por Kyonin | Ago 9, 2018 | Budismo, Vida, Zen

Uno de los temas candentes para la sociedad siempre ha sido el aborto. Todo mundo tiene opiniones tan fuertes, que generan división y odio. A la mitad de 2018 parecería que hay más intercambios de juicios que nunca. No creo que sea coincidencia que varias personas me hayan escrito con la misma pregunta esta semana:
¿Qué opina el budismo sobre el aborto?
Antes de hablar sobre la postura del Zen, hay que mencionar que tradicionalmente el aborto estaba mal visto en el budismo en general.
En el Canon Pali (las supuestas enseñanzas intactas de Shakyamuni Buda, preservadas por los monjes Theravada), la interrupción del embarazo era condenada.
En el Vinaya, las reglas de conducta para los monjes dejadas por Shakya-sama, se prohíbe estrictamente que los monjes ayuden o ejecuten abortos.
Para el recién llegado al budismo, parecería que la postura oficial sería un rotundo NO al aborto. Pero ambas ideas mencionadas tienen quizá más de 2,000 años de antigüedad. Fueron dejadas para otras culturas, en otro tiempo y en otras circunstancias. En un mundo en el que los niños morían de gripe, infecciones de dientes y simples fiebres; en donde la expectativa de vida era hasta los 45 o 50 años; la humanidad dependía de fabricar la mayor cantidad de bebés posibles para garantizar la continuidad de la especie.
Hace 2,000 años, en las sociedades asiáticas el machismo y las divisiones de castas era mucho peor de lo que son ahora. Los hombres imponían su juicio de acuerdo a rango social, disminuyendo la presencia y campo de acción de la mujer.
Me parecería que lo anterior también aplica para las ideas anti-aborto de las religiones abrahámicas, pero no sé en realidad. No soy experto en ellas.
Ahora, es cierto que en el budismo vivimos para cuidar la vida en todos los aspectos, pero también es cierto que los practicantes deben tener criterio suficiente para no caer en el fundamentalismo y hacer lo posible para conservar los Preceptos; al mismo tiempo que se debe jugar con las reglas de la sociedad. El mismo Buda adaptaba el Dharma de acuerdo a la persona que lo recibía. El practicante de budismo necesita entender esto para que el Dharma siga adelante.
En los libros y textos budistas clásicos, casi todas las posturas budistas sobre el aborto que podemos encontrar, son arcaicas, han envejecido muy mal. Tienen un gran valor histórico para el estudioso, pero no pueden ser aplicadas a las sociedades contemporáneas; y mucho menos a las culturas occidentales.
Tomando todo lo anterior en cuenta, al día de hoy, en pleno 2018, la postura budista es diferente. Más aún la postura del Zen.
El aborto desde el punto de vista del Budismo Zen
Hay que considerar los siguientes puntos de la práctica Zen:
- Miramos el asunto como especie, dejando de lado las opiniones personales y el ego.
- Desechamos todo tipo de ética y moral abrahámicas. La historia demuestra que no funcionan.
- Vivimos por el camino del Bodhisattva: ayudamos a todos los seres vivos a salir del sufrimiento.
- Entendemos que el Dharma ha sobrevivido al paso de los años y ha sido transportado a tantas culturas, gracias a su enorme capacidad de adaptación.
- Estos son tiempos en los que luchamos por que la equidad, el respeto y la cordura se mantengan. A la paz se llega por medio de la Gratitud, Compasión y Generosidad.
- No hay tal cosa como «hombres y mujeres». Todos somos personas bajo los mismos derechos y condiciones. Nadie es superior a nadie.
- Entendemos que las opiniones están fundamentadas en autoengaño y fantasías. Son ficción pura. Entonces, nadie puede forzar a una sociedad a que su opinión sea «oficial». ¿Cómo se puede forzar algo ficticio?
- Los tiempos de fabricar bebés en masa han quedado atrás. Necesitamos ser menos personas, no lo contrario.
En Japón muchos templos budistas prestan apoyo espiritual a la mujer que necesita abortar. Por parte de los monjes no hay juicio, preguntas, críticas o comentario alguno; simplemente se ayuda. Y es que en Japón el aborto es permitido legalmente en si éste pone en riesgo la salud de la madre y el feto; si la madre no tiene los medios económicos; y (aunque aún no está en sus leyes) como método anticonceptivo.
La figura del Bodhisattva Jizo es usada en los templos para dar confort y guía a la mujer.
Entonces, el practicante de Zen guarda silencio y suelta el ego. Manda las opiniones personales, juicios y legislaciones a la basura. No cuestiona, solo acepta. La única persona que tiene capacidad y libertad de decisión es la mujer. Todo lo que se salga de este concepto es solo un estorbo para la sociedad.
Nuestro papel como practicantes del Dharma es callar, ayudar y dar apoyo espiritual a todos los seres.
por Kyonin | Jul 20, 2018 | Budismo, Vida, Zen

El otro día pasé por un maizal.
El campo pintaba ese momento de color verde por las hojas que se nutrían de sol. La humedad de la tierra sostenía los tallos con firmeza y, al mismo tiempo contaban la historia de millones de seres que dieron su vida para que la vida siga adelante.
Cada grano de maíz en crecimiento anunciaban infinitas posibilidades para construir presentes y para nutrir otros seres; que nutren a otros seres.
Este campo es el punto más alto de la evolución de todos los universos, en un instante que ahora es solo recuerdo.
Mi silencio fue roto por un agradecido llanto.
A veces es verano.
–
Caligrafía de Lore.
por Kyonin | Jul 18, 2018 | Budismo, Vida

Hace unas semanas el mundo contenía la respiración y estaba al filo del ataque nervioso. No se sabía si el equipo deportivo Los Jabalíes Salvajes y su maestro, atrapados en una gruta de Tailandia, sobreviviría al encierro o si estarían en condiciones de soportar el tiempo que tardaría el rescate.
Cuando uno de los equipos de socorro llegó hasta ellos tomó una foto que ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en un icono de la práctica de meditación. Los niños mantuvieron la calma ante el encierro, resistieron la falta de aire y el hambre gracias a que su maestro Ekapol Chanthawong, monje budista Theravada, les había enseñado a meditar.
Los medios de difusión explotaron la imagen y la idea. ¡Niños meditando! Y una avalancha de artículos, videos y opiniones sobre meditación y mindfulness inundaron las redes sociales.
Finalmente los 12 jóvenes fueron rescatados gracias a la coordinación de autoridades locales y voluntarios internacionales. Parecería ser que todo está bien con ellos y hay un final feliz, lo que resulta refrescante para el mundo.
Seguí la noticia con interés porque, claro, mi corazón y pensamientos estuvieron con los Jabalíes Salvajes. Además no todos los días un compañero monje llega a los titulares. Me resultó muy curioso cómo los reportajes hablaban solo de meditar como medicina mágica para estar en paz; además de que hacían hincapié en los beneficios encontrados por la ciencia.
Con el paso de los días la frase meditación budista comenzó a ser utilizada también. A manera de colofón a la historia, algunos sitios tuvieron a bien explicar un poco sobre budismo y hasta ahí llegó todo.
Me parece que hablar de meditación y sus beneficios es importante porque el mundo occidental está entendiendo, luego de siglos de infelicidad y sufrimiento, que la salida siempre es por adentro. Hay que contemplar nuestro interior para poder comenzar a construir en el exterior del ser.
Pero mi crítica, y de lo que hablo siempre que me preguntan sobre mindfulness, es que es una práctica vacía que puede ser peligrosa. Mindfulness es el resultado de un proceso de mercadotecnia estadounidense que elimina de tajo lo que hace funcionar a la meditación budista: ética, moral, espiritualidad y todo el fundamento filosófico que nos han dejado los maestros a lo largo de milenios de tradición.
¿Por qué digo que el Mindfulness puede ser peligroso? Justo porque ha borrado las enseñanzas de compasión dejadas por el Buda y se promociona como una píldora mágica contra el estrés. En las empresas se enseña para que los jefes puedan explotar a los empleados sin remordimiento alguno. Los empleados aprenden mindfulness para estar en calma ante el estrés y seguir siendo explotados. Los soldados de algunos países hacen mindfulness antes de ir a matar al enemigo.
Las apps para móviles convierten el mindfulness en un videojuego donde compites con tus amigos, ganando estrellitas y trofeos que puedes presumir a los demás. Déjenme repetir esta palabra digna de cuento de terror: compites. Perdón, pero la competencia y la vanidad son ideas que incompatibles con la verdadera meditación.
Sí, sin duda el mindfulness es un ejercicio para estar tranquilos. Pero no sirve de nada sin las enseñanzas del Buda que lo respalden.
Lo que Ekapol Chanthawong enseñó a los chicos no fue solo meditación. Meditar fue el complemento para una enseñanza más profunda sobre aceptación, compasión y amor benevolente. Ekapol transmitió el Buddhadharma a los niños, para después encontrar sentido a su meditación. Sin estos valores, los niños hubieran estado al borde de la locura y quizá no hubieran salido con vida.
Las enseñanzas del Buda han demostrado funcionar a través de milenios. Si ya practicas mindfulness, te invito a tomar un libro sobre budismo para que aprendas un poco más. O también puedes acudir a un centro budista en tu ciudad. Siempre hay personas lindas dispuestas a ayudar.
por Kyonin | Jul 2, 2018 | Activismo, Budismo, Vida, Zen

Nota: Antes de leer esta entrada, por favor lee esto.
No importa en qué país del mundo estés, la época histórica o cultura a la que pertenezcas; los procesos electorales siempre causan división, angustia y son generadores de odio por excelencia. Todo ello se traduce en sufrimiento, materia en la que ganamos todas las apuestas y concursos.
Los humanos somos unos genios cuando se trata de sufrir por cuestiones políticas porque la mente crea angustia, comparaciones con otras naciones y culturas, hay miedo a lo desconocido, pero por encima de todas las cosas, el ego sale desbocado a crear caos. Pensamos linduras del estilo de:
¡Cómo es posible que haya ganado las elecciones esa persona! ¡Si tan sólo los demás pensaran como YO! ¡Estos resultados ME afectan directamente! ¡La vida nunca será igual! ¡Malditos ignorantes! ¡Es lo peor que ME puede pasar! ¡Mejor me voy a otro país! ¡Todo va a explotar!
Creamos todo tipo de escenarios en la mente en los que somos las víctimas más grandes. La realidad absoluta es que no tienes la más remota idea de lo que pasará. Ni siquiera tienes certeza de que llegarás a ver el sol mañana. Pero la imaginación se pone activa disparando pensamientos fuera de control.
Y claro, también pensamos cosas como:
¡Lo sabía! ¡MI político es el mejor! ¡Ahora sí ME irá mejor! ¡Voy a poder hacer X que ME beneficia! ¡YO tenía la razón! ¡Tendré el país que YO merezco… ah, y mis hijos también!
La imaginación crea todo tipo de fantasías y justificaciones para hacerte sentir con la razón y justificado. Esto te ciega a todo tipo de discusiones y fortalece tu ego.
Cualquiera que se el caso, ego se desborda, la angustia y la inteligencia se cancela. Diseccionamos la vida para solo tomar los fragmentos que nos convienen, pero en ese proceso el odio nos quema para convertirnos en personas peligrosas. Causamos sufrimiento, división y somos víctimas de nuestro discurso mental.
Fallamos en política una y otra vez, a lo largo de las eras, porque tenemos esta mente obtusa que piensa solo en el YO. Los políticos piensan en su YO, tú piensas en tu YO… y nadie ve más allá de su propia ignorancia.
Pero te tengo una muy mala noticia. Elegir un gobernante no se trata de ti, tus intereses personales, de tu negocio, de tu futuro, tu beneficio o tus caprichos «informados». Tampoco se trata de tu país.
Se trata de la Vida, así con V mayúscula. Se trata de entender que la política es tan sólo un aspecto minúsculo de la existencia humana. Es tan solo una parte insignificante de lo que somos (spoiler: solo somos un animal más caminando por el planeta).
La angustia nos invade cuando ignoramos la Vida y solo pensamos en uno mismo.
¿Cuál es la medicina para la angustia política? Poner de lado el ego por un momento. Pensar en la Vida en su totalidad, en cómo los seres vivos siempre se benefician de las cosas, independientemente de opiniones personales.
La Vida es un sistema virtuoso que aprende y se mejora a sí mismo, va más allá de lo que percibimos con los sentidos. Tus acciones o falta de ellas, todo afecta a la vida. Esto es la Ley de Causa y Efecto, por la que vivimos en el Budismo Zen.
Los sentimientos de miedo y angustia se extinguen cuando adoptas la compasión como eje rector de tu existencia. La angustia política se va cuando participas el destino de la vida y aportas a ella con tus actos. Hay que entender que la Vida no existe para cumplir tus caprichos, sino que es todo lo contrario. Tú estás para aportar a la vida.
Mil políticos jamás superarán tu servicio para todos los seres que te rodean. Un millón de constituciones jamás estarán por encima de la bondad.
Cambiar el destino de una nación, de la cultura humana, nunca ha estado en manos de político alguno. Está en educarnos, en enseñar Gratitud, Compasión y Generosidad a los jóvenes para que sean ellos los políticos compasivos que tanta falta nos hace.
Pero eso no pasará si sigues esparciendo odio y pensando que tienes la razón. No la tienes. Lo único que tienes es este instante para servir a la Vida.
por Kyonin | Jun 19, 2018 | Budismo, Vida, Zen

A lo largo de la historia de Asia, el budismo formó parte importante de la cultura y educación de políticos y gobernantes. Shakyamuni Buda constantemente hablaba con ricos y gobernantes, enseñandoles el dharma. Algunos de ellos formaron parte del primer grupo de monjes budistas bajo el manto del mismo Shakya-sama.
En la antigua China los emperadores hacían que monjes de varias religiones se integraran al consejo gubernamental, pues tenían que tomar en cuenta todas las filosofías de la sociedad. El budismo estaba presente en los gobiernos, muchas veces tan sólo para pedir protección oficial para los templos.
Así fue por siglos, hasta que la escuela Caodong (Soto, en japonés) apareció.
En el libro Hokyo-ki (escrito entre los años 1223 y 1227), en el que Dogen Zenji plasma sus recuerdos de las enseñanzas de su maestro Rujing, encontramos el siguiente diálogo:
Yo [Dogen] pregunté: —Cuando nosotros estudiantes practicamos la Vía, ¿cómo se debe cultivar la mente en la vorágine de la vida cotidiana; mientras caminamos, nos sentamos, nos ponemos de pie o nos acostamos?”
Riujing dijo: —Cuando Bodhidharma llegó de India, el cuerpo del buddhadharma entró a China. Aquí hay algunas cosas a las que debes poner atención cuando estudias el dharma: [come alimentos saludables, sé moderado en todo, viaja poco, no entres en discusiones, sé meticuloso con tu higiene personal]… y no te hagas amigo de reyes o políticos.
Para Master Riujin estas personas eran peligrosas debido a su hambre de poder, avaricia y eterna búsqueda por el control. Entendía que eran seductoras y que tendían a corromper a los demás por medio de riqueza, promesas y favores. Para un estudiante del dharma, esto es veneno puro.
Esa última regla definió la postura del Budismo Zen japonés y su relación con los políticos, autoridades y gobernantes en general hasta el día de hoy.
Dogen pudo entender que los políticos y gobernantes son un mal necesario. Son personajes potencialmente peligrosos con quienes hay que convivir de manera amable, pero guardando la mayor distancia posible.
La postura Zen contemporánea
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el Zen japonés comenzó a tomar una postura activa en la vida democrática, sin detener la crítica tradicional hacia los políticos y sin acercarse demasiado a ellos. Por supuesto esto no ha sido una regla general. También ha habido maestros como el controversial Sasaki Roshi, quien fué muy activo en la política japonesa.
Sin embargo, los monjes, siendo ciudadanos también, comenzaron a acudir a votar y a participar en campañas activistas pacíficas.
Partiendo del hecho de que no hay político limpio ni honesto, de que quien sea electo siempre es mal gobernante; la directiva era y es votar por el político que más útil sea a la vida.
Más allá de partidos políticos o banderas, de opiniones e intereses personales; dejando de lado escándalos de corrupción o rumores; en la práctica Zen votamos por quien aporte más a la vida en su totalidad. También no votar es una postura común y útil en la óptica del Budismo Zen.
Entendemos que aún los políticos y criminales son seres que aunque causen daño, la humanidad sigue adelante y el progreso llega. Aún a pesar de los políticos mismos, porque para aferrarse al poder y robar recursos del pueblo, necesitan construir infraestructura, alimentar, educar y hacer lo mínimo indispensable para que la población siga adelante.
Gane quien gane, al final de cuentas la vida aprende y se mejora a sí misma. Es normal no ver esto porque pensamos a corto plazo y de forma personal, no como especie completa. No vemos lo que tenemos porque nos abrazamos a la ira de la conversación y al miedo que propagan los medios de difusión. Pero si te detienes a pensar un poco, estás leyendo estas líneas gracias a la infraestructura nacional que los políticos pusieron en tu país. Estás leyendo estos signos gracias a un sistema de educación establecido por políticos y al que tuviste acceso.
De ninguna manera estoy diciendo que tengamos que rendirnos y sucumbir a la corrupción y al odio. Hay que hacer lo posible porque las próximas generaciones de políticos sean personas más humanas y compasivas. Hay mucho trabajo por delante y en la práctica Zen no nos detenemos. Aprendemos, educamos a los demás y nos movemos un paso a la vez para que la vida siga adelante.
Es solo que el Budismo Zen nos pone justo en medio de la política, la retórica, el miedo y nuestras propias opiniones. Sabemos que esta es la naturaleza humana, miramos lo que hay y lo agradecemos, estamos en paz con ello, pero al mismo tiempo continuamos por la Vía del Bodhisattva.
Al final de cuentas una civilización no la construyen los gobernantes. Somos los pequeños e insignificantes los que hacemos que la vida siga funcionando, un acto de compasión y generosidad a la vez.