por Kyonin | Oct 28, 2013 | Talleres, Vida
En cualquier blog o libro de productividad con los que me he topado, encuentro que el tiempo ideal para desarrollar un nuevo hábito va de los 21 a los 30 días.
Los expertos en productividad al estilo estadounidense nos dicen que debemos vivir con la mentalidad de cambio y realizando afirmaciones que pongan la mente en el camino ideal. Aunado a acciones pequeñas, al final de los 30 días el hábito quedará en la mente y será parte de nuestra vida.
Suena fácil y sencillo. Uno piensa que con un esfuerzo de tan sólo unos días podrá comer ensaladas cual vaca o salir a incendiar las calles con el running.
Sin embargo, encuentro una falla inmensa en este sistema. Esta teoría está pensada con la mentalidad de la recompensa inmediata.
Para la mentalidad estadounidense, los cambios deben llegar sin esfuerzo y de la manera menos incómoda posible. Si algo produce un poco de sudor en la frente, es descartado. Es más, si pueden pagar por que alguien más se esfuerce, lo hacen.
No en vano Estados Unidos es el país que más productos milagrosos lanza. Basta con echar un vistazo a los informerciales, que intentan vendernos desde pelador de patatas mágico, hasta un aparato de tortura medieval para ejercitar el abdomen. Todo es fácil y con el menor esfuerzo posible.
Y nosotros, los hispano parlantes, no somos diferentes.
La recompensa inmediata es uno de los daños más grandes que la sociedad de consumo ha casado en el crecimiento personal y espiritual.
Todo lo queremos aquí y ahora, y los hábitos no se escapan.
Por eso, al intentar cumplir metas y adquirir mejores disciplinas, fallamos miserablemente. Cuando vemos la cruda realidad de que los hábitos requieren esfuerzo y hasta un poco de sacrificio, los abandonamos.
Después de algún tiempo de reflexión y experimentación personal, decidí retar la idea de los 21 a 30 días.
Ya sea curar mi insomnio, volverme corredor, aprender un idioma o a cocinar… todos mis procesos de hábitos nuevos han tomado más de 3 meses. Algunos más complejos han tomado unos buenos 4 años. Todas y cada una de mis mejoras personales han llevado un largo proceso de introspección, investigación, experimentación, muchos errores y caídas, y práctica constante.
Quizá soy muy tonto. Es posible que mi cerebro de mandril no pueda con una meta corta de 21 días. Pero lo que sí puedo decir es que los cambios que se han quedado y que forman parte de mi cotidiano, han sido logrados al 100% y los practico hasta el día de hoy.
Pero todos han tomado mucho tiempo y, sobre todo, disciplina.
No me cansaré de decirlo. El secreto de la vida es la disciplina. La necesitamos para estudiar, trabajar, divertirnos y hasta para dormir.
Creo que es hora de comenzar a entenderlo.
En el próximo post de la serie hablaremos sobre una razón más por la que fallamos al crear hábitos: egoísmo.
por Kyonin | Oct 24, 2013 | Talleres, Vida
Sigo con el tema de nuevos hábitos y pensando en el gran daño que la cultura de la recompensa inmediata ha causado.
Esto genera una avalancha de obstáculos que nos hacen fallar de maneras épicas al momento de querer mejorar nuestra experiencia de vida.
La sociedad parece aplaudirnos cuando alguien come mal por estar muy ocupado, dormir poco por dedicar tiempo a las fiestas, despertar tarde en fin de semana, o al empeñar el futuro con deudas de tarjetas de crédito.
Y ni qué decir de la mercadotecnia. Nos vende la fantasía de que con una píldora mágica/gadget/bebida/amuleto dormiremos mejor, bajaremos de peso o tendremos más energía.
Sin embargo, lo que todo mundo se esfuerza en ignorar es el hecho de que los nuevos hábitos se apoyan en la disciplina. No hay más.
No existen los milagros, la magia, la providencia, ni El Secreto. Sólo existe el trabajo, la dedicación y la constancia.
Para evitar el desarrollo de nuevos hábitos existe una gran colección de obstáculos, casi todos basados en nuestro gran y pesado ego. Aquí presento una pequeña lista:
- Pereza
- Auto complacencia
- Esperanza en la píldora mágica
- Seguir a la manada
- Apego a las costumbres y tradiciones
- Miedo a experimentar
- Miedo al cambio
- Ignorancia / falta de información
- Rebeldía
- Mala alimentación
Sí, el número 10 es la mala alimentación. A pesar de que la subestimamos, la nutrición es la clave de la vida. Comer alimentos procesados y abusar de las harinas nos vuelve pesados y apáticos.
Es mucho más fácil generar hábitos duraderos cuando la nutrición es equilibrada.
¿Te has enfrentado con algún obstáculo fuerte al crear nuevos hábitos? ¡Comparte en los comentarios!
por Kyonin | Oct 22, 2013 | Vida
Hace varias semanas indiqué que durante los últimos 3 meses del año estoy participando en un evento budista llamado Ango, durante el cual hay que volver más intenso el estudio y el zazen. Entre muchas otras cosas, también hay que forjar nuevos hábitos o dejar de lado alguna pasión.
Esto resulta en una práctica mucho más enfocada y con mejores intenciones para la vida cotidiana.
Con esto, varios amigos lectores me escribieron para pedir más posts sobre cómo forjar nuevos hábitos y cómo llevar a buen término la intención de mejorar nuestra vida.
Aprovechando que este año está terminando y que muchos aprovechan el mes de enero para comenzar con nuevos hábitos, creo que es buena idea hablar sobre cómo lograrlo.
Esto me puso a pensar lo mucho que las cosas han cambiado para mi desde que decidí perder el miedo a experimentar. Pasamos los días haciendo las cosas como lo aprendimos de nuestros padres; y jamás nos detenemos a pensar si existe una forma más eficiente de obtener los resultados.
La Receta de Pastel de Fresa de la Abuela© será la misma receta y jamás será puesta a prueba. Es más, nadie se atrevería a cuestionarla, ¿correcto? Los mismos ingredientes, mismos procedimientos producen el mismo resultado. Seguirla al pie de la letra es una tradición y un hábito que simplemente está.
Vamos por la vida resolviendo problemas de la misma forma. Nos sentamos en un muy cómodo cojín, el cual nos absorbe y nos entumece el sentido crítico.
Es cierto que para los budistas es natural aceptar las cosas como son, pero eso no significa que no estemos en la búsqueda de formas óptimas que nos den más tiempo y tranquilidad.
Así, forjar nuevos hábitos es una cadena de acciones que mejoran la vida y calman la mente porque llegamos a un punto en el que sabemos que estamos tomando el control sobre lo conocido. Nos atrevemos a empujar los límites sólo un poco más, hasta que la nueva actividad se convierte en estándar y seguimos adelante con el aprendizaje.
En lo personal, crear nuevos hábitos retando el conocimiento convencional, ha mejorado mi tonta existencia. Me curé el insomnio, adquirí orden en el trabajo, adopté la meditación como parte de mi vida, aprendí lo básico de un par de idiomas de mi interés, mejoré mi alimentación, me volví corredor… y la lista puede seguir.
Por supuesto no puedo decir que mi vida es perfecta y mucho menos puedo decir que soy un ejemplo. Todo lo contrario. Soy bastate bestia y justo porque mi vida es caos y golpes contra la pared, es la razón que busqué la tranquilidad por medio de los nuevos hábitos.
¿Cómo comenzar un nuevo hábito?
Perdiendo el miedo a experimentar y reconociendo la necesidad primigenia que nos mueve hacia la búsqueda. Y de ahí en adelante comenzamos a actuar hacia lo que queremos.
No es lo mismo querer bajar de peso por vanidad, que hacerlo por una preocupación clara por nuestra salud.
Conforme pasen los días escribiré más sobre el tema.
¿Tienes algún secreto para comenzar a desarrollar nuevos hábitos? ¡Comparte en los comentarios!
por Kyonin | Sep 11, 2013 | Budismo, Vida
Las comunidades budistas en el mundo dedican algunos meses del año al Ango, que es un periodo de entrenamiento intenso y concentrado.
Tiene su origen en India antigua cuando, durante los meses que duraba el monzón, los monjes vagabundos mendicantes se reunían en un sólo lugar a estudiar, meditar y debatir. Lo hacían hasta que la lluvia paraba. Luego continuaban sus viajes.
Esta tradición milenaria se sigue observando al día de hoy, y la comunidad a la que pertenezco (Soto Zen) no es distinta. De septiembre a diciembre practicamos el Ango.
En las próximas semanas mi práctica será más intensa. Incluso más que en años anteriores porque ahora debo incorporar actividades monásticas y de estudio.
Para que tengas idea qué es lo que hace un monje durante el Ango, esta una pequeña lista de lo que me espera:
- Zazen por más tiempo, más veces al día.
- Participar en los zazenkai (ceremonias semanales con zazen de 90 minutos a 4 horas).
- Participar en actividades de caridad en mi localidad.
- Hacer donativos a instituciones de ayuda. Y elegí Médicos Sin Fronteras y a personas cercanas a mi que lo necesitan.
- Practicar metta. Esta hermosa práctica se hace después de meditar e implica abrir el corazón para ser más compasivo con quienes sufren (incluido uno mismo).
- Practicar el gatha de la comida. Es decir, agradecer cada alimento que llega a mi para nutrirme y sostener la práctica.
- Práctica personal en pareja con otro miembro de la sangha.
- Asistir a mis compañeros que estudian para recibir Jukai preceptos del bodhisattva), en diciembre.
- Dejar de lado dos pasiones o apegos para aprender a vivir sin ellos. Luego de mucho (pensar porque mis apegos son mínimos), decidí suspender mi ávida lectura de ciencia ficción y fantasía. Me enfocaré a leer sólo libros de budismo zen.
Suena intenso, ¿no?
La verdad es que no. Desde que celebré mi primer Ango, hace años, todas estas actividades se convirtieron en cotidianas. Ahora son hábitos.
Quizá la incorporación de la parte monástica sea la difícil, pero no imposible de sostener. Así que estaré un poquito ocupado. Si no publico con mucha frecuencia, ya sabes la razón.
Ahora, te estarás preguntando, ¿porqué escribo todo esto? Porque creo que nunca es tarde para cultivar un nuevo hábito.
Los expertos de productividad dicen que formar un nuevo hábito toma cerca de 1 mes.
Pero en mi experiencia, formar un hábito que perdure puede llevar unos buenos 3 meses. Y no, no tienes que usar una mega lista de pendientes como la que me han asignado.
Un sólo hábito es suficiente, siempre y cuando tengas un sistema, lo practiques con disciplina y estés dispuesto a aprender de los errores.
¿Cómo lograrlo? En el siguiente post escribiré al respecto.