Todos los seres humanos nos vemos orillados a tomar decisiones que causan daño. No, no lo escribo para generar culpa, sino como una afirmación. Es parte de la naturaleza humana porque al crecer y desarrollarnos, debemos actuar ante situaciones nuevas todo el tiempo.

Y justo porque esta vida no viene con manual de usuario, hacemos o decimos cosas con las que nos dañamos o dañamos a otros; y cargamos la culpa por muchos años.

Aunque en el Zen vemos el perdón más como una fuerza para el cambio y enmendar las cosas, este post explora de manera breve el concepto y cómo la práctica budista nos puede ayudar a encontrar paz cuando nos culpamos de algo.

El perdón a uno mismo es un concepto importante en el budismo en general, ya que nos ayuda a dejar de lado la culpa y la vergüenza que sentimos cuando cometemos errores. Al permitirnos perdonarnos a nosotros mismos, podemos aprender de nuestros errores y seguir adelante con una sensación de paz interior.

El Buda y los Patriarcas nos dejaron las herramientas adecuadas para ayudarnos a perdonarnos y para cultivar una actitud más compasiva hacia nosotros mismos.

Para el Soto Zen, es con la práctica de Zazen que podemos aprender a soltar y a aceptar nuestros defectos e imperfecciones, para estar en paz con quienes somos.

La ilusión de YO y el perdón

Shakyamuni Buda nunca habló del perdón porque no es un concepto que exista en el budismo clásico. Esto es porque el perdón es un concepto que gira en torno a un ego inflamado que ha emitido juicio y sentencia sobre YO.

Pero no hay tal cosa como YO. Esta es la enseñanza de anatta: nada tiene existencia propia o separada porque todo es insustancial y creado por la mente de quien observa.

Nos cuesta mucho perdonarnos a nosotros mismos porque tenemos el ego inflamado y porque nos juzgamos de forma cruel e inflexible. Entre más ego y juicios, más sufrimiento nos causamos. Por ello es por lo que perdonarnos es tan difícil, porque no podemos entender que YO es solo una construcción personal que no existe en ninguna otra parte más que en nuestra cabeza. El YO es insustancial.

En Dhammapada, Shakya-sama nos dice:

256. Aquel que decide un caso con parcialidad no es justo. El sabio debe investigar imparcialmente tanto lo correcto como lo incorrecto.

257. Está establecido verdaderamente en la buena ley aquel sabio que, guiado por ella, decide lo justo y lo injusto con imparcialidad.

Es decir, la práctica de las enseñanzas del Buda nos lleva a dejar de juzgarlo todo, lo que incluye a ti, tus decisiones y todo tu pasado.

Por lo tanto, en el Zen sí nos pedimos perdón porque socialmente es necesario, pero esa palabra no sirve de nada si no la acompañamos de acciones, aprendizaje y práctica espiritual.

Practicar Shikantaza ayuda a que el perdón a uno mismo sea más fácil

Zazen puede ayudar a que el perdón a uno mismo sea más fácil. Como es una actividad en la que lo soltamos todo, con la práctica disciplinada vamos aceptando nuestros y defectos sin juzgarlos. Esto ayuda a crear una sensación de paz y comprensión dentro de uno mismo, lo que a su vez hace que el proceso de autoperdón sea mucho más fácil.

La práctica de Zazen también enseña cómo estar atento y presente en el momento. Esto ayuda a aportar claridad y comprensión a cualquier situación, permitiéndote verla desde diferentes perspectivas y ganar comprensión. Con esta nueva perspectiva, se vuelve más fácil para uno perdonarse a sí mismo por cualquier error que haya cometido en el pasado.

Con la práctica Zen es posible, al fin, comenzar a soltar el peso que cargamos.

Metta: bondad amorosa para todos los seres, tú incluida

Además de Zazen, en algunas sanghas practicamos la meditación de bondad amorosa, también conocida como Metta Bhavana. Es una práctica poderosa que puede ayudarnos a perdonarnos a nosotros mismos y superar los errores de nuestro pasado. Se ha utilizado durante siglos en diversas culturas y religiones para ayudar a las personas a cultivar la compasión y el amor propio.

Entre otras cosas, aprender a perdonarnos a nosotros mismos a través de la meditación, podemos crear relaciones más significativas con los demás y con nosotros mismos.

Si quieres practicar Metta, puedes hacer con nosotros en esta grabación:

Explorando el poder de la compasión en el budismo para ayudarte a perdonarte a ti mismo

El budismo nos enseña a ser amables y compasivos con todos los seres vivos en el cosmos. Y uno mismo está en ese paquete.
La compasión en el budismo es una poderosa herramienta para el perdón. A través de la práctica de la compasión, podemos aprender a aceptar nuestras imperfecciones, perdonarnos por nuestras malas acciones y superarlas. También podemos aprender a ser más compasivos con los demás y comprender mejor su comportamiento.

Al comprender el poder de la compasión en el budismo, además de la práctica de Zazen, podemos aprender a soltar juicios y comentarios crueles hacia uno mismo, y así convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos y vivir una vida más plena.