviendo constantemente.
Para servir
En un plato grande poner una cama de arroz, servir el pollo y vegetales encima. Bañar con la salsa. Decorar con cacahuates salados.
Notas chocobudistas
Aunque parezca tonto, el cocinar tus propios alimentos tiene muchas enseñanzas o dharma.
Conexión con tus alimentos. Cuando preparas tu propia comida te estás conectando con la Madre Tierra y con el trabajo que hay para que un plato llegue a tu mesa.
También controlas la calidad de lo que comes y siempre queda como a ti te gusta.
Aprendizaje. Como he mencionado antes, cocinar es una habilidad para la vida y no es una actividad restringida a un género. Sin sabes cocinar, siempre es muy bueno aprender poco a poco. Quizá no te salga bien a la primera, pero te aseguro que con paciencia y práctica, mejorarás. Y si te fijas, así es la vida misma.
Cultivas amor gentil. Al cocinar para ti, estás queriéndote y fomentando tu auto estima. Cuando un platillo te queda rico, sin que te des cuenta estarás de mejor humor.
Cultivas generosidad. Parte de la experiencia humana de comer es que es una actividad social. Y no hay nada mejor que comer acompañado de alguien especial. Preparar alimentos para tus amigos y pareja son actos de generosidad por definición.
Cultivas atención y concentración. Nada mejor que el riesgo de cortarte con un cuchillo al cocinar, para aprender a poner atención a lo que haces. Es un método fuerte, pero créeme que funciona. El tener algo en el fuego, estar batiendo una mezcla, mientras preparas una ensalada, todo al mismo tiempo, te forzan a poner atención a todo, a estar presente.
Cultivas disciplina. El cocinar requiere toda tu atención, pero también hábitos sanos. El poner empeño en tener todo limpio, bien lavado y desinfectado son disciplinas que te ayudarán a la vida.
Cultivas el Camino Óctuple. Cocinar usa casi todos los ocho factores del camino que nos lleva a la vida tranquila, al nibbana. Al decidir que es mejor cocinar que gastar en un restaurante, estarás practicando Visión Correcta e Intención Correcta. Al poner todo tu ser en preparar un platillo, estás cultivando Acción Correcta, Esfuerzo Correcto, Atención Consciente Correcta y Concentración Correcta.
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Cocinar es una actividad que se puede llegar a disfrutar mucho. Es cuestión de empezar a hacerlo y estar atento a todas las lecciones que vienen incluidas.
¿Te gustaría compartir alguna anécdota de la cocina? ¡Adelante, que para eso están los comentarios!
Pollo Teriyaki a la Chocobuda. Platillo para dos personas, dos días (4 porciones grandes). Preparado en casa en menos de 30 minutos. Costo: MX$70.00 / US$5.8 / €4.25
Hace muchos años, cuando adopté el minimalismo, me di cuenta que mis hábitos de vida estaban cambiando. Por un lado había modificado mi gusto por los placeres simples de la vida y la cero o poca decoración, pero por otro comencé a mejorar mis finanzas personales por medio de pequeñas acciones inconscientes.
Sin darme cuenta estas nuevas actitudes de consumo me pusieron mucho más atento a lo que uno gasta en pequeñas cosas y no te percatas hasta que te sientas y haces cálculos.
No pretendo ser economista y tampoco puedo hablar de cómo se mueven mejor las inversiones personales. Para eso tenemos el sitio maravilloso de mi amiga So, Blog y Lana.
Soy un ciudadano normal que apretó los tornillos en gastos inútiles. Esto resultó en mejores experiencias de vida en muchos sentidos y me ayudó a comprender sobre sostenibilidad, mi comunidad y abracé con más cariño al minimalismo.
Aquí comparto algunas de esas acciones.
1. Reduce tus visitas al supermercado. Compra en el mercado local.
El comprar en el mercado significa realizar muchas acciones a la vez. Estás apoyando al comercio local, la producción nacional de alimentos, mejoras la ecología al comprar artículos de temporada y consigues mejores precios.
Cuando compras en el supermercado, compras todo más caro y te pierdes de una experiencia fundamental: el contacto humano.
Alguna vez experimenté comprando todo en el supermercado sin hablar una sola palabra. Llegué, puse mi compra en un carrito, fui a la caja registradora, extendí mi tarjeta de débito para pagar y salí. A pesar de que estuve rodeado de gente, no crucé palabra con nadie. ¿No es eso triste?
En el mercado local miras a la gente de frente, recibes sonrisas, puedes platicar del clima y algunos hasta se divierten regateando precios.
Reserva la ida al supermercado para las cosas que simplemente no puedas conseguir de otro modo.
2. Prepara tu propia comida
Nunca me canso de recomendar esto. Cocinar es muy divertido. Pero se pone mejor cuando te das cuenta todo el dinero que ahorras al preparar y comer en casa.
Sin duda ir a un restaurante es una linda experiencia. Te atienden bien, seleccionas algo del menú, comes, pagas y te vas.
El problema es que por lo que pagas por un plato de espagueti, puedes comer varios días en casa.
Cuando se trata de cocinar he escuchado todo tipo de pretextos. Es que se me quema hasta el agua. Es que es sólo para mujeres. Es que prefiero dormir más a desayunar. Es que soy feminista y no pienso ser esclava de los hombres nunca más. Es que no me da tiempo.
Perdón, pero todas estas excusas son insignificantes. Si tienes tiempo para ver la tele, tienes tiempo para preparar tu propia comida. Cocinar no es una actividad de género y tampoco es complicado. Es una habilidad para la vida. Así de fácil. Aprende.
Te reto a que hagas este ejercicio. Ve con otra persona a comer a un restaurante italiano. Pide espagueti a la boloñesa. Paga. Guarda el comprobante.
Al siguiente fin de semana vuelve a invitar a esta misma persona. Vayan juntos a comprar al mercado pasta, tomates, orégano, queso, sal y medio kilo de carne; pero tomen nota de todos los gastos. Cocinen en casa.
Al final comparen los gastos del restaurante contra los del mercado.
El resultado será que: ahorrarás mucho dinero y el nivel de diversión será maravilloso.
Bonus: Cocinar en casa mejora tu salud porque tú controlas la calidad de lo que comes.
3. Prepara tus propias salsas y conservas
En el mismo espíritu del punto anterior, el preparar tu propia catsup, salsas, aderezos y conservas te ahorrará mucho dinero.
¿No sabes cómo hacerlo? Te presento al Internet, la base de datos más grande de la historia de la humanidad. A parte de porno y Twitter, también encontrarás recetas y tutoriales en video para hacer lo que quieras.
También las conservas hacen un magnífico regalo para muchas personas.
4. Prepara tu propio café
Soy muy fan del café. Me encanta. Pero el comprar café preparado en cualquier cafetería es muy caro.
Ya sé que es muy cómodo comprar un capu-frapu-mega-oxi-turbo-super-chino deslactosado light y sentarte en un sillón a escuchar música de elevador, pero cuando lo haces diario, impactas tu economía.
Al igual que con el restarutante, no tiene nada de malo ir de vez en cuando o citarte con alguien para charlar. El problema es cuando compras café como hábito cotidiano.
Mejor prepara café en casa. Hay cafeteras de todos precios, grano de todo tipo y sabores también.
Bonus: El café de las oficinas es asqueroso. Mejor lleva tu propio café en un termo.
Bonus 2: Si compras café nacional, apoyas a los productores locales.
5. Cancela el cable
Tener tele por cable es uno de los gastos más tontos hoy en día.
Te someten a toneladas de anuncios, estás sujeto a la programación que la compañía te administra, tienes 300 canales que no ves ni escuchas y si quieres contenido premium hay que pagar más.
En estos tiempos la conveniencia de ver tu programación desde la computadora, es algo cotidiano. Ve las noticias en línea, baja tus programas y música favoritos o compra tus series y películas en DVD o BD.
De esta forma SIEMPRE tendrás contenido premium disponible y pagarás sólo una fracción de lo que le pagas a la compañía de cable.
Si tienes internet y teléfono por cable, pregunta por algún paquete que sólo te de estos dos servicios. Si tu compañía actual no los da, cambia. Hay muchas opciones en cualquier ciudad.
Bonus: Los libros no muerden y pueden darte mucho mejores experiencias de entretenimiento.
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Estas son sólo 5 ideas que pueden ayudarte a ahorrar dinero. Quizá en el corto plazo no se note, pero al final de un año te darás cuenta de todo el dinero que se te iba en esas pequeñas fugas.
Por supuesto esta compilación no está completa. ¿Qué acciones minimalistas de ahorro tomas en tu casa?
Las luces del escenario se encienden, se abre el telón y aparece un hombre vestido de etiqueta. Porta en la cabeza un turbante color oro.
Hola, mi nombre es Chocobudix, el magnífico. Gracias por estar aquí. Esta noche tengo dos trucos para ti.
El primero es un truco donde demostraré mis capacidades místicas de visión remota. Esto lo aprendí cuando una tribu de monjes locos en los Himalayas me secuestró y me enseñó el secreto arcano de las palabras de poder Gungagulunga Gunga Gulungalunga. ¡Les advierto! No intenten repetirlas porque sólo traerán la mala fortuna del consumismo a sus vidas.
Así que pido silencio absoluto. Nadie escriba más. Nadie hable más.
El hombre se concentra, cierra sus ojos, pone los dedos índices en las sienes y respira profundamente. Los segundos pasan largos mientras los espectadores se preguntan qué pasará.
Puedo ver… con la concentración que los monjes lunáticos me transmitieron… puedo ver la siguiente verdad absoluta… espero que estés listo… Aquí va la verdad suprema de tu vida… La veo claramente:
Tu armario, cajones, libreros, mesas de centro, cocina… ¡todo está lleno de basura!
Tienes cosas que no necesitas, basura que has ido almacenando a lo largo de los años. Tienes libros obsoletos de la universidad, ropa que te dejó de quedar en los tiempos de los Bee Gees, la taza cuarteada que te regaló la abuela, la envoltura del chicle que te dio tu amiga en la primaria, el recuerdo del bautizo de tu sobrino que tiene cara de Chucky.
Con el poder de mi mente veo plumas con tinta seca, lápices mordidos, figuras de porcelana, cuadros que sólo guardan el polvo… Y en la cocina veo cazuelas que ya no usas, cucharas y sartenes que dan pena y que no tocas hace años.
Tu vida está llena de cosas. Cosas que no necesitas y dejaste de usar. Cosas que acumulan polvo, que no limpias y que forman parte de tu entorno hace tanto tiempo, que ni siquiera te das cuenta que siguen ahí.
Pero así como acumulas cosas y te aferras a ellas, así está tu mente. Con apegos y sentimientos que no te puedes quitar de encima. Con deseos antiguos, con aversiones que no has manejado y que se quedaron ahí, formando un tumor mental que no duele, pero estorba.
Con mis poderes místicos de visión remota, veo que tu vida está llena de basura.
El hombre abre los ojos, baja los dedos de las sienes y respira.
La multitud se queda en silencio, como para saborear las palabras que el gran mago acaba de decir. De pronto, a la derecha, alguien comienza a aplaudir. Un segundo después, toda la sala estalla en aplausos.
Chocobudix, el Magnífico agrade con reverencias a toda los asistentes.
Gracias, gracias.
Ahora para mi siguiente y último truco de la noche, presento para ustedes el misterio, la fantasía, lo esotérico, lo enorme, de este truco que aprendí en Lejano Oriente.
Ejecutaré el mundialmente famoso truco de La Caja Mágica. Pero antes quiero que guardes el secreto porque este truco es tan maravilloso, que lo puedes ejecutar tú mismo en casa.
Se escucha música de marcha en toda la sala, una asistente del mago sale al escenario, empujando una caja de cartón.
Esta es mi caja de cartón. Y es mágica. En ella se guarda todo lo que me sobra y todo lo que no necesito.
Y el truco consiste en seguir los siguientes pasos:
Pon una caja de cartón grande y vacía en la entrada de tu casa.
Ahora ve a tu armario. Revisa todo. Y lo que no utilices desde hace 1 mes, ponlo en la caja.
Luego ve a la cocina. Revisa cajón por cajón. Seguramente encontrarás cosas que no usas hace más de 1 mes. Pon todo eso en la caja.
Ve a tu librero y revisa. Hay libros que no abres hace 1 año. Ponlos en la caja.
Así, revisa toda tu casa. Cajones, estantes, herramientas, escritorio. Todo lo que no uses desde hace 1 mes, ponlo en la caja.
Y ahora viene la parte difícil.
El mago hace una pausa dramática, mientras ve hacia el infinito.
Cuando la caja esté llena, la vas a dejar ahí mismo, en la entrada de tu casa por un mes. Sí, escuchaste bien. Por un mes.
Y con mis poderes místicos puedo ver que durante 1 mes no necesitarás nada de lo que está en esa caja. Ni siquiera lo extrañarás porque si no lo has usado durante 1 mes, significa que no lo necesitas en realidad.
Al final del mes te darás cuenta que hay más espacio en toda tu casa, todo es más fácil de limpiar, no hay tanta saturación y podrás ver toda la basura que has acumulado en tu vida.
Y te preguntarás, ¿pero qué pasará con la Caja Mágica?
Eso depende de ti. Puedes donarla, tirarla a la basura, mandarla a reciclaje, dar lo que sirva a gente que lo necesite… lo que sea. Lo importante es que esa caja salga de tu casa.
Y con esto… ¡KAPOOM! ¡Toda la basura de tu casa desaparecerá!
Y para terminar, el gran final. Te doy el consejo supremo: repite el truco de la caja mágica cada año.
Los espectadores están en silencio total por varios segundos para después dar una ovación de pie al gran mago.
En el teatro se escuchan aplausos, silbidos y gritos de ¡Bravo!
Gracias, querido público. No olviden que estaré aquí hasta el próximo fin de semana y si tienen alguna fiesta infantil o minimalista, Chocobudix, el Magnífico, puede ir a dar otro gran espectáculo.
En últimas fechas he estado muy atento a cómo se ha estado desarrollando el movimiento minimalista en español y a pesar de que cada vez somos más los que nos ocupamos de llevar este sistema de vida, me doy cuenta que falta mucho para que la gente comprenda 100% nuestra escuela de pensamiento.
Hay muchas malas concepciones y mitos al rededor del minimalismo. Los más comunes los escribiré en esta lista para ir explicándolos.
Son unos conformistas
No. Los minimalistas no somos conformistas. De hecho nuestra búsqueda es muy grande y compleja porque trascendemos el hambre por lo material. El tener un auto del año no significa nada comparado con el poder de una mente en paz y lista para la toma de decisiones con sabiduría.
Claro que no negamos que simplemente es necesario tener una casa, que nos gusta dormir en una cama cómoda y que disfrutamos una buena comida.
La diferencia es que no nos obsesionamos con ello y mantenemos nuestras compras al mínimo indispensable para vivir bien.
Dices que eres minimalista porque eres pobre
No, digo que soy minimalista porque mi riqueza y felicidad están en los placeres simples.
Llevar el minimalismo como estilo de vida no significa tener poco dinero. Significa usarlo de manera inteligente y sólo para lo estrictamente necesario, haciendo buenas inversiones y reservando un poco para la vejez.
No descarto que muchos de nosotros estemos en situaciones económicas apretadas, pero esto le puede pasar a todo mundo.
Sin duda alguna, ser minimalista ayuda mucho porque enfocamos los recursos a vivir bien con poco.
Ser rico no significa tener mucho, sino necesitar menos.
Ser minimalista es ser mediocre
La mediocridad viene cuando tú mismo detienes tu desarrollo personal. De nuevo, nosotros medimos el credimiento con base en logros, aprendizaje y en el valor de nuestras relaciones personales.
Un nuevo sistema de sonido jamás podrá competir con la experiencia de vivir una tarde acompañado de amigos.
El comprar el mejor teléfono celular no significa nada comparado con el placer de terminar de leer una novela.
Un minimalista siempre está buscando conocer, leer y aprender. Ser minimalista es usar todo tu potencial y ser creativo de tiempo completo.
Nos liberamos de las cadenas del consumo sin sentido y volamos hacia cielos abiertos.
Ser minimalista es ser un valemadres*
No. Los minimalistas nos preocupamos y nos comprometemos tanto o más como cualquier otra persona.
La gran diferencia es que sabemos enfocar nuestras energías a lo que realmente vale la pena. Preocuparse por la economía, sólo hace el problema más duro.
Nosotros buscamos soluciones, trabajamos en resolver los problemas, no en hacerlos más grandes.
Un minimalista jamás se preocupará porque un auto no funciona, porque no puede comprar una televisión nueva o porque se rompió la taza que trajo la abuela de su último viaje.
Nos ocupamos en resolver y estar tranquilos porque la desesperación hace que tomes las peores decisiones.
*Modismo en español mexicano para indiferente o despreocupado.
¿Minimalismo? Más bien eres comunista
No. El comunismo es una corriente del pensamiento humano y económico que demostró en la práctica que no funciona.
Ser minimalista es aplicar los recursos en donde se necesita. No nos enganchamos en los trucos de la mercadotecnia y hacemos consumo responsable.
Estamos seguros que la mentalidad capitalista es incorrecta, justo por eso buscamos un equilibrio entre consumo, acumulación de capital y trabajo.
Vas contra la corriente. En esta sociedad tienes que consumir o no eres nadie
Incorrecto. El minimalismo ha probado una y otra vez ser una forma exitosa de sanear las finanzas personales.
También aprendemos a ver la mercadotecnia y la publicidad como instrumentos de venta terribles. Comprendemos cómo funcionan las necesidades implantadas y nos volvemos inmunes. Esto resulta en mejores decisiones de compra y hábitos de consumo.
Creemos que el valor de la persona está en sus actos y en su bondad, no en sus posesiones.
El minimalismo está en contra de la civilización. Si todos dejaran de comprar, se perederían millones de empleos y la economía se derrumbaría.
Si crees que la economía se derrumbaría, necesitas leer las noticias más seguido.
La economía del mundo está cayendo en picada porque convertimos nuestra civilización en un sistema insostenible.
No sé en que punto de la historia el ser humano se convirtió en un virus: llega a un lugar, se instala, se reproduce, consume todos los recursos y devasta el lugar; y se mueve a otro para repetir el patrón.
El hambre de dinero de las corporaciones hizo que este mundo se volviera peligroso y que nuestro desarrollo como especie se basara en la producción, mercadotecnia y venta.
Los minimalistas no dejamos de comprar. Al contrario, somos tan consumidores como todos. La gran diferencia es que lo hacemos con más información y nos involucramos más en los procesos.
Aplicamos el minimalismo a nuestro consumo de productos y de información; esto hace que nuestro impacto en el medio ambiente sea pequeño.
El minimalismo es una religión
No. A pesar de que el minimalismo tiene fuertes raíces budistas, no es una religión. Es una escuela del pensamiento humano que simplemente tiene mucho sentido en estos tiempos.
Como siempre en la raza humana, no descarto la posibilidad de que haya alguien que lo lleve al extremo, pero creo que serían muy pocos casos.
El minimalismo moderno nació por que el ritmo de vida y economía actuales son insostenibles.
Lo que es un hecho que no se puede negar, es que al tener una vida sencilla y enfocada hacia el interior de nuestras mente y corazón, se lleva una vida mucho más feliz, con menos preocupaciones.
Nadie más que tú es minimalista. Te vas a quedar solo
Al contrario. El camino minimalista ha puesto amigos y relaciones maravillosas en nuestras vidas. Formamos una comunidad internacional que comparte los mismos valores, nos reímos de la vida y nos ayudamos unos a otros.
De hecho, el camino de vida minimalista es tan maravilloso que produce mucha curiosidad y poco a poco la gente lo va conociendo más.
Al principio no nos entienden, pero cuando nos ven felices, sanos y más sonrientes, la gente se interesa y comienza a aplicar consejos que aportamos.
Somos muchos más ahora de los que éramos hace 10 años.
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Como ves, esta lista no está completa. Estoy seguro que hay muchos malos conceptos flotando allá afuera que necesitan ser desmentidos. ¿Quieres compartir alguno? ¡Adelante! Para eso están los comentarios.
Me encanta la tecnología y mi sustento depende de ella. Parte de mi trabajo es estar al día con nuevos protocolos de red, estándares de diseño y mil factores que determinan la producción en la industria visual.
Gracias a Internet y los avances tecnológicos es que este blog y los talleres que imparto son posibles. Estoy muy agradecido con todo el ejército de personas que han hecho posible todo mi estilo de vida.
Sin embargo hay algunas tecnologías que considero no son necesarias y que, a menudo, son más un estorbo y una carga económica. El ejemplo claro de esto es la conexión a Internet en el teléfono móvil.
Y es que mi experiencia personal de 2 años con una Blackberry me dejó mucho aprendizaje y, siendo el minimalista que ya conoces, comprendí que no volveré a contratar un plan de datos en mucho, mucho tiempo.
Esta pequeña lista es un poco de estas reflexiones.
Es una necesidad implantada
Por algún lugar de la red vi un cartón de Steve Jobs diciendo «la iPad te ayuda a hacer mejor muchas tareas que antes no tenías qué hacer». Yo siento lo mismo con el Internet en el celular.
A menos que tu trabajo y sustento dependan de ella, a menos que seas un reportero para BBC o AP, a menos que en tu oficina esté bloqueado el correo electrónico; la conexión móvil es innecesaria. Todas las personas que conozco que la usan para escribir cosas de extrema importancia como «Estoy tomando café JAJAJAJA» en Twitter y subir fotos de su comida a Facebook.
Soy muy fan de las redes sociales y mi sustento también depende de ellas. Claro que también escribo tweets de JAJAJA, pero no desde el teléfono.
Por supuesto que las redes sociales no son el único servicio que ofrece la conexión móvil. Podrías decirme que también está la navegación por GPS.
Lo que yo creo es que el mejor GPS es detenerte en una esquina y preguntar cómo llegar a tu destino. Es gratis, te acerca a la gente del lugar y usas algo que está en peligro de extinción: la comunicación frente a frente.
Y luego también está la publicidad. Todos los anuncios gritan «¡Tu vida apesta! Sólo la puedes mejorar cuando contrates con nosotros.» Los comerciales son maravillosos, nos presentan una realidad tan increíble que de verdad se antoja el nuevo Windows Phone. Pero si miras estos anuncios con ojos críticos, estoy seguro que podrás notar que en realidad no necesitas nada de lo que ofrecen.
En suma, creo que en muy pocos casos la conexión por el celular está justificada. Si eres realista y honesto contigo mismo, creo que llegarás también a esta conclusión.
Mi teléfono actual: un Really Dumb Phone
Los primeros 3 meses con Internet en mi BB fueron emocionantes. Hacía cosas tan intelectuales como ver YouTube cuando viajaba en el metro, mandar mensajes de «Estoy aburrido» a Twitter y ver mi posición en Google Maps.
Poco a poco la novedad se desgastó y el último año la Blackberry sólo me sirvió para escuchar música, tomar alguna que otra foto y, claro, llamar por teléfono. Los últimos meses de mi plan con Iusacell fueron toda una carga económica y el final se veía tan dolorosamente lejano que hasta tenía pesadillas.
