La lectura de textos del Budismo Zen es parte importante de Ango. Así que por primera vez leeremos todos un texto para discutir en el grupo. No hay que temer, que tenemos 3 meses para hacerlo.
He seleccionado Shobogenzo Zuimonki o «El Tesoro del Verdadero Ojo del Dharma: Registro de lo Escuchado»; por nuestro Maestro Fundador, Dogen Zenji.
Este libro es una colección de discursos informales dados por Dogen a sus monjes, entre los años de 1236 y 1239 DC. La compilación fue a cargo de Koun Ejo, uno de los discípulos más dedicados de Master Dogen.
Cada charla de Dogen es un discurso no muy largo en el que podemos aprender su visión de la vida, pues habla de la práctica budista para monjes y laicos; sobre la Impermanecia de las cosas; sobre la sangha y su importancia; sobre practicar budismo por beneficio del propio budismo; sobre zazen y la pérdida de ganancia personal; sobre por qué llevar una vida modesta y humilde; y sobre cómo beneficiar a otros seres con cada acto.
Me gustaría dirigir la discusión sobre la lectura, pero estaré fuera 1 mes entrenando en otras tierras. Así que depende de cada uno de nosotros leer un poco cada día.
Sugiero que tomemos un poco de tiempo los viernes para escribir nuestras opiniones de lo leído. Cada uno sabe cuánto debe avanzar en la lectura.
Este es un libro muy querido e importante para mi. Espero les sea útil e inspirador durante su Ango.
Para muchas comunidades budistas los 3 últimos meses del año son especiales, pues se celebramos Ango. Literalmente significa «viviendo pacíficamente y soportando». Es un período intenso de práctica, estudio y espiritualidad.
El Buda lo estableció para proteger del monzón a sus monjes. Al no poder salir por las lluvias intensas, se recluían en uno de los templos para así practicar juntos. Esto resultó de utilidad suprema, ya que toda la comunidad podía estudiar, compartir opiniones y convivir en un solo espacio. Con el final de las lluvias, los monjes regresaban a su peregrinaje o a trabajar en su comunidad.
En el budismo Soto Zen seguimos observando Ango. Comienza en septiembre, para terminar con un retiro de dos días llamado Rohatsu, en la primera semana de diciembre.
Ango es la temporada donde dejamos atrás el ego, empujamos nuestros límites un poco más y nos alejamos de todo tipo de lujos. Vivimos con solo con lo esencial. Llevamos nuestra práctica a niveles más formales y hacemos Zazen por más tiempo de lo habitual.
Entendemos que el crecimiento personal siempre sucede fuera de nuestra comodidad. Es con determinación y disciplina cuando llegan los cambios a nuestra vida.
El participante de Ango debe hacer una serie de compromisos personales en los que el primer beneficiado será él mismo. Por ejemplo, dejar 3 cosas por las que se sienta apego; como comer chocolates o postres, fumar o pasar tiempo en redes sociales.
No hay trampas ni trucos. Si uno se auto-engaña, uno mismo resulta ser la primera víctima de nuestra apatía y estupidez. Así que no hay más que avanzar un paso cada día.
Para 2019 mi práctica de Ango será un poco diferente. Este año pasaré 1 mes entrenando en 2 templos en Japón (más detalles pronto), lo cual obligará a que mis sesiones de Zazen sean de entre 50 y 70 minutos cada una, varias veces al día. Además, algunas horas del día serán dedicadas al estudio del Buddhadharma, a la limpieza y mantenimiento de los templos y a cocinar para mis compañeros.
Al regresar a mi ciudad, mi Ango continuará muy similar al de 2018:
Aumentaré mi tiempo de zazen de 40 a 50 minutos por la mañana. 20 minutos por la tarde.
Practicaré yoga diario, en lugar de 3 veces por semana.
Leeré más libros de dharma.
Haré más días de ayuno.
Más horas de servicio comunitario.
Trabajaré fuerte para mantener el Grupo Zen Ryokan unido y funcionando 🙂
Dedicaré aun más tiempo al estudio de formas, movimientos y ceremonias.
No mazapán. ¡No mazapán! (el año pasado no se logró).
Ahora, todos estos objetivos podrían no cumplirse. Uno nunca sabe cómo atacará la Señora Impermanencia. Pero la idea es hacer lo posible para llevarlos a cabo.
Sí, se ve difícil. Pero ese es el punto: que cueste trabajo, que nuestro ego tiemble y comience a resquebrajarse.
No necesitas ser budista para practicar el Ango, pero practicar Zazen y leer sobre Budismo Zen te dará propósito y claridad.
El agua pacífica y tranquila se estanca. De vez en cuando es necesario convertirnos en ríos caudalosos y llenos de caídas, rocas y curvas.
Piensa algo que quieras lograr pero que no has llevado a cabo. ¿Leer más libros? ¿Correr una carrera de 5K? ¿Limpiar tu vocabulario? ¿Comer menos basura? ¿Pasar menos horas ante la pantalla? ¿Levantarte más temprano? ¿Dejar de mentir?
Si tienes un objetivo que cumplir, te invito a que unas al Grupo Zen Ryokan para participar en Ango 2019. Te conviene… y a la Vida también le conviene que participes.
La primera persona beneficiada serás tú. Y luego el mundo que te rodea.
¿Cómo participar?
Independientes de tus objetivos personales, estas son las la bases de nuestra práctica de Ango y debes incluirlas:
Zazen. Como zazen es la base de la práctica Zen, sentarte en silencio e inmovilidad es imperativo. Hay que hacerlo al menos 1 vez al día, por al menos 10 minutos. Ideal es arriba de 20 minutos. Si eres principiante, meditación ordinaria está bien. Aquí dejo sencillas instrucciones sobre cómo comenzar a meditar. NOTA: estas son recomendaciones para meditaciones simples, no para zazen.
Participa en nuestros Zazenkai. Todos los domingos por la mañana, la sangha se reúne para Zazenkai, nuestro servicio semanal. En la ciudad de Guadalajara nos reunimos en el Árbol del Yoga (Centro Magno) y para el resto del mundo, transmitimos por YouTube. Parte de la práctica de Ango es participar en Zazenkai, así que no faltes. Si no te es posible atender en vivo, puedes participar con la grabación del video en YouTube. Información aquí.
El mes que esté yo en Japón, transmitiré Zazenkai desde donde me encentre. Más información pronto.
Lecturas budistas. Tú eliges qué libros quieres leer. Pero recomiendo descargar el libro Introducción al budismo zen, por nuestro maestro Nishijima Roshi.
Silencio. Sólo habla lo necesario. Solo escribe lo necesario. Pero como sea que te comuniques, que sea con amabilidad y con voz moderada.
Economía. Sólo compra, come, consume lo que sea absolutamente necesario. Todo lo demás se considera un exceso y no cabe en Ango.
Compasión. Dedica al menos 20 minutos al día para hacer algo por otros seres vivos: personas, animales, plantas… ¡todos somos uno!
Cuidado personal. Evita comida procesada, abusar de azúcar y harinas. Cocina tus propios alimentos. Si no haces ejercicio, sal a caminar al menos 20 minutos al día. ¡Esto también es compasión!
¿Tiene costo?
Sí. Tu dedicación y disciplina.
Compromiso
Puedes hacer el compromiso personal y en silencio. La única persona a la que tienes que demostrar algo es a ti.
También puedes unirte a nuestra sangha en línea y anunciar tus progresos o los no-progresos y para apoyarnos mutuamente. Clic aquí.
Para avisos y mensajes rápidos usaremos Twitter con el hashtag #ango2019
¿Cuándo comenzamos?
El domingo 15 de septiembre de 2019. Durante Zazenkai abriremos el Ango 2019. Terminaremos el domingo 15 de diciembre de 2019.
Para Grupo Zen Ryokan
Su participación es requerida. Más detalles en el foro.
¡Gracias por tu dedicación!
Ango es para todos y beneficia a todos. Te aseguro que tu vida puede cambiar y mejorar. No tienes nada que perder si te unes. Lo peor que puedes pasar es que aprendas más de ti y te conviertas en una mejor persona, aun si fracasas (porque en el Zen no hay tal cosa como fracaso).
Para la mente occidental la práctica Zen es muy difícil. Las enseñanzas del Buda y Dogen Zenji nos hacen cuestionar tanto nuestro estilo de vida actual, que muchos prefieren no dar el primer paso y regresar a terreno seguro.
En esta Vía del Zen aprendemos sobre Impermanencia, Dukkha y pasamos mucho tiempo estudiando la razón por la que todo está Vacío. Pero quizá una de las enseñanzas más difíciles de aprehender es el cultivo de la ecuanimidad. ¿Cómo voy a estar ecuánime si las cosas no son como quiero que sean? ¿Cómo estar en calma si me duele / estoy enojada / estoy enamorado / tengo miedo / ardo de deseo?
Nuestra mente evolucionó para ordenar el universo en categorías y para poner etiquetas a todo. Desde a penas unas horas de haber nacido comenzamos a desarrollar el ego. Lo que se siente bien, cómodo y seguro (ej. mamá); es bueno. Lo que no me sirve o me da incomodidad; es malo (ej. inyecciones). Para nada es que esta función de la mente sea mala. Todo lo contrario. Necesitamos las etiquetas y categorías para entender lo que nos rodea y para procurar una vida propicia para transmitir nuestro legado a la siguiente generación. Es lo que hacemos los seres vivos.
El problema es que nos perdemos en los juicios, críticas y constantemente dejamos que las emociones se salgan de control. Encima de todo, agregamos historias personales, planes y fantasías. Todo ello es una de las fuentes más grandes para nuestro dolor existencial o dukkha.
El Buda nos dejó varios discursos que nos impulsan a soltar las preferencias y etiquetas. Debemos estar siempre alertas de cuando estos pensamientos comienzan a tomar el control.
Dogen Zenji en su obra Fukanzazengi nos dice:
…si hay una fisura [en la práctica de Zazen], por muy estrecha que sea, la Vía queda tan alejada como el cielo de la tierra. Si se manifiesta la menor preferencia o la menor antipatía, el espíritu se pierde en la confusión.
El la práctica Zen entrenamos la mente para no caer en el juego de la mente. Aprendemos que el cielo solo es. El agua solo es. La vida-muerte solo es. Todo lo que se salga de esos hechos, que ni siquiera necesitan nuestras palabras humanas para existir, es solo drama creado por uno mismo.
Cuando decidimos que esto es bueno, pero aquello es malo, estamos creando preferencias. Dogen nos dice que dividir el universo en bandos, en colores, en banderas, en géneros y en política; hace nuestra experiencia de vida sea miserable. Jamás estaremos libres estas cadenas que nos ponemos en el cuello.
De las preferencias y etiquetas nacen las emociones. De las emociones nacen los pensamientos. Si damos valor a esos pensamientos, comienzan las historias que acarician al ego. Esto hace que se fabriquemos pasión, deseo, lujuria, ignorancia, odio, celos , y cientos de etcéteras. Y cuando llegamos a ese hoyo, es difícil salir.
La práctica Zen nos abre el corazón y la mente para convertir nuestra vida en el Camino Medio. Nos mantenemos justo a la mitad de la mente discursiva, las emociones y el mundo como realmente es. Cuando la tormenta de emociones ataca, la ecuanimidad nos salva de mucho sufrimiento.
Pero Chocobuda, yo no quiero ser un robor insensible como tú.
No, no se trata de ser un droide estoico que no llore o que no ría. Se trata de desarrollar atención plena para soltar las historias de ego que la mente fabrica, y regresar una base sólida de ecuanimidad. Esto hace que la vida sea más disfrutable y cómoda.
¿Cómo lograr la ecuanimidad? Pasando tiempo sentados en el zafu es el mejor lugar para comenzar.
La escuela Soto Zen nació de la rama Mahayana del budismo. Parte de nuestra práctica es estudiar el camino del bosatsu (bodhisattva) para ayudar a todos los seres vivos a salir de dukkha (sufrimiento). La Gratitud, Compasión y Generosidad están grabadas en lo más profundo de todo lo que hacemos.
Un bostasu es un practicante que decide liberarse de su beneficio personal, incluido su ego, para enfocar sus esfuerzos en el beneficio de otros. Al mismo tiempo, nos auto-vigilamos para no llegar a extremos que resulten dañinos para uno y para los demás seres. Este es nuestro ideal y requiere un entrenamiento constante, cotidiano, porque si somos laxos, el ego vuelve a ganar terreno. A veces es en forma de egoísmo, a veces en forma de apegos o deseo; pero hay una forma sutil que se cuela por todos lados sin que nos demos cuenta. El ego nos gana cuando convierte en opinión.
Escribo esto porque hace unos días una persona me dijo algo como:
Desde hace varios años tengo el proyecto de rescatar a perros y gatos callejeros. Pero no lo hago porque tendría que comprar alimento de origen animal y no quiero generar mal karma (paráfrasis).
Entiendo el punto de vista de esta persona, pero me pareció muy curioso cómo el ego nos ata de manos cuando se abraza a una opinión. Ella está dispuesta a no hacer nada por ayudar mientras su ego esté limpio de culpa. Y mientras tanto, la ayuda a los animales callejeros no llega.
Desde la óptica del Budismo Zen tenemos que estar revisando siempre la calidad de nuestras opiniones. Si es una opinión que nos ata, que nos causa dukkha o que causa dukkha a otros seres; hay que dejarla volar porque solo nos inhabilita y nos pone lejos de nuestro trabajo de bodhisattvas.
Está perfecto tener opiniones sobre el origen del alimento para animales (o de lo que sea), pero esas opiniones solo existen en la cabeza de quien las piensa. Ahí es donde se deben quedar. Perros y gatos, animales carnívoros, necesitan carne para vivir. Al estar en condición de calle, no pueden cazar lo mínimo indispensable para estar bien y por eso necesitan ayuda extra.
Sin profundizar más en esta anécdota, me pregunto: ¿hasta dónde estamos dispuestos a abrazarnos a un juicio? Me he topado muchas veces con historias similares de personas que tienen la capacidad de ayudar pero no lo hacen porque se abrazan a sus propias formaciones mentales.
Me parece que vale la pena detenernos a analizar si es uno mismo el que impone las barreras. Por que es cuando las destruimos, que la vida comienza a beneficiarse.
Nací en el año de 1972 y jamás, nunca de los nuncas me ha tocado un año que no sea «el peor año» o un gobierno que no sea «el peor gobierno de la historia». Y conforme me hago viejo, me sorprende más cómo estamos destinados a tropezar con la misma piedra. Es como una maldición de la que todos se percatan, pero nadie está interesado en terminar. No importa el país o la cultura, siempre hacemos lo mismo y esperamos que la vida mejore.
Hay muchas razones por las que esto sucede, pero la que me salta más fácil a la vista es que la solución a todos estos problemas de violencia y corrupción se pueden solucionar. Hay salida de todo este embrollo y solo hay que mirar al pasado y leer a los grandes pensadores de la humanidad. En particular Confucio, que marcó una ruta de rectitud y compasión para la sociedad.
Para el Budismo Chan y Zen, el Maestro Kong es importantísmo porque de él heredamos muchas de las ceremonias y filosofía social.
En el video de hoy hablo de esta cita que está en el libro Tchung-Yun (La Invariabilidad en el Medio), de Confucio:
«¡Qué fuerza de alma la del hombre superior que vive siempre en paz con sus semejantes y no se deja corromper por las pasiones! ¡Este es mucho más fuerte y mucho más grande! Qué fuerza de alma la del que se conduce sin separarse de la vía recta, igualmente alejada de los extremos! ¡Este es mucho más fuerte y mucho más grande! ¡Qué fuerza de alma la del que cuando su país goza de una buena administración, que es obra suya, no se deja corromper o cegar por su orgullo! ¡Este es mucho más fuerte y mucho más grande! Qué fuerza de alma la del que cuando su país, sin leyes, carece de una buena administración, permanece inmutable en la virtud hasta la muerte! ¡Este es mucho más fuerte y mucho más grande!»
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi