por Kyonin | Ago 2, 2010 | Budismo, Vida
Hace muchos años, luego de una pausa de muchos meses en mi entrenamiento de Karate-Do, busqué algo con qué reemplazarlo y llegué al Aikido.
Encontré este dojo cerca de mi oficina y fui a ver una clase. Llegué, me senté y puse atención a todo lo que sucedía. Mi mente, de manera inmediata, comenzó a crear una larga lista de comparaciones entre Karate-Do y Aikido. Este tipo de pensamientos plagaron mi mente:
«Mira nada más. El Karate sí es de hombres. Estos tipos sólo brincan tantito y ya están sudando y lloriqueando.»
«En Karate sí nos golpeamos de verdad. Me rompí la naríz varias veces y aquí en Aikido sólo bailan de un lado al otro.»
«Rodar en el piso. Qué basura. En Karate aprendí a golpear y demostrar fuerza y determinación. Estos son demasiado suaves para mi.»
«Ahora están de rodillas moviendo sus manos. ¿Para qué? En Karate sí había fuerza. La única vez que uno termina de rodillas en Karate es cuando te descuidas y recibes un golpe al estómago»
Aun con todos estos pensamientos, algo en mi mente se sintió atraído hacia esta nueva disciplina marcial. Así que terminando de ver esa clase, me inscribí.
Al día siguiente acudí al dojo para mi primer entrenamiento. Me vestí con mi ropa de deportes (aun no tenía uniforme), y entré a la clase.
Luego de unos 10 segundos me di cuenta de lo difícil que es el Aikido, la gran fortaleza física que requiere y lo suave que es el Karate-Do comparado con él. Durante las 2 horas de clase caí al suelo unas 50 veces, intenté moverme al igual que los demás (sin éxito) y mis pulmones estaban a punto de estallar.
Al terminar la clase entré en una especie de mini depresión al darme cuenta de que no sabía nada y que tenía que entrenar por años para alcanzar el ritmo de los estudiantes avanzados. Todo el tiempo, desde la adolescencia, entrenando Karate-Do no me sirvió de nada y estaba de regreso en el cuadro 1.
Esa fue una muy grande lección de humildad. No era el mejor, mis medallas no me servían, mis movimientos furiosos y rápidos los debía olvidar, tenía que aprender a caminar de nuevo y además tenía que sentir respeto por mis hermanos mayores (senpai en japonés o compañeros de grados avanzados).
La humildad, como mucho de los valores que necesitamos aprender, normalmente llega con un momento así. Alguien más nos demuestra con casos prácticos que somos ignorantes y que nos falta mucho por aprender. Eso, necesariamente, nos hace reflexionar y dejar el orgullo de lado para enrrollanrnos las mangas de la camisa y ponernos a trabajar… claro, si somos inteligentes.
En budismo, la humildad es uno de los tres principales valores que nos llevan a una vida tranquila o nibbana.
La humildad nos permite ver la realidad como es, reconocer el éxito de los demás y, de forma objetiva, nos enseña nuestro lugar en el universo.
No importa que hayamos puesto hombres en la luna, que tengamos una estación espacial o que controlemos el clima. Siempre hay fuerzas mucho mayores con las que tenemos que vivir en armonía y es necesario que sepamos reconocerlo.
Ser arrogantes, orgullosos y tener actitud presumida nos pone en un estado mental negativo y nos ciega para reconocer el esfuerzo y trabajo de los demás.
Cuando somos humildes nuestra actitud hacia las personas cambia y se convierte en un factor de cómo seremos tratados. También nos prepara para aceptar la derrota cuando llegan experiencias difíciles a nuestras vidas.
Aprender humildad es todo un arte y, en algunas personas, se convierte en una lección que se tiene que aprender día con día.
¿Ustedes han tenido experiencias que les enseñan humildad? Piensen en ellas y recuerden todo lo aprendido.
Hoy es un buen día para aprender esa lección.
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Nota choco budista: Practicar humildad y estar atento a ello, pertenece al Camino Óctuple al cumplir con Visión Correcta, Intensión Correcta y Acción Correcta.
Al reconocer los éxitos de los demás y que hay fuerzas mucho más poderosas que nosotros nos vuelve compasivos. Esto es parte de una práctica de Amor Gentil hacia el universo.
por Kyonin | Jul 14, 2010 | Budismo, Vida

ADVERTENCIA: Este es un tema pesado, aunque traté de hacerlo no tan clavado. Si quieren algo leve, sin complicaciones y que también habla de ética, dar clic aquí.