Así que el diciembre pasado terminó mi castigo auto impuesto de dos años y corrí a cancelar mi contrato.
Mi alma y mi cartera suspiraron con alivio.
Pasé sin teléfono móvil unas cuántas semanas. Este tiempo me sirvió para darme cuenta que, por el negocio y por seguridad, sí necesito uno. También disfruto escuchar mi música, leer mis libros electrónicos y tomar fotos de vez en cuando.
Y estas fueron las directrices para comprar el nuevo equipo.
Tan pronto tuve oportunidad, conseguí un Samsung Tocco, que tiene todo lo que me gusta y no tiene plan de nada, sin GPS, sin apps y hasta sirve para llamar por teléfono. Funciona con pre pago y está bonito.
La vida sin 3G
De verdad no dudo que haya alguien que sí saque provecho real de las conexiones móviles. En mi experiencia personal, el 3G sólo fue un estorbo, una distracción y no contribuyó en nada a mi productividad.
Quizá en el futuro, si mi trabajo y productividad dependen de herramientas de telefonía móvil; o si un cliente me pide alguna aplicación para iOS o Android, regrese a un plan de paga. De momento me quedaré con mi sencillo teléfono.
La parte Smart de mi nuevo teléfono la llevo en una Moleskine y no necesito más que eso para ser productivo.
Tú, querido lector, ¿realmente usas tu conexión móvil para algo que no sea entretenimiento?
Mira con atención el siguiente video. Está tomado en varias tiendas en Estados Unidos, pero no está muy alejado de nuestra realidad.
Esta gente no estaba huyendo de un peligro mortal. Tampoco avanzaba para defender su país. Y mucho menos estaban tratando de ir a ayudar a una persona en desgracia. No. Estaban a punto de comprar.
Lo más horrible de esto es ver cómo la gente pasa por encima, pisa y destroza a los que cayeron, sin detenerse ni un segundo para ayudar. Lo único que les importa es comprar una televisión o algún otro artículo.
Después de verlo siento mucha tristeza porque esto es en lo que la humanidad se ha convertido. En una especie que atropella, aplasta y mata para conseguir lo que cree necesitar.
Todas estas personas que vemos en el video están motivadas por la mercadotecnia, que ha instalado necesidades en su cerebro. Piensan que necesitan un nuevo sistema de sonido o una máquina para hacer ejercicio. Están dispuestos a pelear por ello.
En sus mentes tienen la fantasía de que van a ahorrar. Creen que un descuento de 30% les evitará gastar $1,000 menos en un artículo, pero en realidad están gastando más porque están comprando algo que no necesitan. Si no lo compraran se ahorrarían el 100%.
Podrías pensar ah, pero eso está pasando en Estados Unidos, donde la gente está loca. Sin embargo yo me pregunto, ¿estamos tan alejados de eso?
Yo creo que no.
Y no es que nosotros tengamos un Black Friday, pero lo que tenemos es mercadotecnia por todos lados que nos grita que para demostrar amor en navidad, hay que comprar.
Así que si piensas gastar tu dinero navideño en regalos, yo te tengo una revelación:
El amor se demuestra con actos diarios, constancia, amabilidad y dedicación.
Una televisión nueva jamás reemplazará a una tarde de charla con un café en la mesa. La experiencia de escuchar y pasar tiempo con quienes nos preocupan demuestran mucho más que un artículo comprado en una barata.
Al final, un artículo comprado en barata dice que nuestra preocupación y cariño también son baratos y nada que compres en una tienda reemplazará la experiencia humana.
Ya sé que el viejo clichè de regale afecto, no lo compre puede sonar desgastado, pero cuando se comprende el minimalismo, adquiere un nuevo significado. Creo que el tiempo que pasamos encerrados en una tienda departamental podría ser mejor empleado caminando en el parque o en una reunión con amigos.
Mi punto es que realmente necesitamos dejar de comprar cosas que no necesitamos y comenzar a pasar tiempo con las personas que amamos.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi