Que 2024 sea un mal año para todos.

En un mundo lleno de buenos deseos vacíos, lugares comunes y de mensajes obligatorios de buena fortuna, aquí estoy otro año más listo para desearte que 2024 sea un muy mal año. Que sea un mal año para todos.

Hace 10 años comencé este experimento y los resultados fueron positivos. Suspendí estos mensajes por la pandemia, pero ya era tiempo de resucitar mi tradicional anti-felicitación de año nuevo. Es posible que este post te resulte rudo y sin tacto, pero no me importa. Es la intención.

Así que si eres un copo de nieve frágil y delicado, este post no es para ti. Si ya me conoces, sabes que comenzar con fuerza y consciencia plena todos lo eneros, definen el resto del año.

«Bueno» o «malo» son solo etiquetas creadas por el ego. No significan nada cuando sueltas los pensamientos y te sientas en Zazen. Eres tú quien escribe la historia. Eres tú quien tiene la opción de reaccionar o de crear.

Entonces…

De todo corazón, con todo mi ser, deseo que tu 2024 sea un muy mal año:

Que el caos mental y el ruido externo sean insoportables. Para que así te animes a sentarte en Zazen y que sea parte de tu día.

Que el dinero falte. Para que entiendas que la vida sencilla y con lo indispensable es mejor. Dejar de comprar basura que no necesitas es una buena forma de aprender humildad y de cuidar el medio ambiente.

Que haya soledad. Para que entiendas el valor de la amistad, el trabajo en equipo y la importancia de aprender a vivir en paz con uno mismo.

Que te hagan ver que no eres tan inteligente como pensabas. Para que entiendas que no eres mejor que nadie y veas el daño que has causado cuando criticas a los demás. También te servirá para ver todo el camino que aun falta por recorrer.

Que la salud sufra. Porque así entenderás lo importante que es mantener el cuerpo sano, respetarlo como la gema que es y quizá podrías dejar de tratarlo como bote de la basura.

Que sientas mucho frío o calor y no tengas cómo protegerte. Porque así sabrás lo que sufren otros seres que no tienen las mismas oportunidades que tú, para así ayudar cuando sea posible. También valorarás el milagro que significa que tengas acceso a ropa y a tener un techo sobre ese bloque que llamas cabeza.

Que caigas en la desesperación. Porque después del drama tendrás que ser una persona creativa, valiente y sabia para poder convertir la dificultad en oportunidad.

Que estés triste. Así sabrás lo valiosa que es la risa y el asombroso poder curativo que nos da.

Que te falte comida. Porque así sentirás compasión por los que no la tienen y, si eres inteligente, ayudarás. También podrás sentir agradecimiento por todos los seres que trabajan para que tu alimentación sea posible.

Que alguien te pague con ingratitud. Así conocerás lo que se siente cuando no te dignas vivir con gratitud hacia las personas que te rodean.

Que la desorganización y indisciplina te causen muchos problemas. Es la única forma que tenemos para entender lo vital que son los hábitos para el ser humano. *

Que sufras la muerte de un ser querido. Para que entiendas que todo en el universo es impermanente y des valor a todas las personas que te honran con su presencia. También podrás ver tu propia impermanencia y valorar cada segundo de tu vida.

Que te olviden. Sólo así entenderás lo que la gente siente cuando la ignoras.

Que 2024 sea un mal año, lleno de retos, montañas que escalar y de obstáculos.

Si puedes salir adelante de todo esto, la noche del 31 de diciembre de 2024 serás una mejor persona y con un corazón más noble. ¡Que 2024 sea un mal año para todos!

Esta es mi manera de desearte que este año que comienza sea el mejor año de tu vida. Pero claro, eso está en tus manos.

* Si quieres saber más de hábitos y cómo forjarlos, te invito a Shojiki, taller de hábitos.