Esta semana avanzamos con el Sutra de la Plataforma y llegamos al Capítulo 5, Dhyana.
Aquí el Sexto Patriarca Huineng nos da una visión clara y provocativa sobre qué significa realmente meditar. Nos dice que Dhyana, lo que en chino se pronuncia Chan y que en Japón se convirtió en Zen, no es simplemente sentarse en silencio ni buscar un estado especial. Tampoco es poner la mente en blanco. Dhyana es ver la mente tal como es, sin apego ni rechazo, sin adornos ni juicios. Es vivir desde la claridad natural que ya está en nosotros, en medio de lo cotidiano.
Este domingo en Zazenkai, hablaremos de este capítulo. Es una buena oportunidad para poner en acción lo que enseña este capítulo: sentarse, observar, respirar, y descubrir que el Zen no es algo alienígena ni complicado. Huineng nos llama desde hace más de mil años para comprobar que el despertar no es un ideal, sino una presencia viva en cada instante.
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
Con tu ayuda, me es posible continuar difundiendo las enseñanzas del Buda y de los Patriarcas del Zen, y compartiendo su mensaje de compasión con el mundo.
Tu donación me ayudarás a seguir ofreciendo clases de Budismo Soto Zen, Zazen y otras actividades que benefician a la comunidad. ¡Gracias por tu amabilidad y generosidad!
Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: Sutra de la Plataforma: Capítulo 5. Dhyana o Zen en la vida cotidiana.
Los espero:
Día: Domingo 8 de junio de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
Si no te puedes conectar a esa hora, puedes participar en la grabación que quedará en YouTube.
Indicaciones especiales para Zoom:
Descargar nuestro cuaderno de liturgia de https://1drv.ms/w/s!Akxki0vbnRKilJdQA9WC8DyqzTqBaA?e=swI1t4
Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
Hace años, en una mañana cualquiera, mientras caminaba al trabajo por una calle ruidosa y llena de tráfico, noté que mi mente iba a mil por hora. Preocupaciones, listas de pendientes, discusiones imaginarias; hasta que una pequeña pausa en el semáforo me hizo detenerme. Respiré profundo y, sin buscarlo, todo se aquietó. Escuché el canto de un pájaro, vi cómo el sol tocaba las hojas de un árbol, y por un instante muy chiquito, estaba totalmente presente. Esa breve experiencia me recordó lo que enseña el maestro Huineng: el verdadero Zen en la vida cotidiana no es escapar del mundo, sino despertar dentro de él.
El Capítulo 5 del Sutra de la Plataforma, “Dhyana”, es muy breve. Sin embargo, es una enseñanza poderosa y sencilla sobre cómo practicar Zazen sin depender del zafu ni de condiciones especiales. Nos recuerda que la práctica Zen es posible en todo momento del día. Cada segundo del día es sagrado y una expresión de la budeidad a la que pertenecemos. No lo podemos ver porque estamos muy ocupados siendo nosotros mismos, pero es posible tocar esta Tierra Pura si entendemos este capítulo.
La palabra Zen proviene del término sánscrito Dhyana, que significa meditación o concentración. Sin embargo, como lo aclara Huineng, no se trata de meditar como un acto aislado, formal o ritualizado. Dhyana es más importante que eso para el Zen. Lo entendemos como ver directamente la naturaleza de la mente y vivir sin apego.
“Dhyana significa ver la naturaleza de la mente. Ver la naturaleza es Bodhi.”
Por eso, practicar Dhyana es practicar Zen porque vivimos con atención plena, con las menores distracciones posibles, y sin quedar atrapados por etiquetas como “bueno” o “malo”. Entrenamos día tras día para permitir que la mente vuelva a su estado natural de claridad y presencia.
Zen en la vida cotidiana es atención en cada acción
Huineng deja claro cómo llevar esta práctica a cada momento de la vida:
“El sentarse en meditación no significa fijar la mente en la ausencia de movimiento. Significa estar libre de apegos al bien y al mal.”
Aunque los maestros del Zen nos piden sentarnos en un zafu, Zazen no está limitado a un tiempo o lugar. El estado de presencia y atención se manifiesta cuando lavamos los platos con atención, cuando escuchamos sin juzgar, cuando respiramos con conciencia mientras esperamos el autobús. El verdadero Zen en la vida cotidiana es cultivar una mente libre, despierta y no reactiva, justo en medio del caos y la rutina.
A veces me gusta pensar que la práctica Zen nos vuelve creativos, no reactivos.
En el centro del Zen hay claridad sin rigidez
Así como el Maestro nos enseñó en el capítulo 4, en este apartado nos insiste en estar atentos para evitar el malentendido común de pensar que meditar es dejar la mente en blanco o aislarla del mundo. Huineng dice que “una mente sin movimiento no es necesariamente una mente despierta”. Lo importante no es erradicar los pensamientos, sino que no haya aferramiento a ellos.
“El verdadero Dhyana no consiste en sentarse sin moverse, sino en mantener la mente libre en toda situación.”
