por Kyonin | Feb 22, 2018 | Budismo, Vida, Zen

El aroma de café recién hecho y el ruido de decenas de viajeros desayunando creaban un espectáculo confortante en el hostal. Mientras mi vista ser perdía en la textura de mi avena con manzana, podía identificar varios idiomas: inglés de distintos acentos, francés, japonés y alemán. Personas de diferentes países esperando a que la niebla de la ciudad se aclarara para salir a caminar, tomar muchas selfies y regresar exhaustos en la noche.
Yo estaba solo en una mesa, comiendo despacio y pensando en la aventura que me esperaba al día siguiente, cuando fuera admitido en el monasterio C’han.
—¿Puedo sentarme aquí?— dijo alguien que se había parado frente a mi. Era un hombre de unos 55 años. Su barba larga y sus ojos melancólicos me pedían permiso para compartir la mesa.
—Por supuesto— sonreí y lo invité con un gesto de mi mano.
Se sentó y comenzó a comer en silencio. Yo seguí concentrado en mi avena, sin estar seguro de iniciar una conversación. Quizá el hombre quería estar solo.
Luego de unos minutos me saludó, se presentó como Tim y me dijo de dónde venía.
—Mucho gusto, Tim— estreché su mano y también le di mi nombre.
Mientras comíamos me relató su historia. Había llegado a la ciudad siguiendo el rastro de su hijo, Marc, a quien no había visto en 30 años. Tenía todas sus esperanzas de hablar con él para poder iniciar una relación que la vida le había negado. En verdad quería pasar tiempo con su hijo y conocerlo. Pero cuando lo encontró solo pudo cenar con él, pasar un par de horas porque Marc estaba a unas horas de salir a trabajar por un año a Tailandia.
La búsqueda de 30 años había sido inútil y estaba profundamente triste. Yo lo podía notar en su mirada, en su postura y en el tipo de energía que lo rodeaba.
—Pero demasiado hablar de mi. ¿Qué te trae a la ciudad?— me preguntó.
Le dije que soy monje budista y que estaba en transición entre monasterios. Eso despertó su curiosidad y me pidió que le explicara un poco sobre budismo. Así que en unos minutos de di un mini-curso de lo más básico.
—He escuchado que ustedes creen que todo está conectado. ¿Tú crees que es verdad?
—Sí, es verdad. Esta existencia funciona con la Ley de Causa y Efecto. Es decir, todas las cosas, fenómenos y situaciones que hay tienen un origen, una razón de ser y producen un efecto en la tela que forma el multiverso.
Tim permaneció en silencio, masticando lentamente su desayuno.
—¿Crees que no poder estar con mi hijo sirva para algo?— preguntó con ojos al punto de las lágrimas.
—Por supuesto. Sé que no te hará sentir bien en este momento, pero gracias a lo que pasó con Marc ha hecho que estemos compartiendo esta mesa. Nos hemos conocido y no podía suceder de ninguna otra manera.
Siguió comiendo en silencio un momento más y luego comenzamos a charlar por un par de horas mientras bebíamos café.
Al final nos despedimos, intercambiamos direcciones de correo electrónico y no volví a saber de él… hasta hoy.
Gracias a nuestra charla, Tim encontró paz en la práctica de la meditación budista. Eso le dio paciencia y entereza para esperar a que las cosas sucedieran, como siempre en la vida. Marc regresó a su país y ahora Tim puede ver a su nieta una vez por semana.
La Vida es más grande y majestuosa de lo que imaginamos. Todo lo que hacemos, todo lo que pasa, nos guste o no, ayuda a que la vida misma siga adelante.
Mira lo que te rodea. Todo tiene un origen, una razón de ser y todo afecta el universo. Tú y yo estamos interconectados.
por Kyonin | Feb 19, 2018 | Budismo, Vida, Zen

La Vida, con V mayúscula, es inmensa. Es mucho más grande de lo que podemos imaginar. Crece, se mantiene a sí misma y está siempre en una constante evolutiva. Hay que ser muy observadores para apreciarlo.
Y la vida humana está llena de situaciones extraordinarias, belleza, crisis, peligro, amor, corazones rotos y eventos de la naturaleza de todo tipo. Cada instante que pasamos en este mundo está lleno de maravillas que van más allá de lo que el lenguaje puede expresar.
Pero como especie, somos un grupo de simios con una visión tan obtusa, que estamos perpetuamente aburridos.
Esto lo escribo porque escuché una conversación donde un par de personas hablaban de lo aburrida que es la vida en general. Se quejaban de que todo está dicho, hecho y que solo queda esperar la muerte.
Y pensé en mi propia experiencia. En este momento tengo 45 años y no he estado aburrido desde que tenía 17 o 18. Soy una persona muy simple y un tonto profesional, por eso todas las noches me voy a la cama emocionado por las aventuras que tendrá el día siguiente. No importa que me la pase sentado meditando, limpiando la casa, trabajando con la sangha, resolviendo alguna situación difícl, estudiando, sentado en la banca de un parque o en la estación del tren: El Gran Show del Ahora siempre tiene algo nuevo y magnífico.
Habitamos este universo que está lleno de cosas, seres y situaciones. Todo ello es maravilloso. No es posible aburrirse cuando observas la vida suceder frente a tus ojos.
¿Cómo es que puedes aburrirte? No has leído todos los libros disponibles. No has escuchado todos los géneros musicales. No has visto todas las películas. No has jugado todos los juegos o deportes creados por la humanidad. Ni siquiera conoces al 1% de las personas en tu país.
Llegamos a este punto con nuestra práctica de meditación zen. Practicar zazen es asombroso.
Pero Chocobuda, ¿cómo es que sentarse en silencio no te aburre? Definitvamente estás mal de la cabeza.
Apreciar el silencio de este instante te permite escuchar la vida siendo vida. El pasado y el futuro pierden control sobre ti. Puedes sentir la gravedad de la Madre Tierra llevándote hacia ella, notas cantos de aves que no te permitías oir, sientes tu cuerpo de mil formas distintas. Puedes notar el flujo de tus pensamientos que van y vienen luchando por tu atención.
En ocasiones el silencio del ahora es tan grande, que puedo escuchar mi sangre corriendo por las venas. Swoosh! Swoosh!
Practicar zazen es la culminación de la vida porque para que puedas sentarte en el cojín, se requiere que todo el universo esté funcionando; que la evolución, historia, físicica, química y biología se unan para que estés ahí.
Nos sentamos inmóviles mirando la pared. ¿Te has percatado de que no tienes idea de qué está hecha la pared?
Todo lo que nos rodea es asombroso. Hay tanto que ver, tanto por escuchar y por leer. ¡Tanto por aprender!¡Hay tantos seres vivos por ayudar!
Considera todo lo que está pasando justo ahora a tu alrededor. Es el espectáculo más grande del universo. Y te lo estás perdiendo.
El Gran Show del Ahora no te pide que gastes un centavo. Siempre hay boletos y asientos de primera fila reservados para ti. ¡Son infinitos y todos están invitados!
Cuando te sientas a disfrutar del Gran Show del Ahora, que está sucediendo en este momento y aquí; de verdad que no hay tiempo para aburrirse.
por Kyonin | Feb 15, 2018 | Budismo, Eventos, Vida, Zazen, Zen

El Budismo Zen es un camino de conocimiento, introspección y quietud. La práctica incluye el estudio de textos clásicos y abrazar el silencio interno que nos da la práctica de zazen. Pero también es necesario reunirse en grupo para compartir experiencias y aprender juntos. Sólo así realizamos la Triple Joya: Buda, Dharma, Sangha.
Te invito a pasar un fin de semana de práctica. Aprenderemos qué es Zen, cómo hacer zazen y estudiaremos lo esencial de un texto clave del Budismo Mahayana, el Sutra del Corazón.
Taller de fin de semana: Zen, Zazen y el Sutra del Corazón
Viernes 2 de marzo de 2018, 6:00 PM a 8:00 PM. Tarde de charla y café para conocernos y estar entre amigos. Lugar por definir.
Sábado 3 de marzo de 2018, 11:00 AM a 2:00 PM. Introducción al Zen como práctica cotidiana. Introducción a la práctica de zazen y kinhin.
Domingo 4 de marzo de 2018, 12:00 PM a 3:00 PM. Zazen, lectura y estudio del Sutra del Corazón.
Requisitos para sábado y domingo: Llegar al menos 15 minutos antes, llevar ropa cómoda, haber dormido bien la noche anterior. Llevar agua y un refrigerio.
Lugares disponibles: únicamente 13 personas.
Costo de recuperación: $500
Inscripción: Correo a elchocobuda ARROBA gmail.com
Sede: Yoga Terapia. Paz Montes de Oca no. 22, planta alta. Col. General Anaya, entre Bruno Traven y Carrillo Puerto. Mapa: https://goo.gl/maps/dZok84NZQnt
Te espero 🙂
por Kyonin | Feb 13, 2018 | Budismo, Vida, Zazen, Zen

Una alumna de Chile me preguntó por correo electrónico: ¿Cómo puedo sentir la compasión? A veces pienso que soy incapaz de sentir esa compasión de la que el Budismo se caracteriza y me frustro.
Desgraciadamente en nuestra cultura occidental, hemos desterrado la compasión como práctica espiritual. Vivimos encerrados en nosotros mismos, buscando el beneficio personal aunque eso signifique pasar por encima de otros. Así que te entiendo. A veces es difícil no ser individualistas cuando todo nuestro sistema humano nos impulsa a serlo.
¿Cómo vivir en compasión? ¿Cómo sentirla?
Estudiando el dharma, por supuesto. Te sugiero que estudies a fondo las Cuatro Nobles Verdades:
1. La vida incluye sufrimiento
2. La razón del sufrimiento son los apegos y aversiones
3. Todo en la vida termina, hasta el sufrimiento.
4. Existe un camino para terminar el sufrimiento.
Tú, yo, él, la mosca, el microbio, el elefante: todos los seres somos dignos de ser ayudados y de recibir compasión. ¿Sabes porqué? Por que somos un solo ser, indivisible.
Te es difícil practicar compasión porque no has entendido las Cuatro Nobles Verdades.
Las entendemos leyendo y observando la vida. Tu sufrimiento no es más grande o importante que el mío. Todos sufrimos, todos sangramos. Nadie está por encima de nadie.
Te cuesta trabajo entender y sentir compasión por dos razones: pasas demasiado tiempo pensando en ti y y estás buscando en el budismo una medicina personal. Pero no. El budismo no es para ti, es para el universo. Estudiamos budismo porque al cuidar de nuestra mente y cuerpo, estamos cuidando de los demás. Estudiamos budismo porque entendemos que somos instrumentos de la vida para cuidar de la vida y para que la vida misma siga funcionando.
Perdón, pero el budismo carece de YO. El budismo es TODOS, TODO.
Recomiendo fuertemente que te unas a alguna organización o caridad para ayudar a otros. Entre más ayuda brindas, el significado de compasión pasará a segunto plano porque te convertirás en compasión. Entre más ayudes a los demás, el dharma cobrará sentido y la alegría llenará tu vida.
Te reto a que me desmientas.
Por otro lado, tu práctica de meditación debe ser prioridad. Recomiendo al menos 20 minutos al día de zazen. Es decir, tú con tu trasero en un cojín y sin música, sin ayudas. Solo silencio.
Gassho.
por Kyonin | Feb 12, 2018 | Budismo, Talleres, Zen

Con más de 2,500 años de tradición y millones de seguidores en todo el planeta, el budismo se ha mantenido vigente porque es el manual de usuario para la humanidad.
El Budismo Zen es particularmente útil para la vida contemporánea. Nos enseña lo esencial para no sumirnos en el estrés, dejar las conductas compulsivas, soltar las cosas que nos lastiman y las obsesiones. Aceptamos el estado de las cosas, como son y sin complicaciones.
El estudio del Zen, su historia, arte y filosofía, abre la puerta a una vida espiritual profunda basada en la práctica del Buda-dharma, el Silencio, la Gratitud, la Compasión y la Generosidad.
Grupo Zen Ryokan abre el curso formal de estudio Introducción al Budismo Zen 2.
¿Por qué es un grupo formal? Porque requiere compromiso, dedicación y constancia.
Esta segunda parte revisa los temas vistos en el curso anterior y profundiza en la historia, textos y personajes clave de nuestra práctica. También exploraremos las prácticas corporales para el día a día, así como para ceremonias.
La práctica de Shikantaza será rigurosa y no-negociable.
Inicia el 19 de marzo de 2018.
Saber más
por Kyonin | Feb 6, 2018 | Budismo, Poema, Zen

El viejo P’ang no necesita nada en el mundo:
Todo es vacuidad en él. Ni siquiera es dueño de su asiento,
por que la Vacuidad absoluta es lo que reina en su hogar.
¡Qué tan vacía está y sin tesoro alguno!
Cuando el sol ha salido, él camina por la Vacuidad.
Cuando el sol se ha puesto, él duerme en la Vacuidad.
Sentado en la Vacuidad, él canta sus canciones vacías
y sus canciones vacías hacen eco en la Vacuidad.
No te soprendas lo vacía que es la Vacuidad,
porque la Vacuidad es el trono de todos los Budas.
Los hombres de este mundo no comprenden la Vacuidad,
que es el verdadero y único tesoro.
Si dices que no existe la Vacuidad,
cometes una grave ofensa contra todos los Budas.
— P’ang Yun (Láico Pang), China, 740–808
Traducido por Kyonin