por Kyonin | Oct 28, 2015 | Budismo, Meditación, Vida
Dejad que los muertos descansen
y que el pasado quede en el pasado.
Capitán Jean-Luc Picard, USS Enterprise
Como ya es tradición en Chocobuda, hoy comparto la Meditación de Día de Muertos. Es una versión corregida y con algunos nuevos comentarios. Espero te sea útil.
—
La muerte es un tema que muchos optamos por ignorar. Tratamos de esconderla, de no ver y de ni siquiera imaginar cómo sería la vida cuando un ser amado muera. Nos aterra pensar en nuestra propia muerte y con toda arrogancia ignoramos que todo en la vida es impermanente.
Esto es sembrar la semilla del sufrimiento porque cuando nos enfrentamos a Catrina frente a frente, carecemos de los elementos para entender y para dejar ir. En cambio, nos clavamos flechas envenenadas en el corazón. Una tras otra tras otra; y no soltamos la memoria, los recuerdos y hasta disfrutamos mantener las heridas abiertas.
No es que debamos huir del dolor y tampoco se trata de olvidar a las personas que se fueron. También, no importa cuánto nos preparemos, la muerte siempre duele.
Lo que hace la diferencia es saber que somos nosotros los que podemos dejar ir los sentimientos que nos ahogan, para poder liberarnos.
A los seres amados que se van hay que recordarlos con gratitud, con respeto y sonrisas; para luego seguir la vida con el conocimiento de que su legado vive en nosotros.
No soy nadie para decir si existe algo después de la muerte. La verdad es que no lo sé.
Lo que sí puedo decir es que llevar en la espalda el peso del dolor de la muerte de alguien, es un cáncer que va devorando nuestra energía vital y la sonrisa. He conocido a personas que viven en pena y que no vuelven a ser felices por llevar el luto y la culpa clavados en el corazón.
Si hay una lección importante que nos enseña el budismo, es la impermanencia.
No importa cuánto nos esforcemos, cuánto dinero invirtamos y cuánto nos resistamos, la realidad es que todo muere.
Cuando comprendemos esto, la vida y la salud se convierten en el tesoro más grande. Nos da amplitud para saborear el momento actual, cada segundo que pasamos en este plano existencial.
México es un país con infinitas tradiciones y costumbres, pero si hay algo que nos da identidad nacional y que todos los mexicanos celebramos, es el Día de Muertos (2 de noviembre).
Esta fiesta se observa desde tiempos precolombinos y nos dice mucho del respeto (y miedo) que sentimos por la muerte. Por muchas ciudades y pueblos mexicanos se pueden ver altares con flores y comida, dulces, tequila e imágenes de la misma muerte; nuestra compañera inseparable.
La muerte es parte de la vida. Una no existe sin la otra y el final de octubre y principio de noviembre, es la época en la que el velo entre la vida y la muerte se vuelve delgado y los ecos de los que ya se fueron regresan. Y en la mayoría de los casos su partida sigue doliendo porque simplemente nos negamos a dejar ir la memoria y el cariño.
Es una gran pena que estas culturas occidentales no nos enseñen que todo en la vida es impermanente, que todos vamos a morir. Si tan sólo lográramos entender esto, el proceso de muerte y despedida sería mucho más tranquilo de lo que es ahora.
Y es aun más doloroso ver cómo hay personas que jamás pueden salir adelante de la pérdida de un ser amado.
Viaje eterno
rocío al alba
reencuentro
Así que dejo este pequeño ejercicio de meditación para sanar las heridas, dejar ir el pasado y seguir adelante.
Meditación de Día de Muertos
Preparativos
- Lee varias veces la meditación para que no interrumpas tu sesión
- Escoge un tiempo del día en el que nadie te moleste y puedas estar en silencio.
- 1 vela pequeña
- Tu incienso favorito
Meditación
- Estira todo tu cuerpo.
- Siéntate en una silla cómoda, con la espalda recta sin recargarla en el respaldo. Si puedes sentarte en el suelo en flor de loto o seiza, adelante.
- Enciende la vela y apaga las luces.
- Cierra tus ojos y respira profundamente, varias veces. Trata de tranquilizar y relajar todo tu cuerpo. No avances al siguiente paso hasta que todos tus músculos estén relajados.
- Regresa tu respiración a ritmo normal.
- Piensa en la persona que se fue y que extrañas mucho.
- Recuerda todos los buenos momentos, el aprendizaje, las risas y las lágrimas. Quédate en ese momento favorito, donde más disfrutaste su compañía. No hay prisa.
- Esa persona te mira a los ojos por un largo momento.
- Con una voz tranquila y en calma te dice: «Muchas gracias por recordarme, eso me hace muy feliz. Tuve una vida llena de aprendizaje. Ahora estoy bien. No tengo hambre, frío ni calor. Por favor mira la llama de esta vela. Es brillante y genera un calor muy agradable. Va a brillar por un largo rato y luego se apagará. Esta fue mi vida. Así es la vida.»
- Abre tus ojos y mira la vela.
- Di en voz alta. «Muchas gracias por tocar mi vida, aprendí mucho de ti. Es hora de que descanses y que los dos seamos libres para seguir adelante. Adiós. Adiós. Adiós.»
- Quédate en silencio observando la vela. Mira cómo se consume. Esa es nuestra vida. Esa es la naturaleza de las cosas. Todo se acaba, pero todo brilla y nos deja su calor.
Esta meditación la aprendí hace muchos años y es una experiencia muy poderosa. Si la sigues al pie de la letra y la repites varias veces durante esta temporada de muertos, te ayudará mucho a dejar ir.
El objetivo primordial es que entiendas que todo termina y que entre más te aferres al recuerdo de alguien que murió, nunca cerrarás el ciclo y te causarás mucho daño. No serás libre para moverte a nuevas experiencias en tu vida.
Suelta a esas personas que se fueron. Es tiempo para que tú escribas tu propia historia. Hoy es el tiempo en que debes hacer brillar tu propia luz y dar calor a los que te rodean.
Este año dedico mis esfuerzos y esta meditación a todos los seres vivos que están sufriendo por enfermedad y enfrentando la muerte. Que la Luz Dorada de Todo Lo Que Es nos una en compasión y ayuda mutua.
Feliz Día de Muertos.
por Kyonin | Oct 30, 2014 | Budismo, Meditación, Vida
Dejad que los muertos descansen
y que el pasado quede en el pasado.
Capitán Jean-Luc Picard, USS Enterprise
Hace algunos años publiqué una meditación para el Día de Muertos en la que nos enfocamos a dejar ir y descansar a las personas que se adelantaron en el camino.
No soy nadie para decir si existe algo después de la muerte. La verdad es que no lo sé.
Lo que sí puedo decir es que llevar en la espalda el peso del dolor de la muerte de alguien, es un cáncer que va devorando nuestra energía vital y la sonrisa. He conocido a personas que viven en pena y que no vuelven a ser felices por llevar el luto y la culpa clavados en el corazón.
Si hay una lección importante que nos enseña el budismo, es la impermanencia.
No importa cuánto nos esforcemos, cuánto dinero invirtamos y cuánto nos resistamos, la realidad es que todo muere.
Cuando comprendemos esto, la vida y la salud convierte en el tesoro más grande. Nos da amplitud para saborear el momento actual, cada segundo que pasamos en este plano existencial.
Con esto en mente, comparto de nuevo esta meditación de Día de Muertos.
México es un país con infinitas tradiciones y costumbres, pero si hay algo que nos da identidad nacional y que todos los mexicanos celebramos, es el Día de Muertos.
Esta fiesta se observa desde tiempos precolombinos y nos dice mucho del respeto que sentimos por la muerte. Por muchas ciudades y pueblos mexicanos se pueden ver altares con flores y comida, dulces, tequila e imágenes de la misma muerte; nuestra compañera inseparable.
La muerte es parte de la vida. Una no existe sin la otra y el final de octubre y principio de noviembre, es la época en la que el velo entre la vida y la muerte se vuelve delgado y los ecos de los que ya se fueron regresan. Y en la mayoría de los casos, su partida sigue doliendo porque simplemente nos negamos a dejar ir la memoria y el cariño.
