«Entondes, monjes, debemos entrenarnos así: desarrollaremos y cultivaremos la liberación de la mente con amor gentil (metta). Que sea nuestro vehículo, nuestra base y estabilidad. Hay que vivir en él y llegar a perfeccionarlo.» —El Buda, Samyutta Nikaya
Existe un idioma que va mucho más allá de las palabras, los textos y las redes sociales. Trasciende religiones, culturas y especies. Es un idioma perfecto, simple y que todos los seres vivos compartimos. Cuando nos expresamos a través de esta lengua nos sentimos plenos y, aunque no sepamos a ciencia cierta qué es lo que pasa, la felicidad nos llena el corazón.
Este idioma que no se enseña en ninguna academia y ninguna universidad lo tiene en su curriculum, se llama amabilidad. Tiene otros nombres como gentileza o ternura. En el budismo lo conocemos como metta, amor gentil, amor compasivo o amor perfecto.
Todos los seres vivos somos capaces de comunicarnos por medio de la amabilidad porque cuando tratamos bien a los demás, estamos afirmando la vida misma. Creamos condiciones para que todos los organismos prosperen y nos hace sentir muy bien.
Ser amables es salir de nuestro ego, aunque sea por 1 segundo, para pensar en el bienestar de los demás.
Ceder el paso, acariciar un animal, cuidar las cosas ajenas, sonreír… son estas acciones que parecen insignificantes, las que mantienen el equilibrio del universo.
Escribo esto porque este insignificante video está lleno de dharma:
Esta amiguita se llama Princess BB y con mucho placer recibe un masaje con hisopos. Tiene una comunicación con su humano que rompe la barrera entre especies y ambos se benefician de éste diálogo. Con amabilidad ella recibe cariño y la persona recibe cariño de regreso.
Cuando tratamos bien a los demás creamos relaciones y puentes tan fuertes que jamás son olvidados. Al mismo tiempo nos volvemos conscientes de cómo nos tratamos a nosotros mismos al procurar nuestro bienestar.
Por supuesto que en la sociedad humana hemos dejado de lado la amabilidad, y el costo ha sido inmenso. Los políticos, por ejemplo, la han erradicado de su corazón y generan caos y odio en todas las naciones.
Al luchar en contra de ellos, los ciudadanos también la borramos. Lo único que se genera a raíz de ello, son tensiones y más odio.
Cuando queremos ganar de todas todas, cuando dejamos que la avaricia nos domine, al permitir que la pasión tome el control del ser, estamos haciendo de lado a la amabilidad. Y así es como las cosas jamás funcionan, nacen las divisiones y los pleitos por la superioridad.
En cambio, al tomarnos el tiempo de hacer algo por los demás, la vida florece. Los corazones y las mentes se unen bajo un solo banderín y nace la colaboración.
La amabilidad es perfecta. Funciona. Nos llena de alegría.
¿Por qué no comenzar en este mismo momento haciendo algo lindo por alguien más (tú mismo incluido)?
Cuando las cosas no salgan como quieres,
cuando el camino sea cuesta arriba,
cuando el dinero es poco y las deudas grandes,
cuando quieras sonreír pero solo salga un suspiro,
cuando las tensiones te pongan triste;
descansa un poco, pero no te rindas.
La vida es maravillosa con sus giros y vueltas.
Es algo que todos aprendemos en algún momento.
Muchos entienden que pudieron salir victoriosos
de haber continuado.
No te rindas aun cuando tu paso sea lento.
Puedes llegar a tu meta si empujas un poco más.
Casi siempre el objetivo está más cerca
de lo que el débil o el derrotista cree;
pudo haber obtenido la recompensa,
pero lo comprendió hasta el final.
El éxito es solo el fracaso visto del otro lado,
es la tinta de plata que cubre las dudas.
Nunca sabes qué tan cerca estás.
Quizá llegues antes de lo que crees.
Sigue luchando aunque te hayan golpeado duro.
Es cuando las cosas se miran peor que no debes rendirte.
Muchos llevamos la imagen propia como si fuera una carga para nosotros y para el mundo. Pensamos que no valemos, que no aportamos nada y odiamos nuestro cuerpo. Nos castigamos estando aislados en un estado de crítica personal destructiva de tiempo completo.
Así el resentimiento contra las personas felices crece. Nos comparamos con otros y juzgamos de forma negativa todo lo que somos y hacemos. ¡Nos convertimos en nuestros verdugos!
Entonces las relaciones personales sufren, así como nuestro trabajo y vida intelectual. Desarrollamos enfermedades físicas y depresión, lo cual hace que los demás huyan de nuestro lado. Sentimos que vamos a la deriva, sin rumbo y cada vez más hundidos.
La mala autoestima es como un tumor que si no atendemos, evitará nuestro crecimiento y será la fuente de toda nuestra infelicidad.
Cuando más oscuro parece el camino, un destello interno nos dice que debe haber una salida a todos los sentimientos destructivos creados por la mala imagen que tenemos de nosotros mismos. Algo que nos haga sentir mejor. ¡Y la hay!
Mejorar la autoestima es un trabajo cotidiano que comienza con dejar ir los pensamientos negativos para calmar la mente y poder vivir con compasión. Así dejaremos de culpar a factores externos y comenzaremos a tomar el control de nuestra percepción.
La meditación es una práctica fundamental que no tiene edad, religión ni clase social. Es una actividad natural al ser humano con la que podemos observar nuestro lenguaje interno, para poder convertirlo en acciones que afirmen nuestra vida.
Por eso creamos Hikari, el taller de autoestima y meditación.
Quizá uno de los monstruos más difíciles de vencer es nuestra propia apatía. Es la que nos ata y nos mantiene inmóviles mientras la vida alrededor se desarrolla.
En esta charla que traigo de regreso, tocamos algunas razones por las que fallamos al intentar hacernos de nuevos hábitos, y respondo preguntas de los participantes.
Hubo una pregunta que me hicieron y no respondí, pero lo hago aquí.
¿Es la meditación el hábito más importante? Sí que lo es. Cuando meditas dejas de lado el ego, suspendes las preguntas y aceptas la vida como es. Por unos instantes puedes mirarte sin apegos u opiniones, para apreciar el camino que tienes qué recorrer. Meditar te calma, te da cimientos para seguir adelante y nos hace ver la vida con ojos frescos.
Esto y mucho más en la charla.
¡GRACIAS A TODOS!
Si quieres saber más sobre cómo hacer que tus hábitos y propósitos se queden para siempre, te invito a Shojiki, el taller de hábitos.
Regresa Shojiki, uno de los talleres más buscados en Chocobuda; donde aprendemos a forjar hábitos que mejoren nuestra vida, así como a deshacernos de los que causan daño. Para esta versión incluimos nuevas técnicas y videos didácticos.
Así como 2016 comienza a irse, nuestros planes y energía para iniciar el año que viene, aumentan día con día. En la mente generamos planes y propósitos para 2016 y estamos seguros que este año será el bueno.
Desgraciadamente los planes y las buenas intenciones no son suficientes. Es necesario cambiar nuestra mentalidad y tener un método para lograr lo que queremos.
Aquí es donde Shojiki, el taller de hábitos de Chocobuda, entra al rescate. Éste ha sido nuestro taller más exitoso y muchas personas se han beneficiado de él porque tomamos la meditación como eje principal de la creación de nuevos hábitos.
Una de las acciones más nobles que podemos tomar es la creación de un hábito nuevo. Es la irreverencia máxima,pues querer tomar el control de nuestra vida implica retar el conocimiento convencional y a nuestros propios demonios.
¿Cuántas veces lo has intentado y fallado?
Forjar un nuevo hábito es emocionante pero sin una guía e inspiración, estamos condenados a repetir los errores.
Existen muchos métodos y enseñanzas para alcanzar este fin, pero casi todos se enfocan en el hábito mismo. No exploran la raíz ni lo que produce el impulso del cambio.
Shojiki es un taller 100% online diseñado por Chocobuda para cultivar un hábito que transforme tu vida, contrarrestando la locura y la prisa de la vida cotidiana.
Sí, leíste bien. Un solo hábito.
Shojiki es la palabra japonesa que significa sinceridad, buena fe, honestidad, honradez, confiabilidad. Estos son los valores que promueven el cambio y son explorados mediante ejercicios 100% prácticos que impulsan la disciplina necesaria para el cambio.
El mono intenta alcanzar la luna en el agua. Hasta que la muerte llegue a él, nunca se rendirá. Si se soltara de la rama y desapareciera en la profundidad del estanque, el mundo brillaría con luz purificadora.
Hakuin Ekaku, Zen Master japonés (1686 – 1768)
Traducido por Kyonin.
La voz popular nos dice que el cambio, la verdad de la vida, lo que buscamos, ya está dentro de nosotros. Muchos nos burlamos, hacemos bromas, aunque en la profundidad del ser sabemos que es real. Somos muy pretenciosos como para no soltarnos de la rama del ego y simplemente dejar de buscar.
Como monos que somos, nos encantan las cosas que brillan. Teléfonos nuevos, autos de lujo, relaciones pasionales, la estúpida ilusión de éxito. ¡Todo brilla y lo deseamos!
Pero al igual que la luna en el estanque, nada de lo que perseguimos es real. Son solo distracciones que nos alejan cada vez más de la única verdad: somos parte de una luz única, purificadora y que es tan simple de alcanzar, que escapa a nuestra inteligencia.
La manera de alcanzar la luna, es dejar de alcanzarla.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi