El post anterior fue la tercera parte de la serie Instrucciones de Bodhidharma, en donde el Maestro nos dice que para entrar a la práctica del Dharma hay que vivir la injusticia. Creo que hablar de justicia e injusticia es importante, así que haremos una pequeña pausa para hablar de ello antes de seguir con la serie. Además una compañera de nuestro Grupo Zen Ryokan hizo algunas de preguntas importantes que responderé aquí.
¿Te has preguntado porqué los sistemas de justicia de occidente no funcionan? ¿Te has preguntado porqué el crimen no se detiene, porqué los políticos corruptos continúan, porqué la violencia y el abuso prevalecen?
A menos que seas abogado, la palabra justicia no la usamos de manera cotidiana. La recordamos solo si algo no sale como queremos o cuando alguien nos agrede. Si somos víctimas de alguna situación difícil, entonces salimos a la calle y gritamos ¡justicia! ¡Queremos que los daños sean reparados y que el culpable sea destruido! Pero si te detienes a analizar esta conducta que todos tenemos, lo que pedimos con desesperación no es justicia, sino venganza.
En casi todos los países el orden se mantiene con un conjunto de normas a seguir y un complejo sistema de venganza, que se ejecuta para crear ejemplos de lo que pasa si la población no cumple con las normas.
Para el budismo, y más para el Zen, esto es muy grave. La venganza solo crea un gran sistema de sufrimiento para todos los seres vivos, en donde el odio se alimenta con cada venganza y el resentimiento crece sin control. Las poblaciones se comportan y se controlan por miedo a la venganza del gobierno, pero no por un interés genuino de compasión y empatía para todos.
Para el Buda la verdadera justicia viene cuando una población trabaja de la mano con el gobernante; y se crean condiciones de equidad, felicidad y seguridad no solo para humanos, sino para todos los seres vivos que también forman parte de una nación. Si un pueblo sigue el Buddhadharma y vive por los Preceptos, la paz y la ecuanimidad florecerán sin fin. La venganza no puede ser jamás parte de las bases de ninguna sociedad.
Pero Chocobuda… ¡eso nunca se va a lograr! Mi gobierno es el más corrupto de los corruptos / el crimen de mi zona es el peor del mundo / nos están matando / la violencia-corrupción jamás había estado así / inserte cualquier otra queja o dolor social aquí.
Sí, es completamente posible. Lo hemos logrado en otros tiempos y en otras naciones. Es cuestión de comenzar.
Shakyamuni dejó amplias enseñanzas para que todos estemos libres de sufrimiento, pero también dejó instrucciones precisas para que los gobernantes se condujeran con ética y para el beneficio de todos los seres. En el Cakkavatti Sutta, el Buda nos dice:
¿Cuál es el deber de un noble emperador? Apegarse al Dharma para honrarlo, reverenciarlo y resguardarlo. Se debe vivir por el Dharma para proteger la casa, las tropas, a los nobles, a los vasallos, a los monjes, a los dueños de propiedades, a los ciudadanos de la ciudad y el campo, a los ascetas, a los religiosos, a las bestias y a las aves. No dejes que ningún crimen prevalezca en tu reino y da tierra a quienes la necesiten.
En el Budismo Zen sabemos y vivimos por lo anterior. Entendemos que el Dharma es la mejor manera de vivir en justicia como la marcó el Buda; pero además entendemos que la moderación, disciplina y auto-regulación son esenciales para la salud de cualquier sociedad progrese. ¿Cómo llegar a transformar la sociedad y los sistemas de justicia? Como adultos debemos estudiar y practicar el Buddhadharma. Y al mismo tiempo hay que enseñar a los más jóvenes que la Gratitud, Compasión y Generosidad son absolutamente necesarios para la vida.
Con todo esto dicho, nuestra compañera del Grupo Zen Ryokan pregunta:
¿Cómo distingues cuando una experiencia es real o injusta? Todas las situaciones de la vida son reales porque están sucediendo. Pero es injusta cuando alguien guiado por los Tres Venenos, crea dukkha. El punto fino es que el practicante de Zen debe estar alerta a los pensamientos para no emitir juicio alguno y no dejar que los sentimientos lo controlen. Si nos mantenemos ecuánimes ante la adversidad y el abuso, será más fácil llegar a resoluciones pacíficas.
¿Cómo la despojas de percepción? Zazen 🙂
¿Cuando uno se pregunta porqué a forma de reclamo, es drama? Buscar respuestas a preguntas de la vida es parte de nuestra naturaleza humana. Podemos buscar una razón para entender y hacer que los sucesos no se repitan. Pero todo ello se convierte en drama cuando dejamos que la mente agregue historias.
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En la entrega anterior de nuestro estudio del Esquema de la Práctica, por Bodhidharma, vimos que hay una forma intelectual para acercarse al budismo, pero Bodhidharma también nos dice que la práctica es la otra manera. Ésta se refiere a nuestros pensamientos, palabras y acciones en la vida cotidiana, lo que implica entender varios aspectos que interactúan entre sí.
El acercamiento con la práctica no se puede llevar a cabo sin haber iniciado un proceso intelectual previo. Sin conocer las bases del Buddhadharma, uno sería como un hombre de las cavernas que tuviera un automóvil justo en frente de él; sabría que hay un objeto ahí, pero desconoce su utilidad y potencial. Sería un objeto más en el universo.
¿Cuál sería una buena base para iniciar la práctica como la plantea Bodhidharma? Saber de forma básica que el Buda nos dejó las Cuatro Nobles Verdades, el Noble Camino Óctuple y la enseñanza de Anatta (Todo carece de identidad independiente o propia). Si leemos un poco al respecto, entonces los dos siguientes párrafos del Esquema de la Práctica comienzan a tener sentido:
Entrar a través de la práctica se refiere a las cuatro prácticas todas inclusivas o que se contienen unas a las otras: sufrir la injusticia; adaptarse a las condiciones; buscar nada; y practicar el Dharma.
La primera: sufrir la injusticia. Cuando aquellos que buscan por el Camino encuentran la adversidad, deberán pensar para ellos mismos, “En tiempos incontables que han pasado, me he dirigido de lo esencial a lo trivial y vagué a través de todas las formas de existencia, frecuentemente colérico sin causa y culpable de innumerables transgresiones. Ahora, aunque no hago mal, estoy castigado por mi pasado. Ni los dioses ni los hombres pueden prever cuando una acción mala tendrá fruto. Lo acepto con un corazón abierto y sin protestar de la injusticia”. Los sutras dicen, “Cuando te encuentras con la adversidad no te enojes, porque tiene sentido.” Con tal entendimiento estás en armonía con la razón. Y a través de sufrir la injusticia entras en el Camino.
Como buenos occidentales, nuestras prioridades más grandes son la comodidad y la acumulación. Nos educaron y educamos a nuestros hijos para procurar la euforia, el júbilo, el apego y la complacencia del ego, evitando al máximo lo desagradable o lo que no cumple expectativas. Esta es la raíz de muchos problemas que nos lleva a huecos existenciales fuertes, porque no tenemos elementos ni parámetros para enfrentar los desafíos naturales de la vida como la impermanencia o los cambios.
Para Bodhidharma, sufrir la injusticia no implica bajar la cabeza en resignación; sino vivir plenamente la adversidad. No es que uno deba buscar lo desagradable, sino que debemos mantener la paz y la ecuanimidad ante las dificultades.
El ego fuera de control es el que nos hace pasar por encima de los demás para cubrir nuestros caprichos, sin pensar en las consecuencias. Estamos dispuestos a todo con tal de conseguir más comodidad o tener más cosas, pero cuando recibimos nuestra taza de nuestro propio karma fresco y humeante, no nos gusta y sufrimos mucho. Es cuando nace la queja, la amargura y la angustia.
Por eso, entender que uno es la consecuencia de las decisiones hechas es tan importante para el estudiante de budismo. Somos lo que hemos dicho/comido/comprado/estudiado. Somos el resultado de cómo tratamos a otros seres vivos.
Bodhidharma nos recuerda todo esto y nos impulsa a aceptar la adversidad con el corazón amplio y abierto. No rechazamos aquello que no nos gusta, sino que lo abrazamos porque es parte de la vida. Las despedidas, la muerte, la enfermedad, la falta de dinero, el crimen, el vómito… ¡todo lo desagradable viene en el mismo paquete llamado vida!
Este universo no tiene un plan maquiavélico en nuestra contra. Solo hace lo que todos los universos hacen y debería ser nuestra prioridad entenderlo para no vivir en dukkha (sufrimiento, insatisfacción).
Daruma-sama nos dice que navegar la injusticia (todo aquello no es grato), sin rechazo y sin opiniones, es entrar en el Camino.
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Regresamos a la CDMX para otra ceremonia de Zazenkai. Esta ocasión nos reunimos en verano para refrescarnos con un poco de silencio y dharma.
La práctica de Zazenkai (meditamos juntos) es la actividad social tradicional del Budismo Soto Zen. La sangha se reúne para practicar y compartir en un ambiente seguro lleno de amistad y compasión.
Es una jornada que se centra en la ceremonia, zazen y silencio. Recitamos el Sutra del Corazón y también practicamos Metta Bhavana. Con estas acciones, fomentamos nuestro compromiso como estudiantes de Zen y generamos benevolencia y paz para todos los seres sintientes.
El Grupo Zen Ryokan te invita a nuestro segundo Zazenkai en CDMX.
Bodhidharma, versión india de la película 7Aum Arivu.
Una de las dudas más comunes que todos tenemos es, ¿cómo debo comenzar a practicar budismo?.
En estos tiempos donde no cuestionamos los videos de YouTube y los artículos en Facebook, es necesario detenerse a pensar qué demonios estamos haciendo para nuestra práctica espiritual. Muchos se detienen solo en los videos, pero otros saben que hay profundidad y sutileza en las Enseñanzas del Buda. Son tan enigmáticas y difíciles de entender al principio, que buscan algún centro budista para dar inicio en su Vía.
En el texto Esquema de la Práctica, el Maestro Daruma-sama (su nombre en japonés) nos explica que para comenzar una vida de Budismo Zen, hay dos caminos; la razón y la práctica:
Hay muchas vías que nos llevan al Camino, pero básicamente se pueden resumir en dos: la razón y la práctica.
Entrar por la razón significa comprender profundamente la esencia a través de la instrucción, y creer que todas las cosas vivientes comparten la misma naturaleza verdadera; la cual no es aparente porque está cubierta por la estímulos sensoriales y la ilusión o la mentira. Aquellos que retornan de la ilusión a la realidad, que meditan contemplando una pared, en la ausencia del yo y el otro, en la unidad del mortal y del sabio, y quienes permanecen inmóviles incluso por las escrituras, están de acuerdo total e indiscutiblemente con la razón. Sin moverse, sin esfuerzo, ellos entran, diríamos, a través de la razón.
Para el Maestro, la palabra razón es un poco diferente a como la conocemos en occidente. Esto es debido a la traducción hecha por el Maestro Red Pine, quien adaptó este discurso para que los occidentales pudiéramos comprender.
En el contexto de Bodhidharma, la razón es la vía del intelecto, la disciplina y el caminar de la mano de un maestro. ¡Todo al mismo tiempo! Es cierto que hay que leer muchos libros, documentos, mirar videos y escuchar podcasts para ir conociendo un poco del Buddhadharma, pero es hasta que estás bajo la instrucción de un maestro, que comienzas a comprender lo que has absorbido.
Y es que en el Budismo Zen, el papel del Maestro no es ser un templo de autoridad. Tampoco es un dios viviente. De hecho, es bueno cuestionar y retar al maestro… que con toda seguridad te pateará el trasero. En el Soto Zen vemos al Maestro como un compañero más que camina contigo, te cuestiona, te enseña, te sanciona y es duro cuando hay que ser duros. Pero también el Maestro entiende que la autoridad y el respeto se ganan viviendo por los Preceptos y en servicio de los demás. Es así como el Maestro es la inspiración para el estudiante.
El Maestro te enseñará qué hacer con el cúmulo de conocimientos que has amasado y te admitirá en su sangha, donde todos practican Shikantaza Zazen juntos.
Esa es la otra parte de la Vía de la Razón: la práctica de Zazen jamás es negociable. Nos sentamos en el zafu al menos una vez al día por 20 minutos o más. No esperamos nada de esto porque Zazen no sirve para nada en absoluto. De hecho es aburrido y molesto. Justo por eso lo hacemos. Gracias a esta práctica del silencio, mirando la pared y sin mover el cuerpo, es que el ego se deslava poco a poco. Trasciendes las palabras que has absorbido y un día, antes de que te des cuenta, todo comienza a hacer sentido. Se puede comprobar que la vida está unida por hilos muy finos y se requiere de una mente en paz y ecuánime para experimentarlo.
Suena como algo muy difícil de lograr, pero es así como funcionan casi todas las escuelas del Budismo Mahayana. El Zen no es la excepción. Lo hacemos solo un paso a la vez, un instante a la vez.
Bodhidharma nos inspira con su dedicación y su sabiduría.
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Bodhidharma fue un monje budista tan legendario y rudo, que hay muchísimas historias que giran a su alrededor. Nació en la India en el siglo V o VI de nuestra era. Aunque resulte difícil de creer, gracias a él la civilización humana es lo que es al día de hoy. Le debemos mucho, y si practicas budismo, le debes aún más. Como muestra de su importancia podríamos mencionar algunas cosillas como…
¿Te gusta el té? Bodhidharma fue el que llevó las primeras hojas de té a China, donde la bebida se popularizó y se convirtió en un fenómeno social debido a sus propiedades medicinales y relajantes.
¿Usas alguna app para meditar? Bodhidharma llevó la práctica de la meditación a China, donde los monjes budistas, taoistas y de otras religiones la adoptaron como práctica regular. Siglos después la meditación se propagaría por la Ruta de la Seda, hasta llegar a occidente.
¿Disfrutas las películas de acción y artes marciales? Bodhidharma era tan increíble y rudo, que inventó el Kung-Fu para que los monjes de los monasterios pudieran cuidar su salud y defenderse de los forajidos.
¿Crees que eres la ostia por meditar 10 minutos con tu app? Se dice que Bodhidharma pasó 9 años en Zazen, sin moverse y encerrado en una cueva. Por si fuera poco, cortó sus párpados para mantenerse eternamente despierto y no caer en las trampas de la mente. Por supuesto que esto es un cuento chino, pero de todas formas nos da idea de qué tan dedicado era el personaje real.
Para el Budismo Zen, Bodhidharma es símbolo de una práctica perfecta, de un gran maestro que no dudaba en compartir su sabiduría. Él es nuestro Primer Patriarca de la tradición Zen. Aunque hay muchos mitos y es difícil comprobar muchas de las historias, sus enseñanzas trascienden el tiempo y el espacio; ya que siguen siendo relevantes en nuestros días y cultura.
Por todo lo anterior y más, hoy iniciamos la serie Instrucciones de Bodhidharma. Estudiaremos el texto Esquema de la Práctica.
Para los que ya practican Zen, es una enseñanza en la que el Maestro nos recuerda que debemos regresar a lo elemental: Zazen.
Para los recién llegados al Zen, Bodhidharma nos indica que hay dos maneras de entrar al Zen; estas son la Vía de la Razón y la Vía de la Práctica.
Así que hoy comparto con ustedes el texto completo. En las siguientes semanas discutiremos el contenido, además de que las charlas de los Zazenkai de domingo serán sobre este tema.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi