por Kyonin | Ene 5, 2016 | Budismo, Inspiración, Vida, Zen
Todos los años me encuentro rodeado de personas que explotan en energía por comenzar sus propósitos de año nuevo. La mayoría reconocen la necesidad de instalar uno o muchos hábitos que cambiarán SU vida.
La primera semana laboral de enero arrancan con todo el aplomo de un héroe de leyenda, para fallar una semana después. En el mejor de los casos se mantienen firmes hacia finales de febrero, pero al final los propósitos se mudan al mundo de la fantasía. Y la vida sigue igual.
¿Por qué fallé?, es la pregunta recurrente.
Revisando libros, blogs y otros materiales, me percaté de que casi toda la documentación y motivos existentes en torno a los hábitos, están enfocados al ego.
Dan por hecho que el motor del cambio debe ser la búsqueda personal de engrandecimiento propio. Algunos llegan tan lejos como firmar un contrato con uno mismo para no fallar.
Bajarás de peso, meditarás diario, harás ejercicio, serás más productivo, no te desvelarás… Tú. Sólo tú. Firma aquí.
Por supuesto la mente traduce esto como: el beneficio de estos esfuerzos es para mi y nadie más.
Yo bajaré de peso para el verano.
Yo tendré más concentración.
Yo reduciré mi estrés.
Yo mejoraré mi salud.
Yo generaré más dinero.
Esta mentalidad apuntala el ego y la mente divisoria, que tantos problemas nos causa. Queremos que el universo cumpla nuestros caprichos y nos mantenemos separados de los demás.
Ya sea bajar de peso, tener más dinero, un mejor empleo, un auto nuevo; cualquiera que sea tu propósito, no depende de ti solamente. Depende del trabajo, cariño y dedicación de miles y miles de personas.
¿Has pensado todo el trabajo humano que está detrás de los zapatos que llevas puestos?
Todo lo que somos, lo que tenemos y lo que deseamos depende de un sistema más grande de lo que nuestra mente humana puede asimilar.
Nos cerramos a la realidad de que absolutamente todos en esta vida estamos interconectados.
Los métodos de hábitos olvidan esto por completo y fracasan porque no enseñan que todos nuestros actos tienen consecuencias, buenas y malas.
Entonces, cuando nuestra motivación para el cambio es egoísta, las posibilidades de falla se incrementan; al igual que la probabilidad de sufrimiento para ti y para los seres vivos que decides olvidar.
Nos visualizamos teniendo éxito en lo que emprendemos, disfrutando la recompensa del arduo trabajo. Sin embargo, olvidamos que estamos rodeados de un universo al cual pertenecemos. Si el universo no cumple nuestras fantasías, viene la frustración y la culpa.
Esta tendencia de fracaso puede continuar ad infinitum. Sólo se romperá hasta que comprendamos que nuestras acciones repercuten en el universo que nos rodea, que nuestras relaciones personales son afectadas y que podemos inspirar a los demás.
Si abrimos la mente, olvidando por un momento el conocimiento convencional, y observamos nuestra propia vida; podremos notar los finos hilos que conectan la realidad.
Cualquier cambio de hábitos es mucho más grande que nuestro ego. Nos afectan a todos.
Tus cambios de hábitos me afectan a mi, así como mis acciones te afectan a ti… sí, no importa que estemos en lugares físicos distintos.
Ejemplos:
Al trabajar de forma más eficiente mejoras a la empresa en la que trabajas. Esto genera más recursos y dinero para mantenerte con empleo a ti y a tus compañeros.
Al comer alimentos saludables mejorarás tu salud. Esto te dará salud y energía para disfrutar a tu familia y amigos, quienes se benefician de esto para su propia felicidad.
Al meditar diario mejorarás tu mente. Ello te dará calma y paciencia para que los demás se sientan seguros y tranquilos junto a ti; haciendo que trabajen mejor, que tengan mejores días.
Cuando entendemos esto, los hábitos adquieren un nuevo matiz porque dimensionamos la responsabilidad que hay de por medio.
Somos los autores de nuestra propia felicidad, eso es real. Pero también somos responsables de la felicidad de quienes nos quieren, de nuestra familia y amigos, y del universo en general.
Muchos métodos de hábitos se centran en una recompensa final ególatra.
Pero creo que es mucho mejor pensar en nuestra responsabilidad de mejorar a los demás, de empujarlos hacia adelante siempre.
Eso es más grande que tú y que yo juntos. Eso es lo que hace que valga la pena pertenecer a la raza humana.
por Kyonin | Ene 4, 2016 | Budismo, Compasión, Vida, Zen
Año nuevo es la época de desear que los caprichos se cumplan, de que la salud esté mejor que nunca y que el trabajo/dinero no falte. Es lindo, claro. Lo hacemos todo el tiempo porque es muy agradable saber que al menos en el mundo de la imaginación, tendremos la vida maravillosa que queremos.
¿Te has puesto a pensar que los deseos de año nuevo son como una especie de hechizos? Queremos que las cosas salgan bien sin esfuerzo y sin obstáculos. ¡Qué increíble que todo fuera como imaginamos!
Lamentablemente estás en Chocobuda, un blog de budismo zen. Aquí no te deseo cosas lindas. Que 2016 sea un año terrible, difícil y lleno de obstáculos.
¡En Chocobuda te anti-felicitamos por el nuevo año! Es un experimento que comencé en 2014 en el que ha habido buenos resultados, pues las personas que leen y lo entienden, saben que los objetivos se cumplen:
- Cuestionando lo que hay, para buscar una mejor forma de hacer las cosas
- Investigando y creando una base de conocimiento
- Formulando ideas e hipótesis
- Experimentando
- Cometiendo errores una y otra vez, para levantarse y continuar
- Implementando a la vida cotidiana lo aprendido
- Compartiendo resultado para el beneficio de los demás
- Pero sobre todo, entendiendo que el camino lento siempre es el mejor.
Así que te deseo de todo corazón, con toda mi alma, que 2016 sea un muy mal año:
Que el caos mental y el ruido externo sean insoportables. Para que así te animes a sentarte a meditar y hagas de la meditación parte de tu día.
Que el dinero falte. Para que entiendas que la vida es mejor cuando se vive con lo menos posible, cubriendo las necesidades elementales.
Que te quedes solo. Para que entiendas el valor de la amistad y la importancia de aprender a vivir con uno mismo.
Que te hagan ver lo tonto que eres. Para que entiendas que no eres mejor que nadie y veas el daño que has causado cuando te burlas de los demás. También te servirá para ver todo el camino que aun falta por recorrer.
Que la salud sufra. Porque así entenderás lo importante que es mantener el cuerpo sano y quizá podrías dejar de tratarlo como bote de la basura.
Que sientas mucho frío y no tengas cómo cubrirte. Porque así sabrás lo que sufren otras personas que no tienen las mismas oportunidades que tú. También valorarás el milagro que significa que tengas acceso a ropa y a tener un techo sobre ese bloque que llamas cabeza.
Que caigas en la desesperación. Porque después del drama tendrás que ser creativo, valiente y sabio para poder convertir la dificultad en oportunidad.
Que estés triste. Así sabrás lo valiosa que es la risa y el asombroso poder curativo que nos da.
Que te digan mentiras y que caigas en ellas. Es la manera en que sabrás el sufrimiento que has causado cuando tu habla no es sincera y hay motivos escondidos en tus acciones.
Que te traicionen. Para que entiendas el valor de la lealtad y no traiciones a las personas que te quieren.
Que te manipulen. Así verás que la manipulación es una de las peores formas de violencia y evitarás manipular a los demás.
Que te falte comida. Porque así sentirás compasión por los que no la tienen y, si eres inteligente, ayudarás. También podrás sentir agradecimiento por todas las personas y seres vivos que dan su vida para que tu alimentación sea posible.
Que alguien te pague con ingratitud. Así conocerás lo que se siente cuando no te dignas a ser agradecido con las personas que te rodean.
Que la desorganización y indisciplina te causen muchos problemas. Es la única forma que tenemos para entender lo vital que son los hábitos para el ser humano. *
Que sufras la muerte de un ser querido. Para que entiendas que todo en el universo es impermanente y des valor a todas las personas que te honran con su presencia.
Que te olviden. Sólo así entenderás lo que la gente siente cuando la ignoras.
Que te discriminen. Así estarás del lado de todas las personas a las que has etiquetado y tratado mal por ser diferentes a ti.
Que 2016 sea un mal año, lleno de retos, montañas que escalar y de obstáculos. Si puedes salir adelante de todo esto, la noche del 31 de diciembre de 2016 serás una persona agradecida, compasiva, generosa y con un corazón más noble.
Esta es mi manera de desearte que este año que comienza sea el mejor año de tu vida. Pero claro, eso está en tus manos.
—
* Si quieres saber más de hábitos y cómo forjarlos, te invito a Shojiki, taller de hábitos 2016.
por Kyonin | Dic 9, 2015 | Budismo, Inspiración, Talleres, Vida

Regresa Shojiki, uno de los talleres más buscados en Chocobuda; donde aprendemos a forjar hábitos que mejoren nuestra vida, así como a deshacernos de los que causan daño. Para esta versión incluimos nuevas técnicas y videos didácticos.
Así como 2015 comienza a morir, nuestros planes y energía para iniciar el año que viene, aumentan día con día. En la mente generamos planes y propósitos para 2016 y estamos seguros que este año será el bueno.
