Nadar en el océano de malas noticias

Nadar en el océano de malas noticias

Violencia por todos lados. Odio y divisiones. Pobreza extrema. Políticos corrptos y dictadores. Guerras santas. Accidentes aéreos. Trenes que chocan. Asaltos. Muertos. Ballenas en peligro de extinción. Niños en zonas de guerra. Hambruna. ¡El mundo es el peor lugar del mundo!

Las cosas están tan mal y todas las noticias son  tan oscuras, que es mejor estar encerrados consumiendo información. ¡Dios no lo quiera y me pierda de algo que me pueda ayudar a estar aún más sumido en mi miseria!

En esta sociedad humana, las malas noticias son cosa de todos los días. Es cuestión de encender cualquier dispositivo o redes sociales y la oferta de miseria humana es tan amplia, que cuesta trabajo enfocar la atención en solo una cosa.

Consumir noticias debería ser catalogado como una sustancia tóxica y psicoactiva, pues tienen un poder adictivo muy fuerte. Y al igual que cualquier droga dura, entumece la mente y nos ata a seguir consumiendo más y más.

¿Cómo liberarnos de las malas noticias? ¿De dónde vienen? ¿Qué se puede hacer?

En esta charla abordamos este tema y usamos el punto de vista de la práctica Zen para convertir la angustia noticiosa en acciones virtuosas.

Y terminamos con un poco de zazen 🙂

 

Cura tu adicción a las noticias. Parte 1/2

Cura tu adicción a las noticias. Parte 1/2

 

 

El mundo nunca había estado tan violento. Los huracanes están peor que nunca. Los terremotos van a destruir a la humanidad. La violencia va en aumento. Los políticos están peor que hace años. Viene una nueva tormenta solar. La corrupción no para. Diez mil muertos y decapitados en un choque en la autopista. ¡Los nor-coreanos! ¡Trump! ¡Los narcos! ¡Los no-narcos! ¡Zombies narcos! ¡Ardillas mutantes! ¡Ardillas mutantes zombies violadoras narcos traídas por el huracán y los terremotos! ¡Todo nos está matando! ¡Todo es peligroso! ¡No hay salida!

Si ponemos atención a cómo son las conversaciones, ya sea con personas a nuestro lado o en redes sociales, podemos notar que el pesimismo y la desesperanza reinan nuestras palabras. Vivimos en eterno estrés, sufrimiento y con el corazón irremediablemente roto. Estamos tan enganchados a consumir noticias que perdemos el control y de pronto solo leemos noticias que nos mantienen enganchados a… ¡consumir más noticias!

Estar informados de lo que pasa en nuestro entorno es necesario para la vida. Es nuestro deber y responsabilidad saber si hay riesgos cerca, si el clima afectará a la comunidad y si hay algún asunto que deba ser arreglado. Son el tipo de noticias que mejoran las condiciones de vida porque podemos hacer algo al respecto o tomar precauciones.

La adicción a las noticias es una enfermedad nueva y compleja, resultado de nuestra hiper-conectividad y mercadotecnia de la sociedad de consumo. Las corporaciones de comunicación saben lo fáciles que somos cuando explotan las debilidades de nuestra psicología. Han convertido los sucesos en productos que nos venden en pequeñas dosis para mantenernos consumiendo. LINK

Diseñan la distribución de contenido de tal forma que crean adicción en la mente y promueven que la conversación se mueva a redes sociales. Entonces ahora tenemos pornografía de violencia, de huracanes, de terremotos, de corrupción. Lejos de ser útil, sólo crean pesadumbre y convierten la vida en un lugar muy feo para vivir. Si es por televisión, todo va acompañado de música rápida y apocalíptica.

Los medios masivos de difusión de información no son nuestros amigos, nunca lo han sido y jamás lo serán. Entre más noticias consumes, más dinero ganan por la venta de publicidad. Y no piensan soltarte pronto. Así de fácil.

Sí, también ese periódico de izquierda y esa comunicadora que lucha por las causas sociales viven de tu adicción las noticias.

¿Cómo es que nos enganchamos tan fácil en el consumo de noticias? El ser humano disfruta mucho de un ego inflado. El saber que estamos al tanto, que disponemos información que nos pone por encima de los demás y que somos expertos; nos hace sentir bien. No importa que dominemos temas estúpidos como la crisis de ardillas mutantes en Turquía o los resultados del torneo internacional de Tazos, queremos ser los primeros en saber para dominar la conversación. Con una ilusión de control sobre las cosas, solo nutrimos la angustia, el miedo y el odio.

Si un medio de difusión nos da la ilusión de que sabemos más y que la vida depende de estar informados, la vamos a tomar y a vivir por esa ilusión. Aunque, literal, la salud y la tranquilidad se vean comprometidas.

Cuando te apartas de redes sociales y de las noticias, aunque sea por un momento, y te enfocas en el presente o en lo que hay junto a ti… ¿te has percatado que la angustia de las noticias se disuelve?

 

Un pequeño ejercicio

Por unas horas o un día: deja de consumir redes sociales o noticias. Si vas a ver la televisión, ve una película o serie que disfrutes (de preferencia sin violencia). Si tienes que usar redes sociales, contrólate y no te enganches en noticias o en comentarios, sólo ponte en contacto con amigos o familia.

Al final del día piensa… ¿cómo te sientes? ¿Hay diferencia entre consumir noticias y no hacerlo?

La vida no es peor. De hecho estamos en un periodo de paz sin precedentes, pero las noticias ganan mucho dinero haciéndote pensar lo contrario.

 

En el siguiente post

Hay mucho más que decir sobre el tema. En el siguiente post compartiré un poco más sobre cómo el budismo zen evita la adicción a las noticias, así como algunas sugerencias para una vida más tranquila.

Es posible estar informado sin sufrir por la información.

 

Minimalismo para salvar al planeta y reducir la ecoansiedad

Minimalismo para salvar al planeta y reducir la ecoansiedad

Los humanos somos bestias maravillosas, pero nuestra mente distraída es el origen de muchos tipos de sufrimiento. Decidimos ignorar las cosas que debemos atender, para mejor mirar cosas que nos hacen sentir mejor de forma inmediata.

Existe una conversación incómoda que se ha abierto camino en nuestras vidas: la crisis ecológica y el cambio climático es un asunto de gravedad histórica que supera en importancia incluso a las guerras actuales. Preferimos mirar las noticias de los conflictos armados, pero ignoramos lo que realmente necesita acción directa de cada uno de nosotros.

Aunque el planeta pasa por cambios naturales, no podemos negar que es nuestra responsabilidad el estado actual de la ecología. Cada día que pasa, nos acercamos al punto de no retorno, donde el daño infligido al medio ambiente será irreversible. Aunque somos conscientes de nuestra responsabilidad en esta crisis, a menudo nos sentimos paralizados, incapaces de detenernos en nuestro camino de destrucción. Esta contradicción entre el conocimiento y la acción nos lleva a experimentar una eco-ansiedad creciente, una preocupación profunda y una sensación abrumadora de culpabilidad que se suma al estrés cotidiano.

Sin embargo, existe una solución que no solo alivia la ansiedad ecológica, sino que también contribuye a la causa más grande: el hábito del minimalismo. Este estilo de vida consciente y de atención plena, en su núcleo, implica reducir el exceso y centrarse en lo esencial. A medida que lo practicamos, no solo simplificamos nuestras vidas, sino que también minimizamos nuestro impacto en el planeta.

Ecoansiedad y responsabilidad

¿Alguna vez has visto un camión en la calle que suelta humo como si fuera chimenea industrial? ¿Cómo te sientes cuando ves a alguien tirando basura en la calle? ¿Y qué tal cuando ves un río lleno de botellas y espuma industrial? ¿Cómo te sientes con las noticias sobre el cambio climático? ¿Puedes recordar los pensamientos y emociones que llegan a ti? Ira, indignación y frustración son solo algunos de ellos.

Sé que otra característica humana es el cinismo. Sabemos nuestra responsabilidad sobre las cosas, la cubrimos con bromas o chistes, pero no podemos parar con lo que causamos daño. Peor aún, este cinismo nos lleva a ignorar los problemas que causamos. Aunque parece algo inocente o gracioso, la verdad es que todos vivimos un mal moderno.

La ecoansiedad se manifiesta de diversas formas: insomnio, preocupación constante, sensación de impotencia, frustración, miedo o incluso una sensación de duelo por la pérdida de la belleza del mundo natural. Esta ansiedad, contradictoriamente, nos vuelve aún más violentos y fácilmente explotamos en peleas con los demás.

Reconocer y entender la eco-ansiedad es el primer paso hacia un cambio efectivo. A menudo, este estrés es el resultado de una profunda comprensión de nuestra responsabilidad en la degradación del medio ambiente.

Minimalismo: empezando por el interior

El minimalismo no es solo un cambio en la forma en que vivimos nuestras vidas; también implica un cambio en nuestra mentalidad y una reevaluación de nuestros valores. Comienza con la introspección y cuestionamiento de cómo vivimos y cómo consumimos. Cuando damos nuestros primeros pasos en el minimalismo, tomamos conciencia de la saturación que ha invadido nuestras vidas, tanto en términos financieros como mentales.

Reducción de residuos y de consumos innecesarios

Uno de los pilares del minimalismo es reducir consumos innecesarios. A medida que nos enfrentamos a nuestra eco-ansiedad, comenzamos a cuestionar las compras impulsivas, los productos desechables y el exceso de posesiones y experiencias. Este proceso nos lleva a reducir la cantidad de recursos que consumimos y a reducir nuestra huella ecológica. Obviamente, la reducción de residuos se hace real y tangible.

Esta es justo la clave: disminuir nuestro impacto ambiental de forma pensada, informada y consciente. Esta es la importancia de ser minimalistas para detener el daño al planeta.

El minimalismo para salvar al planeta

Como ya vimos en el post anterior, el minimalismo rescata tus fianzas personales, pero también es lo mejor que podemos hacer por el medio ambiente.  La eco-ansiedad se reduce o desaparece por completo porque tomamos acciones concretas. Aquí comparto una pequeña lista de beneficios que se viven en el lado minimalista de la vida.

  1. Consumo consciente: El minimalismo nos anima a ser conscientes de nuestras compras y decisiones de consumo. Claro que seguimos comprando cosas, pero lo hacemos de manera informada y optamos por mejores versiones de las cosas. Cuando nos volvemos más selectivos y conscientes de lo que compramos, reducimos la demanda de productos y la explotación de recursos naturales.
  2. Vida sostenible: Adoptar un estilo de vida minimalista significa lograr reducir el desperdicio y vivir de una manera más sostenible. Esto incluye reducir el consumo de plásticos, usar recursos con más eficiencia y disminuir la producción de residuos.
  3. Menos consumo de energía: Al poseer y comprar menos, disminuimos la cantidad de energía necesaria para la producción y el transporte de bienes. Esto reduce nuestra huella de carbono y el impacto ambiental.
  4. Menos contaminación: El minimalismo nos motiva a liberarnos del exceso de posesiones y a consumir de manera más responsable. Esto reduce la contaminación del aire, el agua y el suelo relacionada con la producción y el desecho de bienes.
  5. Educación y conciencia: Al practicar el minimalismo, también nos educamos y aumentamos nuestra conciencia sobre los problemas ecológicos. Esta conciencia puede llevar a la acción y la defensa de prácticas más sostenibles en nuestra sociedad.

La creatividad humana y la eco-conciencia

La creatividad humana es maravillosa, pero con frecuencia es usada de formas estúpidas. Por ejemplo, hemos creado métodos para evitar la resaca, cuando lo único que necesitamos es no emborracharnos.

En lugar de inventar soluciones tecnológicas para limpiar el daño que hemos causado, ¿no sería más efectivo dejar de contaminar y enfocar nuestros esfuerzos en educarnos para consumir menos? La creatividad humana puede encontrar vías alternativas para abordar la crisis ecológica sin recurrir a soluciones tecnológicas que a menudo son costosas y temporales.

El minimalismo como hábito de autocontrol

El minimalismo, en su esencia, es un hábito de atención plena y autocontrol. Con nuestra práctica de meditación, abrimos la mente a un mundo más grande. Nos permite ser agradecidos y estar en paz con lo que somos y tenemos. Así es como podemos lograr erradicar los excesos y abusos que cometemos en busca de una satisfacción instantánea. Esto, a su vez, nos lleva a reducir la cantidad de recursos que consumimos.

Conclusión

La eco-ansiedad es una respuesta comprensible a la magnitud de la crisis ecológica, pero no debemos permitir que nos paralice. El minimalismo ofrece una forma efectiva de abordar esta ansiedad mientras actuamos para proteger el planeta. Al simplificar nuestras vidas y reducir nuestro impacto ambiental, no solo mejoramos nuestra salud mental, sino que también contribuimos a la preservación del mundo natural para las generaciones futuras. A través del minimalismo, podemos cambiar la forma en que vivimos y reducir el daño que hemos infligido a la Tierra.

Para dar tus primeros pasos el minimalismo, mejorar tu economía y reducir el estrés sobre el medio ambiente, ven a nuestro taller Mínima. En su décimo aniversario está mejor que nunca y tiene más herramientas para tu tranquilidad. Clic aquí.

Autocompasión y Zen. Cinco acciones fáciles para lograrlo

Autocompasión y Zen. Cinco acciones fáciles para lograrlo

Siempre que miro la vida urbana que me rodea siento que cada persona que camina a mi lado tiene muchas historias que me gustaría escuchar. En sus ojos puedo ver semillas de preocupación, prisa, alegría o concentración en algún pensamiento.

Me gusta observar porque me siento parte de estas historias y conecto con esa humanidad. Toca mi corazón. Pero al mismo tiempo, cada vez más veo falta de compasión por el ser. Esto no es de una persona, sino de todos. En algún momento de nuestra vida dejamos de sentir compasión por uno mismo y es nos trae mucho dolor.

Somos capaces de pedir dignidad, cariño y respeto a los demás, pero no sabemos cómo tratarnos con eso valores para ser felices. Todo lo contrario. Emitimos juicio y sentencia por lo que somos y la espiral de dukkha se vuelve insuperable.

La autocompasión es la capacidad de tratarnos a nosotros mismos con amabilidad, comprensión y aceptación, especialmente cuando estamos sufriendo o cometemos errores. Es reconocer que somos humanos y que tenemos limitaciones, sin juzgarnos ni criticarnos duramente.

Sí, sé que suena difícil de lograr. Pero hay buenas noticias.

La autocompasión no es egoísmo ni debilidad. Al contrario, es una forma de fortalecer nuestra relación con el interior y nuestra resiliencia. Cuando nos sentimos compasivos con nosotros mismos, somos más capaces de enfrentar los desafíos de la vida y de relacionarnos con los demás desde el amor y la empatía.

Budismo Soto Zen con la autocompasión

El fundador de esta tradición budista a la que pertenezco fue Dogen Zenji, un monje japonés del siglo XIII que viajó a China para estudiar el Zen y regresó a su país con una profunda comprensión de la naturaleza de la realidad y del ser humano.

Dogen enseñó que todos los seres tienen la naturaleza búdica, es decir, el potencial de despertar a la verdad y liberarse del sufrimiento. Sin embargo, esta naturaleza está oculta por nuestra ignorancia, apegos e ilusiones. Para sentir la naturaleza búdica en nosotros, Dogen y todos los Patriarcas nos invitan a hacer Zazen, que significa simplemente sentarse y dejar que la mente se calme y se aclare. Zazen no es una técnica ni un método, sino una expresión de nuestra verdadera naturaleza.

Y el gran truco que nos deja tanto el Buda como Dogen, es que el ego comienza a deslavarse para que la autocompasión pierda el prefijo auto, y se convierta en compasión universal. Esa es la enseñanza de Avalokiteshvara, pero eso es para otro día.

Atención plena y seguir los preceptos budistas crean autocompasión

La autocompasión es la capacidad de tratarnos con amabilidad, comprensión y cuidado, especialmente cuando estamos sufriendo o cometemos errores. La atención plena es la capacidad de estar presentes en el aquí y el ahora, sin juzgar ni reaccionar a lo que ocurre.

Vivir bajo los preceptos budistas es tener una guía de usuario y un mapa de la mente para que la vida duela menos. Esto incluye la manera en la que nos tratamos a nosotros mismos.

Las tres prácticas son esenciales para nuestro bienestar y nuestra felicidad.

La práctica de Zazen nos permite observar nuestra mente con ecuanimidad, sin identificarnos con nuestros pensamientos ni emociones. Al hacerlo, nos damos cuenta de que no somos nuestros problemas, sino que somos mucho más que eso. Nos damos cuenta de que somos parte de un todo mayor, conectados con todos los seres y con la vida misma. Nos damos cuenta de que somos dignos de amor y respeto, tal como somos.

Cinco acciones para comenzar a vivir con autocompasión

Para dar los primeros pasos en el camino hacia esta práctica transformadora, hoy comparto 5 acciones para desarrollar autocompasión:

  1. Dedicar unos minutos al día a sentarse en silencio y respirar conscientemente. No hay que preocuparse por lo que se piense o se sienta, solo hay que observar con curiosidad y aceptación.
  2. Reconocer tus fortalezas y tus virtudes. Haz una lista de las cosas que haces bien, de las cualidades que tienes y de los logros que has conseguido.
  3. Ser amable con tus debilidades y tus errores. No te castigues ni te critiques por lo que no haces bien o por lo que no has logrado. Recuerda que la perfección es un demonio del que debes alejarte.
  4. Cuidar tu cuerpo y mente. Descarta la comida industrial y nunca bebas cosas con azúcar. Elige alimentos nutritivos y que te hagan sentir bien. Aprende sobre higiene del sueño para mejorar tu calidad de este. Sal para caminar 30 minutos y que te de la luz del sol. Deja las redes sociales y mejor invierte tu tiempo aprendiendo algo nuevo.
  5. Expresar gratitud por lo que tienes y por lo que eres. Agradecen cada día por las personas que te quieren, por las oportunidades que se presentan, por las experiencias que te enriquecen, por la vida que te sostiene.

Espero que estas acciones te sean útiles y te animen a profundizar en la práctica del Budismo Soto Zen, las enseñanzas de Dogen y cómo nos puede ayudar a crear autocompasión, atención plena y tener una mejor relación con uno mismo.

Muy pronto tendremos un taller donde aprenderemos sobre autocompasión.

La razón por la que necesitas una filosofía de vida

La razón por la que necesitas una filosofía de vida

Hay incontables factores por los que nuestra vida humana es difícil, pero una de ellas es por la falta de un esquema con el que podamos basar y contrastar nuestra experiencia.

Tenemos muchas religiones y leyes, claro. Pero el problema es que como funcionan con base en prohibiciones y dogmas, se vuelven imposibles de seguir. Esto resulta en frustraciones y mucha energía mental y espiritual contenida que saldrá de alguna forma u otra. Y a menudo es la semilla de malas noticias, porque nos causamos daño a nosotros o a los demás.

Ir por la vida sin una filosofía, un credo o al menos un decálogo que nos de un terreno sólido que pisar, hace que las cosas no funcionen bien. Vivir aleatoriamente, dando gusto al ego nunca nos ha vuelto mejores personas. Además, la felicidad se aleja cada vez más de nuestras manos.

La importancia de seguir una filosofía

Tener una filosofía de vida personal es fundamental para navegar en nuestro mundo complejo. Nos ayuda a construir un conjunto de reglas y éticas que pueden guiarnos en la toma de decisiones y en el vivir de manera plena, más saludable y compasiva.

Aunque no es la única, el Budismo Zen es una de esas filosofías que nos brinda las herramientas adecuadas para llevar una vida significativa y pacífica. Nos ayuda a comprender la importancia de vivir el presente, encontrar el equilibrio entre el trabajo y el ocio, y desarrollar la compasión hacia los demás.

Con su énfasis en la atención plena, la práctica Zen puede ayudarnos a encontrar la armonía dentro de nosotros mismos, nuestro lugar en la naturaleza y a estar auténticamente conectados con quienes nos rodean.

El Dharma como tu espina dorsal

Estas ideas no son nuevas, por supuesto. Los practicantes de Zen tenemos siglos viviendo con base en el Bhuddhadharma. De hecho, una de las enseñanzas que Dogen Zenji dejó en Shobogenzo Zuimonki fue la siguiente:

Shobogenzo Zuimonki 3-13

Un día, el Maestro Dogen habló así:

Algunos estudiantes del Dharma dicen a menudo: «No puedo hacer tal o cual cosa porque los demás me criticarán.» Esto es un completo error. Si lo que quieres hacer está de acuerdo con la práctica de los Budas y Patriarcas y con la enseñanza sagrada del Dharma, debes hacerlo, aunque los demás te critiquen por ello. Si lo que quieres hacer no ha sido recomendado por los textos sagrados ni por los Budas y Patriarcas, no debes hacerlo, aunque los demás te alaben y te cubran de elogios.

No debes seguir las opiniones del mundo laico, ni siquiera las de vuestros parientes, aunque te critiquen y te alaben porque cuando tengas que encarar la muerte y caigas en los estados nefastos (infernal, animal o hambriento) ninguno de ellos podrá hacer nada para salvarte.

Si practicas la Vía de los Budas y Patriarcas, aunque los demás te aborrezcan y te insulten, podrás salvarte. Por lo tanto, no dejes de practicar por miedo a ser criticado por los demás. Aquéllos que te calumnian o te alaban no han comprendido el Dharma del Buda y de los Patriarcas, ¿Cómo pueden juzgar la Vía de los Budas y Patriarcas mediante el sistema de valores mundanos acerca de lo bueno y de lo malo?

No dependas de los sentimientos de la gente mundana. Debes practicar de todo corazón, si tu acción está de acuerdo con la Vía de los Budas y Patriarcas.

Conclusión

Ya sea que busques estar en paz o cómo tomar mejores decisiones de vida, tener una filosofía que te respalde es más que útil.

Te invito a que explores y que tengas curiosidad por encontrar la tuya. Lee, aprende y comienza a aplicarla. No te arrepentirás.

Y si crees que el Zen es para ti, ¡bienvenida a casa!