Despierto o dormido
en una choza de pasto
lo que anhelo es
ayudar a cruzar a otros
antes que a mí.

Aunque este ser ignorante
nunca se convierta en un buda,
prometo ayudar a los demás
a cruzar al otro lado,
porque soy un monje.

¡Qué grandeza!
Al estudiar las viejas enseñanzas
de los Siete Budas,
pasas más allá
de los seis reinos.

Dogen tenía un gusto particular por la poesía y el manejo de la palabra como medio de expresión artística. Esto lo refleja en sus poemas, pero también su amor por el Buda.

En este juego de tres poemas, el Maestro nos recuerda su compromiso por ayudar a todos los seres vivos, sin importarle su propio beneficio.

Son tres textos cortos, que nos pueden ayudar a definir en rumbo de nuestra práctica.

Para nosotros en el Zen, el beneficio personal no significa nada. Nuestra felicidad llega cuando los seres que nos rodean están seguros, alimentados, amados y capaces de desarrollar todo su potencial de budas.

Esa es la razón de existir del Budismo Zen.