¿De qué sirve discutir sobre las experiencias fuera de lo común durante meditación?
Mira a la luna creciente: es solo una ceja colgada del cielo.
Aun si usaras el mar como tinta y la montaña como pincel,
es imposible poner en letras los pensamientos en mi corazón.
Mis ojos vieron lo que es Zazen
cuando la luna del bosque se asomó por mi ventana.
Entonces supe que nuestra verdadera naturaleza está más allá de las palabras.
Entonces, ¿por qué razón habré leído las incontables páginas del Sutra de la Guirnalda?

Gran Maestro Cheongheodang (1520–1604)

A diferencia de otras escuelas de budismo, en Soto Zen no nos perdemos en las experiencias místicas. Aunque son hermosas, a menudo nos distraen del punto medular de la práctica: servir a los seres sintientes para que estén plenos y en tranquilidad.

En este poema clásico del Seon (budismo coreano), el Gran Maestro Cheongheodang nos recuerda que ni siquiera leer un sutra es tan importante como la práctica de Zazen. ¿De qué sirve saber mil datos, si no somos capaces de sentarnos inmóviles por 10 minutos? ¿De qué sirve haber visto todas las charlas dharma en YouTube, si no podemos siquiera sonreír a un extraño para aligerar su día?

Nuestra verdadera naturaleza no son los logros ni los títulos. Somos silencio y compasión.