por Kyonin | Dic 17, 2014 | Compasión, Comunidad, Productividad, Vida
La temporada de año nuevo siempre nos hace imaginar lo maravillosa que sería la vida si tan sólo pudiéremos cumplir nuestros propósitos. Algunos hacemos grandes listas con los cambios a efectuar, los saboreamos, competimos contra nuestros amigos y familia, nos prometemos que esta vez sí lo lograremos. ¡Es muy divertido! Al final de cuentas, volverse corredor es fácil, ¿correcto?
Luego de ese tornado de buenos deseos y planes, pasan las primeras semanas del año y la vida sigue inmóvil. Nada ha cambiado. Tiramos nuestros propósitos a la basura y decidimos esperar al siguiente enero para comenzar de nuevo con el ciclo.
Para muchos, ésto no es de cuidado. Si formulamos propósitos y no se cumplen, no pasa nada. Pero es todo lo contrario; fallar una y otra vez en nuestros propósitos tiene un costo muy alto en auto estima y en el concepto personal. Con el paso del tiempo nos volvemos apáticos, desesperanzados y conformistas.
Hay muchas razones por las que fallamos y están documentadas, pero existe un factor que todos pasamos por alto:
Fallamos porque todos los propósitos de año nuevo obedecen a motivos egoístas.
Todos los propósitos contienen la palabra YO de alguna manera. Quiero lograr/ganar/comer/mejorar/alcanzar… para mi y nadie más.
Cuando hacemos de nuestra vida un ejercicio de ego, nos ponemos muy cerca de la puerta del sufrimiento y de la apatía. Nos recluimos en nosotros mismos y dejamos de ver las conexiones que tenemos con la humanidad. Nos volvemos ingratos y, en general, personas poco gratas.
Entonces pregunto, ¿qué pasaría si tus propósitos sacan al ego de la ecuación? ¿Qué pasaría si tus metas para año nuevo se enfocan en mejorar y ayudar a los demás?
La respuesta a esas preguntas sólo las podrás entender cuando pongas manos a la obra. Lo que sí puedo decir es que la felicidad llega cuando abres el corazón y trabajas para los demás, sin pretender nada a cambio.
Altruismo, compasión, gratitud y generosidad son las características que necesitamos cultivar.
Al poner de lado tus intenciones egoístas, la vida mejora y poco a poco comienzan a llegar cambios positivos a tu vida.
Pero no me creas a mi, que no soy nadie. Sólo escribo cosas producto de la cafeína. Pon a prueba lo que digo. Te reto a que me desmientas practicando estos 5 hábitos positivos y de compasión para 2015:
- Pregúntale su nombre. Estamos rodeados de personas todo el tiempo. Algunas trabajan para ti y nunca has reconocido su labor, ni haz saludado siquiera. Este es un buen año para saludar, sonreír y aprender el nombre del barista, recepcionista, mesero, conductor. Verás que las puertas de la amistad se abren.
- Cuida tu cuerpo. Lo he dicho mil veces y lo seguiré diciendo: si tratas tu cuerpo como basurero, te responderá como basurero. Aprende de nutrición, olvida la comida de fábrica y sal a caminar. Si tu cuerpomente están limpios, le eres útil a la humanidad. La compasión comienza con uno mismo.
- No olvides a tus viejos. Padres, tíos o abuelos; todos tenemos familia en edad avanzada. Llámales, visítalos, ayuda, sal con ellos. Quizá para ti es una carga, pero para ellos es felicidad.
- Busca una causa. Pasamos el día en un escritorio preocupándonos por lo que sea. Es hora de tomar acción y encontrar una causa noble para colaborar. Créeme, es una muy buena manera de terminar con la angustia y crecer como persona.
- Lee libros. La ignorancia es muy costosa para la humanidad. Lee libros, sin ilustraciones y que no sean para colorear. Lee literatura para abrir tu mente. Lee superación personal para crecer. Lee para divertirte. Pero lee. Y cuando te canses, lee más.
Al escribir este post me doy cuenta de lo pequeña que es la lista de hábitos y lo mucho que hay por hacer en cuestión de compasión.
Pero si al menos uno de tus propósitos de año nuevo se apega a la compasión y generosidad, estarás colaborando con la humanidad, con tu felicidad y a cumplir la más noble de las metas: ayudar a todos los seres vivos a salir del sufrimiento.
—
Para aprender más sobre hábitos y cómo hacerlos permanentes, ven a Shojiki, el taller en el que la meditación es la espina dorsal del cambio.
por Kyonin | Dic 15, 2014 | Budismo, Meditación, Productividad, Talleres, Vida
Sigo con el tema de nuevos hábitos y pensando en el gran daño que la cultura de la recompensa inmediata ha causado.
Esto genera una avalancha de obstáculos que nos hacen fallar de maneras épicas al momento de querer mejorar nuestra experiencia de vida.
La sociedad parece aplaudirnos cuando alguien come mal por estar muy ocupado, dormir poco por dedicar tiempo a las fiestas, despertar tarde en fin de semana, o al empeñar el futuro con deudas de tarjetas de crédito.
Y ni qué decir de la mercadotecnia. Nos vende la fantasía de que con una píldora mágica/gadget/bebida/amuleto dormiremos mejor, bajaremos de peso o tendremos más energía.
Sin embargo, lo que todo mundo se esfuerza en ignorar es el hecho de que los nuevos hábitos se apoyan en la disciplina. No hay más.
No existen los milagros, la magia, la providencia, ni El Secreto. Sólo existe el trabajo, la dedicación y la constancia.
Para evitar el desarrollo de nuevos hábitos existe una gran colección de obstáculos, casi todos basados en nuestro gran y pesado ego. Aquí presento una pequeña lista:
- Pereza. Cuando decides no comenzar, lo cual es la madre de todas las fallas.
- Auto complacencia. «Sólo 10 minutos más», «Una galleta más no me dañará», «Sólo robaré esto y no lo haré más». Cuando el ego se monta en nuestros hombros y nos evita pensar para hacer cosas que él quiere, estamos siendo autocomplacientes. Este factor nos hace subir de peso, descuidar el cuerpomente y traicionar personas.
- Esperanza en la píldora mágica. La pereza y la autocomplacencia culminan cuando crees que un remedio automático cambiará las cosas sin esforzarte. No hay magia, sólo hay acción y disciplina. Eso es lo que cambia vidas.
- Seguir a la manada. La estupidez de grupo es muy peligrosa porque nos hace lanzar pensamientos como «Si todos lo hacen/tienen/bailan/usan, entonces es bueno». Así es como se cancela la razón y eso es lo que menos necesitas.
- Apego a las costumbres y tradiciones. Nada de malo seguir tradiciones. Lo peligros es dejar de cuestionarlas o mejorarlas.
- Miedo a experimentar. El miedo es una montaña enorme que crece sobre nosotros. Nos inmobiliza y nos vuelve tontos. Hace que dejemos de esforzarnos para crecer.
- Miedo al cambio. El cambio genera angustia porque nos hace levantarnos de nuestro trasero para poder actuar. Entre mayor es el miedo, más estancada estará nuestra vida.
- Ignorancia / falta de información. No leer y documentarnos sobre lo que queremos hacer cierra la mente y nos ciega ante opciones o soluciones que nos conviene. A diferencia de otras opiniones, creo que la falta de información genera angustia y miedo.
- Rebeldía. Cuando nuestra estupidez y ego alcanzan niveles épicos, evitamos cambiar porque «así soy, ¿y qué?». Sobra decir la cantidad de estancamiento que esto produce.
- Mala alimentación. Sí, leíste bien. Mala alimentación. A pesar de que la subestimamos, la nutrición es la clave de la vida. Comer alimentos procesados y abusar de las harinas nos vuelve pesados, deprimidos y apáticos. Es mucho más fácil generar hábitos duraderos cuando la nutrición es equilibrada.
¿Te has enfrentado con algún obstáculo fuerte al crear nuevos hábitos? ¡Comparte en los comentarios!
Si quieres aprender sobre hábitos y comenzar 2015 con el pie derecho, ven a Shojiki, el taller de hábitos donde nuestra espina dorsal es la meditación y la constancia.
por Kyonin | Nov 26, 2014 | Budismo, Productividad, Talleres, Vida
Nuestra cultura de la recompensa inmediata ha causado más estragos de los que imaginamos. Y los costos de querer todo aquí y ahora son muy, muy elevados.
A la vez, ésto genera una avalancha de obstáculos que nos hacen fallar de maneras épicas al momento de querer mejorar nuestra experiencia de vida.
La sociedad parece aplaudirnos cuando alguien come mal por estar muy ocupado, dormir poco por dedicar tiempo a las fiestas, despertar tarde en fin de semana, o al empeñar el futuro con deudas de tarjetas de crédito.
Y ni qué decir de la mercadotecnia. Nos vende la fantasía de que con una píldora mágica/gadget/bebida/amuleto dormiremos mejor, bajaremos de peso o tendremos más energía.
Sin embargo, lo que todo mundo se esfuerza en ignorar es el hecho de que los nuevos hábitos se apoyan en la disciplina. No hay más.
No existen los milagros, la magia, la providencia, ni El Secreto. Sólo existe el trabajo, la dedicación y la constancia.
Para evitar el desarrollo de nuevos hábitos existe una gran colección de obstáculos, casi todos basados en nuestro gran y pesado ego. Aquí presento una pequeña lista:
- Pereza
- Auto complacencia
- Esperanza en la píldora mágica
- Seguir a la manada
- Apego a las costumbres y tradiciones
- Miedo a experimentar
- Miedo al cambio
- Ignorancia / falta de información
- Rebeldía
- Mala alimentación
Sí, el número 10 es la mala alimentación. A pesar de que la subestimamos, la nutrición es la clave de la vida. Comer alimentos procesados y abusar de las harinas nos vuelve pesados y apáticos.
Es mucho más fácil generar hábitos duraderos cuando la nutrición es equilibrada.
¿Te has enfrentado con algún obstáculo fuerte al crear nuevos hábitos? ¡Comparte en los comentarios!
Si quieres un método efectivo para mejorar tus hábitos, ven a Shojiki, el taller de hábitos de Chocobuda.
por Kyonin | Nov 11, 2014 | Budismo, Meditación, Minimalismo, Productividad, Talleres, Vida
Así como 2014 comienza a morir, nuestros planes y energía para el año que viene aumentan día con día. En la mente vamos dibujando planes y propósitos para 2015 y estamos seguros que este año será el bueno.
Desgraciadamente los planes y las buenas intenciones no son suficientes. Es necesario cambiar nuestra mentalidad y tener un método para lograr lo que queremos.
Aquí es donde entre Shojiki, el taller de hábitos de Chocobuda. Éste ha sido nuestro taller más exitoso y muchas personas se han beneficiado de él porque tomamos la meditación como eje principal de la creación de nuevos hábitos.
Una de las acciones más nobles que podemos tomar es la creación de un hábito nuevo. Es el resultado de la irreverencia máxima, de querer tomar el control de nuestra vida, de retar el conocimiento convencional y a nuestros propios demonios.
¿Cuántas veces lo has intentado y fallado?
Forjar un nuevo hábito es emocionante pero sin una guía e inspiración, estamos condenados a repetir los errores.
Existen muchos métodos y enseñanzas para alcanzar este fin, pero casi todos se enfocan en el hábito mismo. No exploran la raíz ni lo que produce el impulso del cambio.
Shojiki es un taller 100% online diseñado por Chocobuda para cultivar un hábito que transforme tu vida, contrarrestando la locura y la prisa de la vida cotidiana.
Sí, leíste bien. Un sólo hábito.
Shojiki es la palabra japonesa que significa sinceridad, buena fe, honestidad, honradez, confiabilidad. Estos son los valores que promueven el cambio y son explorados mediante ejercicios 100% prácticos que impulsan la disciplina necesaria para el cambio.
Shojiki en una mirada
Evento: Shojiki, taller de hábitos
Facilitador: Kyonin
Inicia: Lunes 19 de enero, 2015
Disponibilidad: Limitada
Cierre de inscripciones: 15 de enero, 2015
Más información: elchocobuda ARROBA gmail.com
Más información
por Kyonin | Mar 4, 2014 | Productividad, Vida
Esta es la segunda parte de esta mini-serie. Para leer la primara parte, haz clic aquí.
No importa cuánto se quiera ignorar este hecho fundamental de nuestra naturaleza, el ser humano es un animal que se guía por instinto y por sensaciones.
Si algo nos agrada, lo repetimos. No hay más.
Esa es la base de todos los excesos. Bebemos y comemos por el puro placer de hacerlo, aunque también podemos caer en lugares oscuros que no mencionaré.
Entonces, si lo agradable es adictivo y aprender cosas nuevas es maravilloso, ¿por qué muchos de nosotros no lo repetimos más seguido? Por que el ego se interpone. Como mencioné en el post anterior, el ego es un gordo inmenso que vive encima de nosotros. Con su peso evita que nos movamos, que subamos y que salgamos adelante.
Pero cuando lo podemos vencer y rompemos el esquema de la comodidad, vemos que la vida se pone aun más interesante de lo que estaba.
Aprender es uno de los placeres más grandes que tenemos. Enriquece la vida, alimenta el espíritu y nos da habilidades que podemos utilizar en todos los aspectos de nuestra existencia.
Aquí presento algunas de las ventajas que trae el aprender cosas nuevas:
Nos da un gran sentimiento de aventura
Indiana Jones no es el único que puede descubrir templos perdidos. Nosotros mismos podemos romper esquemas y retar lo establecido cuando nos atrevemos a buscar el conocimiento.
Aprender algo nuevo incrementa el flujo de oxígeno en la sangre y nos hace sentir vivos.
Ayuda a adquirir disciplina
No hay nada malo con estar cómodos y tener una vida llena de pequeños gustos. El problema es cuando se nos olvida que la incomodidad es buena y es el detonante para buscar nuevas formas de comodidad.
Comenzar con lo básico de un nuevo idioma implica trabajo, investigación y práctica. Sólo se logra sacrificando descanso por ir a una academia o dedicar tiempo autodidacta.
Todo esto se reduce a la palabra más temida por todos: disciplina.
Promueve la investigación
La búsqueda por el conocimiento inicia cuando recabas información. Y eso siempre es bueno.
Aunque no llegues a aprender algo al 100%, digamos mandarín, la investigación te dará las bases para conocer aunque sea un poco más de algo.
Así la mente se abre y se expande.
Cuando aprendes algo nuevo, todos ganamos
Al adquirir conocimientos nuevos, le eres más útil al universo. Eso nos beneficia a todos, siempre y cuando se use para actos virtuosos, claro.
—
¿Yo? Sigo aprendiendo Linux y soy muy feliz con él. Me hace comprender un poco más cómo funcionan las computadoras (ordenadores) y el Internet. Me hace sentir hacker, aunque sólo sea un vil novato que a penas puede abrir Chrome. Es un reto intelectual que trae resultados positivos a mi vida.
¿Qué es lo que más has disfrutado aprender?
por Kyonin | Feb 24, 2014 | Productividad, Vida
Advertencia: este es un post largo. Así que ve por una taza de café o de té. En serio. 🙂
Además de sostener el cabello, las orejas, la gorra y las gafas, la cabeza sirve para alojar esa nuez gigante llamada cerebro.
El cerebro es el órgano que procesa la información que percibimos, administra procesos muy complejos como la respiración o el latido del corazón, nos ayuda a entender el mundo; pero sobre todo nos ayuda a aprender.
El proceso de aprendizaje y lo que hacemos con el conocimiento es lo que nos vuelve humanos. Podemos comenzar a utilizar herramientas, crear arte, trabajar y cambiar el mundo que nos rodea. Es maravilloso.
Por supuesto, parte de la felicidad es el poder aprender algo nuevo. El cerebro disfruta cuando lo retamos y le presentamos información nueva para procesar y almacenar.
El problema llega cuando el ego se interpone. El ego es un gordo mezquino que evita que te muevas. Es la voz interna que te convence de que ya lo sabes todo y que no hay nada en el mundo que debas aceptar o aprender. El ego siempre buscará que estés lo más cómodo posible, que no te muevas y que no te esfuerces. ¿Para qué esforzarse? Es mejor ver la televisión o dormir más tiempo.
Dejar de lado al ego y olvidarlo por un momento tiene muchas recompensas. Una de ellas es que la voluntad para aprender algo nuevo se vuelve irresistible. Sí, aprender algo nuevo por el puro placer de hacerlo es maravilloso.
Esto viene porque recién tuve que comprar una laptop. Mis labores como escritor y estudiante se están volviendo más apremiantes y un equipo móvil es de gran ayuda.
Sin embargo soy muy pobre y no tuve acceso a un gran equipo como lo hubiera querido. Mi presupuesto era para una notebook muy básica, a penas con lo mínimo indispensable. En términos tecnológicos se traduce en: LENTO.
Este modelo de laptop es muy lenta desde la fábrica.
Hasta que cayó en mis manos.
Luego de usarla por varios días y ver cómo actividades vitales como usar Internet y escribir en Google Docs se convertían en actos de paciencia en Windows 8, decidí instalar Linux.
No necesito decir que soy un nerd/friki de lo peor. Tenía varios años que no usaba Linux, así que el simple hecho de investigar qué distribución era la que más me convenía, documentarme para una instalación segura y aprender a usarlo; hizo que la adrenalina corriera por litros en mi torrente sanguíneo.
Luego de un par de días de leer, ver tutoriales y participar en foros, convertí mi notebook Windows 8 en un ordenador con Linux Mint 16 XFCE. Es rápido, hermoso, estable, seguro, bien diseñado y tiene todo lo que necesito para mis labores como albañil de la palabra.
Es un viaje que estoy disfrutando mucho porque ha representado retos, obstáculos que saltar, pero sobre todo, estoy aprendiendo cosas nuevas mientras sigo trabajando.
No entraré en nada técnico porque no es el propósito de este blog, pero creo que sí es de valor rescatar la parte humana de todo esto:
Aprender cosas nuevas es maravilloso. Te hace sentir vivo, te da herramientas para una vida mejor, incrementa el conocimiento y eres más útil para el universo.
Todo eso lo describiré en la siguiente entrega de esta mini serie.
Ahora dime, ¿qué vas a aprender hoy?
Esta es la primera entrega de esta mini-serie. Para leer la segunda parte, haz clic aquí.