Hablar de ética en tiempos donde las balas vuelan, la corrupción es cotidiana y el crimen se convierte en una opción de trabajo real para millones de jóvenes, es muy peligroso. Hay riesgo de caer en lugares comunes y clichès que no llevan a ningún mensaje.
Y es que los valores éticos cambian de acuerdo a cada país, cultura y comunidad. Conozco pueblos en México que se dedican a elaborar fuegos artificiales, a pesar de que están prohibidos en la ley. La economía de estos lugares está sostenida por la venta de pólvora y la cantidad de gente mutilada por accidentes es alarmante. Las autoridades lo saben perfecto, a tal grado, que ellos mismos compran fuegos artificiales prohibidos a los lugareños, con la concebida extorsión siempre aplican.
En la Ciudad de México existen comunidades que no sólo viven del crimen, sino que, entre todos, se cuidan y protegen de las autoridades. Roban, venden drogas, desmantelan autos y linduras por el estilo.
Entonces, ¿cómo hablar de ética en un mundo violento y carente de principios? Peor aún, ¿cómo podemos definir la palabra ética? ¿Bajo qué marco de referencia la aplicamos? ¿El del crimen? ¿El de los traficantes de drogas? ¿El del político que quiere más poder y dinero? Es muy difícil, la verdad.
Y justo por eso, este artículo lo escribo desde un punto de vista personal. Cada quien aplica la ética como más le funciona y a mi me funciona pensar que aun existe bondad y cariño en el ser humano. Y no, no me estoy auto engañando.
La ética es una rama de la filosofía que ayuda a elegir entre conceptos como bien y mal, noble e innoble, justicia e injusticia. Y de verdad no es necesario seguir mil tomos filosóficos al pie de la letra porque todos llegan a una simple conclusión:
Si lo que estás por hacer causará daño a alquien, no lo hagas. PUNTO
Esta regla, por supuesto, aplica para nosotros mismos.
¿Estás a punto de comprar un aparato electrónico robado? Piensa bien las consecuencias. Comprar algo así promueve el crimen y es muy posible que la próxima víctima seas tú.
¿Llegó el fin de semana y piensas ponerte hasta el chipote en alcohol? El único perjudicado eres tú.
¿Vas a mentir por llegar tarde al trabajo? Quizá todo el teatro de montar una mentira te salga bien, pero las mentiras se olvidan. Caerás por tu propio peso y serás tu propia víctima.
Tienes en una relación estable, pero tu compañero de oficina te está seduciendo y caes en la tentación. ¿No crees que alguien saldrá muy lastimado/lastimada de esto?
Y de verdad que hay mucho qué decir para mi porque el budismo tiene tomos y tomos sobre ética. Pero eso es algo que a cada quien nos toca descubrir y ver hasta dónde podemos doblar nuestras propias convicciones.
Ética budista
El budismo tiene este mismo principio, el de no dañar a nadie, dividido en los Cinco Preceptos. Los entrenamos a diario y están en forma de lista para hacernos conscientes de que existen y de que siempre que se pueda los apliquemos.
No, no es una lista de mandamientos divinos, son reglas de sentido común que se aplican para la vida en cualquier sociedad y apelan al sentido común, más que a factores infernales.
1. Entrenar para evitar tomar la vida de algún ser. Este es, para mi, el punto más controversial y lo analizaremos con profundidad en un post futuro. Básicamente nos dice que, en la medida de lo posible, no hay que matar.
Si te ensucias las manos y la mente como para matar un humano, para divertirte con las corridas de toros o peleas de gallos, tu ética y calidad humana disminuyen. El dolor ajeno, aun de un animal, persona o planta, nunca es divertido.
2. Entrenar para evitar tomar lo que no se te ha dado. Robar tiene graves consecuencias legales e internas. Las legales las conocemos, pero las internas son peor.
Si robas una vez y te sale bien, tu realidad se distorsiona y comienzas a pensar en que es correcto lo que haces. Se transforma en tu estilo de vida y te sientes justificado. Si no me creen, vean cómo actúan miles de jóvenes que roban a diario.
Además al robar, siempre dañamos a alguna persona. Por fuerza.
3. Evitar tener una mala conducta sexual. Los machitos mexicanos me odian cuando hablo de esta regla, pero el tener 10 parejas al mismo tiempo no es un símbolo de poder, sino de estupidez.
Para el budismo, la conducta sexual no sólo implica lo que sucede en la cama, sino nuestras relaciones interpersonales y de pareja. Por ejemplo, el tener un compromiso con alguien, no nos da derecho a coquetear con otra persona a escondidas. Eso es una mala conducta sexual porque estamos dañando a alguien más.
Y por supuesto abarca lo que sucede en forma íntima. Digamos que todo vale si las partes involucradas están 100% de acuerdo en lo que está por suceder. Si existe duda, forcejeo, chantaje o extorsión, entonces estamos dañando o estamos siendo dañados.
4. Entrenar para no hablar con falsedad. La principal víctima de las mentiras son quienes las emiten. Y en esa medida se dañan a ellos mismos.
Quizá decir una mini mentira para justificar un retraso en el trabajo está bien, pero después viene otra mentira. Y otra más. Con el paso de los días se olvidan y teminamos cayendo en nuestra propia red de falsedades.
De entre muchas cosas que funcionan mal de nuestra cultura es que se nos enseña a mentir y a justificarnos desde niños. Hay industrias, como la del maquillaje, la mercadotecnia y publicidad, que funcionan a base de mentiras.
Como siempre, si al hablar estás dañando a alguien, olvídalo. Es mala idea. Mejor afronta tus acciones. Al final te va a dar más tranquilidad.
5. Entrenar para no consumir sustancias tóxicas que envenenan el juicio. El abuso de sustancias tóxicas tiene demasiadas consecuencias como para ser, siquiera, una opción. Por desgracia somos muy pocos los que pensamos así y existe toda una cultura sobre el consumo desmedido de alcohol y drogas.
Este precepto sólo nos indica que no usemos tóxicos que nublen nuestro juicio. Digamos que una cerveza está bien, pero no abusar de ella al punto de tener que dormir en la acera.
Estos Cinco Preceptos son muy importantes porque, como mencioné, no son reglas divinas, sino de sentido común. Existen 3 preceptos más, pero esos son aplicados por monjes y no los veremos aquí.
El budismo es llamado El Camino de En Medio, porque el Buda se dio cuenta que irse al extremo, ya sea espiritual o de abuso, sólo trae consecuencias inmediatas para uno mismo.
La recomendación es que siempre estemos justo en la mitad, por difícil que parezca.
por Kyonin | Jul 6, 2010 | Productividad, Vida

Aclaración: El título del artículo se refiere a Foco de enfoque, concentración. No a los bulbos eléctricos. Que conste.
Llegas a tu escritorio, comienzas a trabajar, pero cometes errores porque tu mente está en otro lado.
En la mañana perdiste las llaves porque, mientras deambulabas por la casa y tratabas de despertar, las llaves cobraron vida y se escondieron. Solitas.
En la reunión de trabajo ves cómo los demás hablan, pero no los escuchas porque tu imaginación está presentando fantasías de cómo sería estar en este momento en la playa.
Y luego, cuando te reclaman, lo primero que piensas es que tienes síndrome de déficit de atención.
Pero eso no puede estar más alejado de la realidad. Lo que sucede es que estás fuera de donde tienes que estar porque no tienes enfoque. Y esto es muy normal.
Enfocar nuestra mente cuesta mucho trabajo porque es como un niño malcriado. Grita por llamar tu atención. Tu mente dice «¿no será más divertido estar jugando video juegos o ir de compras?». Siempre que hacemos una tarea que no nos gusta o simplemente si pasamos un buen fin de semana, nuestro pensamiento vuela a una realidad alterna donde todo es divertido.
También existe un problema mucho más grande. Nos encanta pretender que podemos hacer más de dos cosas a la vez.
Y ya sé que las feministas me dirán que las mujeres son multitasking, pero no. Si haces dos cosas a la vez, una de ellas sale mal. Es muy normal, pero también es peligroso. El no enfocarse provoca disgustos, pérdida de objetos y de tiempo; y lo peor, provoca accidentes.
Si no tenemos la mente donde debe estar, estamos perdiendo oportunidades para disfrutar el momento actual o resolver el problema que nos causa sufrimioento.
Cada uno de nosotros sabe muy bien cuál es nuestro problema personal cuando se habla de no poner atención, así que no daré más razones por lo que es un error no tener foco.
Pero sí les daré sugerencias para mejorar esta situación. A mi me funcionan mucho, y me considero el hombre más distraído del mundo.
1. El multitasking no existe
Por más que te esfuerces, el estar chateando mientras trabajas sólo hace que te tardes más y aumenta el margen de error. Haz una tarea a la vez y terminarás más rápido y saldrá mejor.
2. Apaga las distracciones
No, no tienes síndrome de déficit de atención. Lo que tienes es un maldito celular 3G.
Twitter es una gran herramienta de comunicación, pero también provoca muchos problemas de productividad porque, al final, es más divertido estar en el chisme que trabajando.
La vida internética nos trae muchos instrumentos que nos permiten estar en contacto con el mundo, pero también aumentan el estrés. Si apagas el celular, Twitter, Facebook y todo lo que pueda evitar que seas productivo, apágalo.
Cuando estudies, estudia, no veas la tele o escuches música. Cuando leas, lee. Cuando hables con alguien, dale toda tu atención.
3. Orden. Orden. Orden.
Como lo mencioné, soy el tipo más disperso del mundo. Si no tengo orden en mi vida, no encuentro las cosas, no sé para dónde ir y pierdo el tiempo todo el día en un juego o leyendo RSSs.
Dos factores enormes para que la mente vuele y no te ayude a concentrar, son el desorden y la saturación.
Si tu escritorio está lleno de papeles, plumas, juguetes, fotos y estampitas de San Banano, tu mente tiene muchos elementos en los cuales posarse antes de comenzar a trabajar.
Si no guardas tu cosas en un lugar determinado, te aseguro que vas a perder las cosas con mucha facilidad.
Si tienes diez mil iconos en el escritorio de tu compu, tarde o temprano vas a empezar a perder archivos.
Si no ordenas tu día con una lista de pendientes, no serás productivo.
Creo que captas el mensaje. El desorden y la mala organización te llevan a que la mente se vaya de vacaciones cuando tienes que resolver problemas.
4. Medita
Piensa que la mente es un caballo hermoso que pasta en la pradera. Pero también es un animal poderoso en estado salvaje, que necesita un vaquero que lo dome, que le de dirección.
Así es la mente. Dispersa, procesa información a velocidad luz y siempre se enfoca en lo divertido, no en lo que necesita.
Por medio de la meditación logramos callar la mente por 20 minutos, pero poco a poco nos resulta más fácil dirigirla hacia donde queremos.
Para más referencia, consulta este artículo: Calma la mente. 10 consejos para comenzar a meditar.
5. Respira y toma pausas
Cuando más tensos estamos y hay más ruido en el ambiente, queremos estallar y salir huyendo.
Esto es el resultante de que la mente pone atención, pero recibe más información de la que es capaz de procesar. Entonces estallamos y nos sentimos oprimidos y tensos.
Si haces pausas a lo largo del día, permites que la información que entra sea procesada y que tu ritmo cardiaco regrese a nivel normal.
Y no olvides respirar.
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Nota choco budista: Poner atención a lo que haces, apagar distracciones y poner la mente donde debes, se llama Atención Consciente. También es parte del Camino Óctuple y se llama Atención Correcta.
por Kyonin | Jun 10, 2010 | Budismo
En el budismo existe un eje rector que le da estructura a toda la filosofía. Es llamada la Triple Gema y está compuesta por tres conceptos: Buddha, Dharma y Sangha (El que despertó, la enseñanza y la comunidad).
La Triple Gema o Joya es donde todos los budistas buscan refugio, no en el sentido de protección, sino en el sentido de sabiduría.
Hoy daremos un breve vistazo al Dharma, que no es el nombre de un proyecto del gobierno en Lost. Tampoco es la chica de aquel show de los 90’s, Dharma y Greg. El Dharma o Dahmma es la colección de enseñanzas que dejó el Buddha para mejorar nuestras vidas.
Básicamente, el Buddha dejó una serie de preceptos a prueba de todos. 84,000 mil preceptos, en realidad. Y nótese que digo a prueba porque no existe un dogma de ninguna especie. Las enseñanzas dicen que debemos poner todo a prueba, a experimentación. Y si nos funcionan, las adoptamos. De lo contrario se deshechan.
La principal enseñanza, lo que hizo que Siddhartha se convirtiera en el Buddha y de donde sale el budismo, son las Cuatro Nobles Verdades:
- La vida incluye sufrimiento
- Existe una causa del sufrimiento
- El sufrimiento siempre tiene un final
- Existe un Camino Óctuple que nos lleva a la cesación del sufrimiento
No vamos a verlos de nuevo porque poco a poco los hemos estado revisando a lo largo de todos los artículos del Choco Buddha. Lo que sí podemos decir es que todo el budismo se apoya en estas cuatro verdades y parece tener éxito.
¿Dónde se puede encontrar el Dharma? La respuesta filosófica es algo debrayado como «Encuentras el Dharmma dentro de ti y en el cosmos». Pero la realidad es que es algo mucho más frío.
El Dharma se encuentra en libros, en centros budistas, en amigos; y una muy buena fuente: Internet.
Existen lugares donde se puede acudir a escuchar conferencias sobre budismo, pero lo que más recomiendo es leer lo más que se pueda. De esa manera se pueden comprender muchas más cosas y generar un criterio propio.
Estos son buenos lugares para empezar:
por Kyonin | Jun 3, 2010 | Budismo
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¿Tanto, es necesario? Aunque Coco se vea feliz, ¡claro que no! |
En esta cultura que trata de imitar todo lo que sucede en las películas y que tiene casi todas las necesidades implantadas, existe el gravísimo problema de la cantidad. No importa si es comida, un auto, una colección de libros, un sistema de audio, una fiesta, una relación, un paquete de telefonía, una casa, siempre deseamos tener todo más grande y poderoso.
Se nos ha instalado en el cerebro que para disfrutar la vida necesitamos que todo sea enorme y más rápido, pero pocos nos detenemos a pensar.
¿De verdad necesitas que tu celular tenga internet, tele, música y todas esas monerías que casi nunca vasa usar? La realidad es que no. En mi caso personal aprendí que tener internet en el teléfono es innecesario, caro y casi nunca lo uso, así que lo cancelé. Lamentablemente mi cel, todo fino y de tecnología avanzada y todo eso que nos venden, quedó como lo que es: un teléfono. Y no necesito más.
Ese godzillezco estéreo nuevo tiene unas bocinas del tamaño de tu hermana y 1 millón de giga watts de salida. Ah, y también tiene foquitos por todos lados. Se ven impresionantes. Pero ¿realmente necesitas todo ese ruido? ¿No preferirías fidelidad antes que estridencia?
Hablando de electrónicos. ¿De verdad necesitamos televisiones de 62 pulgadas? Gastan demasiada energía, generan un calor insoportable y no se ven mejor que la de una de 32.
¿Y qué me dices de la comida? Por cinco pesos más nos ofrecen crecer el tamaño de las papas (cubiertas de paro cardiaco y espolvoreadas con obesisdad) y un mega tanque de refresco (adicionado con vitaminas, diabetes y gastritis). Y el pensamiento es «más valor por tu dinero», aunque solo te estés perjudicando.
En los años 70’s la porción grande de las papas a la francesa de McDonald’s, es la pequeña de ahora. La hamburguesa grande de antes, es la chica de hoy.
¿Quién paga este crecimiento? El algún lugar deben quedar los recursos y costos necesarios para que una televisión de 62 pulgadas esté en tu casa, para que un plato de comida sea gigante y para que los autos sean mucho más grandes y extremos.
Todo esto que vivimos es una locura porque estamos en un sistema ficticio, insostenible y que en algún momento se romperá. Ya ha roto millones de vidas, voluntades y carteras. No me quiero ni imaginar lo que va a suceder cuando ya no se puedan producir más teléfonos como en Foxxcom o más trigo o arroz para alimentar a todo este sobre poblado mundo.
Poco a poco, gracias a los noticiarios, nos vamos enterando de cómo están funcionando las cosas. Y la realidad no es linda. Para que tengamos un celular o una computadora, hay miles de personas que trabajan en esclavitud y hay muerte involucrada. Deberíamos ser conscientes de ello todo el tiempo, pero la publicidad sólo se enfoca a señalar la gran experiencia de poseer. En verdad es triste.
La mercadotecnia y la competencia entre corporaciones nos induce a pensar que una vida exitosa y plena es la que está llena de todo lo mejor, lo más grande.
Hasta donde me quedé, una vida plena es la que está llena de experiencias, cariño y enseñanzas.
Es por eso que este artículo está dedicado a la C de Cantidad, porque es un recordatorio de que menos es más, siempre.
Es necesario cuidar la cantidad de lo que nos rodea, porque ello nos hace conscientes del entorno y de lo que se necesita para que estemos bien. Demasiada televisión, comida, amor hacia la pareja o amigos, libros, música y todo lo que hacemos, sólo repercute en cultivar el egoísmo y el apego.
Y creo que el mundo está saturado de ellos.
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Nota choco budista: El budismo es llamado El Camino de en Medio por los estudiosos. Demasiado desapego, ayuno y meditación, llevan a la locura o a la muerte. Demasiadas posesiones llevan a un estado mental de insatisfacción absoluta. Si nos mantenemos en balance entre lo que necesitamos y lo que deseamos, la vida será mucho más tranquila y fácil de llevar.
Reconocer que estás siendo extremo en algo y detenerte antes de actuar se relaciona con Visión y Acción Correcta, que son parte del Camino Óctuple, que te lleva a una vida tranquila.