Como hemos visto en las entregas anteriores de esta serie, para el Buda el dinero no es nada malo. Al contrario, lo aprecia como una herramienta para la vida cotidiana.
El problema es que el dinero se convierta en una obsesión que nos lleve a un punto elevado de avaricia, y nos orille a explotar a otros o a pasar por encima de ellos; para poder mantener esa avidez.
La mente humana es muy hábil para crear excusas que justifiquen nuestras acciones. Las personas que acumulan dinero y bienes siempre tienen un explicación y filosofía con la que se engañan a sí mismos y a otros. Pero la realidad es que su conducta atenta contra el equilibrio de la vida.
Por eso el Budismo Zen nos da un marco de referencia para poder revisar la intención de nuestros actos y la calidad de nuestros pensamientos. Es una vía de autocontrol y moderación, que nos lleva al equilibrio y, por ende, tener una mejor relación con el dinero.
No se trata de no tener nada, el Buda lo que busca es que tengamos una vida cómoda, con lo suficiente para estar bien.
Por eso el budismo se llama El Camino Medio. Al estudiar el Buddhadharma nos estamos armando con las herramientas necesarias para entrenar la mente y no caer en la avaricia.
Sé que muchos confunden esto con comunismo o socialismo, pero estas son filosofías contemporáneas. El budismo es milenios más antiguo, pero se mantiene vigente porque al poner en marcha el Noble Sendero Óctuple en nuestra vida, nuestra relación con el dinero se vuelve linda y simple.
Como practicantes de Zen, tenemos algunas acciones que nos ayudan a entender el dinero de una forma menos complicada, a mantenernos lejos de la avaricia y a aumentar nuestra calidad de vida, con base en las enseñanzas del Buda.
Estas son solo algunas de esas acciones.
No compres lo que no necesitas
Este es un consejo tan básico que parece chiste. Antes de comprar lo que sea, hay que preguntarse ¿de verdad lo necesito?
Si la respuesta es sí, pues adelante. Si la respuesta es no, es mejor guardar esos recursos para otra cosa.
Come alimentos sencillos y nutritivos
Este es otro consejo que parece broma y que muchos detestan. ¿Alguna vez has visto cómo es la comida en un templo budista? Es lo más sencillo y neutro posible, porque consideramos que el alimento no debe despertar ninguna especie de lujuria o avaricia.
Y el problema es que la comida a la que tenemos acceso es toda deliciosa. Comer delicioso todo el tiempo es muy malo porque la comida pierde su concepto de «·energía para seguir adelante» y se transforma en un acto de ego.
No tiene nada de malo comer delicioso de vez en cuando, pero la ecuanimidad de la mente llega cuando hay ecuanimidad en tus alimentos.
Entonces, comer sencillo y nutritivo es barato y solo requiere un poco de esfuerzo para cocinar lo que le hace bien a tu cuerpo-mente. Ahorrarás mucho dinero y tendrás una mente clara si tu alimentación es sencilla y noble
Trabaja pensando en lo que aportas a la vida
Trabajamos para obtener recursos económicos. Está perfecto. Pero muchos detestan su trabajo por mil razones diferentes. En el Zen el trabajo es una expresión más de nuestra espiritualidad.
Si ves tu labor como un servicio a la vida, en lugar de una mina de oro, tu estancia en ese lugar será menos terrible y el dinero que ganes se sentirá diferente.
No cultives adicciones
Todo de tipo de adicciones se convierten en un gasto que no necesitas. Tiene sentido mantenerte lejos de conductas compulsivas y de querer ser «experto» en algo.
Sí, querer ser experto es una adicción de ego.
Comparte lo que tienes
La generosidad es un valor compartido en muchas religiones del mundo. La razón es que ser generosos con los demás nos llena el corazón de alegría y satisfacción. No en vano es la primera de las Seis Perfecciones (Paramitas) que practicamos en el budismo Mahayana.
Como habrás visto, esto es una pequeña lista que es más sobre sentido común que sobre budismo. Como sea, es posible tener una mejor relación con el dinero, para entenderlo en otro nivel.
En nuestro vocabulario existen muchas frases parecidas a «el dinero no es la felicidad, pero se le parece mucho». Desde niños nos educamos para dar un valor supremo al dinero, hasta que se convierte en la causa de nuestra existencia.
Cuando alguien tiene más dinero y oportunidades que uno, es difícil no sentir resentimiento o envidia. ¿Por qué esa persona lo tiene todo y yo no? Eso es lo que pasa cuando tu papi te lo da todo y no te cuestan las cosas. Pero mira a ese ·$&/(!,¿cómo es posible que tenga tanto?
Pero una y otra vez, esta conducta compulsiva por el dinero ha demostrado que solo deja insatisfacción y, en muchos casos, infelicidad.
Es cierto que el dinero es muy importante. Es un excelente medio de intercambio para tener una vida cómoda en el mundo humano. Pero mucho dinero no significa mucha felicidad.
Hace algún tiempo tuve una charla con alguien que criticaba mucho a países como Tailandia, Camboya o Nepal. Decía que la gente ahí era muy pobre y que no podían salir adelante porque no querían. Que no eran pueblos prósperos como en occidente.
Sin embargo, estas naciones budistas, aunque no tienen infraestructura o comodidades como muchos países de occidente, son naciones donde la gente está más contenta y en paz. Con vidas simples y muchos menos problemas existenciales, a diferencia de nosotros. Por supuesto que también hay lujos, gente rica y problemas existenciales, pero mucho menos.
Y es que en los marcadores de prosperidad que nos hemos creado, olvidamos incluir cosas más vitales como el bienestar, la tranquilidad, la sencillez de la vida o solo sentarse en silencio por las mañanas. Son instancias que no se pueden cuantificar, porque hay que vivirlas para creerlas y apreciarlas.
El dinero puede construir o destruir culturas completas. Pero por suerte no hay que esperar a que sucedan cambios macroeconómicos para entender que hay una ruta alterna.
La práctica Zen nos da la capacidad de estudiar, trabajar y fijarnos metas; sin caer en la obsesión y siempre apreciando el dinamismo de la vida. Abrimos el corazón a la Señora Impermanencia y nos adaptamos al cambio.
Al mismo tiempo, solo tomamos lo que necesitamos para tener una vida cómoda. No cometemos excesos, porque entonces nos volvemos parte del problema.
El Buda no veía la fortuna económica como algo malo. Solo era necesaria, pero también lo era el entrenamiento de la mente para no caer en excesos y en la cancelación de la compasión. Nos dejó varias enseñanzas al respecto que explicaremos en los siguientes artículos de esta serie.
En Japón cuando una taza de té tiene una cuarteadura o alguna imperfección, se le considera un objeto hermoso. Eso significa que la taza ha sido creada por manos humanas, y que la persona imprime en el objeto su propia imperfección. Al mismo tiempo, una taza cuarteada o despostillada implica que ha estado realizando bien la función para lo que fue creada.
Al mismo tiempo, las grietas y rupturas de una taza nos recuerdan la naturaleza impermanente de las cosas. A esto se le llama Wabi Sabi. Es una visión de la vida derivada de la enseñanza budista de las Tres Marcas de la Existencia; Impermanencia, Sufrimiento y Ausencia de Yo.
Aunque cuando leemos o vemos videos sobre esta postura japonesa ente la vida, nos parece hermoso e inspirador, la realidad es que las culturas hispanas tenemos poco respeto o admiración por las cosas viejas. Y claro, esto lo extrapolamos hacia las personas.
Pocas veces valoramos el servicio y la ayuda que nos ha dado esa camiseta vieja, la vajilla que solo botamos o la televisión que se tiene que ir. No es que debamos aferrarnos a las cosas, es solo que no las vemos con gratitud y mucho menos con respeto.
Una de las aportaciones más grandes que Dogen Zenji dejó al budismo universal, fue la realización de que todo es Buda. No solo los seres sintientes, sino que la piedra, tu camiseta vieja, tu cacerola despostillada y hasta el vidrio roto de la venta; todo es Buda. Absolutamente todo lo que nos rodea es parte de una sola cosa enorme e indivisible.
Todo es Buda en el exterior y en el interior. Tú eres Buda siendo una taza rota de Buda que usa el Buda para beber té, que también es Buda. Tus ojos que necesitan lentes son Buda observando al Buda, siendo la córnea del propio Buda, mirándose al espejo de todos los Budas.
Apreciar Wabi Sabi es dar valor profundo y espiritual al Buddhadharma porque así como la taza de té se vuelve vieja, nosotros también (Impermanencia).
Así como la taza de té tiene que pasar por pruebas enormes para desarrollar su función, nosotros también (Sufrimiento).
Así como la taza de té no pide ser llamada Doña Taza de Té, nosotros somos mucho más que el simple nombre en el pasaporte. Somos seres vivos anónimos que aportan a la vida de los demás seres (Ausencia de Yo).
Wabi Sabi es entender que las Tres Marcas de la Existencia nos rigen y nos ayudan a ver la realidad en una escala más refinada y elegante. Esto nos lleva a sentir profunda gratitud por los seres y los objetos que lo dan todo para que nosotros estemos bien.
Al final solo eres un Buda viejo y hermoso, cumpliendo su función de Buda en la alacena de los Budas.
Para el budismo la soledad no es algo malo. Todo lo contrario. Es parte de nuestro entrenamiento y el corazón avisa cuando es momento de retirarse para vivir en silencio, contemplación y estudio.
Durante un mes estaré en silencio para solo ser con lo que es, estudiar algunos textos para los que no he tenido la oportunidad, practicar yoga y ser Zazen.
Aunque yo no esté, Grupo Zen Ryokan sigue abierto para todos, gracias al cariño y dedicación de la sangha. La práctica diaria de Zazen continúa y habrá mini-zazenkai los domingos por la mañana.
Para participar, crea una cuenta en https://budismosotozen.org/sangha/
En la comunidad se publicarán fechas y enlaces a las reuniones por Zoom.
Nos vemos dentro de un mes.
…Habiendo experimentado el saber de la soledad y de la quietud, libre de angustia y de atadura, se absorbe en el saber del gozo de la Doctrina.
…Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque.
Hemos alcanzado a cifra necesaria y el servicio está pagado por 1 año más.
La colecta está cerrada. Muchas gracias a todos.
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El tiempo vuela cuando la pasamos bien practicando juntos.
Hace 1 año decidí que nuestra plataforma virtual sería Zoom. Nunca me imaginé que sería una de las mejores cosas que nos haya pasado. Gracias a esta herramienta nos hemos conectado y hemos practicado juntos todos los días sin parar.
Nos unimos como la comunidad global que somos para practicar Zazen y mantener el Zen vivo y vibrante. Zoom es nuestro dojo.
Pero no es gratis. En junio de 2021 será tiempo de renovar el servicio y pido ayuda de la sangha para poder pagar la anualidad. Cuento con algo de dinero, pero no la cantidad completa.
El servicio cuesta US$150 al año y tengo solo una fracción de la cifra.
Así que pido ayuda de la sangha para cubrir el costo del servicio. Entre todos podemos pagarlo.
Si está en tus posibilidades hacer un donativo, escribe a elchocobuda@gmail.com o revisa nuestro foro para más información
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Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi