Con más de 2,500 años de sabiduría viva y millones de personas que han encontrado en él un camino de paz, el budismo sigue vigente porque ofrece algo único: un verdadero manual para vivir con claridad, compasión y propósito.
¿Por qué el Budismo Zen es tan relevante hoy?
Porque en un mundo acelerado, polarizado y lleno de incertidumbre, el Zen nos regresa a lo esencial. Nos invita a soltar el estrés, romper con patrones compulsivos, dejar atrás lo que nos lastima y aprender a aceptar la vida tal como es, sin drama, sin complicaciones. Simplemente con presencia y paz.
El Zen es una práctica para el corazón y la conciencia.
Estudiar su historia, su arte y su filosofía es abrir la puerta a una vida espiritual profunda, donde la gratitud, el silencio, la compasión y la generosidad no son conceptos abstractos, sino formas de vivir cada día.
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Grupo Zen Ryokan abre las puertas a su octavo grupo formal de estudio. Este programa está diseñado para que practiques budismo dentro de una Sangha (comunidad espiritual) y comiences a incorporar las enseñanzas del Buda a tu vida diaria
¿Qué significa que sea un curso formal?
Implica compromiso, dedicación y constancia. Porque este no es un curso más: es una invitación a transformar tu manera de vivir desde la raíz.
Este primer módulo es el inicio de un camino de autodescubrimiento
Sentaremos las bases para comprender y aplicar la filosofía del Zen de manera práctica. Vas a descubrir una nueva forma de estar en el mundo, con más serenidad, conciencia y sentido.
¿Qué puedes esperar?
Una experiencia que expande tu conciencia, fortalece tu corazón y te ayuda a navegar la vida con menos sufrimiento y más sabiduría
Quienes practican Zen desarrollan hábitos virtuosos que los convierten en un mar de calma… incluso en medio de la tormenta.
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Hace años, cuando me encontraba abrumado por las cosas de mi vida, acudí con mi maestro. Escuchó paciente por 30 minutos cómo me quejaba lo duras que estaban las cosas. Y solo me dijo: haz menos. Luego se despidió y se acabó la sesión.
En la práctica del Zen, así como en el Aikido, hay momentos en los que lo más sabio no es avanzar, sino detenerse. ¡Hay que hacer menos! Dar un paso atrás no es señal de debilidad, sino de claridad. Nos permite ver con amplitud, responder con compasión, y soltar la urgencia de controlar.
Ueshiba Morihei Osensei, creador del Aikido, decía: “Mantén siempre tu mente tan brillante y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto, vacía de todos los pensamientos. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate con el poder de la sabiduría y la iluminación.”
Esta es la esencia de nuestra práctica: crear espacio para ser claros como el vasto cielo. En Zazenkai exploraremos cómo ese espacio, que parece vacío, puede ser el lugar donde nace nuestra naturaleza búdica.
¡Te espero!
Dana
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
Con tu ayuda, me es posible continuar difundiendo las enseñanzas del Buda y de los Patriarcas del Zen, y compartiendo su mensaje de compasión con el mundo.
Tu donación me ayudarás a seguir ofreciendo clases de Budismo Soto Zen, Zazen y otras actividades que benefician a la comunidad. ¡Gracias por tu amabilidad y generosidad!
Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: Dar un paso atrás.
Los espero:
Día: Domingo 13 de abril de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
Si no te puedes conectar a esa hora, puedes participar en la grabación que quedará en YouTube.
Indicaciones especiales para Zoom:
Descargar nuestro cuaderno de liturgia de https://1drv.ms/w/s!Akxki0vbnRKilJdQA9WC8DyqzTqBaA?e=swI1t4
Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
En algún episodio de mi vida, cuando pensaba que mi empleo, mi dinero y mi posición entre el grupo de amigos eran importantes, comencé a entrenar Aikido. Siempre he sido una persona grande, así que moverme de forma fluida como lo hacía Tauchi Sensei en clase me costaba trabajo. Para demostrar una técnica (Juji Nage), ella me llamó al frente. Y yo, siempre fanfarrón, pensé que una mujer tan pequeña no podría conmigo. Ella dijo a la clase: “Crea espacio”. Me extendió la mano, le tomé la muñeca y salí volando varios metros hacia un lado.
Solo recuerdo que el mundo se puso de cabeza y luego el dolor de la caída en mi espalda plana contra el piso. No fue demasiado fuerte, pero sí lo suficiente para darme un poco de humildad.
Esa técnica, como muchas en Aikido, trata sobre usar la fuerza y peso del antagonista en su contra. Pero no funciona sin primero ser consciente del espacio disponible. En caso de no haber suficiente, era imperativo crearlo primero.
Con el tiempo, Aikido se convirtió en mi arte marcial porque lo que entrenaba en el dojo se podía aplicar al día a día. El problema es que tiene tantos años de eso, que esta lección la había olvidado. Debo crear espacio.
La vida que hemos construido se mueve con una rapidez que nos abruma. Las tareas se apilan, los pendientes nos sobrepasan, y las exigencias del mundo parecen no dejar espacio para respirar. Literalmente, sentimos que nos ahogamos. Y lo más paradójico es que, en medio de todo esto, no sabemos cómo parar.
Muchos de nosotros seguimos adelante por pura inercia. Aunque el cuerpo nos da señales claras como dolores, insomnio, ansiedad; seguimos. Hasta que algo dentro de nosotros comienza a romperse. Por eso creo importante que aprendamos a crear espacio.
¿Qué significa crear espacio en el Zen?
En artes como el Aikido, hay momentos en los que el practicante da un paso atrás, literalmente, para ver con claridad la situación, para respirar, para no reaccionar automáticamente. Este pequeño gesto, aparentemente pasivo, puede ser la diferencia entre una acción torpe o una respuesta hábil. No es evasión. Es sabiduría en movimiento.
En el Zen, crear espacio tiene una dimensión similar. No se trata de dejar de actuar, sino de abrir un intervalo interior donde no estamos dominados por la urgencia, la reacción o el miedo. Es el momento en que dejamos que el polvo mental se asiente para ver con claridad. Es sutil y difícil de ver, pero si ponemos atención, esto pasa en muchas disciplinas humanas.
Bodhidharma: la pausa como camino
Bodhidharma, nuestro Primer Patriarca del Zen, enseñaba que “el verdadero Zen es no pensar en nada”. Pero esta frase ha sido malinterpretada. No se trata de bloquear los pensamientos, sino de no aferrarse a ellos. En su Sermón de la Corriente Sanguínea, Daruma-sama señala que todo surge en la mente, y que el camino no consiste en agregar más cosas como ideas, conceptos o explicaciones, sino en soltar.
Crear espacio es soltar el impulso inmediato de reaccionar, de querer controlar, de buscar salidas mentales a todo lo que sentimos. Es volver al cuerpo, a la respiración, a la presencia.
Huineng: permitir que las cosas pasen
Huineng, el Sexto Patriarca del Zen, enseñaba que la iluminación no consiste en «detener los pensamientos», sino en no seguirlos. No hace falta pelear con la mente. Basta con no montar el caballo cuando llega.
En uno de sus discursos, Huineng decía que la mente original es como un cielo abierto: los pensamientos son nubes que vienen y van. Si no los retenemos ni los empujamos, el cielo sigue ahí, intacto.
Crear espacio es entonces cultivar esa actitud. Cuando sentimos que la vida nos aprieta, en lugar de luchar contra lo que sentimos o actuar desde la angustia, podemos hacer una pausa. Dos pasos atrás. Respirar. Soltar la necesidad de controlar o de entender todo. Así, el espacio aparece.
Cómo detectar que necesitas crear espacio
No siempre es obvio que necesitamos detenernos. Aquí hay algunos signos:
– Te sientes irritable sin razón clara.
– Te cuesta respirar profundamente.
– Tienes pensamientos repetitivos o catastróficos.
– Te estás aislando o evitando actividades que antes disfrutabas.
– Hay una sensación constante de urgencia.
Estos son los gritos del cuerpo y de la mente pidiendo espacio. No para colapsar, sino para poder actuar de manera lúcida. El Zen no busca que te desconectes del mundo, sino que puedas habitarlo con conciencia y compasión. Desde un espacio saludable para todos los seres.
Prácticas cotidianas para crear espacio
Aquí te comparto algunas prácticas muy simples pero poderosas. De cuando en cuando las aplico y sé que funcionan:
1. Respiración consciente
Tómate un minuto para hacer tres respiraciones profundas. Inhala por la nariz, exhala por la boca. Siente el cuerpo. No necesitas cambiar nada. Solo observar.
2. Zazen: meditación sentada
Aunque tengas solo cinco minutos, siéntate. No para «lograr» algo, sino para estar. La postura, la quietud, el silencio son formas de crear espacio dentro del caos.
3. Pausas intencionales
Antes de responder un mensaje, de decir algo en una conversación difícil o de tomar una decisión importante, haz una pausa. Respira. Pregúntate: ¿desde dónde estoy actuando? ¿Desde el miedo, la urgencia, o desde la presencia?
4. Conexión con la naturaleza
Un paseo entre árboles, mirar el cielo, tocar la tierra. La naturaleza no tiene prisa. Nos recuerda ese ritmo más amplio donde todo tiene su lugar.
Crear espacio no es lujo, es necesidad
En un mundo saturado de información, de velocidad y de presión, hacer espacio parece una rareza. Pero es una medicina. Nos devuelve a lo que somos. No una mente llena de pendientes, sino una conciencia vasta, suave, atenta.
Practicar Zen es vivir desde ese lugar. A no dejarnos atrapar por el remolino de las expectativas. A no buscar ser perfectos, sino presentes.
Crear espacio para mejorar
La práctica de crear espacio no es evasión, es despertar. Es recordar que hay algo más allá del torbellino de hacer, hacer, hacer. Es volver a habitar el instante con simplicidad.
El Aikido nos enseña a no chocar con la fuerza del otro, sino a fluir con ella. El Zen nos propone lo mismo con nuestra propia mente y emociones. Crear espacio es dejar que la vida respire a través de nosotros, sin tener que empujarla.
Crea espacio hoy
Si en este momento en tu experiencia hay presión o ansiedad, crea espacio. De verdad es más importante de lo que crees.
Tómate cinco minutos para sentarte en silencio. No busques resultados. Solo crea espacio.
Y si te funciona, ¿Por qué no integrarla poco a poco en tu rutina diaria? Cuando creamos espacio, dejamos que la vida misma nos muestre el siguiente paso.
Crear espacio
En el claro del bosque, ni ramas que atrapen, ni sombras que oculten. Solo viento pasando entre ramas que no piden nada.
La mente, nube que no se nombra, deja de buscar el cielo cuando se da cuenta que ella misma es el cielo.
Sentado sin meta, las piedras no me pesan, los pensamientos se marchan sin decir adiós.
Hacer no-haciendo, la vida se inclina ante sí misma y sonríe.
¿Dónde está el camino? Entre el paso y el suelo. ¿Dónde está el Buda? En el espacio que no llenas.
Crea espacio, como la luna que no exige el reflejo y sin embargo ilumina el estanque.
Este domingo exploraremos cómo el cumpleaños del Buda, celebrado en Hana Matsuri, es un recordatorio de que todos llevamos dentro el potencial de florecer en el Dharma. Al igual que la primavera renueva la vida en la naturaleza, esta celebración nos anima a descubrir nuestra propia capacidad para despertar y vivir con sabiduría y compasión.
Pon una flor en tu altar y acompáñanos.
¡Te espero!
Dana
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
Con tu ayuda, me es posible continuar difundiendo las enseñanzas del Buda y de los Patriarcas del Zen, y compartiendo su mensaje de compasión con el mundo.
Tu donación me ayudarás a seguir ofreciendo clases de Budismo Soto Zen, Zazen y otras actividades que benefician a la comunidad. ¡Gracias por tu amabilidad y generosidad!
Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: Cumpleaños del Buda y el florecimiento interiors.
Los espero:
Día: Domingo 6 de abril de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
Si no te puedes conectar a esa hora, puedes participar en la grabación que quedará en YouTube.
Indicaciones especiales para Zoom:
Descargar nuestro cuaderno de liturgia de https://1drv.ms/w/s!Akxki0vbnRKilJdQA9WC8DyqzTqBaA?e=swI1t4
Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
La primavera se va anunciando por todos lados en el hemisferio norte. Es un tiempo de renovación, crecimiento y vida. A medida que los árboles florecen y las semillas brotan en la tierra, también nuestro Ser Universal puede experimentar una primavera interior. En el budismo Zen, especialmente en la tradición Soto, el 8 de abril celebramos la festividad conocida como Hana Matsuri (Festival de las Flores), que conmemora el nacimiento del Buda.
No solo dedicamos nuestra práctica al nacimiento de nuestro Maestro, sino que esta celebración, entre otras cosas, nos recuerda nuestra capacidad de florecer espiritualmente y manifestar nuestra verdadera naturaleza búdica.
No importa si estás en el hemisferio norte o sur, la primavera del Buda puede ser observada en tu interior. Cada persona en la Tierra lleva dentro el potencial para florecer y renacer espiritualmente, sin importar la estación del año en la que se encuentre.
El nacimiento del Buda como símbolo de renovación espiritual
El nacimiento del Buda, celebrado durante Hana Matsuri, tiene un profundo simbolismo en nuestra práctica cotidiana. Siddhartha Gautama, quien posteriormente alcanzaría la iluminación y sería conocido como Shakyamuni Buda (El que despertó, del clan de los Shakya), nació según la tradición en un jardín lleno de flores, señalando la pureza y el potencial de despertar presente en todos los seres.
Al igual que el Buda niño, cada uno de nosotros nace con una naturaleza pura, luminosa y despierta; esto es la naturaleza búdica. Recordar este hecho nos motiva a explorar nuestro propio potencial y a vivir en armonía con la vida.
La primavera interna es el florecer en nuestra práctica
La celebración del nacimiento del Buda coincide con la llegada de la primavera, creando un paralelo entre el renacer exterior y nuestro florecimiento interior. Así como las flores requieren cuidado, luz y agua, nuestra práctica espiritual también necesita atención y constancia.
Para florecer internamente, debemos cultivar atención plena en cada instante de nuestra vida. La práctica de Shikantaza nos ayuda a observar y nutrir nuestra mente, permitiendo que surja naturalmente nuestra sabiduría interior. Esta primavera interna es uno de los resultados de solo sentarse en silencio con lo que hay y con lo que es, sin rechazo y sin buscar nada.
Cada instante es un nacimiento
En el Soto Zen la reencarnación y el renacimiento no nos importan demasiado. Esto es porque consideramos que en cada segundo del día morimos y en cada segundo del día nacemos. Cada instante es un nacimiento. Esto significa que cada momento que experimentamos ofrece la posibilidad de despertar, de renacer y comenzar de nuevo. Así, cada instante de nuestra vida cotidiana es una oportunidad para manifestar la naturaleza búdica.
Con esta visión de la vida podemos existir con mayor frescura y autenticidad. Las dificultades dejan de ser obstáculos permanentes y se transforman en oportunidades de aprendizaje. Esta actitud mental no solo honra el nacimiento del Buda, sino que también nos impulsa a vivir con mayor compasión y sabiduría.
Celebrar el nacimiento del Buda más allá de Japón
Aunque Hana Matsuri es una tradición japonesa, su espíritu puede ser honrado en cualquier parte del mundo. No es necesario ser japonés ni realizar ceremonias elaboradas para celebrar el nacimiento del Buda. Lo importante es incorporar su mensaje en nuestra vida diaria.
Sugiero algunas maneras prácticas y sencillas de festejar esta festividad, sin importar dónde estes:
1. Crear un espacio de meditación especial
Si aún no tienes un lugar dedicado para meditar en casa, el nacimiento del Buda es una gran oportunidad para hacerlo. Durante Hana Matsuri, podemos acondicionar un espacio en nuestro hogar dedicado a la meditación, decorándolo con flores frescas que simbolicen el florecimiento espiritual. Este acto consciente nos conecta profundamente con el significado del nacimiento del Buda.
2. Realizar una visualización especial
Antes o después de Zazen, podríamos dedicar unos minutos a crear gratitud por el nacimiento del Buda. También podríamos poner en el ojo de la mente, que todos los seres pueden ser Buda.
3. Practicar actos de compasión y generosidad
El Buda enseñó la importancia del amor y la compasión hacia todos los seres. Una manera hermosa de celebrar su nacimiento es realizar actos de generosidad, ayudar a otros, o simplemente ofrecer nuestra presencia amorosa y atención plena a quienes nos rodean.
4. Leer enseñanzas del Buda
Dedicarnos a leer y reflexionar sobre algunas enseñanzas budistas puede revitalizar nuestra práctica y renovar nuestra comprensión sobre cómo aplicar el Dharma en nuestra vida cotidiana. Sugiero tomar el Dhammapada y leer con atención plena el capítulo de El Buda.
Integrar la sabiduría del nacimiento del Buda en nuestra cotidianidad
El mensaje central del nacimiento del Buda es que cada uno de nosotros puede despertar plenamente y transformar el samsara en nirvana. Nuestra vida diaria, con todas sus tareas y responsabilidades, es el campo perfecto para cultivar nuestra práctica espiritual. Cada día nos ofrece infinitas oportunidades de nacer nuevamente en nuestra atención plena, compasión y sabiduría.
En la tradición Soto Zen, este florecimiento interno no depende de circunstancias especiales, sino que ocurre precisamente en las actividades más simples y ordinarias. Al lavar los platos, caminar o interactuar con otros, podemos estar plenamente presentes, experimentando el milagro constante del renacimiento espiritual.
Cómo llevar la primavera espiritual al resto del año
Aunque Hana Matsuri ocurre muy cerca de la primavera, el espíritu de renovación que representa el nacimiento del Buda puede mantenerse vivo durante todo el año.
He pensado en algunos consejos para mantener esta primavera espiritual:
Mantén una práctica constante de zazen
Sentarnos en Zazen diariamente es como regar nuestro jardín interior. Esta práctica regular nutre nuestra mente y corazón, permitiendo que nuestra naturaleza búdica florezca continuamente.
Desarrolla una mente abierta y curiosa
Acoge cada instante con la apertura de un bebé recién nacido que descubre el mundo. Esta actitud curiosa y fresca es la base para el renacimiento espiritual continuo.
Cultiva la compasión diaria
Practica actos pequeños de bondad hacia ti mismo y los demás. La compasión es el sol que permite crecer a las flores de la sabiduría y el amor en nuestro interior.
Vive con gratitud
Reconocer y agradecer diariamente por las pequeñas cosas de la vida ayuda a mantenernos conscientes del milagro constante del renacimiento y de nuestra conexión con el Dharma.
Vivamos nuestro Hana Matsuri
Te invito a celebrar Hana Matsuri no solo recordando el nacimiento del Buda, sino viviéndolo plenamente en tu corazón y en cada acción cotidiana. Permite que esta primavera espiritual florezca continuamente en ti, y comparte esta alegría y sabiduría con los demás.
Recuerda, cada instante es un nacimiento, cada día es una oportunidad para florecer.
¡Feliz Hana Matsuri! ¡Feliz cumpleaños, Shakya-sama!
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi