Importante: si estás luchando contra una adicción, pide ayuda. Acude con un profesional de la salud que pueda sacarte adelante. No sigas el consejo de personas igual de desinformadas que tú porque será contraproducente. Pide ayuda y verás cómo es más fácil. La práctica Zen no sustituye a un tratamiento profesional, pero sí lo complementa.
Todos los seres humanos experimentamos dolor físico, emocional o espiritual. Pero tenemos un ego tamaño Godzilla, así que el sufrimiento es enorme. A veces llega a ser tan fuerte que pensamos que “mi sufrimiento” es el único que existe y que nadie en la historia del universo ha sufrido tanto.
Pero el Buda nos dice que todos los seres sintientes lo experimentan, así que nadie tiene el copyright de la sufridera. Todos los humanos sufrimos cuando el ego agrega historias a las situaciones de la vida.
La adicción siempre comienza porque dukkha, la insatisfacción por la vida es tan fuerte, que la persona necesita una puerta de salida. El malestar puede ser tan fuera de proporción, que la persona se siente desconectada de la vida, como con un hueco en el alma.
El vacío existencial es muy difícil de llenar, por eso los estímulos intoxicantes son atractivos. Cubren el dolor con una capa ilusoria que requiere un altísimo mantenimiento para seguir funcionando.
Pero el sufrimiento que llevó a la persona a este extremo sigue ahí y no ha sido atendido. Se trata de un ego inflamado por mil historias dolorosas, que busca dejar de estar perdido. Es la sensación de que el universo completo está en contra del YO.
El Buda nos enseñó que las personas no existimos como creemos que existimos. Existimos como seres vivos, pero todo lo que asumimos que somos, es tan solo una colección de narraciones que nos hemos contado. Como estas definen la personalidad, nos afianzamos a ellas y no las dejamos ir. Si a la mente llega la idea de que solo con drogas se puede estar en paz, y nos aferramos a ello, sin duda vamos a llevar nuestros esfuerzos hacia eso.
Entender que NO ERES las historias que te cuentas es importante para entender tu propio sufrimiento. Shakyamuni decía que, si el YO es solo una ilusión, entonces no existe nadie para sentirlo. Y aquí está justo el poder de transformación que tiene la práctica Zen. Eres solo historias. Pero lo lindo de las narraciones es que pueden ser reescritas en cualquier momento.
El Buda nos dejó la solución para acabar con la madre de todas las adicciones: al ego.
En las Cuatro Nobles Verdades, Shakyamuni nos presenta el diagnóstico de nuestra enfermedad espiritual y nos da un tratamiento para salir delante de la adicción:
Primera Noble Verdad: La vida incluye sufrimiento. Ese hueco existencial que sentimos es parte de la naturaleza, pero solo es temporal y natural para todos los seres humanos. Es cierto que a veces nos sentimos desesperados por la experiencia de dukkha, pero esto solo es temporal. Si persistimos y vemos que esto le pasa a todos, será más fácil ser pacientes y disciplinados para no caer en excesos.
Segunda Noble Verdad: El sufrimiento viene por la ansiedad de consumir. Esta ansiedad llega en oleadas como pensamientos, pero en nuestra práctica de Zazen contemplamos los pensamientos y los dejamos pasar. No importa cuán fuertes y dominantes sean estos, es posible contemplarlos desde lejos y verlos esfumarse.
Tercera Noble Verdad: Los apegos y el sufrimiento son solo temporales. No importa qué horrible sea tu sufrimiento, solo es por un breve instante de la vida. Si lo ves así, entonces pasará antes de que lo imaginas.
Cuarta Noble Verdad: Hay una salida a la adicción. Es un tratamiento integral que abarca todos los aspectos de tu vida y que, si los sigues un día a la vez, el fin de la adicción está palpable.
En el budismo creemos que la adicción es una forma muy poderosa de apego. Por eso tomamos el camino del Buda para soltar todo aquello con lo que nos causamos daño.
En el siguiente post de esta serie hablaremos del Noble Sendero Óctuple como un tratamiento contra la adicción.
Parte 1. El budismo ayuda contra la avidez
Parte 2. La naturaleza de la adicción
Parte 3. Entendiendo el sufrimiento
Parte 4. La Vía para salir de la adicción