Un loto blanco

Un loto blanco

 

El maestro Zen, Zai Ten Zhi  y su alumno se encuentran observando los koi en un estanque. Luego de un rato de estar aburrido, el alumno pregunta: «Maestro, ¿por qué es necesario hacer esto?».

El maestro sonríe y dice: «Loto blanco que crece en este estanque».

Confundido, el joven pregunta: «Maestro, no entiendo. ¿Qué tiene que ver un loto blanco con la práctica budista?».

El maestro, con una mirada compasiva, explica: «El loto blanco representa la pureza de intención y la ética impecable que debemos cultivar en nuestra vida diaria. Así como el loto crece en un estanque limpio, nosotros debemos nutrir nuestra mente y nuestras acciones con pensamientos y comportamientos éticos. La fragancia dulce del loto es la bondad y la compasión que irradiamos hacia los demás. Al vivir de manera ética y limpia, como el loto blanco, encontramos la verdadera paz y el florecimiento de nuestra sabiduría interior».

El alumno regresa su atención a los peces, que ahora son lotos blancos.

Budismo Zen y la paciencia: un acto de amor propio. Cinco acciones para ser más pacientes

Budismo Zen y la paciencia: un acto de amor propio. Cinco acciones para ser más pacientes

«La paciencia y la tolerancia son la más alta ascesis. Los Budas proclaman que el Nibbana es el supremo. No es un renunciante ni un asceta el que agrede a los otros.» – El Buda, Dhammapada

Todas las imágenes del Buda tienen una característica compartida. Su rostro es la paciencia hecha perfección y es un recordatorio de que alguien normal, como tú y como yo, es capaz de convertir la paciencia en parte de su espiritualidad.

La paciencia es de lo más difícil de lograr. Queremos que todo suceda rápidamente y según nuestras expectativas e idea del tiempo. Y si no pasa, llegan los “Tres Hermanitos Diabólicos”: estrés, ansiedad y frustración (Sí, acabo de inventar ese término).

¿Por qué nos resulta tan difícil ser pacientes? ¿Cómo podemos cultivar la paciencia en nuestras vidas? En el Budismo Soto Zen, encontramos enseñanzas valiosas sobre la paciencia como parte de nuestra espiritualidad y sobre cómo podemos practicarla como un acto de amor propio y compasión.

En el Budismo Zen, la paciencia se conoce como «Kshanti» (sánscrito), una de las Seis Paramitas o virtudes transcendentales. Kshanti se refiere a la capacidad de ver cómo el ego quiere controlarnos y cómo debemos mantener la calma en un mundo que no cumple con lo que imaginamos. Es la habilidad de conectar con la humanidad de otros y soportar las aflicciones sin reaccionar con aversión ni rechazo.

Casi siempre la paciencia es un acto de ego porque pensamos cosas como “debido a que soy buena persona, soporto tus imperfecciones y tu lentitud”.

Pero la paciencia no es hacia el exterior. Es hacia uno mismo. Cultivar la paciencia es un acto de amor propio y compasión. Nos da la oportunidad de estar en armonía con el flujo de la vida y aceptar las cosas tal como son. Conectamos con todos los seres vivos y con nuestro interior.

Y más importante, nos liberamos de la necesidad de controlar y resistir, y en su lugar, encontramos una mayor paz interior y claridad mental.

Hoy quiero compartir cinco acciones que me ayudan a no perder la paciencia. Son parte de mi práctica espiritual, pero no tienes que ser monje para comenzar a practicarlas:

1. Cultiva la conciencia plena

Practica la atención plena en cada momento presente. Observa tus pensamientos y emociones sin juzgar y desarrolla una mayor comprensión de tus patrones de impaciencia.

2. Abraza la impermanencia

Recuerda que todo en la vida es transitorio. Incluidas tus emociones. Los Tres Hermanitos Diabólico son estados pasajeros de la mente. Acepta que las personas y las cosas pueden llevar tiempo y cambian a su propio ritmo. Deja de aferrarte a las expectativas y sé abierto a las posibilidades que se presentan. Absolutamente nadie tiene por qué actuar como imaginas.

3. Practica la autocompasión

Sé amable contigo cuando te encuentres luchando con la impaciencia. Reconoce que eres un ser humano y que todos tenemos momentos de dificultad. Todos tenemos diferentes formas de pensar, de hacer las cosas y de sentir el tiempo. Trátate con compasión y permite que la paciencia se desarrolle gradualmente.

4. Aprende del presente

Cada situación que encuentres es una oportunidad de aprendizaje. En lugar de enfocarte en el resultado final, dirige tu atención hacia el proceso, al esfuerzo y humanidad de los demás y a las lecciones que están ante ti. Esto te ayudará a desarrollar una actitud de apertura y aprendizaje constante.

5. Nutre la práctica de Zazen

Shikantaza, la meditación sentada, es una práctica fundamental en el Budismo Soto Zen. A través de la quietud y la observación consciente de los pensamientos, puedes cultivar la paciencia y la estabilidad mental. Dedica tiempo regularmente a esta práctica y observa cómo se refleja en tu vida diaria.

Las Seis Paramitas son hábitos completamente alcanzables por cualquiera. Pero se requiere dar el primer paso. Kshanti es un viaje y lleva tiempo desarrollarla. Pero con cada pequeño paso, estarás construyendo una base sólida para la paz interior y la resiliencia en tus metas.

Convierte los obstáculos en fuerza y creatividad

Convierte los obstáculos en fuerza y creatividad

Como buenos humanos de la civilización occidental, buscamos con obsesión que nada en la vida nos cueste trabajo. La comodidad es nuestro dios. Lo adoramos depositando nuestro trasero en tronos muy cómodos mientras vemos la vida pasar.

Cuando llega la adversidad sufrimos mucho porque nunca entrenamos para salir adelante de manera creativa y ecuánime.

Pero desde el Zen aprendemos a ver que la vida por completo, incluidas las cosas que no nos gustan, son parte de un paquete precioso e indivisible llamado Buda. Entrenamos la mente para que no sea un motivo de dukkha, sino una luz para desterrar nuestras sombras.

A veces, nuestra mente está llena de aflicciones, y es entonces cuando las adversidades parecen llegar con mayor facilidad. Pero cuando nuestra mente no está perturbada, podemos experimentar paz y apertura incluso en situaciones difíciles. La forma en que interpretamos la situación influye en nuestra experiencia. Por eso es tan importante transformar nuestra mente.

Estás mal de la cabeza, Chocobuda. ¿Cómo voy a pensar en transformar la mente si estoy muy cómoda sufriendo por tonterías?

El ego gordo e inflamado nos lleva a pensar que la situación es injusta, que los demás están equivocados al tratarnos mal y que ellos deberían cambiar. Cuando culpamos a los demás, esencialmente estamos entregando nuestro poder a ellos, porque estamos pensando: «Mi problema y mi infelicidad son culpa de esa persona. Ellos tienen que cambiar y entonces seré feliz».

Mirar la situación de esta manera es un callejón sin salida. Shakyamuni nos enseña que no podemos hacer que los demás cambien. La única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos. En lugar de sentir lástima por nosotros mismos o enojarnos, necesitamos cambiar la forma en que vemos la situación.

El Dharma te vuelve una persona creativa, no una persona reactiva

Cuando pienses en alguien que dificulta tu vida, pon en práctica el Dharma que has aprendido y transforma tu estado mental. Toma refugio en Buda, Dharma y Sangha. Al hacerlo, crecerás espiritualmente y tendrás más confianza y fuerza para enfrentar las dificultades. Tu mente estará llena de alegría. Incluso podrías ser capaz de decir «gracias» a esa persona por brindarte la oportunidad de cambiar y crecer.

Si queremos alcanzar realizaciones en el Dharma, necesitamos practicar la paciencia y desarrollar fortaleza. El desarrollo de tales cualidades requiere personas que nos desafíen. Por lo tanto, debemos apreciar y agradecerles.

Nosotros mismos creamos la causa con nuestra ira, nuestra mente crítica y tendencia a culpar a los demás. Una vez que reconocemos que creamos nuestra propia miseria y que lo que experimentamos es el resultado de la indisciplina, se vuelve más fácil comenzar a practicar el Dharma y transformar la adversidad en el camino.

El estudio y práctica de las enseñanzas del Buda y de Dogen Zenji nos abren puertas que habían estado cerradas. Podemos estar tranquilos y fuertes aún en el ojo de la tormenta, para tomar decisiones con base en la ecuanimidad y no en el berrinche.

Dejamos de ser reactivos y damos paso a una etapa de creatividad y paz que vale la pena vivir.

Taller de autocompasión con 30% de descuento si lo recomiendas

Taller de autocompasión con 30% de descuento si lo recomiendas

 

En el silencio de la autocompasión, encontramos la fuerza para sanar nuestras heridas más profundas. Por eso este taller está pensado para personas que no han encontrado la manera de mejorar su relación consigo mismos. Juntos aprenderemos el valor de la práctica budista para que la compasión deje de ser algo inalcanzable. Puede ser parte de tu día a día.

Si quieres embarcarte en un viaje transformador hacia el amor propio y la compasión, tengo una noticia emocionante para ti.  Para agradecer tu apoyo a todos los esfuerzos que hacemos en Grupo Zen Ryokan, estamos ofreciendo un descuento especial del 30% si recomiendas este curso a alguien más.

¡Pero date prisa, porque estamos por comenzar!

Toda la información y temario del taller la puedes ver aquí.

Aquí está cómo funciona:

  1. Inscríbete en nuestro curso de autocompasión para que juntos descubramos los beneficios transformadores que ofrece.
  2. Comparte la información del taller con amigos, familiares o colegas que podrían beneficiarse de este curso.
  3. Invítalos a unirse. Pídeles que te mencionen como referencia y recibirán un increíble descuento del 30% en el curso.
  4. Una vez que se inscriban, tú recibirás un descuento del 30% en tu próximo taller o un reembolso por esa cantidad para este taller de autocompasión.

¡Es así de sencillo! No solo estarás ayudando a otros a encontrar la autocompasión, sino que también te beneficiarás con un descuento exclusivo para continuar expandiendo tu crecimiento personal. 

Además, ayudas a que esta sangha se mantenga funcionando para seguir llevando el Buddhadharma y el Soto Zen a todo el mundo hispanoparlante.

¿Nos ayudarías a pasar la voz? ¡Muchas gracias por tu apoyo!

Simple y elegante: La Regla de Oro y cómo aplicarla para la autocompasión

Simple y elegante: La Regla de Oro y cómo aplicarla para la autocompasión

Los humanos somos especialistas en buscar problemas a las soluciones. Por ejemplo, algo que debería ser sencillo como usar papel y lápiz para tomar notas, lo convertimos en algo complicadísimo que requiere computadoras, conexión a internet, apps y hasta inteligencia artificial.

Regresar a papel y lápiz, entonces, es como descubrir el hilo negro.

La autocompasión es justo así. A veces es tan sencillo salir de la baja autoestima, que no podemos ver la solución que siempre ha estado en nuestras narices.

Así es la Regla de Oro de la compasión. Es una regla moral tan antigua como la humanidad misma, está en muchas culturas del mundo, pero la enterramos entre toneladas de ego mantecoso, para olvidar que existe.

“Trata a los demás como te gustaría que te traten”.

Simple. Elegante. Aunque la manera de expresar la regla cambia en palabras y contextos, su esencia es la misma: tratar a los demás con bondad y respeto, reconociendo nuestra interconexión y el valor intrínseco de cada ser humano.

Debemos rescatar esta práctica porque puede ser una guía poderosa en nuestra búsqueda de autocompasión y bienestar emocional, ya que también se aplica de ti para ti.

Shakyamuni Buda compartió enseñanzas similares sobre el amor y la compasión hacia todos los seres. En Dhammapada, Shakyamuni nos dice:

“El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna”.

Estas palabras nos recuerdan que nuestro bien estar está intrínsecamente ligado al bienestar de los demás. Si nos tratamos con amor y compasión, somos capaces de irradiar esa energía positiva hacia los demás y contribuir a la creación de un mundo más compasivo y amoroso.

Algunas ideas para aplicar la Regla de Oro

Cuando aplicamos la Regla de Oro a la autocompasión, nos abrimos a un amor incondicional hacia nosotros mismos. Los siguientes puntos son solo algunos ejemplos de cómo la Regla aplica perfecto para uno mismo.

1. Sé amable contigo: Trátate con amabilidad y ternura, tal como lo harías con un ser querido. Permítete cometer errores y aprender de ellos, sin juzgarte de manera severa.

2. Cultiva la comprensión: Desarrolla la habilidad de entender tus propias luchas y dificultades. Observa tus pensamientos y emociones con compasión y curiosidad, en lugar de juzgarte duramente.

3. Cultiva el perdón: Perdónate a ti mismo por tus errores pasados y libérate de la carga del resentimiento y la autocrítica. Reconoce que todos cometemos errores y que el perdón es una parte esencial del crecimiento personal.

4. Nutre tu bienestar: Cuida tu cuerpo, mente y espíritu. Prioriza el autocuidado y las actividades que te brindan alegría y paz. Date permiso para descansar, relajarte y rejuvenecer.

5. Cultiva la gratitud: Aquí es donde se detienen las comparaciones con otros. Reconoce y aprecia las cualidades positivas que posees. Enfócate en lo que valoras de ti mismo y de tu vida. Practica la gratitud por las pequeñas cosas y encuentra momentos de alegría en lo cotidiano.

Por supuesto, incluir la Regla de Oro no es fácil cuando comenzamos a entenderla. Hay que desactivar el campo minado que hemos creado en nuestro corazón. Pero para eso está el budismo: para caminar un paso a la vez hacia la sanación.

¡Caminemos juntos! Este taller te interesa para mejorar tu relación contigo.