por Kyonin | Jul 2, 2018 | Activismo, Budismo, Vida, Zen

Nota: Antes de leer esta entrada, por favor lee esto.
No importa en qué país del mundo estés, la época histórica o cultura a la que pertenezcas; los procesos electorales siempre causan división, angustia y son generadores de odio por excelencia. Todo ello se traduce en sufrimiento, materia en la que ganamos todas las apuestas y concursos.
Los humanos somos unos genios cuando se trata de sufrir por cuestiones políticas porque la mente crea angustia, comparaciones con otras naciones y culturas, hay miedo a lo desconocido, pero por encima de todas las cosas, el ego sale desbocado a crear caos. Pensamos linduras del estilo de:
¡Cómo es posible que haya ganado las elecciones esa persona! ¡Si tan sólo los demás pensaran como YO! ¡Estos resultados ME afectan directamente! ¡La vida nunca será igual! ¡Malditos ignorantes! ¡Es lo peor que ME puede pasar! ¡Mejor me voy a otro país! ¡Todo va a explotar!
Creamos todo tipo de escenarios en la mente en los que somos las víctimas más grandes. La realidad absoluta es que no tienes la más remota idea de lo que pasará. Ni siquiera tienes certeza de que llegarás a ver el sol mañana. Pero la imaginación se pone activa disparando pensamientos fuera de control.
Y claro, también pensamos cosas como:
¡Lo sabía! ¡MI político es el mejor! ¡Ahora sí ME irá mejor! ¡Voy a poder hacer X que ME beneficia! ¡YO tenía la razón! ¡Tendré el país que YO merezco… ah, y mis hijos también!
La imaginación crea todo tipo de fantasías y justificaciones para hacerte sentir con la razón y justificado. Esto te ciega a todo tipo de discusiones y fortalece tu ego.
Cualquiera que se el caso, ego se desborda, la angustia y la inteligencia se cancela. Diseccionamos la vida para solo tomar los fragmentos que nos convienen, pero en ese proceso el odio nos quema para convertirnos en personas peligrosas. Causamos sufrimiento, división y somos víctimas de nuestro discurso mental.
Fallamos en política una y otra vez, a lo largo de las eras, porque tenemos esta mente obtusa que piensa solo en el YO. Los políticos piensan en su YO, tú piensas en tu YO… y nadie ve más allá de su propia ignorancia.
Pero te tengo una muy mala noticia. Elegir un gobernante no se trata de ti, tus intereses personales, de tu negocio, de tu futuro, tu beneficio o tus caprichos «informados». Tampoco se trata de tu país.
Se trata de la Vida, así con V mayúscula. Se trata de entender que la política es tan sólo un aspecto minúsculo de la existencia humana. Es tan solo una parte insignificante de lo que somos (spoiler: solo somos un animal más caminando por el planeta).
La angustia nos invade cuando ignoramos la Vida y solo pensamos en uno mismo.
¿Cuál es la medicina para la angustia política? Poner de lado el ego por un momento. Pensar en la Vida en su totalidad, en cómo los seres vivos siempre se benefician de las cosas, independientemente de opiniones personales.
La Vida es un sistema virtuoso que aprende y se mejora a sí mismo, va más allá de lo que percibimos con los sentidos. Tus acciones o falta de ellas, todo afecta a la vida. Esto es la Ley de Causa y Efecto, por la que vivimos en el Budismo Zen.
Los sentimientos de miedo y angustia se extinguen cuando adoptas la compasión como eje rector de tu existencia. La angustia política se va cuando participas el destino de la vida y aportas a ella con tus actos. Hay que entender que la Vida no existe para cumplir tus caprichos, sino que es todo lo contrario. Tú estás para aportar a la vida.
Mil políticos jamás superarán tu servicio para todos los seres que te rodean. Un millón de constituciones jamás estarán por encima de la bondad.
Cambiar el destino de una nación, de la cultura humana, nunca ha estado en manos de político alguno. Está en educarnos, en enseñar Gratitud, Compasión y Generosidad a los jóvenes para que sean ellos los políticos compasivos que tanta falta nos hace.
Pero eso no pasará si sigues esparciendo odio y pensando que tienes la razón. No la tienes. Lo único que tienes es este instante para servir a la Vida.
por Kyonin | Jun 25, 2018 | Budismo, Zen

La existencia humana tiene dos características importantes: ego y soledad. Aunque hablemos mucho de ellos, la soledad es un monstruo que nos espanta y tomamos todas las medidas posibles para jamás encontrarlo.
Pero en el Budismo Zen entendemos que la humanidad se trata de estar solos. A pesar de que vivamos conectados con otros, luchamos por mantener nuestra individualidad y nuestras creencias sin ser tocadas por los demás. Nacemos solos, vivimos en manada, pero al final morimos solos.
En el Sutta del Rinoceronte, el Buda nos dice:
Nosotros como practicantes individuales buscamos las condiciones favorables que nos permitan estar en soledad. Aunque vivamos en una comunidad en algún lugar del mundo, cada uno de nosotros vive como ermitaños. Podemos apoyarnos mútuamente, pero no nos enredamos ni generamos apego por las vidas de los demás. Por sobre todas las cosas, valoramos la profundidad de la independencia y libertad.
Si hacemos las paces con esta verdad, el camino espiritual se vuelve mucho más amable. Nuestras actividades contidanas, el trabajo, el tiempo libre; todo se vuelve mucho más amable. Podemos convivir con otros, crecer a su lado, pero al final regresamos a valorar y atesorar nuestra soledad. Valoramos el sentimiento de independencia que nos trae la práctica de zazen.
Pero aquí es donde el Zen se pone cósmico porque al mismo tiempo de que caminamos solos; sabemos que estamos entretejidos con el corazón mismo de la vida. Somos interdependientes, nos nutrimos con el trabajo y esfuerzo de otros seres vivos. Trabajamos en equipo, buscamos alianzas y romance… mientras luchamos por mantener nuestra constante de soledad para volvernos mejores seres.
La flor de loto crece hermosa y solitaria. Está cerca de otras flores, pero mantiene una distancia saludable. Sin embargo todas las flores de loto se nutren del mismo suelo lleno de lodo, bacterias y microorganismos. Somos lotos.
Estando en soledad podemos sentir hasta la médula esa sensación de unión con la Totalidad de la Vida. Es regresar por completo a nuestro estado natural e inocente, el que no se puede expresar con palabras, solo con silencio.
Tocamos la Verdad cuando estamos solos y con la mente en paz. Esta soledad es parte de nuestra identidad como seres vivos. Es lo que somos y no puede ser cambiado, lo que nutre de alegría nuestro corazón.
Esta es una alegría auténtica que está en línea con la esencia de la vida.
por Kyonin | Jun 19, 2018 | Budismo, Vida, Zen

A lo largo de la historia de Asia, el budismo formó parte importante de la cultura y educación de políticos y gobernantes. Shakyamuni Buda constantemente hablaba con ricos y gobernantes, enseñandoles el dharma. Algunos de ellos formaron parte del primer grupo de monjes budistas bajo el manto del mismo Shakya-sama.
En la antigua China los emperadores hacían que monjes de varias religiones se integraran al consejo gubernamental, pues tenían que tomar en cuenta todas las filosofías de la sociedad. El budismo estaba presente en los gobiernos, muchas veces tan sólo para pedir protección oficial para los templos.
Así fue por siglos, hasta que la escuela Caodong (Soto, en japonés) apareció.
En el libro Hokyo-ki (escrito entre los años 1223 y 1227), en el que Dogen Zenji plasma sus recuerdos de las enseñanzas de su maestro Rujing, encontramos el siguiente diálogo:
Yo [Dogen] pregunté: —Cuando nosotros estudiantes practicamos la Vía, ¿cómo se debe cultivar la mente en la vorágine de la vida cotidiana; mientras caminamos, nos sentamos, nos ponemos de pie o nos acostamos?”
Riujing dijo: —Cuando Bodhidharma llegó de India, el cuerpo del buddhadharma entró a China. Aquí hay algunas cosas a las que debes poner atención cuando estudias el dharma: [come alimentos saludables, sé moderado en todo, viaja poco, no entres en discusiones, sé meticuloso con tu higiene personal]… y no te hagas amigo de reyes o políticos.
Para Master Riujin estas personas eran peligrosas debido a su hambre de poder, avaricia y eterna búsqueda por el control. Entendía que eran seductoras y que tendían a corromper a los demás por medio de riqueza, promesas y favores. Para un estudiante del dharma, esto es veneno puro.
Esa última regla definió la postura del Budismo Zen japonés y su relación con los políticos, autoridades y gobernantes en general hasta el día de hoy.
Dogen pudo entender que los políticos y gobernantes son un mal necesario. Son personajes potencialmente peligrosos con quienes hay que convivir de manera amable, pero guardando la mayor distancia posible.
La postura Zen contemporánea
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el Zen japonés comenzó a tomar una postura activa en la vida democrática, sin detener la crítica tradicional hacia los políticos y sin acercarse demasiado a ellos. Por supuesto esto no ha sido una regla general. También ha habido maestros como el controversial Sasaki Roshi, quien fué muy activo en la política japonesa.
Sin embargo, los monjes, siendo ciudadanos también, comenzaron a acudir a votar y a participar en campañas activistas pacíficas.
Partiendo del hecho de que no hay político limpio ni honesto, de que quien sea electo siempre es mal gobernante; la directiva era y es votar por el político que más útil sea a la vida.
Más allá de partidos políticos o banderas, de opiniones e intereses personales; dejando de lado escándalos de corrupción o rumores; en la práctica Zen votamos por quien aporte más a la vida en su totalidad. También no votar es una postura común y útil en la óptica del Budismo Zen.
Entendemos que aún los políticos y criminales son seres que aunque causen daño, la humanidad sigue adelante y el progreso llega. Aún a pesar de los políticos mismos, porque para aferrarse al poder y robar recursos del pueblo, necesitan construir infraestructura, alimentar, educar y hacer lo mínimo indispensable para que la población siga adelante.
Gane quien gane, al final de cuentas la vida aprende y se mejora a sí misma. Es normal no ver esto porque pensamos a corto plazo y de forma personal, no como especie completa. No vemos lo que tenemos porque nos abrazamos a la ira de la conversación y al miedo que propagan los medios de difusión. Pero si te detienes a pensar un poco, estás leyendo estas líneas gracias a la infraestructura nacional que los políticos pusieron en tu país. Estás leyendo estos signos gracias a un sistema de educación establecido por políticos y al que tuviste acceso.
De ninguna manera estoy diciendo que tengamos que rendirnos y sucumbir a la corrupción y al odio. Hay que hacer lo posible porque las próximas generaciones de políticos sean personas más humanas y compasivas. Hay mucho trabajo por delante y en la práctica Zen no nos detenemos. Aprendemos, educamos a los demás y nos movemos un paso a la vez para que la vida siga adelante.
Es solo que el Budismo Zen nos pone justo en medio de la política, la retórica, el miedo y nuestras propias opiniones. Sabemos que esta es la naturaleza humana, miramos lo que hay y lo agradecemos, estamos en paz con ello, pero al mismo tiempo continuamos por la Vía del Bodhisattva.
Al final de cuentas una civilización no la construyen los gobernantes. Somos los pequeños e insignificantes los que hacemos que la vida siga funcionando, un acto de compasión y generosidad a la vez.
por Kyonin | Jun 12, 2018 | Budismo, Poema, Vida, Zen

Una advertencia para el mundo: cien años pasan en un instante.
No hay forma de permanecer mucho tiempo aquí.
Debes ser disciplinado cuando estás sano y joven,
de lo contrario estarás ocupado a la hora de tu muerte.
¡Qué lástima desperdiciar nuestro tiempo!
En el mundo la gente envejece discutiendo lo bueno y lo malo.
Es mejor sentarse con la espalda recta en el cojín,
dedicarse al estudio y heredar la vía de los Patriarcas.
Gran Master Buhyudang vivió en Corea entre 1543 y 1615. Fue un monje dedicado a la vida sencilla, al estudio y a contemplar la naturaleza.
Mientras miraba a la gente en la capital, pudo ver cómo las prisas, la urgencia, las discusiones eran enfermedades que solo minaban la tranquilidad de todos. Peor aún, sacaban de equilibrio a la vida en su totalidad.
Desde que este poema fue escrito, no hemos cambiado en nada. Nos siguen persiguiendo los mismos y vejos demonios. Seguimos desperdiciando el tiempo y la vida. ¿Cuándo comenzaremos a entender?
El silencio, el autocontrol y la compasión son la respuesta. Es cuestión de querer ver.
por Kyonin | Jun 4, 2018 | Eventos, Inspiración, Meditación, Talleres, Vida

Amigos en Hermosillo, Sonora: El fin de semana del 9 y 10 de junio de 2018, estaré en su ciudad para dar un taller de cambio y creación de hábitos. Aprenderemos qué son los hábitos, cómo se forman, cómo transformar los que no nos gustan; usando la meditación como herramienta para la transformación.
Toda la información sobre los temas a tratar está aquí.
¡Será un honor practicar con ustedes!
Fechas: Sábado 9 de junio, de 3:00 PM a 6:00 PM. Domingo 10 de junio, de 11:00 AM a 2:00 PM.
Facilitador: Rev. Hondou Kyonin, monje budista Soto Zen de la tradición Nishijima.
Disponibilidad: Limitada. ¡Inscríbete con tiempo!
Costo: $900.00
Incluye: Todo el taller descargable con apuntes, lecturas y meditaciones guiadas en audio.
Requisitos: Traer ropa cómoda y ganas de aprender.
Más información e inscripciones: Con Silvia Montaño. Whatsapp: 662 224 0315.
Sede: Taza Madero Café. Jesús García 138 Col.Centro, Hermosillo. Tel. 01 662 688 5477.