Budismo Soto Zen para Principiantes. Ep 10. Cuatro Nobles Verdades 4: El Noble Camino Óctuple

El Buda descubrió la verdadera naturaleza de la enfermedad que compartimos los humanos, la insatisfactoriedad o dukkha. Pero no solo se quedó con ese conocimiento, sino que diseñó un sistema que nos permite salir del ciclo del sufrimiento, para vivir en ecuanimidad y abrir el corazón a la compasión.

Este sistema lo conocemos como Noble Camino Óctuple, y son una serie de acciones que promueven una vida llena de virtud y benevolencia.

La charla aquí presentada, da un vistazo en general a los 8 factores para darnos idea del camino a seguir.

 

Cómo ayudar a una persona enferma

Cómo ayudar a una persona enferma

La Señora Impermanencia siempre está dispuesta a darnos lecciones fuertes, cuando más las necesitamos. Justo cuando pensamos que todo está en orden, la enfermedad se manifiesta cerca de nosotros.

A veces es uno quien se enferma y hay que recibir ayuda. Otras veces son personas a las que queremos y entonces hay que brindar ayuda. Cualquiera que sea el caso, todos los seres nos enfermamos.

En la práctica Zen creemos en que la felicidad personal depende de la ayuda que demos a los demás. Entre más ayudas, más en paz está uno con la vida.

El problema es que no podemos ayudar si la persona no quiere o no sabe cómo pedir ayuda. Es el caso con las personas atravesando el infierno de la adicción, por ejemplo. Uno puede darlo todo para ayudar, pero si la persona no quiere ser ayudada, no hay mucho por hacer. Tu ego te pide cuidar, pero el ego de la persona podría no estar de acuerdo.

Y cuando imaginamos lo que la persona debería estar haciendo, pero la realidad nos muestra otra cosa, nace en nosotros un sentimiento muy fuerte de frustración que nos pone a la defensiva. Esto, claro, nos lleva a no tener la mente clara para ver las necesidades del paciente.

Los pacientes con enfermedades fuertes como cáncer, requieren dedicación especial porque nosotros como cuidadores necesitamos:

1. Meditar

Ahora más que nunca necesitas tu práctica de meditación para estar con la mente clara y el corazón dispuesto a la compasión. Si no meditas, absolutamente todo el proceso de brindar ayuda será un motivo para que sufras.

2. Respetar la inteligencia de la persona

Ser condescendientes o tratar al paciente como si padeciera de sus facultades mentales, solo creará enemistad y resistencia. Hay que respetar por completo la inteligencia de la persona y no caer en conductas que nos hagan expresar lástima. Necesitamos tratarla con normalidad y amabilidad por sobre todas las cosas.

3. Entender que la persona está sufriendo

A parte de los dolores físicos, la persona con cáncer tiene miedo y se siente traicionada por la vida. Esto hace que sus pensamientos siempre estén nublados y, con frecuencia, tienden a estar enojados. Hay que desarrollar un corazón abierto y paciente para poder estar a su lado. Hay que hablar solo cuando es necesario y siempre escuchar con atención.

Con frecuencia las peticiones de ayuda están ocultas en groserías y furia. Recuerda: nunca es personal, así que no veas los posibles ataques como algo dirigido a ti exclusivamente.

4. Entender que la persona está cambiando todo el tiempo

Hay días buenos, días malos para una persona con cáncer. A veces el dolor es sutil, pero continuo, lo que resulta en ira o tristeza que parecen venir de la nada. Estos días definen cómo piensa y cómo habla. Igual, hay que dar todo el cariño y paciencia… dejando de lado los intereses personales.

5. Estar presentes y siempre dispuestos

No podemos forzar a alguien a que acepte la ayuda. Entonces nos mantenemos ahí, escuchando, estando. Y cuando la oportunidad se presente, saltamos a la acción.

6. Documentarnos

La tristeza y la emoción hacen que la gente olvide esta parte, pero si quieres ser de utilidad, necesitas leer LIBROS de papel sobre la enfermedad y sobre primeros auxilios. ¿Por qué libros? Porque los videos de YouTube no te llevarán lejos. Si consultas con familiares y amigos igual de desinformados que tú, puedes convertirte en un peligro para la persona enferma. Entre más conocimientos reales, científicos tengas sobre la enfermedad, tendrás más elementos para ayudar cuando la situación surja.

7. Crear una red de amistad

La persona con una enfermedad fuerte, siempre afecta a la gente al rededor. Si están todos aislados, nadie será útil a la hora de prestar ayuda. Hay que estar en contacto con la familia, con los amigos. Hay que estar en buenos términos y deslavar los egos, porque entre todos deben ayudarse para poder asistir al paciente.

8. Cuidar tu salud física, mental y espiritual

Este punto está más que claro. Si no te cuidas a ti misma, no estarás en capacidad de ayudar a nadie. Con respecto a la espiritualidad, el Budismo Zen te puede dar cobijo y paz, es cuestión de buscar su práctica.

Desde el punto de vista del Budismo Zen, brindar ayuda a una persona enferma es complejo, pero no imposible. Necesitamos crean en nosotros la actitud de los samurai: No esperes nada, pero prepárate para todo.

El Buda Azul de la Medicina nos inspira para cuidar la salud de todos los seres vivos.

La única palabra que debe definir tus esfuerzos para brindar atención a alguien es: amor.

Budismo Soto Zen para Principiantes. Ep 9. Cuatro Nobles Verdades 3: El sufrimiento también termina

El Buda, como el Gran Médico que era, descubrió la enfermedad de la insatisfactoriedad de la vida o dukkha. También nos plantea el origen y nos dice que hay una salida del sufrimiento.

La Tercera Noble Verdad nos da la inteligencia para saber que el sufrimiento también termina, como todas las cosas en el universo. Esa es la buena noticia.

¿La mala? Es que hay que trabajar y esforzarse para lograrlo.

En este noveno episodio hablamos sobre la Tercera Noble Verdad.

Budismo Soto Zen para Principiantes. Ep 8. Cuatro Nobles Verdades 2: La raíz del sufrimiento

Todos los seres humanos sufrimos. Somos especialistas en pasarla muy mal cuando el universo no cumple con nuestros caprichos. Por esa razón el Buda nos dejó una serie de lineamientos en los que nos explica por qué sufrimos.

En esta charla discutimos la razón de nuestra insatisfacción con la vida; y nos preparamos para andar por una senda que nos lleve hacia una vida más ecuánime y tranquila.

La Segunda Noble Verdad te explica por qué te la pasas tan mal en esta vida.

 

Haz una pausa

Haz una pausa

Detente. Haz una pausa. No importa qué tan difícil esté el día, no importa que estés atrapado en el tráfico; solo trata de detener todo.

Las prisas, lo que urge y todo lo que te atormenta en este momento; todo ello puede esperar. Sé que llevas muchas cosas cargando en tus hombros y que las cosas no salen como deberían. A veces nos cuesta trabajo lidiar con el hecho de que las personas, siempre insolentes, jamás hacen lo que queremos que hagan.

El dinero no rinde y los políticos no responden. Es más, si quieres descansar un poco leyendo redes sociales, te encuentras con más cosas que te producen tensión, para terminar con la poca fe que te quedaba en la humanidad.

Pero, ¿sabes qué? Cuando más ira hay, cuando más rudas se ponen las cosas, es el mejor momento para hacer una pausa.

Así que deja todo por unos minutos. Ve a donde puedas estar en soledad y simplemente pon atención a lo que sientes. ¿En qué parte del cuerpo se siente?

Revisa tus pensamientos y entiende que son solo historias de terror que te estás narrando una y otra vez. No es que con esto se arreglen las cosas que no funcionan, pero sí que es posible cambiar tu relación con lo que pasa. Y créeme, hay un mundo de diferencia.

El dolor no es tuyo. La ira tampoco. ¿Por qué te empeñas en quitárnosla a los demás? 

Recuerda que este instate, bien puede ser el último instante que te quede en esta vida. ¿De verdad piensas desperdiciarlo con ira, celos o avaricia? Cuando haces las pases con el hecho de que vas a morir en algún momento, la vida se vuelve más ligera porque comienzas a valorar cada vaso de agua que llega a ti, cada sonrisa y hasta las dificultades de la vida.

Pon en la mente todo aquello que te hace feliz, por lo que luchas. Y luego entiende que todo eso no lo haces para ti, lo haces para colaborar con la vida misma.

Haz una pausa. Respira. Pon atención al aire que te llena de vida y te permite seguir.

Nunca te rindas.

 

 

Caminando por el arroyo. Poema Zen por Ven. Choui

Caminando por el arroyo. Poema Zen por Ven. Choui

Luego de cortar hierbas [medicinales],
miro el agua fluir, limpia y clara.
Las nuevas ramas han sido lavadas por la lluvia,
las antiguas montañas por las nubes, están bien.
Tiernas hojas nacen graciosamente,
y las flores irradian deleite antes de marchitarse.
Los acantilados esmeralda se ven como un velo,
con el musgo que sirve como zafu.
¿Qué más puede uno pedir?
Pensativo, acaricio mi barba
y me percato que olvidé regresar a casa.
Ahora el sol se pone en la fría montaña,
para dar luz a la niebla detrás de los árboles.

—Ven. Choui (1786–1866), Maestro de la escuela Seon, Corea.
Trad. Kyonin


Cuando tu práctica budista te mantiene en el presente, es muy común perderse en la poesía del ahora. La mente se convierte en una cámara fotográfica que capta cada detalle, sin juzgar y sin desarrollar apego alguno.

¿Hace cuánto que no te detienes a mirar las nubes, a escuchar el viento o a mirar la vida?