Desgraciadamente los planes y las buenas intenciones no son suficientes. Es necesario cambiar nuestra mentalidad y tener un método para lograr lo que queremos.
Aquí es donde Shojiki, el taller de hábitos de Chocobuda, entra al rescate. Éste ha sido nuestro taller más exitoso y muchas personas se han beneficiado de él porque tomamos la meditación como eje principal de la creación de nuevos hábitos.
Una de las acciones más nobles que podemos tomar es la creación de un hábito nuevo. Es la irreverencia máxima,pues querer tomar el control de nuestra vida implica retar el conocimiento convencional y a nuestros propios demonios.
¿Cuántas veces lo has intentado y fallado?
Forjar un nuevo hábito es emocionante pero sin una guía e inspiración, estamos condenados a repetir los errores.
Existen muchos métodos y enseñanzas para alcanzar este fin, pero casi todos se enfocan en el hábito mismo. No exploran la raíz ni lo que produce el impulso del cambio.
Shojiki es un taller 100% online diseñado por Chocobuda para cultivar un hábito que transforme tu vida, contrarrestando la locura y la prisa de la vida cotidiana.
Sí, leíste bien. Un solo hábito.
Shojiki es la palabra japonesa que significa sinceridad, buena fe, honestidad, honradez, confiabilidad. Estos son los valores que promueven el cambio y son explorados mediante ejercicios 100% prácticos que impulsan la disciplina necesaria para el cambio.
Shojiki en una mirada
Evento: Shojiki, taller de hábitos
Facilitador: Kyonin
Inicia: Lunes 18 de enero, 2016
Disponibilidad: Limitada a 10 personas
Cierre de inscripciones: 15 de enero, 2015
Más información: elchocobuda ARROBA gmail.com
Más información
por Kyonin | Dic 3, 2015 | Budismo, Editorial, Minimalismo, Navidad Minimalista, Zen
Fin de Ango
Como suelo hacer desde hace varios años, a principios de septiembre anuncié que Ango iniciaba. Éste es un periodo intenso de 3 meses en el que las sanghas budistas zen estudiamos con más energía y dedicación. Así seguimos el ejemplo del Buda, quien reunía a sus monjes en un monasterio durante el monzón.
Parte de esta práctica es poner especial atención en la disciplina, capacidad de renuncia y autocontrol. Cada participante debe decir adiós a dos apegos, crear dos hábitos virtuosos o comenzar actividades de compasión.
Al final de estos meses pude ser útil a muchas personas promoviendo Gratitud, Compasión y Generosidad. Aprendí que la ternura y el amor incondicional a todos los seres es más importante de lo que imaginamos. Mi práctica de zazen fue rigurosa y extendida, aprendí movimientos y ceremonias que necesitaba, así como nuevos mantras y dharanis.
A pesar de que me fue muy duro porque me encantan, pude dejar de comer cacahuates (maní), que solo me hacen daño. Mis hidratos de carbono solo vienen por los vegetales que consumo. También pude no engancharme en las ventas especiales de Steam (juegos para PC donde invariablemente caía rendido a sus pies). ¡No compré nada y me quedé contento con lo que ya tengo! Para un gamer, eso es un logro importante.
¿Qué queda para el siguiente Ango? Mucho. El trabajo por los demás nunca se termina, así que hay más dharma que aprender y transmitir. Aun necesito seguir aprendiendo japonés, guitarra, más dharma, más historia, más neurociencia y más literatura. El grupo local de zazen necesita más atención y una nueva sede.
Mis autoengaños y estupidez son infinitos, así que aunque no haya Ango, debo seguir trabajando en ellos. Quizá algún día pueda ser mejor persona.
Rohatsu
Para marcar el final de Ango, estaré de retiro por algunos días. Este es un evento especial llamado Rohatsu (pron. Rojatz), donde la sangha se sienta en silencio y convive para celebrar el regreso a la vida normal.
Si me acompañaste en estos 3 meses, es momento de apreciar todo lo que sucedió, dar gracias por todas tus bendiciones y prometer que aplicarás lo aprendido en beneficio de todos los seres vivos.
Así que haz tu propia versión de Rohatsu con un día especial. Medita por tiempo extendido, has una donación de tiempo o trabajo a alguna organización en la que confíes y prepara una comida especial. Pasa una tarde leyendo un libro dharma o mirando alguna película que te inspire.
Invitación a Mínima de Navidad 2015
No tenía pensado hacer este taller, pero varios amigos me han pedido que lo abra. Navidad es, erróneamente, un periodo en el que el estrés y la tristeza atacan. En Mínima soltamos toda la manipulación mediática y aprendemos a aceptar la vida por lo que es, con lo que tenemos y con lo que somos.
El minimalismo no solo es dejar de comprar cosas, sino que es entender la raíz de los apegos a lo material. Esto es clave para vivir una navidad que nos llene de tranquilidad.
Si quieres ver el temario, duración y costo de este taller, haz clic aquí.
El grupo será muy pequeño. Sólo podré trabajar con 5 personas, así que inscríbete cuanto antes.
¿Cómo es que un monje budista esté a favor de la navidad? Porque es una celebración de unidad, de la calma, de vida y el nacimiento de un buda que hasta el día de hoy nos sigue inspirando. 🙂
Es un curso de 4+1 semanas en las que aprendemos el daño que nos hace la acumulación de cosas y cómo entender el valor del desapego, para poder liberarnos de todo lo que sobra. Con menos de todo aumenta la calidad de vida.
Nuestro lema es: Menos es más. Siempre.
¿Por qué 4+1 semanas? El temario principal abarca cuatro semanas, pero incluye una semana extra de Minimalismo en Navidad, muy útil para sobrevivir las presiones y depresiones de diciembre.
Incluye:
- 4 podcasts con pláticas técnicas y filosóficas, uno por semana
- 4 meditaciones guiadas, una por semana
- 20 minutos a la semana de asesoría y apoyo personal vía Skype o Google Hangouts
- Correos diarios con lecturas de apoyo
EXTRAS:
- Copia electrónica del libro Minimalista, la vida con menos cosas
- Semana especial dedicada a la Navidad Minimalista. Son 5 semanas en total
- Incluye taller de meditación Iniciando el Camino. Seis semanas de meditación para que practiques cuando lo necesites. Son dos talleres 🙂
Inicia: Viernes 11 de diciembre de 2015.
Donativo: el mismo del año pasado.
Toda la información en la página del taller del año pasado. Clic aquí.
por Kyonin | Dic 2, 2015 | Budismo, Vida
No estaba en mis planes…
Nunca imaginé que fuera así…
Pensé que sería diferente…
Me rompió el corazón…
No sé qué es lo que hago mal…
¿Por qué me hizo esto?
Buscaba algo más…
Me la paso bien con ella/él, pero…
Siempre me pasa lo mismo…
No he encontrado al hombre/mujer/ser ideal…
¿Te puedes identificar con alguna de estas frases?
Todas ellas las he escuchado y leído en los últimos meses; provenientes diferentes personas en distintos países. Son amigos que me han pedido algún consejo sobre sus relaciones amorosas.
En todos los casos he hecho lo mejor posible por ayudar, pero siempre sentí que había una pieza que me faltaba por comprender.
Durante zazen de hoy por la mañana tuve este momento de ¡Eureka!, en el que entendí que todas esas frases e historias tienen algo en común.
Es una caraterística muy importante de todos nosotros, miembros de esta cultura hiper materialista:
Vemos el amor de pareja como un negocio personal del que debemos obtener cosas para hacernos sentir bien.
Por favor lee de nuevo las frases de arriba. ¿Notas un patrón? Cada una de ellas tiene la palabra YO incluida en alguna forma.
En todos los casos, nadie de las personas con las que he hablado me dio siquiera una pista de que estaban interesados en la felicidad de la pareja.
Todos esperamos ser felices recibiendo detalles y demostraciones de cariño. Todos queremos que la pareja sepa de memoria el guión imaginario que hemos escrito, y que se apegue a él. Exigimos que el otro se acople a las fantasías del futuro que generamos en la maceta. Incluso queremos que alguien cumpla las expectativas que creamos en el pasado.
Pero a la hora de la verdad, cuando enfrentamos la realidad de por qué no funcionan las cosas, sentimos que el universo nos ha fallado.
Cuando llega la ruptura nos sentimos ofendidos en el orgullo y la autoestima se va al traste. Queremos venganza, echamos culpas, pedimos razón y sentido al sufrimiento.
Jamás nos detenemos a pensar que la falla radica en el egoísmo desorbitado que practicamos diario.
El amor no funciona así. Nunca ha sido una inversión personal en la que se reciban frutos de cariño.
El amor es mucho más simple y se aleja de esquemas personales.
Para Shakyamuni Buda, el amor era el camino a la liberación. Incluye ver siempre por el bien y felicidad de todos los seres que nos rodean, practicar compasión y generosidad absolutas y sin cuestionamiento.
Para poder amar es necesario aceptar a la persona como es; sin agregarle nuestra basura mental que viene en forma de expectativa, planes y fantasías.
De igual forma, él nos decía que las relaciones basadas en el deseo, apego, confusión y manipulación; jamás conocerán la libertad que trae el amor.
Hasta que no practiquemos compasión y generosidad para ver por la felicidad de la pareja, estaremos condenados a tropezar sin cesar con el rabo de nuestro ego.