Es una gran pena que estas culturas occidentales no nos enseñen que todo en la vida es impermanente, que todos vamos a morir. Si tan sólo lográramos entender esto, el proceso de muerte y despedida sería mucho más tranquilo de lo que es ahora.
Y es aun más doloroso ver cómo hay personas que jamás pueden salir adelante de la pérdida de un ser amado.
Viaje eterno
rocío al alba
reencuentro
Así que dejo este pequeño ejercicio de meditación para sanar las heridas, dejar ir el pasado y seguir adelante.
Meditación de Día de Muertos
Preparativos
- Lee varias veces la meditación para que no interrumpas tu sesión
- Escoge un tiempo del día en el que nadie te moleste y puedas estar en silencio.
- 1 vela pequeña
Meditación
- Estira todo tu cuerpo.
- Siéntate en una silla cómoda, con la espalda recta sin recargarla en el respaldo. Si puedes sentarte en el suelo en flor de loto o seiza, adelante.
- Enciende la vela y apaga las luces.
- Cierra tus ojos y respira profundamente, varias veces. Trata de tranquilizar y relajar todo tu cuerpo. No avances al siguiente paso hasta que todos tus músculos estén relajados.
- Regresa tu respiración a ritmo normal.
- Piensa en la persona que se fue y que extrañas mucho.
- Date tiempo para recordar todos los buenos momentos, el aprendizaje, las risas y las lágrimas. Quédate en ese momento favorito, donde más disfrutaste su compañía.
- Esa persona te mira a los ojos por un largo momento.
- Con una voz tranquila y en calma te dice: «Muchas gracias por recordarme, eso me hace muy feliz. Tuve una vida llena de aprendizaje. Ahora estoy bien. No tengo hambre, frío ni calor. Por favor mira la llama de esta vela. Es brillante y genera un calor muy agradable. Va a brillar por un largo rato y luego se apagará. Esta fue mi vida. Así es la vida.»
- Abre tus ojos y mira la vela.
- Di en voz alta. «Muchas gracias por tocar mi vida, aprendí mucho de ti. Es hora de que descanses y que los dos seamos libres para seguir adelante. Adiós. Adiós. Adiós.»
- Quédate en silencio observando la vela. Mira cómo se consume. Esa es nuestra vida. Esa es la naturaleza de las cosas. Todo se acaba, pero todo brilla y nos deja su calor.
Esta meditación la aprendí hace muchos años y es una experiencia muy poderosa. Si la sigues al pie de la letra y la repites varias veces durante esta temporada de muertos, te ayudará mucho a dejar ir.
El objetivo primordial es que entiendas que todo termina y que entre más te aferres al recuerdo de alguien que murió, nunca cerrarás el ciclo y te causarás mucho daño. No serás libre para moverte a nuevas experiencias en tu vida.
Suelta a esas personas que se fueron. Este es tiempo para que tú escribas tu propia historia. Hoy es el tiempo en que debes hacer brillar tu propia luz y dar calor a los que te rodean.
Este año la meditación estará dedicada a las víctimas y a las familias sufriendo por la violencia desmedida por la que está pasando el planeta. Que la compasión y la tranquilidad sea el resultado de nuestros actos.
Feliz Día de Muertos.
por Kyonin | Oct 28, 2014 | Budismo, Vida
No soy una persona de muchas tradiciones. A parte de las ceremonias budistas recurrentes, las únicas fiestas que me son realmente sagradas son Día de Muertos y Samhain.
Día de Muertos, por que tiene mucho significado budista sobre el apego y la impermanencia.
Y Samhain (pronunciado sauín) porque es la celebración de año nuevo para las filosofías centradas en la naturaleza y en la Madre Tierra. Además siempre me he identificado con las tradiciones celtas-nórdicas. Sí, lo sé. El Señor de los Anillos no me ha dejado nada nuevo.
Estos días donde el año comienza a irse y el clima se vuelve más frío en el hemisferio norte, muchos pueblos piensan más en serio sobre la muerte.
En algún momento de nuestra vida todos la hemos enfrentado. Es parte de nuestra naturaleza, pero tratamos de olvidarla por todos los medios. Tenemos una extraña relación de amor-odio con ella.
La muerte es un tema muy popular en cualquier charla. La vemos todo el tiempo en los medios de información y nos llena la boca pasar rumores sobre cómo tal persona dejó de existir. Está por todos lados en la cultura humana.
Nos reímos y nos divertimos mucho a sus expensas. Usamos ropa y máscaras para personalizarla en fiestas. Adoramos que sea la protagonista principal en películas, libros, videojuegos y música.
Amamos la muerte en todas sus encarnaciones, siempre y cuando no esté cerca de nosotros o de las personas que amamos. En caso de que nos toque con su helada mano, la muerte se convierte en el enemigo a vencer.
La repudiamos y queremos desterrarla a toda costa. Hemos creado toda una civilización en torno al rechazo categórico de dejar de vivir. Creamos elixires mágicos para ahuyentarla. Gastamos millones en productos que la mantengan fuera de la vista. Queremos ser inmortales, cuando todo lo que somos es un pedazo de carne que se pudre como cualquier otra.
Pero a la muerte no le importa. Ella (¿o será Él?) sigue su camino y cumple con su trabajo con perfección y a buen tiempo.
El Buda se percató de esto y escribió el spoiler máximo de la película de tu vida. Todas las películas terminarán igual: vas a morir.
Pero lejos de deprimirnos por esta realidad, saber que la vida termina es la mejor forma que tenemos para entender lo mucho que vale. Justo porque no dura para siempre, se convierte en la joya más preciosa.
Estamos en este planeta tan sólo una fracción de segundo en el calendario cósmico. ¿Vale la pena estar tristes todo el tiempo? ¿Es sabio buscar pelear con todo mundo?
Es un hecho que estamos apegados a la vida. Como seres vivos no podríamos ser distintos. Protegemos nuestra propia existencia y buscamos continuar respirando por el mayor tiempo posible. Entonces, ¿por qué razón no buscamos ser felices?
Soy un convencido de que la inmortalidad ya la hemos encontrado. Es cuestión de entender que nunca se ha tratado de mantener con vida el tejido orgánico.
La inmortalidad se alcanza dejando este planeta como un mejor lugar para todos, haciendo que todos crezcan y destruyendo las separaciones.
¿Cómo piensas dejar este mundo al morir? ¿Será un mejor planeta?
Feliz Día de Muertos.
por Kyonin | Oct 30, 2013 | Meditación, Vida
Dejad que los muertos descansen
y que el pasado quede en el pasado.
Capitán Jean-Luc Picard, USS Enterprise
Hace algunos años publiqué una meditación para el Día de Muertos, en la que nos enfocamos a dejar ir y descansar a las personas que se adelantaron en el camino.
No soy nadie para decir si existe algo después de la muerte. La verdad es que no lo sé.
Lo que sí puedo decir es que cargar en la espalda el peso del dolor de la muerte de alguien, es como un cáncer que va devorando la energía vital y la sonrisa de nosotros. He conocido a personas que viven en pena y que no vuelven a ser felices por llevar el luto y la culpa clavados en el corazón.
Si hay una lección importante que nos enseña el budismo, es la impermanencia.
No importa cuánto nos esforcemos, cuánto dinero invirtamos y cuánto nos resistamos, la realidad es que todo muere.
Cuando comprendemos esto, la vida y la salud convierte en el tesoro más grande. Nos da amplitud para saborear el momento actual, cada segundo que pasamos en este plano existencial.
Con esto en mente, comparto de nuevo esta meditación de Día de Muertos.
México es un país con infinitas tradiciones y costumbres, pero si hay algo que nos da identidad nacional y que todos los mexicanos celebramos, es el Día de Muertos.
Esta fiesta se observa desde tiempos precolombinos y nos dice mucho del respeto que sentimos por la muerte. Por muchas ciudades y pueblos mexicanos se pueden ver altares con flores y comida, dulces, tequila e imágenes de la misma muerte; nuestra compañera inseparable.
La muerte es parte de la vida. Una no existe sin la otra y el final de octubre y principio de noviembre, es la época en la que el velo entre la vida y la muerte se vuelve delgado y los ecos de los que ya se fueron regresan. Y en la mayoría de los casos, su partida sigue doliendo porque simplemente nos negamos a dejar ir la memoria y el cariño.
Es una gran pena que estas culturas occidentales no nos enseñen que todo en la vida es impermanente, que todos vamos a morir. Si tan sólo lográramos entender esto, el proceso de muerte y despedida sería mucho más tranquilo de lo que es ahora.
Y es aun más doloroso ver cómo hay personas que jamás pueden salir adelante de la pérdida de un ser amado.
Viaje eterno
rocío al alba
reencuentro
Así que dejo este pequeño ejercicio de meditación para sanar las heridas, dejar ir el pasado y seguir adelante.
Meditación de Día de Muertos
Preparativos
- Lee varias veces la meditación para que no interrumpas tu sesión
- Escoge un tiempo del día en el que nadie te moleste y puedas estar en silencio.
- 1 vela pequeña
Meditación
- Estira todo tu cuerpo.
- Siéntate en una silla cómoda, con la espalda recta sin recargarla en el respaldo. Si puedes sentarte en el suelo en flor de loto o seiza, adelante.
- Enciende la vela y apaga las luces.
- Cierra tus ojos y respira profundamente, varias veces. Trata de tranquilizar y relajar todo tu cuerpo. No avances al siguiente paso hasta que todos tus músculos estén relajados.
- Regresa tu respiración a ritmo normal.
- Piensa en la persona que se fue y que extrañas mucho.
- Date tiempo para recordar todos los buenos momentos, el aprendizaje, las risas y las lágrimas. Quédate en ese momento favorito, donde más disfrutaste su compañía.
- Esa persona te mira a los ojos por un largo momento.
- Con una voz tranquila y en calma te dice: «Muchas gracias por recordarme, eso me hace muy feliz. Tuve una vida llena de aprendizaje. Ahora estoy bien. No tengo hambre, frío ni calor. Por favor mira la llama de esta vela. Es brillante y genera un calor muy agradable. Va a brillar por un largo rato y luego se apagará. Esta fue mi vida. Así es la vida.»
- Abre tus ojos y mira la vela.
- Di en voz alta. «Muchas gracias por tocar mi vida, aprendí mucho de ti. Es hora de que descanses y que los dos seamos libres para seguir adelante. Adiós. Adiós. Adiós.»
- Quédate en silencio observando la vela. Mira cómo se consume. Esa es nuestra vida. Esa es la naturaleza de las cosas. Todo se acaba, pero todo brilla y nos deja su calor.
Esta meditación la aprendí hace muchos años y es una experiencia muy poderosa. Si la sigues al pie de la letra y la repites varias veces durante esta temporada de muertos, te ayudará mucho a dejar ir.
El objetivo primordial es que entiendas que todo termina y que entre más te aferres al recuerdo de alguien que murió, nunca cerrarás el ciclo y te causarás mucho daño. No serás libre para moverte a nuevas experiencias en tu vida.
Suelta a esas personas que se fueron. Este es tiempo para que tú escribas tu propia historia. Hoy es el tiempo en que debes hacer brillar tu propia luz y dar calor a los que te rodean.
Este año la meditación estará dedicada a mi abuela. Ella me enseñó a pintar y a disfrutar el arte. Me hizo lector irremediable y me mostró un mundo libre, crítico, donde todo es digno de análisis y renovación. Me enseñó que la pregunta más importante es ¿por qué?
Feliz Día de Muertos.
por Kyonin | Nov 1, 2012 | Budismo, Meditación, Vida, Zen
Este post fue publicado el año pasado, pero ahora la meditación tiene nuevos elementos.
México es un país con infinitas tradiciones y costumbres, pero si hay algo que nos da identidad nacional y que todos los mexicanos celebramos, es el Día de Muertos.
Esta fiesta se observa desde tiempos precolombinos y nos dice mucho del respeto que sentimos por la muerte. Por muchas ciudades y pueblos mexicanos se pueden ver altares con flores y comida, dulces, tequila e imágenes de la misma muerte; nuestra compañera inseparable.
La muerte es parte de la vida. Una no existe sin la otra. El final de octubre y principio de noviembre es la época en la que el velo entre la vida y la muerte se vuelve delgado y los ecos de los que ya se fueron se siguen escuchando. Para muchos, la partida de un ser amado nos sigue doliendo porque nos negamos a dejar ir la memoria y el cariño.
Es una gran pena que estas culturas occidentales no nos enseñen que todo en la vida es impermanente, que todos vamos a morir. Si tan sólo lográramos entender esto, el proceso de muerte y despedida sería mucho más tranquilo de lo que es ahora.
Y es aun más doloroso ver cómo hay personas que jamás pueden salir adelante de la pérdida de un ser amado.
Viaje eterno
rocío al alba
reencuentro
Así que comparto con ustedes este pequeño ejercicio de meditación para sanar las heridas, dejar ir el pasado y seguir adelante.
Meditación de Día de Muertos
Preparativos
- Escoge un tiempo del día en el que nadie te moleste y puedas estar en silencio
- 1 vela pequeña
- Lee varias veces la meditación para que no tengas que interrumpir tu sesión a la mitad
Meditación
- Estira todo tu cuerpo, de la misma forma que lo haces después de despertar.
- Siéntate en una silla cómoda, con la espalda recta sin usar el respaldo. Si puedes sentarte en el suelo en flor de loto o seiza, adelante.
- Enciende la vela y apaga las luces.
- Cierra tus ojos y respira profundamente, varias veces. Trata de tranquilizar y relajar todo tu cuerpo. No avances al siguiente paso hasta que todos tus músculos estén relajados.
- Regresa tu respiración a ritmo normal.
- Piensa en la persona que se fue y que extrañas mucho.
- Date tiempo para recordar todos los buenos momentos, el aprendizaje, las risas y las lágrimas. Quédate en ese momento favorito, donde más disfrutaste su compañía.
- Esa persona te mira a los ojos por un largo momento.
- Con una voz tranquila y en calma te dice: «Muchas gracias por recordarme, eso me hace muy feliz. Tuve una vida llena de aprendizaje. Ahora estoy bien. No tengo hambre, ni frío, ni calor. Por favor mira la llama de esta vela. Es brillante y genera un calor muy agradable. Va a brillar por un largo rato y luego se apagará. Esta fue mi vida. Así es la vida.»
- Abre tus ojos y mira la vela.
- Di en voz alta. «Muchas gracias por tocar mi vida, aprendí mucho de ti. Es hora de que descanses y que los dos seamos libres para seguir adelante. Adiós. Adiós. Adiós.»
- Quédate en silencio observando la vela. Mira cómo se consume. Esa es nuestra vida. Esa es la naturaleza de las cosas. Todo se acaba, pero todo brilla y nos deja su calor.
Esta meditación la aprendí hace muchos años y es una experiencia muy poderosa. Si la sigues al pie de la letra y la repites varias veces durante esta temporada de muertos, te ayudará mucho.
Llorarás mucho al principio, pero la calma regresará y al final verás la vida con ojos frescos.
El objetivo primordial es que entiendas que todo termina y que entre más te aferres al recuerdo de alguien que murió, nunca cerrarás el ciclo y te causarás mucho daño. No serás libre para moverte a nuevas experiencias.
Suelta a esas personas que se fueron. Es hora de que escribas tu propia historia. Hoy es el tiempo en que debes hacer brillar tu propia luz y dar calor a los que te rodean.
Al igual que el año pasado, esta meditación está dedicada a mi abuela. Ella me enseñó a pintar y a disfrutar el arte. Me hizo lector irremediable y me mostró un mundo libre, crítico, donde todo es digno de análisis y renovación. Me enseñó que la pregunta más importante es ¿por qué?
No olvides comer pan de muerto con una GRAN taza de chocolate caliente.
Feliz Día de Muertos.