El hueco y angustia existenciales que nacen del culto a lo material ha producido cientos de problemas en todas las sociedades occidentales. Aunque parece que lo tenemos todo, la felicidad está cada vez más lejos. Estamos más estresados, deprimidos y angustiados que nunca.

En los últimos años hemos estado estudiando científicamente esa parte de nuestro ser que había estado sin atender por siglos. Ahora buscamos entender y racionalizar conceptos de los que antes nos burlábamos como la felicidad, el altruismo y la compasión. Lo que are signo de debilidad, ahora es “algo” que necesita regresar, paradójicamente, para hacernos más productivos y explotables.

Hace algunos 2,500 años, el Buda cambió lo material por el cultivo del bien. Aunque no tenía las ciencias ni conocimiento que ahora disfrutamos, él impulsaba a sus seguidores a actuar siempre por el beneficio de los demás. Y es que el altruismo y la compasión funcionan. Así de simple.

No es necesario seccionar la bondad en fragmentos para estudiarla. ¿Por qué mejor no ser bondadoso y ya?

Pensar, hablar y actuar con una mente compasiva y bondadosa no es signo de debilidad, sino de valentía y fortaleza. Como decimos en México, se necesitan muchos calzones para tener la dignidad y el honor de servir a los demás.

El cultivo del bien es el resultado de entender la Ley de Causa y Efecto, así como las conexiones sutiles que unen nuestro interior con el universo. “Si todo lo que hago crea consecuencias, ¿no es mejor hacer cosas benevolentes?”. Hacer el bien se traduce en la destrucción de la ilusión del YO.

Así como la maldad crea caos y víctimas, actuar con bondad hace que la vida a nuestro alrededor siga adelante. Se crean nexos, altruismo y cariño que trascienden las palabras y las explicaciones.

La bondad y la amabilidad funcionan. Nos llenan de paz y alegría que duran, en contraste con las cosas materiales que solo nos generan un estado de euforia que se extingue rápido, porque el deseo y la avaricia jamás paran.

Muchas personas me preguntan cómo empezar a practicar bondad. Sin duda leer el Buddhadharma es un gran primer paso, pero es a la hora del rock’n’roll (a la hora de la verdad) en tu vida cotidiana, que tus actos mantienen vivo al Buda y a Avalokiteshvara.

Encima de todo, ¡se siente bien ser buena persona! Cultivar el bien deslava tu tristeza, angustia y estrés; hasta el punto de desaparecerlas. Te da dignidad y honor. Te vuelve una persona confiable, divertida, entera e íntegra. Mejor que cualquier droga.

Así que comienza por agradecer lo que tienes, que se lo debes a incontables vidas, seres y esfuerzos, en todos los tiempos.

Sé amable.

No juzgues ni critiques.

Guarda silencio y ayuda.

Sonríe más.

 

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