por Kyonin | Ene 12, 2018 | Productividad, Vida

Comienza un año más y los buenos propósitos abundan. Estamos listos. Lo tenemos todo. Este año será el que marque la diferencia en mi vida.
El 1 de enero es el día perfecto para iniciar. ¡Vamos con todo!
Si entreno duro, en un mes estaré corriendo mi primera carrera. Al fin y al cabo los blogs de productividad y TED dicen que con 21 o 30 días el hábito queda listo.
Los expertos en productividad al estilo estadounidense nos dicen que debemos vivir con la mentalidad de cambio y realizando afirmaciones que pongan la mente en el camino ideal. Aunado a acciones pequeñas, al final de 30 días el hábito quedará en la mente y será parte de nuestra vida.
Suena fácil y sencillo. Uno piensa que con un esfuerzo de tan sólo unos días podrá comer ensaladas cual vaca o salir a incendiar las calles con el running.
Sin embargo, hay una falla inmensa en este sistema. Esta teoría está pensada con la mentalidad de la recompensa inmediata.
Para la mentalidad occidental, los cambios deben llegar sin esfuerzo y de la manera menos incómoda posible. Si algo produce un poco de sudor en la frente, es descartado. Es más, si pueden pagar por que alguien más se esfuerce, lo hacen.
No en vano Estados Unidos es el país que más productos milagrosos lanza. Basta con echar un vistazo a los informerciales. Harán lo que sea para vendernos desde pelador de patatas mágico, hasta un aparato de tortura medieval para ejercitar el abdomen. Todo es fácil y con el menor esfuerzo posible.
¡Puedo tener six pack mientras miro Netflix!
Los hispano parlantes, no somos diferentes.
La recompensa inmediata es uno de los daños más grandes que la sociedad de consumo ha casado en el crecimiento personal y espiritual.
Todo lo queremos aquí y ahora, y los hábitos no se escapan.
Por eso, al intentar cumplir metas y adquirir mejores disciplinas, fallamos miserablemente. Cuando vemos la cruda realidad de que los hábitos requieren esfuerzo y hasta un poco de sacrificio, los abandonamos.
Después de algún tiempo de reflexión y experimentación personal, decidí retar la idea de los 21 a 30 días.
Ya sea curar mi insomnio, volverme corredor, aprender un idioma o a cocinar… todos mis procesos de hábitos nuevos han tomado mucho más de 3 meses. Algunos más complejos han tomado unos buenos 4 años. Todas y cada una de mis mejoras personales han llevado un largo proceso de introspección, investigación, experimentación, muchos errores y caídas, y práctica constante.
Quizá soy muy tonto. Es posible que mi cerebro de mandril no pueda con una meta corta de 21 días. Pero lo que sí puedo decir es que los cambios que se han quedado y que forman parte de mi cotidiano, han sido logrados al 100% y los practico hasta el día de hoy.
Pero todos han tomado mucho tiempo y, sobre todo, disciplina.
No me cansaré de decirlo. El secreto de la vida es la disciplina. La necesitamos para estudiar, trabajar, divertirnos y hasta para dormir.
Creo que es hora de comenzar a entenderlo antes de siquiera intentar crear hábitos.
Si quieres saber más sobre cómo crear hábitos que permanezcan, o si quieres cambiar alguno que no te hace feliz; este taller es para ti.
por Kyonin | Ene 10, 2018 | Productividad, Vida

Los seres humanos hemos creado una nueva cultura en torno a la recompensa inmediata que es muy atractiva y, al día de hoy, ineludible.
Gozamos de productos y servicios que nos premian con tenerlo todo aquí y ahora. Ya no hay que esperar a ir a una tienda especializada para tener música, juegos de consola, libros, ropa, víveres o películas. Es tan fácil pedir cosas desde el teléfono, que ni siquiera recordamos cómo era el mundo hace unos 10 años.
Era un mundo cruel y árido en el que uno debía esforzarse por lograr y tener cosas.
No es que no me guste la cultura de lo inmediato. Al contrario, es maravillosa y hace la vida mucho más llevadera. ¡Si hay alguien que goza servicios como Steam, soy yo! El problema es que con frecuencia, esta forma de vida es más un estorbo que arruina nuestra capacidad para implantar hábitos nuevos o cambiar los que no nos gustan. ¡Odiamos si quiera el pensar en la palabra disciplina!
Esto genera una avalancha de obstáculos que nos hacen fallar de maneras épicas al momento de querer mejorar nuestra experiencia de vida.
La sociedad parece aplaudirnos cuando alguien come mal por estar muy ocupado, dormir poco por dedicar tiempo a las fiestas, despertar tarde en fin de semana, o al empeñar el futuro con deudas de tarjetas de crédito.
Y ni qué decir de la mercadotecnia. Nos vende la fantasía de que con una píldora mágica/gadget/bebida/amuleto dormiremos mejor, bajaremos de peso o tendremos más energía.
Sin embargo, lo que todo mundo se esfuerza en ignorar es el hecho de que los nuevos hábitos se apoyan en la disciplina. No hay más.
No existen los milagros, la magia, la providencia, ni El Secreto. Sólo existe el trabajo, la dedicación y la constancia.
Para evitar el desarrollo de nuevos hábitos existe una gran colección de obstáculos, casi todos basados en nuestro gran y pesado ego. Aquí presento una pequeña lista:
- Pereza
- Auto complacencia
- Esperanza en la píldora mágica
- Seguir a la manada
- Apego a las costumbres y tradiciones
- Miedo a experimentar
- Miedo al cambio
- Ignorancia / falta de información
- Rebeldía
- Mala alimentación
Sí, el número 10 es la mala alimentación. A pesar de que la subestimamos, la nutrición es la clave de la vida. Comer alimentos procesados y abusar de las harinas nos vuelve pesados y apáticos.
Es mucho más fácil generar hábitos duraderos cuando la nutrición es equilibrada.
¿Te has enfrentado con algún obstáculo fuerte al crear nuevos hábitos? ¡Comparte en los comentarios!
Si te interesa crear un hábito nuevo o cambiar uno que no te guste, este taller es para ti.
por Kyonin | Ene 8, 2018 | Productividad, Vida

Cada enero hacemos propósitos y sabemos que esta vez será «la buena». Por fin bajaremos de peso, leeremos más, despertaremos temprano. Pero en la tercera semana de enero se termina la inercia y comenzamos a postergar las cosas.
Por un día no pasará nada, ¿verdad? Quizá mañana regresamos a la disciplina.
Un día se convierte en dos y luego en tres. Cuando volteas te das cuenta que es diciembre y todas esas intenciones de cambio y mejoras quedan en el olvido.
Revisando libros, blogs y otros materiales, me percaté de que casi toda la documentación y motivos existentes en torno a esta materia están enfocados al ego.
Dan por hecho que el motor del cambio está dado por una búsqueda personal de engrandecimiento propio. Algunos llegan tan lejos como firmar un contrato con uno mismo para no fallar.
Bajarás de peso, meditarás diario, harás ejercicio, serás más productivo, no te desvelarás… Tú. Sólo tú. Firma aquí.
Por supuesto la mente traduce esto como: el beneficio de estos esfuerzos es para mi.
Yo me veré mejor.
Yo tendré más concentración.
Yo reduciré mi estrés.
Yo mejoraré mi salud.
Yo generaré más dinero.
Nos cerramos a la realidad de que absolutamente todos en esta vida estamos interconectados. Y estos métodos de hábitos olvidan enseñar que todos nuestros actos tienen consecuencias, buenas o malas.
Cuando nuestra motivación para el cambio es egoísta, las posibilidades de falla se incrementan; al igual que la probabilidad de sufrimiento.
Nos visualizamos teniendo éxito en lo que emprendemos, disfrutando la recompensa del arduo trabajo. Sin embargo, olvidamos que estamos rodeados de un universo al cual pertenecemos. Entonces, cuando el universo no cumple nuestras fantasías, viene la frustración y la culpa. Es decir, sufrimos.
Esta tendencia de fracaso puede continuar ad infinitum. Sólo se romperá hasta que comprendamos que nuestras acciones repercuten en el universo que nos rodea, que nuestras relaciones personales son afectadas y que podemos inspirar a los demás.
Si abrimos la mente, olvidando por un momento el conocimiento convencional, y observamos nuestra propia vida; podremos notar los finos hilos que conectan la realidad.
Cualquier cambio de hábitos es mucho más grande que nuestro ego. Nos afectan a todos.
Ejemplos:
Al trabajar de forma más eficiente mejoras a la empresa en la que trabajas. Esto genera más recursos y dinero para mantenerte a ti y a tus compañeros con empleo.
Al comer alimentos saludables mejorarás tu salud. Esto te dará salud y energía para disfrutar a tu familia y amigos, quienes se benefician de esto para su propia felicidad.
Al meditar diario mejorarás tu mente. Ello te dará calma y paciencia para que los demás se sientan seguros y tranquilos junto a ti; haciendo que trabajen mejor, que tengan mejores días.
Cuando entendemos esto, los hábitos adquieren un nuevo matiz porque comprendemos la responsabilidad que hay de por medio.
Somos los responsables de nuestra propia felicidad, eso es real. Pero también somos responsables de la felicidad de quienes nos quieren, de nuestra familia y amigos, y del universo en general.
Muchos métodos de hábitos se centran en una recompensa final ególatra.
Pero creo que es mucho mejor pensar en nuestra responsabilidad de mejorar a los demás, de empujarlos hacia adelante.
Eso es más grande que tú y que yo juntos porque creamos condiciones para que todos los seres tengan una vida más cómoda. Eso se llama compasión.
Si quieres saber más sobre hábitos y cómo hacer que permanezcan, este taller es para ti.
por Kyonin | Ene 4, 2018 | Budismo, Vida

NOTA: Este post está obsoleto. Por favor lee la nueva versión aquí.
El budismo es una filosofía que llama a muchas personas, pero existe tanta información y fuentes diferentes, que es difícil saber por dónde comenzar.
A diferencia de otras filosofías y religiones, al budismo no le interesa reclutar más miembros. No existe un «Vaticano» budista, no hay una autoridad máxima y tampoco existe un camino claro qué seguir. Uno tiene que comenzar a investigar por su parte, dejando toda la responsabilidad en nuestras manos.
Por otro lado, tampoco existe una manera rápida de ser budista. Es un proceso que puede tardar años, así que la paciencia es una de las herramientas más útiles.
Esto podría abrumar a muchos, así que preparé una pequeña lista de pasos a seguir para quien se interese en adoptar las enseñanzas del Buda.
Para comenzar en budismo
1. Entiende que será lento
Saber esperar y vivir un día a la vez es básico. En budismo no existe una iglesia donde por medio de un ritual mágico nos conviertan en practicantes. Llegar a ser budista será un camino largo, pero lleno de crecimiento.
Aquí no hay prisas, no hay límites de tiempo ni urgencias. Sólo disfruta el viaje y nunca te obsesiones.
2. Lee. Mucho
El budismo es una filosofía apoyada 100% en conocimiento; mismo que sólo llega por medio de la lectura. Seguro, puedes ser una persona muy observadora y sacar conclusiones maravillosas; pero si no lees, no tendrás marco de referencia alguno.
El primer paso en la ruta hacia el budismo comienza cuando terminas tu primer libro. Y el segundo paso es cuando terminas el segundo libro.
Y por «libro» me refiero a esas pilas de hojas con letras y sin ilustraciones que ya nadie toca ni por error.
Mientras lees libros, lee foros y blogs. También puedes escuchar podcasts.
Nunca pares de leer.
Cuando estés cansado de leer, lee un poco más.
Budismo para Dummies es un buen libro para comenzar.
3. Medita
Budismo = meditación. No hay salida. Si quieres ser budista, tienes que pasar meditando el triple de tiempo que pasas leyendo.
El conocimiento entra con la lectura, pero necesitas dar espacio y silencio a la mente para que asimile lo que vas aprendiendo.
Por otro lado, la ciencia ha demostrado infinitos beneficios resultantes de meditar con disciplina. En realidad hay mucho qué ganar y nada qué perder.
¿No sabes cómo comenzar? ¡Bienvenido!
4. Aplica lo aprendido
El budismo nos abre la puerta a códigos de conducta éticos y a la tranquilidad interna.
Aplica lo aprendido a tu vida cotidiana, lo mejor que puedas.
Sin duda te toparás con muchas preguntas y dudas. Te darás contra la pared más de una vez y tus valores familiares/personales/religiosos se cimbrarán.
Cuando estés en este punto, será tiempo de buscar un grupo.
5. Encuentra un grupo
Es posible ser practicante solitario, pero formar parte de una sangha (comunidad budista) es muy agradable. Siempre encontrarás talleres, festivales, buena comida y lo mejor: excelentes amigos.
Sin embargo, unirse a un grupo por primera vez puede ser una experiencia dura. Se hablará de temas que no entiendes, habrán códigos de conducta que no conoces y dirán palabras que jamás has escuchado. En suma, te sentirás fuera de lugar.
Por esto, recomiendo mucho que se busque una comunidad hasta después de haber leído dos libros de budismo básico.
¿Qué comunidad budista elegir? Asiste varias veces a diferentes sanghas hasta que te sientas cómodo en alguna. Es cuestión de experimentar.
Y quizá aquí es donde encontrarás a algún maestro que será tu guía. Pero eso no lo sabrás hasta que llegue el momento.
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Cada camino es diferente, así que esta lista es sólo una colección de sugerencias. ¿Tienes algún punto qué compartir? ¡Para eso están los comentarios!
por Kyonin | Ene 2, 2018 | Budismo, Compasión, Gratitud, Vida, Zen

Año nuevo es la época de desear que los caprichos se cumplan, de que la salud esté mejor que nunca y que el trabajo/dinero no falte. Es lindo, claro. Lo hacemos todo el tiempo porque es muy agradable saber que al menos en el mundo de la imaginación, tendremos la vida maravillosa que queremos.
¿Te has puesto a pensar que los deseos de año nuevo son como una especie de hechizos? Queremos que las cosas salgan bien sin esfuerzo y sin obstáculos. ¡Qué increíble que todo fuera como imaginamos!
Es impresionante lo egocéntrico que es todo lo relacionado a esta festividad auto-impuesta (como todas las demás).
A la naturaleza no le importan nuestros minutos ni nuestros años. El 1 de enero es solo un día más. Eso por sí mismo es maravilloso y mágico.
Lamentablemente estás en Chocobuda, un blog de budismo zen. Aquí no te deseo cosas lindas. Con todo mi corazón deseo que 2018 sea un año terrible, difícil y lleno de obstáculos.
¡En Chocobuda te anti-felicitamos por el nuevo año! Es un experimento que comencé en 2014 en el que ha habido buenos resultados, pues las personas que leen y lo entienden, saben que los objetivos se cumplen:
- Cuestionando lo que hay, para buscar una mejor forma de hacer las cosas
- Investigando y creando una base de conocimiento
- Formulando ideas e hipótesis
- Experimentando
- Cometiendo errores una y otra vez, para levantarse y continuar
- Implementando a la vida cotidiana lo aprendido
- Compartiendo resultado para el beneficio de los demás
- Pero sobre todo, entendiendo que el camino lento siempre es el mejor
Así que te deseo con todo mi ser, que 2018 sea un muy mal año:
Que el caos mental y el ruido externo sean insoportables. Para que así te animes a sentarte a meditar y hagas de la meditación parte de tu día.
Que el dinero falte. Para que entiendas que la vida es mejor cuando se vive con lo menos posible, cubriendo las necesidades elementales.
Que te quedes solo. Para que entiendas el valor de la amistad y la importancia de aprender a vivir con uno mismo. El silencio es más importante y agradable de lo que imaginas.
Que te hagan ver lo tonto que eres. Para que entiendas que no eres mejor que nadie y veas el daño que has causado cuando te burlas de los demás. También te servirá para ver todo el camino que aun falta por recorrer.
Que la salud sufra. Porque así entenderás lo importante que es mantener el cuerpo sano y quizá podrías dejar de tratarlo como bote de la basura.
Que sientas mucho frío y no tengas cómo cubrirte. Porque así sabrás lo que sufren otras personas que no tienen las mismas oportunidades que tú. También valorarás el milagro que significa que tengas acceso a ropa y a tener un techo sobre ese bloque que llamas cabeza.
Que caigas en la desesperación. Porque después del drama tendrás que ser creativo, valiente y sabio para poder convertir la dificultad en oportunidad.
Que estés triste. Así sabrás lo valiosa que es la risa y el asombroso poder curativo que nos da.
Que te digan mentiras y que caigas en ellas. Es la manera en que sabrás el sufrimiento que has causado cuando tu habla no es sincera y hay motivos escondidos en tus acciones.
Que te traicionen. Para que entiendas el valor de la lealtad y no traiciones a las personas que te quieren.
Que te manipulen. Así verás que la manipulación es una de las peores formas de violencia y evitarás manipular a los demás.
Que te falte comida. Porque así sentirás compasión por los que no la tienen y, si eres inteligente, ayudarás. También podrás sentir agradecimiento por todas las personas y seres vivos que dan su vida para que tu alimentación sea posible.
Que alguien te pague con ingratitud. Así conocerás lo que se siente cuando no te dignas a ser agradecido con las personas que te rodean.
Que la desorganización y indisciplina te causen muchos problemas. Es la única forma que tenemos para entender lo vital que son los hábitos para el ser humano. *
Que sufras la muerte de un ser querido. Para que entiendas que todo en el universo es impermanente y des valor a todas las personas que te honran con su presencia.
Que te olviden. Sólo así entenderás lo que la gente siente cuando la ignoras.
Que te discriminen. Así estarás del lado de todas las personas a las que has etiquetado y tratado mal por ser diferentes a ti.
Que no te agradezcan nada y que ignoren tus esfuerzos. Porque vivir en ingratitud hace que la vida se vuelva horrible y difícil de llevar.
Que 2018 sea un mal año, lleno de retos, montañas que escalar y de obstáculos. Si puedes salir adelante de todo esto, la noche del 31 de diciembre de 2018 serás una persona agradecida, compasiva, generosa y con un corazón más noble.
Esta es mi manera de desearte que este año que comienza sea el mejor año de tu vida. Pero claro, eso está en tus manos.
Todo comienza con tu práctica de meditación y de gratitud.
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* Si quieres saber más de hábitos y cómo forjarlos, te invito a Shojiki, taller de hábitos 2018.