Esto ayudó a construir el Soto Zen como lo conocemos hoy. Para nosotros el énfasis no está en alcanzar estados especiales, sino en estar completamente presente con lo que hay, sin rechazo ni apego.
Si hay tristeza, nos sentamos con ella. Cuando estamos felices, nos sentamos con esa felicidad. No importa si hay ruido interno o externo, la práctica de Shikantaza debe ser mantenida.
Vínculo con el capítulo 4, meditación y sabiduría
En el capítulo anterior, Huineng explicaba que Samadhi (meditación) y Prajna (sabiduría) son inseparables. Aquí en el capítulo 5, esa enseñanza se vuelve más práctica porque nos dice que la meditación es ver la mente tal como es, y eso es ya un acto de sabiduría.
La práctica de Zazen en el Soto Zen refleja esta visión. Nos sentamos sin objetivo, sin querer lograr algo, y en ese dejar-ser surge una comprensión profunda. No estamos vaciando la mente, sino viendo con claridad lo que surge y dejándolo pasar.
Zen sin separación
Por los años que llevo practicando y enseñando, estoy convencido de que tenemos un fallo fundamental en nuestra espiritualidad. Nunca la tomamos en serio y la dejamos como una actividad más para el fin de semana.
Por eso creo que uno de los aportes más revolucionarios de Huineng es mostrar que no hay separación entre práctica espiritual y vida cotidiana. Cuando comprendemos esto, la idea de que sólo se medita en el zafu desaparece. Cada instante puede ser una oportunidad para despertar.
Trabajo es Buda. Escuela es Buda. Comida, descanso, enojos, tristeza, todos son Buda. Si los separamos, el budismo y toda la sabiduría de los Patriarcas dejan de funcionar.
Huineng no desecha la meditación sentada, por supuesto. Pero sí advierte que si la usamos como un refugio o como un acto separado del resto de la vida, hemos perdido el corazón del Dharma. El verdadero Zen en la vida cotidiana es vivir cada momento con claridad, presencia y sin aferramiento.
¿Cómo practicar esto hoy?
Independientemente de que practiques Zen o no, la atención plena es nuestro derecho. Es solo que no viene gratis y tenemos que esforzarnos en lograrla. Practicar Zazen es la mejor manera que tenemos, pero si no te gusta el budismo, puedes comenzar con algunas ideas fáciles de implementar.
Observa tu respiración mientras trabajas.
Come sin distracciones, sintiendo cada bocado.
Escucha a alguien con todo tu ser, sin planear tu respuesta.
Camina como si cada paso fuera sagrado.
Guarda silencio a lo largo del día y pon atención al discurso mental.
Apaga la música. Pon atención a la vida que te rodea.
Estas pequeñas acciones son semillas de Dhyana. Y si las haces con sinceridad, descubrirás que el Zen ya está ocurriendo.
Es importante decir que estas acciones no logran nada si solo las haces una vez. Elige una y repítela por muchos días. Sin hábito, no hay aprendizaje.
La meditación está en ti y es tu derecho
El capítulo 5 del Sutra de la Plataforma nos enseña que el verdadero Dhyana no se trata de inmovilidad ni de lograr algo especial. Se trata de reconocer lo que ya está presente en nosotros. Una mente clara, libre, compasiva.
Practicar Zen en la vida cotidiana no es un ideal lejano ni una meta que se alcanza tras años de esfuerzo. Es una forma de estar, aquí y ahora, reconociendo la plenitud del instante presente sin adornos ni rechazos. Por tener esta mente y cuerpo humano, es tu derecho.
Hoy, al terminar de leer, detente. Mira a tu alrededor. Respira. ¿Puedes estar aquí por completo? ¿Puedes dejar de perseguir objetos mentales y simplemente estar?
¡Hemos llegado a la mitad de 2025! ¡Esto va demasiado rápido!
Es momento de recordarles que es tiempo de hacer sus donativos del mes. A veces pensamos que dana es solo un acto financiero, pero en realidad es mucho más. Es una práctica fundamental para el Zen, el primer paso del Bodhisattva, y una forma de expresar nuestra confianza en la interdependencia que nos une a todos.
Es un acto de fe en el Dharma. Un acto de amor hacia quienes aún no conocen el camino; un acto de gratitud por quienes lo han caminado antes que nosotros.
Ksitigarbha o Jizo Bodhisattva, cuyo nombre significa “Tierra del Corazón”, es el símbolo perfecto de esta entrega. Su voto inquebrantable de no descansar hasta que ningún ser quede en el sufrimiento nos dice que la verdadera compasión no tiene límites ni condiciones. Él baja incluso al infierno para liberar a los que sufren, sin pedir nada a cambio.
¿Podemos, aunque sea por un instante, imaginar nuestro dana como parte de esa misma acción? ¿Como una extensión de esa misma compasión?
Este mes quiero recordarles que el servicio de Zoom, que es nuestro zendo y templo en línea, está por renovarse. ¿Puedo contar con su apoyo?
Gracias por su generosidad, dedicación y apoyo constante. Es por ustedes que Grupo Zen Ryokan es posible.
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Práctica de Dana Paramita: Dana, o generosidad, es una de las perfecciones que cultivamos en el Budismo. Al dar, no solo ayudamos a otros, sino que cultivamos nuestra propia mente desapegada y compasiva.
Conexión y Compromiso: Al donar, reafirmamos nuestro compromiso con la Sangha y con nuestro camino espiritual, fortaleciendo nuestra conexión y sentido de pertenencia.
¿Cómo puedes contribuir?
Puedes hacer tu donativo a través de Ko-Fi, PayPal o transferencia, cada aporte es una semilla que siembra paz, sabiduría y compasión en nuestra comunidad y en el mundo.
También nos ayuda mucho si difunden la existencia de Grupo Zen Ryokan para poder llegar a más personas.
Recordemos las palabras de Dogen Zenji: «Practicar la generosidad es el fundamento de la Vía». Al abrir nuestros corazones y manos en Dana, abrimos también las puertas a un mayor entendimiento y compasión.
Agradezco profundamente su continuo apoyo y generosidad. Juntos, mantenemos viva la llama del Dharma.
Que todos los seres se beneficien de nuestra práctica.
Esta semana avanzamos con el Sutra de la Plataforma y llegamos al Capítulo 4, Samadhi y Prajna.
En este capítulo, el Sexto Patriarca Huineng nos invita a descubrir que Samadhi (meditación) y Prajna (sabiduría) no son dos caminos distintos, sino una sola vía que se expresa en la mente clara y libre. A menudo creemos que meditar es solo sentarse en silencio o vaciar la mente, y que la sabiduría es algo reservado a los grandes maestros o a quienes han estudiado mucho. Pero Huineng nos dice que cuando hay verdadera presencia, hay comprensión; y cuando hay verdadera comprensión, la mente se aquieta por sí misma.
Este capítulo nos ofrece una visión poderosa y práctica del despertar espiritual: no se trata de huir del mundo, sino de estar en él con atención, ecuanimidad y claridad. La meditación no es una técnica aislada, y la sabiduría no es una meta futura; ambas son cualidades de nuestra mente original cuando no está distraída ni atrapada por el ego.
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
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Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
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El tema del día será: Sutra de la Plataforma: Capítulo 4. Samadhi y Prajna.
Los espero:
Día: Domingo 1 de junio de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
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Indicaciones especiales para Zoom:
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Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
Nuestra sangha es un templo sin paredes, extendido por muchas geografías. ¡La vida entera es nuestro templo! Zoom es nuestro zendo y nuestro salón de Dharma. Por eso, las reuniones virtuales deben seguir un protocolo que refleje la misma presencia, respeto y atención que tendrías en un templo físico. Aquí van nuestras pautas actualizadas versión 2025 para mantener una práctica armónica:
1. Cuenta y foto de perfil
Usa una cuenta de Zoom con tu nombre completo y una foto real. Esto ayuda a mantener un entorno seguro y acogedor para todos. Evita usar avatares, logos o imágenes ajenas.
2. Puntualidad
La sala se abrirá unos minutos antes de comenzar. Una vez iniciada la sesión, no se permitirá el ingreso. Llegar a tiempo es parte de nuestra práctica de respeto.
3. Micrófono apagado
Durante toda la sesión, mantén tu micrófono silenciado, excepto cuando se indique lo contrario (como durante preguntas o lecturas asignadas).
4. Cámara encendida
Ver nuestros rostros crea cercanía. Si tienes limitaciones técnicas o personales para usar la cámara, avísalo con antelación. Cuadros en negro dificultan la sensación de sangha viva.
5. Fondos virtuales
Evita fondos animados. Si usas uno, que sea estático y sobrio, como un muro, una estantería o una imagen neutra.
6. Gassho al entrar y salir
Saluda al ingresar y al salir de la sala con un gassho. Es un gesto de reverencia hacia el espacio compartido, hacia los demás y hacia la práctica.
7. Sin alimentos
No comas durante las sesiones. Bebidas no alcohólicas (agua, té) están bien. Evitemos distracciones que podrían surgir del ruido o la vista de comida.
8. Movimientos conscientes
Si necesitas levantarte, apaga tu cámara tras hacer gassho. Al volver, enciéndela haciendo gassho de nuevo. Así se mantiene la atención y el respeto por el grupo.
9. Higiene personal fuera de cámara
Evita bostezar, sonarte la nariz o frotarte los ojos frente a la cámara. Estas acciones pueden distraer a los demás. Apaga la cámara unos segundos si lo necesitas.
10. Lenguaje respetuoso
Si se te invita a hablar, usa un lenguaje claro, amable y sin doble sentido. Evita palabras ofensivas, discriminatorias o chistes de mal gusto.
11. Presencia y alegría
Estás vivo, presente y respirando: eso ya es motivo para sonreír. No hay exigencias; solo un suave recordatorio de que nuestra práctica también es gozo compartido.
Estas pautas no son reglas rígidas, sino recordatorios amables para cultivar una práctica consciente, en comunidad. Al seguirlas, no solo cuidamos el templo en línea, sino que también honramos el Dharma, a nuestros compañeros de camino y a nuestra propia intención de práctica. Gracias.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi