Antes de comenzar el post de hoy, quiero quitar algo de en medio. Aunque sea un chiste que regresa como zombi y se niega a morir; no, Confucio no fue el chino japonés que inventó la confusión. Es uno de los personajes insignia de la filosofía humana y, para el estudiante de Budismo Zen, la sabiduría del Confucio es el punto de origen para comprender la razón por la que insistimos tanto en la disciplina y la cultivación personal.
En este mundo que hemos creado, en donde lo vulgar, lo inmediato y lo fácil de digerir han ensuciado la cultura, es más importante que nunca poner freno de mano y recuperar terreno a la estupidez.
La sabiduría milenaria de Confucio, entonces, es un faro de luz que ofrece soluciones profundas y atemporales para muchas enfermedades sociales, psicológicas que nos aquejan. Aunque Confucio vivió en el siglo V a.C., su pensamiento sigue siendo relevante para nosotros hoy, proponiendo un camino hacia una vida plena y armoniosa; así como para crear mejores sociedades.
¿Quién fue Confucio?
Confucio, cuyo nombre real era Kong Qiu y a veces es llamado Kongzi, fue un pensador y educador chino que vivió entre el 551 y el 479 a.C. Aunque fue contemporáneo del Buda y de Aristóteles, nunca se encontró con ellos. Pero la sabiduría de Confucio se enfoca en la moralidad tanto personal como gubernamental, la justicia, y la sinceridad en las relaciones personales, especialmente dentro de la familia y entre amigos. Muy similar al Buddhadharma.
El Confucianismo, que es el sistema de ideas basado en sus enseñanzas, ha sido una de las influencias filosóficas más duraderas en la cultura china y en muchas otras partes de Asia. Sus ideas se centran en la importancia de la educación y el aprendizaje, el respeto por la jerarquía y la estructura social, y la creencia en un comportamiento ético que promueve la armonía social.
Relevancia en la vida moderna
Hoy en día, en nuestra búsqueda de significado y dirección, los principios de Confucio sobre la moralidad y la conducta ética pueden ofrecernos un camino claro. Vivimos en una época de cambio rápido y de desafíos sociales complejos, donde las enseñanzas de Confucio sobre la compasión, el respeto y la justicia se vuelven esenciales para fomentar comunidades sostenibles y cohesivas.
Sus cuatro enseñanzas más grandes son:
Ren: La benevolencia o humanidad es el corazón del confucianismo. Confucio enseñó que actuar con compasión hacia los demás es la base de la paz interna y espiritual, para así crear una sociedad armoniosa.
Li: Estas son las normas de cortesía y etiqueta que rigen las interacciones sociales. Confucio sostuvo que mantener las formas apropiadas de conducta ayuda a preservar el respeto y la dignidad entre las personas.
Xiao: La piedad filial, que implica respeto y cuidado por los padres y ancestros, es fundamental para cultivar el carácter y fortalecer la familia, piedra angular de la sociedad.
Yi: La justicia y la rectitud. Confucio nos insta a actuar con integridad y a tomar decisiones justas que no solo nos beneficien a nosotros mismos, sino también a los demás.
La intersección con el budismo Zen
Aunque la sabiduría de Confucio y el budismo Zen surgieron de tradiciones diferentes, ambos comparten el énfasis en la disciplina y la autorregulación como medios para alcanzar una vida plena en ecuanimidad.
En el Zen, esto se manifiesta en la meditación, la atención consciente y el estudio del Dharma. En el confucianismo, a través de la práctica rigurosa de las virtudes, la cultura y educación y la contemplación del mundo que nos rodea.
Ambos caminos sugieren que el alivio del sufrimiento se encuentra en la transformación interna y la autenticidad en nuestras acciones.
El valor de la educación, la autorregulación y la disciplina
Confucio fue un gran defensor de la educación y la cultura elevada como medio para el mejoramiento personal y social. Creía que solo a través del aprendizaje continuo y la reflexión podíamos llegar a conocernos verdaderamente y mejorar nuestra conducta. Esta idea resuena hoy más que nunca, en una era donde la autorregulación y la disciplina pueden parecer cualidades en desuso, pero son esenciales para navegar las complejidades de la vida moderna.
La sabiduría de Confucio queda en tus manos
Así como el Maestro Kongzi nos invitó a mirar dentro de nosotros y a buscar el bien mayor, te invito a reflexionar sobre cómo estas enseñanzas pueden aplicarse en tu vida diaria. ¿En qué áreas podrías practicar más compasión? ¿Estás manteniendo un equilibrio justo entre tus necesidades y las de los demás?
Dejar Tiktok e Instagram de lado y leer Analectas, puede ser de gran ayuda para crear la vida que te gustaría tener.
Y si practicas Zen, estudiar la sabiduría de Confucio te dará más elementos para entender, esforzarte en ser mejor y guiarte hacia un puerto seguro de paz y satisfacción. ¡El universo gana!
Me parece curioso y divertido que el concepto de «modo monje» está muy de moda en los blogs de productividad, pero muchos de ellos están escritos por personas que no tienen idea de lo que es ser un monje ordenado en una tradición milenaria. Se van por lo que ven en videos de YouTube, pero los hábitos del Budismo Zen son mucho más profundos y hermosos.
Por esa razón, decidí escribir este artículo. Estos son los hábitos que he desarrollado como monje Soto Zen, y que considero pueden aportar profundamente a la vida de cualquier persona, sin importar su camino o creencia.
1. Práctica inquebrantable de meditación
La práctica de Zazen, o meditación sentada, es el pilar del Budismo Zen. No sirve para nada. No te vuelve una persona más exitosa ni más bella. Es tonto y aburrido. Y justo por eso lo practicamos.
No he parado de practicar Zazen ni un solo día, desde hace más de 20 años. No hay descansos y tampoco hay días de licencia por enfermedad. Todo es Zazen.
En mi experiencia personal y en la enseñanza de los textos sagrados, Zazen es mucho más que una simple técnica de meditación; es una manera de vivir y experimentar el momento presente. Esta práctica nos enseña a ser testigos de nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, permitiéndonos una mayor claridad mental y una profunda paz interior.
Zazen no solo tranquiliza la mente, sino que también nos abre a una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. En el silencio y la quietud, aprendemos a observar la naturaleza impermanente de todas las cosas, lo cual es esencial para desarrollar sabiduría y compasión. Esta práctica diaria es una fuente de fortaleza y estabilidad en mi vida, y recomiendo encarecidamente su adopción para aquellos que buscan una vida más plena y consciente.
2. Dedicar mis esfuerzos al beneficio de los seres vivos
La compasión o Karuna, es el corazón de los hábitos del Budismo. Shakyamuni enseñó que todos los seres desean ser felices y estar libres de sufrimiento, y esta comprensión debe guiar nuestras acciones. En mi vida como monje, he aprendido que dedicar mis esfuerzos para el beneficio de otros no solo ayuda a aliviar su sufrimiento, sino que también enriquece mi propia experiencia y comprensión de la vida. Me da una dirección para caminar y facilita todas las tomas de decisiones. Si hay algo que solo me beneficia a mí, no lo hago.
Esta práctica de compasión se manifiesta en actos de generosidad, palabras amables, y en el compromiso de trabajar por un mundo más justo y compasivo. Al centrarnos en los demás, rompemos las barreras del ego y nos conectamos más profundamente con la interconexión de todos los seres. Es un hábito que transforma tanto al individuo como a la sociedad.
3. Agradecer por mis alimentos
En la tradición Soto Zen, cada comida comienza con una oración de gratitud. Es uno de los hábios del Budismo Zen que más me ha cambiado, pero que más trabajo cuesta para muchos. Esta práctica me ha enseñado a reconocer y valorar el esfuerzo y los recursos que se necesitan para producir cada alimento que consumimos. La gratitud fomenta la humildad y una profunda conexión con la vida y el mundo que nos rodea.
Agradecer por los alimentos es un recordatorio diario de nuestra dependencia de la naturaleza y de otros seres humanos. Nos enseña a no dar nada por sentado y a vivir de manera más consciente y sostenible. La gratitud es una poderosa herramienta para cultivar una actitud positiva y un corazón abierto hacia la vida.
Al principio se siente extraño… pero la mente comprende y poco a poco este hábito va transformando tu relación con los alimentos.
Te invito a que lo intentes con el Gatha de los Alimentos:
Esta comida viene por los esfuerzos de todos los seres vivos del pasado y del presente, y es medicina para nutrir nuestra práctica. Ofrecemos estos alimentos de muchas virtudes y sabores al Buda, al Dharma y a la Sangha, y a toda la vida en cada reino de la existencia. Que todos los seres vivos del multiverso tengan suficiente alimento.
Terminar con una reverencia un poco más larga y sincera.
4. Acepto el silencio como práctica espiritual
El silencio es un aspecto fundamental en mi camino espiritual. En el silencio, encontramos un espacio para la introspección y la conexión con nuestro verdadero ser. El mundo que nos hemos construido está lleno de distracciones y ruido que pueden alejarnos de nuestra esencia y verdad interior. El silencio nos ofrece un refugio, un lugar para recalibrar nuestro ser interior y escuchar la sabiduría que reside en nosotros.
Esta práctica de silencio no es simplemente la ausencia de palabras, sino una forma activa de escucha y presencia. En el silencio, podemos descubrir respuestas a preguntas que el ruido constante de la vida cotidiana a menudo ahoga.
5. Estudio y práctica de una filosofía de vida
El Budismo no es solo una religión o una filosofía; es una forma de vida. Estudiar y practicar las enseñanzas del Buda, como las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple, ofrece una guía clara para vivir una vida ética y significativa. Estos principios me han ayudado a desarrollar una mente más clara, un corazón más compasivo y una vida más equilibrada. Pero esto solo viene con el hábito de la lectura y el estudio.
Una filosofía de vida basada en los principios budistas nos ayuda a navegar las complejidades de la existencia con mayor sabiduría y compasión. Nos enseña a abrazar la impermanencia, a vivir con integridad y a buscar el bienestar de todos los seres. Es un camino que nos lleva hacia el crecimiento y la transformación personal.
Conclusión
Estos cinco hábitos del Budismo Zen han sido fundamentales en mi vida y desarrollo espiritual. No tienes que ser monje o monja para ponerlos a prueba en tu experiencia.
Cada uno de ellos ofrece una perspectiva única y valiosa para mejorar la calidad de nuestra vida y nuestras relaciones con los demás. Al adoptar estos hábitos, no solo nos beneficiamos nosotros mismos, sino que también contribuimos al bienestar y la armonía de nuestro entorno.
Por favor, intenta explorar estos hábitos en tu vida diaria y a descubrir por ti cómo pueden enriquecer tu experiencia del mundo.
Cuando tenemos que decir adiós a alguien especial, todos sentimos cómo el corazón se rompe en mil pedazos. Y no tiene que ser una relación amorosa. A veces nos despedimos de amigos, familia o mascotas.
Todos, en algún momento de la vida, hemos experimentado esa sensación de pérdida y desolación cuando el amor se va. En tales momentos, nuestros pensamientos pueden estar nublados, y las emociones pueden ser abrumadoras. Es fácil recurrir a métodos poco saludables para superar el dolor, como refugiarse en canciones tristes o el exceso de alcohol. Pero hay una forma más saludable y efectiva de lidiar con un corazón roto: el minimalismo.
Ser minimalista no significa quedarte sin libros o con poca ropa. Es una filosofía de vida que se aplica en aspectos que ni te imaginabas.
El cómo el minimalismo te ayuda a sanar un corazón roto y mejorar tus relaciones de pareja, es una forma de vivir que se centra en simplificar y enfocarse en lo esencial, no solo te ayuda a eliminar el exceso de bienes materiales, sino que también puede ser una herramienta poderosa para salir avante de las despedidas dolorosas y fortalecer tus relaciones de pareja.
El corazón roto y la falta de claridad
Cuando pasamos por una desilusión amorosa, nuestros pensamientos suelen estar nublados por el dolor, la tristeza y la ira. Nos hundimos en confusión porque queremos encontrar razones para justificar nuestros pensamientos o actos. ¡Exigimos respuestas! ¡Cómo es que esto me esté pasando a MÍ!
Es difícil ver con claridad cuáles son las mejores decisiones por tomar y cómo sanar. En lugar de enfocarnos en lo que realmente importa, nos perdemos en un torbellino de emociones.
El Buda enseñó la importancia de la claridad mental y la compasión en momentos de dolor: «Tú mismo, como nadie en el mundo entero, mereces tu amor y afecto», dijo. Y esto se aplica especialmente cuando enfrentas una ruptura. El minimalismo, al centrarse en simplificar tu vida, puede ayudarte a encontrar esa claridad mental. Te permite eliminar el ruido innecesario y enfocarte en lo que realmente importa: tu bienestar y tus relaciones.
Métodos no saludables para sanar un corazón roto
Durante la investigación para este post, pensé en llamar a este apartado “Corazón roto a la mexicana”, porque es común decir que el mal de amores se cura con tequila y música folklórica. Pero esta fuente, que habla sobre cómo se vive el corazón roto en varias culturas, me dejó ver que el duelo de la separación es similar en todos lados.
En medio del dolor de una ruptura, todos los seres humanos, de todas las culturas, a menudo buscamos formas inmediatas de alivio. Ponemos canciones tristes; muchos recurren a alcohol, antidepresivos o drogas fuertes; otros van por relaciones de una noche; se le llama al ex; lloramos en silencio o nos refugiamos en un maratón de películas románticas. Solo para descubrir más adelante que estos excesos complican aún más nuestras vidas.
Pero ¿realmente estas tácticas nos ayudan a sanar? La verdad es que no. Nos proporcionan un alivio temporal, pero no abordan la causa subyacente del dolor.
El minimalismo es el camino para sanar
La filosofía del minimalismo, centrada en simplificar y enfocarse en lo esencial, te brinda las herramientas para sanar un corazón roto de manera efectiva y saludable. Aquí comparto cinco consejos minimalistas para ayudarte a sanar y mejorar tus relaciones de pareja.
Enfócate en lo que realmente importa
El minimalismo para sanar tu corazón roto y tus relaciones de pareja te enseña a simplificar tu vida, a eliminar el exceso y a enfocarte en lo que realmente importa. Cuando pasas por una ruptura, es importante aplicar este principio a tus emociones y pensamientos. En lugar de perder tiempo en lamentos y pensamientos autodestructivos, céntrate en lo que necesitas para sanar.
Practica meditación para encontrar la calma, cultiva la gratitud por lo que aún tienes y trabaja en mejorar la relación contigo mismo.
El Buda nos enseñó que «todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente.” El minimalismo, junto con la práctica constante de meditación, te ayudan a centrarte en esta verdad fundamental.
Elimina las relaciones tóxicas
Este consejo podría llenar un libro completo, pero siendo minimalistas, lo mantendremos corto. Si estás en una relación en la que no creces como persona, en la que hay más dolor que alegría y hay claras situaciones de abuso, necesitas salir de ahí.
Deshacerte de personas tóxicas o relaciones que te hacen daño es una parte esencial del proceso de sanar tu corazón. Al minimizar la influencia de personas negativas en tu vida, creas espacio para relaciones más saludables y significativas. Pero, sobre todo, para el amor propio. No tengas miedo de cortar lazos con personas que no te brindan apoyo emocional o que socavan tu bienestar.
Abraza y sonríe a la soledad
Otro aspecto valioso del minimalismo es aprender a disfrutar de la soledad. Cuando pasamos por una ruptura, a menudo tememos estar solos. Sin embargo, estar solo no es lo mismo que sentirse solo. El minimalismo te enseña a disfrutar de tu propia compañía y a valorar la soledad como una oportunidad para crecer y fortalecerte. Como el Buda dijo: «Debes amarte a ti mismo y luego extender ese amor a los demás».
Practica la comunicación clara
Una de las claves para construir relaciones saludables es la comunicación. El minimalismo se centra en la claridad y la simplicidad, y estas cualidades son esenciales en la comunicación en cualquier relación. Cuando te enfrentas a un desacuerdo o una discusión en tu relación, practica la comunicación abierta y sincera. Habla con claridad y escucha atentamente. El minimalismo en la comunicación te ayuda a evitar malentendidos y a cultivar relaciones más sólidas.
Este momento es lo más valioso que tienes
El minimalismo se trata de vivir en el presente y apreciar cada momento. Cuando superas una ruptura y buscas mejorar tus relaciones futuras, es fundamental vivir en el presente. En lugar de aferrarte al pasado o preocuparte por el futuro, disfruta del aquí y ahora. Como el Buda aconsejó: «Abandona el apego al pasado; abandonad el apego al futuro; abandonad el apego al presente. Cruzando a la otra orilla del devenir, la mente, liberada por todas partes, no retomará el dolor de la existencia».
El minimalismo para mejorar tu relación de pareja actual
Si has leído con atención hasta este punto, te podrás dar cuenta que el hábito del minimalismo también nos ofrece un enfoque refrescante y efectivo para mejorar tus relaciones de pareja.
Al simplificar tu vida y reducir las distracciones, tienes más tiempo y energía para dedicar a tu ser querido. El minimalismo te permite enfocarte en lo esencial, lo que se traduce en una comunicación más clara, una mayor atención a las necesidades de tu pareja y una conexión más profunda.
Al liberarte del exceso de compromisos y responsabilidades, puedes disfrutar de momentos significativos juntos, fortaleciendo así tu relación.
Y aunque no lo creas, la práctica del minimalismo te ayuda a establecer límites saludables y a priorizar tu relación, lo que resulta en una convivencia más armoniosa y satisfactoria.
Conclusión
El minimalismo es una filosofía de vida poderosa que te puede ayudar a sanar un corazón roto y a construir relaciones más saludables. Al centrarte en lo esencial y simplificar tu vida, encuentras claridad y enfoque en medio del dolor. Los consejos minimalistas proporcionados aquí te ayudarán a sanar más rápido y con más gracia, y a construir relaciones más sólidas en el futuro. El minimalismo te ayuda a recordar esta verdad fundamental y a aplicarla en tu vida diaria.
Sin embargo, es super importante que entiendas que: el minimalismo para sanar tu corazón roto y tus relaciones de pareja REQUIERE de un hábito estable de meditación. Si no meditas a diario, todo esto de lo que hemos hablado hoy, se perderá en el viento.
El camino hacia la sanación y la construcción de relaciones más saludables puede ser desafiante, pero con el minimalismo como guía y meditación como tu base sólida, puedes avanzar con confianza y claridad.
Atrévete a sentarte en silencio por unos 10 minutos cada mañana. Pon atención a tu respiración. No te imaginas cómo cambia la vida cuando puedes mantener este hábito por algunas semanas. Y entonces simplificar, enfocarte en lo esencial y a sanar tu corazón y tus relaciones de pareja de manera significativa, es mucho más sencillo de lo que aparenta.
En el post anterior de esta serie sobre Gratitud, aprendimos lo que la ciencia dice sobre este hábito. Puedes leer aquí.
Hoy veremos otro tema útil para entender sobre gratitud y su importancia, no desde el budismo, sino desde los ojos de otros filósofos.
En mi búsqueda personal para darle sentido a mi vida, hace muchos años me encontré con este loco y super extraño concepto llamado gratitud. En un libro que rescaté de un librero de un tío muerto, me topé con un capítulo sobre filósofos griegos, la felicidad y cómo estaba ligada a desarrollar gratitud.
Recuerdo haber pensado con mi incompleto cerebro adolescente algo como «¿Por qué demonios voy a agradecer por todo? Mi vida es muy difícil, así como está como para agregar algo tan tonto como dar gracias hasta por respirar. Eso es para perdedores».
Poco me imaginaba que promover la Gratitud sería mi motivo de existir.
En ese viejo libro aprendí muchas cosas. Para la filosofía, gratitud, en su esencia, es un sentimiento de reconocimiento y agradecimiento hacia los demás por los actos de bondad y las bendiciones que recibimos. A lo largo de la historia, la gratitud ha sido una virtud profundamente estudiada por la filosofía de muchas culturas y en diferentes eras. Desde el estoicismo hasta los pensadores renacentistas y la filosofía occidental moderna, la gratitud ha sido considerada como una piedra angular para tener una vida plena y significativa.
Definición Filosófica de Gratitud
Antes de ver qué nos dicen los viejos sabios, veamos otra definición de gratitud. La gratitud es un sentimiento de reconocimiento y aprecio hacia los demás por sus acciones, regalos o actos de amabilidad. Y esto es muy importante: va más allá de simplemente decir «gracias»; implica un profundo sentido de conexión y reconocimiento de la bondad en el mundo. Cuando adoptamos la gratitud como filosofía de vida, estamos comprometidos con la práctica constante de reconocer y valorar lo que tenemos, en lugar de enfocarnos en lo que nos falta.
La Gratitud desde la filosofía estoica
La filosofía estoica, que floreció en la antigua Grecia y Roma, enfatizaba la importancia de vivir de acuerdo con la razón y la virtud. Dos filósofos estoicos destacados, Séneca y Epicteto, tenían mucho que decir sobre la gratitud.
Séneca, en sus escritos sobre la gratitud, enfatizó que debemos ser agradecidos por cada día que vivimos y por todas las bendiciones que disfrutamos. Dijo: «El que es agradecido por poco, lo es por todo«.
Epicteto, otro filósofo estoico, instó a sus seguidores a practicar la gratitud incluso en las circunstancias más desafiantes. Afirmó: «Solo aquellos que dan las gracias por las bendiciones recibidas, seguirán recibiendo cosas por las que dar las gracias«.
Desde una perspectiva estoica, la gratitud implica reconocer que muchas cosas en la vida están fuera de nuestro control, pero siempre tenemos el control sobre cómo respondemos a ellas. Practicar la gratitud significa apreciar lo que tenemos en lugar de lamentar lo que nos falta.
La Gratitud para los filósofos del renacimiento
Durante el Renacimiento, un período de revitalización cultural y filosófica en Europa, varios pensadores destacados exploraron la naturaleza de la gratitud.
Michel de Montaigne, un filósofo renacentista francés, creía que la gratitud era una de las virtudes más nobles del ser humano. Sostenía que, al mostrar gratitud, elevamos nuestras almas y fortalecemos nuestros lazos con los demás. Montaigne afirmó: «La gratitud es la virtud más grande; pero los beneficios recibidos nos hacen olvidarla».
Benedicto de Spinoza, filósofo holandés del siglo XVII, sostenía que la gratitud es esencial para la vida buena y la alegría. Argumentaba que, al enfocarnos en lo que tenemos en lugar de lo que nos falta, encontramos la felicidad genuina. Spinoza escribió: «La envidia hace que uno se sienta miserable por lo que no tiene; el agradecimiento hace que uno se sienta feliz por lo que tiene».
Desde la perspectiva renacentista, la gratitud se consideraba una virtud que enriquece nuestras vidas al enfocarnos en las bendiciones presentes y fortalecer nuestros lazos con los demás.
La Gratitud desde la Filosofía Occidental Moderna
La filosofía occidental moderna también ha abordado el tema de la gratitud. Dos filósofos notables que han reflexionado sobre este sentimiento son Immanuel Kant y Jean-Jacques Rousseau.
Immanuel Kant, el influyente filósofo alemán del siglo XVIII, creía que la gratitud era un deber moral. Argumentaba que debemos mostrar gratitud hacia aquellos que nos han ayudado o brindado regalos, ya que es una expresión de reconocimiento por su humanidad y su capacidad para la acción moral.
Jean-Jacques Rousseau, filósofo francés del mismo período, consideraba que la gratitud era esencial para mantener relaciones sociales saludables. Sostenía que, al expresar gratitud, fortalecemos nuestros lazos con los demás y contribuimos a la armonía en la sociedad.
Desde una perspectiva filosófica moderna, la gratitud se ve como un acto moral que fomenta la conexión entre las personas y contribuye a una sociedad más cohesionada.
La Gratitud como Filosofía de Vida
Ahora que hemos explorado cómo la gratitud ha sido abordada por filósofos a lo largo de la historia, es importante considerar cómo podemos adoptarla como una filosofía de vida en la actualidad. Yo sé que nos cuesta mucho trabajo a los hispanoparlantes, pero hay que esforzarnos.
Basado en lo que nos dicen los filósofos clásicos, pensé que las siguientes acciones nos funcionarían para hacer de la gratitud un hábito cotidiano. No tienen que ver con religión, sino que creo que son de sentido común y pragmático.
Practicar la atención plena: La atención plena nos ayuda a estar más presentes en el momento actual y a apreciar las pequeñas alegrías de la vida. Observar conscientemente nuestros pensamientos y experiencias puede aumentar nuestra gratitud.
Mantener un diario de gratitud: Tomar unos minutos cada día para escribir tres cosas por las que estás agradecido puede cultivar la gratitud de manera constante.
Expresar gratitud: No hay que guardar ni ignorar nuestros sentimientos de agradecimiento. Debemos expresarlos sinceramente a las personas que nos rodean. Un simple «gracias» y una sonrisa SINCEROS pueden tener un impacto significativo.
Enfocarse en lo positivo: A pesar de los desafíos que enfrentamos, es importante centrarse en las bendiciones y las oportunidades que tenemos en la vida. Aunque estemos pasando por dificultades, SIEMPRE hay cosas buenas que nos rodean.
Ser generoso: Ayudar a los demás y hacer actos de bondad pueden generar un ciclo de gratitud tanto para ti como para quienes beneficias. Sentir la gratitud de los demás hacia uno, da sentido a la existencia.
Gratitud como filosofía de vida implica reconocer que la vida está llena de cosas increíbles y que nos forman. Incluso en medio de las dificultades. Al adoptar esta perspectiva y practicar la gratitud de manera constante, podemos tener vidas más plenas y significativas, fortaleciendo nuestros lazos con los demás y contribuyendo a un mundo más armonioso. La gratitud nos recuerda que, a pesar de las adversidades, hay belleza y bondad en el mundo que merece ser valorada y celebrada.
Si quieres saber más sobre gratitud y ponerla en práctica para mejorar tu vida, ven a nuestro próximo taller corto. Podría transformarte de maneras que ni siquiera imaginas. Informes aquí.
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Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi