por Kyonin | May 25, 2015 | Budismo, Eventos, Meditación, Mindfulness, Talleres, Vida
Problema
Las emociones negativas son útiles y naturales para el desarrollo de nuestra vida. Gracias a ellas podemos distinguir el peligro, saber cuando alguien abusa de nosotros o cuando requerimos apoyo y cariño.
El problema es que en estos tiempos de conexiones inmediatas e individualidad, el culto al ego hace que estas emociones crezcan a niveles incontrolables. Nunca nos percatamos cuando la ira, la tristeza y los celos comienzan a tomar el control de nuestras acciones. Estamos enojados, con prisa o tristes de tiempo completo.
Esto hace que nuestras vidas se vuelvan grises, nos volvemos depresivos o agresivos y comenzamos a habitar un mundo donde todo nos ataca de forma personal. Pronto la salud comienza a gastarse, y cansamos a las personas que nos rodean, erosionando amistades y relaciones.
Solución
Cuando las emociones negativas nos dominan y comenzamos a ver que nuestra tranquilidad y salud están siendo destruidas, es tiempo de actuar antes de que el problema se vuelva inmanejable.
Creemos que existe un camino de vida más tranquilo y amable, en el que podemos aprender a dejar ir las emociones que no nos ayudan y a no caer en extremos pasionales. Así crecemos y construimos un mejor mundo para nosotros mismos y quienes nos rodean.
La ira, el rencor, la tristeza o los celos; todos ellos pueden ser reducidos a su mínima expresión.
Por eso creamos Heisei, taller de manejo de emociones.
Heisei es la palabra japonesa que significa compostura, calma, aplomo, serenidad y ecuanimidad.
Inscribirte a Heisei, te ayudará a:
- Hacer de la meditación un hábito cotidiano para fortalecer tu estado de ánimo y reacciones.
- Estar atento a tus estados ánimo para poder dejarlos ir antes de que te causes daño a ti o los demás.
- Buscar espacios de silencio e introspección necesarias para el auto conocimiento.
- Reconocer tu naturaleza humana para que funcione en equilibrio con tus valores.
- Aprender a ver las cosas de forma abierta y sin caer en extremos.
- Entender la raíz de muchos de estos sentimientos.
- Mejorar tu salud en general.
- ¡Sonreír más y respirar con tranquilidad!
Cuando logramos ser uno con las emociones negativas, nos volvemos ecuánimes y más amables. No sólo te sentirás mejor, sino que la gente que te rodea se sentirá bien a tu lado.
¡Me interesa!
por Kyonin | May 18, 2015 | Budismo, Choza de césped, Meditación, Poema, Vida, Zen
Luego de algunas semanas de pausa para pensar, continúo con mi estudio del poema zen Soanka o La ermita con techo de césped. La quinta línea nos dice:
El habitante de la choza vive aquí tranquilamente
En primera instancia esta línea sólo nos indica que la choza tiene a alguien viviendo dentro. Pero lo que intriga es que Master Shitou cambia el sujeto a tercera persona. La primera línea dice con claridad «[Yo] He construido una choza de césped…»
El poeta habla en primera persona, usando todo su ser en la frase para indicar que él y nadie más ha fabricado un refugio hecho de pasto.
Pero luego se deshace del YO para hablar de alguien más que no es YO. Es alguien que él mira desde lejos, como si fuera un ser vivo más en el universo. Habla de sí mismo como si fuera alguien más, sin relacionarse directamente con él.
Y esta es toda una enseñanza sobre el ego.
Para la psicología budista el ego es sólo una ilusión. Es una colección de historias a las que nos aferramos para crear una identidad, nuestra personalidad. Por supuesto que el ego es necesario. Es lo que nos hace levantarnos en la mañana, cuidar nuestra mente y cuerpo, salir a trabajar, descansar y relacionarnos con los demás. Necesitamos un ego sano y bajo control para cumplir nuestras metas y sueños.
Un ego sano nos permite amarnos y amar a los demás. Nos hace salir adelante y ser felices.
El problema es que el ego se puede inflamar con mucha facilidad cuando perdemos de vista (o ignoramos) que el ego lo hemos construido nosotros mismos y que nos hemos aferrado a él.
Un ego enfermo genera fantasías de poder, de auto-complacencia y de importancia. También crea miedos, inseguridades y tristezas que nos llevan a la depresión.
Pasar demasiado tiempo pensando en uno mismo nos lleva a ignorar a los demás y a pasar sobre ellos para cumplir nuestros caprichos y asegurar nuestras opiniones.
Pero al final, el ego es una ilusión. No es nada más que un puñado de historias que decidimos contarnos una y otra vez.
¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Hacia dónde voy? Son preguntas que todos nos hacemos, pero cuya respuesta no llegará mientras sigamos montados en el ego. Pasamos demasiado tiempo buscando afuera lo que siempre hemos tenido dentro.
Cuando meditamos el ego disminuye a la mínima expresión. Lo soltamos y lo dejamos flotar. Sólo así podemos ver de lejos al constructor de la choza. Mi choza. Tu choza. La choza de todos.
Cuando entramos en meditación profunda el ego desaparece por unos segundos y nos fundimos con el universo. No hay nada qué agregar y nada qué quitar. Todo lo que está está unido por la luz dorada de la existencia. Todo tiene un sitio y propósito. Todo está unido y todo cabe en la panza del Buda.
El constructor de la choza es un ser vivo más, unido a los millones y millones de seres vivos en el universo. No diferente a una bacteria, un simio o a una vaca. Todos los seres vivos somos un solo ser.
Pero el ego se interpone y siempre quiere más. No se conforma con una choza de pasto. Quiere casas, autos, relaciones, poder y mucho dinero.
¡Qué tontos somos! Si tan sólo pudiéramos vernos por afuera entenderíamos. Y seríamos libres de nuestras opiniones y de nuestros demonios.
El ego es una ilusión creada por el constructor de la choza de césped.
Al final de la línea, Shitou usa la palabra tranquilamente.
Cuando soltamos el ego llega la paz absoluta. Se acaban las tristezas, las decepciones, la infelicidad.
Entender hasta la médula que el ego es una fantasía nos hace ver nuestro lugar en el cosmos.
Y entonces entramos a la Tranquilidad.
por Kyonin | Abr 30, 2015 | Budismo, Choza de césped, Meditación, Poema, Vida, Zen
Continúo con mi estudio del poema zen Soanka o La ermita con techo de césped. La tercera línea dice:
Cuando terminé la choza, nuevas hiedras aparecieron.
Aquí Master Shitou nos cuenta que luego de mucho trabajo pudo terminar de construir su hogar. Pero justo al final se percata de que en el pasto han salido hiedras.
En la jardinería las hiedras son parásitos que no sólo hacen feo el jardín, sino que enferman a las plantas que ahí habitan. Les roban vida. No importa cuánto nos esforcemos en quitar la hiedra, al poco tiempo vuelve a salir.
Conozco muchas personas que se frustran, hacen berrinche y se enojan sobre manera por las hiedras y las plagas. Toman todas las medidas precautorias, investigan, se esfuerzan, trabajan horas en el jardín; todo para que a los pocos días llegue un batallón de pulgones a devorarlo todo. Y cuando los pulgones se van, regresa la hiedra.
Siempre regresa, así como la infelicidad y la frustración.
La casa del poeta ha sido terminada, pero está invadida por la hiedra. Quizá había quedado hermosa, pero la hiedra pone en riesgo todo, además de que mata la belleza de la vivienda.
Nuestra vida y todo lo que hacemos es la Casa de Césped. La construimos con mucho esfuerzo, la moldeamos hasta que quede justo como la queremos y luego descansamos un momento. Cuando volteamos la cara hay algo que lo destruye todo.
¿Cuántas veces no nos ha pasado? Luego de horas de estudio, reprobamos el examen. Planeamos el viaje ideal y se descompone el auto en media carretera. Cuando somos más felices con la pareja, pasa algo que envenena la relación. Cuando más hermosos nos sentimos, nos damos cuenta que estamos envejeciendo. Cuando estamos disfrutando más al abuelo, ¡se le ocurre morir!
La vida está llena de hiedras, pero somos tan pretenciosos y egocéntricos que decidimos ocultar las cosas feas bajo la alfombra. Nos centramos tanto en lo que nos conviene, que ignoramos el hecho de que la vida es dinámica y cambiará nos guste o no.
Y justo porque estamos tan enamorados de nuestro ego, rechazamos la Impermanencia de las Cosas. La odiamos. No queremos pasar por ninguna especia de cambio que modifique el estado actual. ¡Lo queremos todo porque somos los reyes del universo!
Pero no lo somos. El universo no está para cumplir nuestros caprichos. Somos nosotros los que debemos aportar al universo. Eso es toda una lección de humildad que pocos están dispuestos a reconocer.
Quizá Master Shitou se sintió enojado y lleno de frustración al ver que su hogar había sido invadido por las plantas parásitos.
Pero entonces nos regala la cuarta línea del poema:
Ahora sigue en pie, cubierta por la hiedra.
Imagino que el maestro debió haber pasado un mal rato. Pero luego decide ver la realidad para reconocer que a pesar de la hiedra, la choza no se ha derrumbado.
Esto me hace recordar una sabia frase: los problemas se resuelven contigo o sin ti. ¿Entonces para qué sufres?
Cuando aceptamos la vida como es, cuando sabemos que todo está en movimiento y que nada dura para siempre; es mucho más fácil aceptar el cambio.
La enseñanza de la Aceptación tiene muchos críticos en el mundo capitalista porque piensan que el budismo es conformismo y mediocridad. ¡Nada más lejos de la verdad que eso!
No es que debamos dejar de tomar las riendas de nuestra vida. No se trata de dejarnos vencer para esperar la muerte. No, para nada. Se trata de adaptarse al cambio sin oponer resistencia, sin juicios y caminar un paso a la vez. Con integridad y sabiduría porque sabemos que nada viene sin esfuerzo.
Quizá es molesto tener que quitar la hiedra una y otra vez, pero el jardín siempre estará ahí majestuoso y mucho más grande que cualquier cantidad de hiedra que pueda nacer.
Porque la hiedra es parte del jardín y siempre será así.
La muerte es parte de la vida. No existe libertad sin entender que también hay opresión y esclavitud en el otro extremo. La felicidad no la podríamos entender sin la amargura y la tristeza.
El universo está en equilibrio todo el tiempo. Pero somos tan ciegos y tontos que queremos que siempre nos beneficie invariablemente.
La choza de césped tiene hiedras. Pero Shitou sabe que son parte de la choza.
Y la choza permanece.
por Kyonin | Abr 27, 2015 | Budismo, Comunidad, Meditación, Vida
El sábado 25 de abril de 2015, la Señora Impermanencia nos recordó lo pequeños que somos y decidió destruir la zona central de Nepal con un terremoto de casi 8 grados Richter. LINK
La pérdida humana es catastrófica y la nación del Buda tardará muchos años en recuperarse. El espíritu humano es imparable, pero de momento hay necesidades urgentes que deben ser cubiertas, como agua, alimentos, medicamentos y búsqueda de sobrevivientes. Y eso cuesta dinero.
Esta es de esas ocasiones en las que hay que dejar de lado las fronteras, la ideología y unirnos para ayudar a una nación pobre a salir adelante.
¿Cómo ayudar a un país tan lejano? Donando un poco de dinero a alguna institución que ya esté trabajando en este momento.
Unas cuántas monedas para un café pueden poner agua en las manos de alguien en la zona de desastre.
Cuando hay situaciones de este nivel, pido ayuda a los lectores del Chocobuda. Yo no soy nada y no soy nadie, pero juntos podemos salvar vidas.
Así que te invito a donar lo que puedas a alguna institución humanitaria, a cambio de regalarte un taller de meditación. Así ablandas tu corazón, ayudas a gente que lo necesita y además aprendes a meditar. ¡Todos ganan!
Es hora de actuar. La obra de generosidad más pequeña, significa la vida para alguien más.
Además, la generosidad es la base de nuestra felicidad personal.
Aquí pongo disponible para todos el taller de meditación Iniciando el Camino, listo para descargar y comenzar a entrenar la mente cuanto antes.
Taller de Meditación Iniciando el Camino
Inicia: Hoy, mañana o cuando lo necesites
Fecha límite de inscripción: Disponible hasta el 15 de mayo de 2015
Duración: 6 semanas
Incluye:
- 6 podcasts con pláticas técnicas y filosóficas, uno por semana
- 6 meditaciones guiadas, una por semana
- Todo el material está listo en una sola entrega
Requisitos:
- Uso de computadora e internet
- Disciplina y tiempo para dedicar al menos 30 minutos al día
Costo: Un donativo de lo que puedas y tus oraciones/pensamientos/mantras para ayudar a Nepal. Podría ser cualquier institución en la que confíes como:
¡Cualquier acción positiva que mejore a la humanidad es bienvenida!
Inscripciones: Escribir un mail a elchocobuda ARROBA gmail.com con el título NEPAL y te mandaré una liga de descarga. Confiaré en tu generosidad y en tu palabra. No necesito comprobante alguno. ¡Tu voluntad es suficiente!
Disponibilidad: ¡Infinita!
Con todo el corazón, gracias por tu generosidad. Mil reverencias y gracias por tu enorme corazón.
¡Que todos los seres vivos estén libres de sufrimiento!
por Kyonin | Abr 7, 2015 | Budismo, Creatividad, Inspiración, Meditación, Mindfulness
El mindfulness es la práctica de estar atento y despiertos en el momento actual, en el presente. Sí, yo sé que suena a cliché y que muchos memes en las redes sociales hablan sobre ello, pero sólo cuando practicamos mindfulness podemos entender el poder detrás de él.
Cuando se practica diario nos volvemos cada vez más conscientes de nuestras actividades, de lo que nos rodea y, aunque usted no lo crea, nos volvemos más amables con los demás. Esto abre las puertas a la tranquilidad porque todos pueden disfrutar de alguien que practica meditación.
¿Cómo es esto? Sí, una persona que practica mindfulness o meditación se hace más paciente, abierta y escucha con más atención. Su sentido del humor mejora para encontrar felicidad en las cosas más sencillas del mundo.
Esto lo digo porque justo esta mañana me di cuenta que estaba muy feliz porque mi desayuno incluiría un mango.
Sí, un simple mango me hace un hombre feliz por muchas razones.
Un mango en mi refrigerador (nevera) implica tantos milagros y esfuerzos juntos que se necesitaría un tratado completo para entenderlo. Primero se necesita que el universo exista, que la galaxia que habitamos esté donde esté, luego que el sistema solar haya pasado todo lo que ha pasado, el planeta Tierra necesita esta posición e inclinación y toda su historia. Mi mango requirió la evolución, el trabajo y sacrificio de millones de seres del pasado para poder existir. Luego está toda la tecnología involucrada para que exista mi casa, mi cocina y todos los aparatos.
Un mango en mi nevera es un triunfo del universo para lo cual yo no colaboré en nada, pero puedo disfrutar su sabor dulce y ácido.
Yo, que no soy nada, que no soy nadie, que no lo merezco, tengo el privilegio de disfrutar los mangos en cada primavera.
¿No es eso un motivo maravilloso para estar feliz? ¿No es acaso el mejor motivo para estar agradecido de todo corazón?
Vivir en el presente nos hace más conscientes de los pequeños detalles que escapan a la vista. Los apreciamos y los valoramos como la joya que son.
Entonces, al entender estas conexiones del universo, vemos la impermanencia de las cosas y que todos tenemos un sitio en la vida.
Quien practica mindfulness sonríe más y abre su corazón a estos detalles, que al final nos hacen más atentos a nuestra vida y nos vuelven más creativos en el trabajo.
Así que mira con atención lo que te rodea.
La realidad y el presente son magia.
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Si quieres saber más sobre mindfulness y cómo aplicarlo a tu vida cotidiana, te invito a Omoi, taller de mindfulness para personas creativas.
por Kyonin | Abr 6, 2015 | Creatividad, Editorial, Meditación, Mindfulness, Productividad, Talleres
Hola,
Sólo una nota rápida para anunciar que Omoi, el taller de mindfulness para creativos se movió una semana para dar oportunidad de inscripción a quienes no estuvieron disponibles durante semana santa.
La nueva fecha de inicio será el lunes 13 de abril de 2015.
Así que aún estás a tiempo para entrar e invertir en tu creatividad y en una manera más inteligente de trabajar. ¡No te lo pierdas!
Clic para más información.