por Kyonin | Ene 17, 2014 | Budismo, Comunidad, Vida
Durante mi tiempo fuera de línea en diciembre me di oportunidad de acudir a un retiro y de hacer sesiones de zazen más largas. Como resultado de esto tuve un momento ¡Eureka! que no significa nada para nadie, pero a mi me dio introspección sobre algo que me venía molestando desde hace algún tiempo y no sabía qué era.
Cuando alguien me preguntaba ¿porqué pasa X cosa mala en el universo?, la respuesta casi siempre apuntaba a falta de generosidad, exceso de ego o que era consecuencia directa de malas decisiones. Es una forma simple de ponerlo, claro, pero el punto es que mis respuestas siempre parecían incompletas para mi mismo.
Pero en semanas recientes he observado con atención. La violencia es más alta que nunca, existen más atropellos económicos y la maldad y el egoísmo están ganando terreno. Hay más tristeza y desesperación, que llevan a la indiferencia y a la inacción.
En suma, la infelicidad es grande.
Y todo viene porque hemos dejado de lado la compasión.
Esta cualidad única de los humanos está formada de dos partes:
co, que significa juntos, y
pasión, que significa sentimiento fuerte
La compasión es el sentimiento de hermandad y de empatía que nos lleva a ayudar a los demás. Pero más allá, es la fuerza que nos mueve para esforzarnos a que todos los seres vivos estén bien y que sean libres del sufrimiento.
Cuando este valor importantísimo se deja de lado:
- El rico acapara más recursos e ignora las necesidades de los demás.
- El político utiliza a la gente y su dinero para su beneficio.
- El policía no se tienta el alma para sobornar.
- El manipulador ignora el corazón de su víctima y el daño que causa.
- El bullying entre los niños y adolescentes crece y se hace cotidiano.
- La mentira y la traición se vuelven fáciles.
- El crimen organizado crece. Y crece. Y crece sin control.
- El racismo y los crímenes de odio son ejecutados.
- Las diferencias sociales hieren a culturas completas.
- Las corporaciones se sienten justificadas de vender veneno a la gente (te estoy viendo, Coca-Cola).
Es decir, la falta de compasión hace que todos suframos al entrar a una espiral sin fin donde todos están contra todos.
Creo que el mundo se beneficiaría mucho si todos compartiéramos, nos apoyáramos, tuviéramos empatía por el dolor ajeno y nos preocupáramos por el de a lado.
Sabríamos lo que es bueno para nosotros si primero supiéramos lo que es bueno para los demás.
He dicho esto antes: la base de la felicidad es la generosidad. Eso es muy cierto. Pero para que haya generosidad, primero hay que conectarnos directamente con los sentimientos del otro por medio de la compasión.
¿Qué es la compasión, entonces?
No, no es sólo decir «pobre tonto» a alguien que pasa un mal rato.
Compasión es sentir empatía por los demás, es la respuesta emocional al sufrimiento de los demás y tomar acción para ayudar.
Compasión es ser super honesto y tratar a los demás como queremos ser tratados. Así de simple.
Desde hoy en Chocobuda promoveré la compasión. Será parte importante de mi práctica y un motivo para seguir.
Lo sé. Soy un tonto, ingenuo e idealista.
¿Hasta dónde llegaré? No lo sé. Pero sin duda serán aventuras interesantes y espero me acompañes 🙂
por Kyonin | Ene 6, 2014 | Budismo, Vida, Zen
Cada año que comienza las felicitaciones y buenos deseos se desbordan por doquier.
Todos nos dejamos llevar por la costumbre y gritamos ¡Feliz año!, esperando que estas vacías palabras cumplan la magia de lograr nuestras metas, objetivos, que tengamos trabajo y salud, y que la prosperidad llegue sola y sin esfuerzo.
Luego de la primera semana comenzamos a romper promesas y a abandonar propósitos. Regresamos a nuestro viejo patrón de comodidad y la vida sigue igual.
En contraste a la cultura convencional, el budismo zen es crudo y brutalmente honesto. No te consiente ni te dice palabras bonitas porque sí.
Es rudo, frío y te hace pensar.
Así que siendo monje budista en entrenamiento y practicante de zen…
¡TE DESEO UN MUY MAL AÑO NUEVO! Y que sea peor que el anterior.
Que sea un año incómodo. Porque sólo así usarás tu creatividad para salir adelante.
Que te rompan el corazón. Así podrás valorar el amor, lo que significa ser correspondido y aprenderás a tratar bien y a respetar a tu pareja.
Que te traicionen. Así entenderás el valor de la lealtad y lo que se siente ser víctima del ego descontrolado.
Que alguien en el trabajo o escuela te pisotee para su beneficio. Porque así verás lo que se siente cuando has usado a la gente como plataforma profesional.
Que te demuestren lo tonto que eres. Para que entiendas que no eres la persona más sabia ni hábil del mundo. Así se aprende humildad.
Que sientas soledad inmensa. Así aprenderás que estar contigo mismo no es malo.
Que llores mucho. Sólo entonces valorarás la risa y la sonrisa.
Que tengas muchos días fríos y nublados. Así darás valor a la luz del sol y al aire fresco.
Que te enfermes. Para que entiendas que cuidar al cuerpo es lo más importante de tu experiencia de vida. Buena alimentación, ejercicio y descanso… son las acciones que has olvidado ejecutar.
Que tengas confusión, pesadillas y caos. Para que por fin te convenzas a meditar diario.
Que el dinero te haga falta. Así buscarás alternativas inteligentes para cubrir tus necesidades y tendrás nueva dimensión de que cuidar tus finanzas personales es esencial.
Que necesites ayuda y nadie te la de. De esta forma entenderás que todos los seres vivos sufrimos y que la compasión es lo que nos saca adelante como especie.
Que 2014 sea un año incómodo, lleno de retos y que tu ego termine arruinado.
Si superas todo esto, la noche del 31 de diciembre de 2014 habrás aprendido, crecido y serás una persona mejor de lo que eres hoy.
Creo que estos son mejores deseos que sólo gritar ¡Feliz año nuevo!
por Kyonin | Ene 1, 2014 | Budismo, Zen
sin plan alguno
soltando etiquetas y juicios
sin expectativas
en meditación profunda recibo el nuevo año
zazen infinito no-infinito
sereno
en calma
con la sonrisa del Buda en mi rostro
sentado en el Shobogenzo y con Master Dogen a mi lado,
me baño en el silencio de la fría primera mañana
dejo de existir por un momento
me convierto en uno de más de los secretos hilos que tejen la realidad
para ver las cosas como son
sin apegos
sin expectativas
en silencio
un año que empieza
¿pero es que alguno ha terminado?
por Kyonin | Dic 16, 2013 | Budismo, Editorial, Navidad Minimalista
Casi sin imaginarlo ni esperarlo hemos llegado a este punto del año en el que las temperaturas bajan (en el hemisferio norte) y el ritmo de la vida necesita disminuir hasta llegar al silencio de la mañana de navidad y la de año nuevo.
Los hogares se visten de luces, las calles de personas apresuradas y los buenos deseos vuelan como balas en película de John Woo.
Y es el momento del año en que este blog hace una necesaria pausa para renovar energías y comenzar el siguiente año.
Por un par de semanas estaré fuera de la blogósfera para enfocar mi atención a mi práctica de zazen, yoga, a mis estudios budistas y a actividades que no estén relacionadas con trabajo.
¡La mente necesita un respiro también!
Así que regresaré en enero con más posts y quizá alguna novedad. No lo sabemos. 🙂
Y qué mejor para celebrar que con una navidad minimalista:
Llamado de Navidad: ¡GENEROSIDAD!
Rompe con el materialismo navideño [Navidad Minimalista 1/5]
Regala experiencias [Navidad Minimalista 2/5]
Qué regalar a una niña o a un niño [Navidad minimalista 3/5]
Aprecia el silencio de la temporada [Navidad Minimalista 4/5]
Ser generosos [Navidad Minimalista 5/5]
Muchas gracias, querido lector, por haber hecho de 2013 un año increíble.
Eres el mejor maestro que he tenido. Me motivas, me inspiras y haces que Chocobuda siga.
¿Qué me depara 2014? No tengo idea. No tengo planes y no tengo pretensiones. Es simple. Muy simple.
Deseo de todo corazón que estas navidades estén llenas de silencio.
¡Nos vemos en enero 2014!
Gassho.
por Kyonin | Dic 6, 2013 | Budismo, Meditación, Zen
El frío pega directo en la piel de mi cabeza.
No hay cabello que lo proteja, hace tiempo renuncié al lujo de la vanidad.
Mi cabeza afeitada enfrenta al mundo que me mira como si estuviera loco, como si fuera enfermo terminal.
Camino el camino del dharma, un paso a la vez.
Un libro a la vez.
Un aprendizaje a la vez.
Una renuncia a la vez.
Un remiendo a la vez.
Sin prisa.
Observo. Escribo.
Guardo silencio y hago zazen para explorar la vacuidad de la mente. Me uno al cosmos para entender que el ego es veneno.
El yo se desvanece por un momento y da paso al Buda.
El vacío es el Buda.
Zazen es el Buda.
La Okesa que cubre mi cuerpo es el Buda.
Mi cabeza afeitada es el Buda siendo el Buda.
Silencio.