Un compañero de Grupo Zen Ryokan nos comparte este poema.

Es una reflexión sobre la vía del Zen, que busca liberarse de la insatisfactoriedad causada por el apego, la ilusión y la dualidad de nuestra mente de simio.

¿Hasta dónde estamos dispuestos a retar lo convencional para permitir que la Triple Gema nos libere?

En busca de budeidad, emprendemos el camino
Sin importar un comino qué diga la sociedad,
que divide entre bondad, maldad, lo lindo y lo feo,
Que te promete trofeos si es que aceptas sus designios
y te atrapa como a un niño en su red de dualidad.

Buscando la libertad que da la Iluminación
con mente y con corazón persiguiendo el Despertar
intentando desatar la mente de sus prejuicios,
de evaluaciones y juicios, de apegos y de aversiones,
he llegado a conclusiones que no pensaba encontrar:

Hay que entender sin pensar, no buscar nunca razones,
fluir como los monzones y las corrientes del mar.
Aceptar la realidad tal cual es, sin cuestionarla
A la vida, respetarla en todas sus expresiones
desprenderse de pasiones y de la parcialidad.

No hay nada a que apegarse, ni que merezca sufrir,
No hay metas que perseguir, ni ideas a las que atarse.
Lo que pueda imaginarse no existe en la realidad,
En honor a la verdad, todo está en impermanencia,
Los sentidos, la conciencia, el amor y la amistad.

No sufrir por el pasado porque ya no existe más,
Y el futuro que esperás, es ilusión de la mente,
No te guíes por la gente que vive en la oscuridad,
que de ellas hay cantidad, y que buscan lo evidente.
La vida se vive en presente. Meditá y no pienses más.

-Shindo Leyton