Recibir los preceptos del bodhisattva en la ceremonia de Jukai es un momento significativo en la vida de un practicante budista. Nos enfrentamos a un compromiso profundo que primero nos congela porque parecer abrumador. La idea de mantener una conducta impecable bajo los lineamientos del Buda puede generar temor, pues parece que se nos exige perfección absoluta. Sin embargo, aceptar los preceptos también implica reconocer nuestra humanidad. Y esta humanidad requiere romper los preceptos budistas siempre que sea posible.
Sí, leíste bien. Así como necesitas del desamor para saber que te gusta el amor, es necesario romper los preceptos para entender la razón de su existencia.
Como ya me habrás escuchado decir, los preceptos no buscan la perfección absoluta, sino cultivar la atención plena y la responsabilidad en cada acción. Nos ayudan a desarrollar una conciencia profunda sobre nuestras palabras, pensamientos y acciones, permitiéndonos acercarnos a una vida de compasión y sabiduría.
Romper los preceptos budistas ¿es realmente un problema?
Muchas personas me han llegado a preguntar: ¿qué sucede al romper los preceptos budistas? ¿Significa que he fallado en mi camino espiritual? ¿Estoy decepcionando a mis maestros? ¿Soy un mal budista? La respuesta corta es que no pasa absolutamente nada. No hay un castigo divino ni una condena en los fuegos del infierno, sino una oportunidad de reflexión y aprendizaje.
Los preceptos nunca han sido reglas inflexibles impuestas para restringirnos, sino guías que nos ayudan a vivir con mayor atención y armonía. Cada vez que los rompemos, en lugar de castigarnos, hay que entenderlos como oportunidades para observarnos con honestidad y hacer ajustes en nuestra práctica.
Romper un precepto no debe generar culpa ni miedo, sino motivarnos a seguir avanzando en la Vía con mayor atención y compasión.
La humanidad dentro de la práctica budista
Uno de los errores comunes es pensar que los preceptos nos exigen una conducta inhumana, desprovista de emociones o errores. Pero en realidad, el Budismo Zen reconoce que cada persona es única y que nuestras personalidades no desaparecen al recibir los preceptos. Seguimos siendo humanos, con nuestras fortalezas y debilidades, y es natural que en ocasiones tomemos decisiones que pueden no estar alineadas con la vía del Buda.
En la vida cotidiana, nos enfrentamos a dilemas donde no siempre hay una respuesta clara. A veces, es necesario tomar decisiones difíciles, incluso dolorosas, que podrían impactar a otros de maneras imprevistas. Otras veces, causamos daño sin quererlo, simplemente porque somos humanos y la vida es compleja.
Lo que creo que es importante, es que tengamos la disposición para desarrollar la capacidad de reflexionar sobre nuestras acciones y aprender de cada situación. En lugar de juzgarnos con dureza, podemos practicar compasión hacia nosotros mismos y continuar mejorando.
La intención es el verdadero centro de la práctica
Si bien romper los preceptos budistas no conlleva una penalización automática, la intención detrás de nuestros actos es vital. ¿Actuamos por ego, vanidad o para nuestro beneficio exclusivo? Si nuestras acciones surgen de estas motivaciones, pueden generar consecuencias negativas tanto para nosotros como para los demás. Es lo que la gente llama “mal karma”.
Por otro lado, si rompemos un precepto por circunstancias inevitables, pero con una intención compasiva y consciente, la situación es diferente. La vía del Buda nos enseña a actuar con el corazón abierto, priorizando el beneficio de los demás y aprendiendo de nuestros errores en lugar de castigarnos por ellos.
La intención es lo que da dirección a nuestra práctica. Cada acción que realizamos debe ser examinada bajo la luz de nuestra motivación y el impacto que genera en los demás.
Yo sé que a veces esto no queda claro en la praxis, pero poco a poco vamos creando la sabiduría necesaria.
Cómo vivir los preceptos en la vida diaria
A todos nos causa ansiedad la idea de romper los preceptos, pero en realidad, su propósito no es crear miedo ni culpa, sino ayudar a que pongamos atención a los detalles de nuestra vida cotidiana. Vivir en armonía con los preceptos no significa ser perfectos, sino estar presentes en cada acción, observando cómo nuestras decisiones impactan el mundo a nuestro alrededor. Tampoco debe ser de manera obsesiva, pero sí debemos estar atentos en la medida de lo posible.
Un día a la vez, podemos esforzarnos por practicar la compasión, aprendiendo de cada error y tomando decisiones más alineadas con la sabiduría del Buda. El camino del bodhisattva no se trata de alcanzar un ideal inalcanzable, sino de vivir con intención, con la mirada puesta en aliviar el sufrimiento de los demás.
Cada pequeño gesto cuenta: una palabra amable, sonreír, un acto de generosidad, el simple hecho de escuchar con atención. Así construimos una vida en armonía con los preceptos, transformando nuestra práctica en algo tangible y significativo.
Una práctica continua de compasión
No hay necesidad de preocuparse en exceso por romper los preceptos budistas. Solo hay que seguir la vida y siendo nosotros mismos. Lo importante es mantener una actitud de aprendizaje constante. Cada momento es una nueva oportunidad para alinearnos con el Dharma y actuar con más conciencia.
Así que respira, observa la situación y, con cada acción, esfuérzate por hacer las cosas un poquito mejor cada vez. La práctica del bodhisattva se construye un día a la vez, con compasión que nace del ser y se expande hacia los demás.
No te juzgues, simplemente observa y aprende. Mañana es otra oportunidad para seguir creciendo en el camino del bodhisattva.
Este poema de un monje japonés anónimo me ha dado dirección en muchas ocasiones en mi vida. Lo comparto de nuevo porque creo que puede ser útil.
Soy monje. Uso mi atuendo, mi mala en la mano izquierda, monto mi bicicleta. Voy de mi casa a la casa de mi feligrés para entonar un sutra. Soy monje. Estoy casado y tengo un hijo. Bebo sake, como carne. Como pescado, miento. Pero sigo siendo monje. Un monje sucio, muy sucio. Cuando llamo a un feligrés y acepto su caridad, ¿es eso robar? Ah, ¿y los Cinco Preceptos que dejó Shakyamuni? Los he roto todos. Pero sigo siendo bodhisattva. Camino la Senda del Bodhisattva. Deposito mi confianza en el Dharma y me siento en flor de loto. Vivo en el Dharma, vivo entre la gente. Dentro de la vida sin fin practico El Camino. De la mano de otros practicantes, ando por esta pacífica senda que no tiene igual. Es el Camino de la Verdad, el Camino del Bodhisattva. Soy inmundo y he roto todos y cada uno de los Cinco Preceptos, pero… pero gracias al Dharma, me fundiré con los Budas. Ese Camino. Ese Camino del Bodhisattva. Estoy parado en ese Camino.
ATENCIÓN: Este Zazenkai y hasta nuevo aviso, serán solo por Zoom.
Continuamos nuestra serie sobre el Vimalakirti Sutra. Recomiendo mucho leer el capítulo 10 antes de llegar a Zazenkai.
Abróchense los cinturones de seguridad, que entramos a uno de los capítulos más salvajes y provocativos del Vimalakirti Sutra.
Aunque en el cine gringo actual está de moda la idea del multiverso, en el budismo lo vivimos con una realidad que nos acerca más a la interconexión de las cosas. Solo desde hace casi 2,600 años.
El capítulo 10 del Vimalakirti Sutra, La Fiesta traída por la Encarnación Emanada, nos introduce a una visión sorprendente del budismo Mahayana: la existencia de múltiples universos interconectados, cada uno con su propia forma de enseñanza del Dharma. Aquí, el buen Vimalakirti demuestra su poder y sabiduría al traer comida de un universo puro donde el Buda Sugandhakuta instruye a los bodhisattvas a través de fragancias sutiles y no con palabras. Este capítulo nos muestra que el Dharma no se transmite únicamente verbalmente, sino que su esencia puede manifestarse de diversas maneras según las capacidades de los seres.
Aunque parezca de ciencia ficción, el capítulo 10 nos enseña conceptos clave del budismo Mahayana, como la naturaleza interdependiente de la realidad, la adaptabilidad de las enseñanzas y la ilimitada generosidad del Dharma.
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
Con tu ayuda, me es posible continuar difundiendo las enseñanzas del Buda y de los Patriarcas del Zen, y compartiendo su mensaje de compasión con el mundo.
Tu donación me ayudarás a seguir ofreciendo clases de Budismo Soto Zen, Zazen y otras actividades que benefician a la comunidad. ¡Gracias por tu amabilidad y generosidad!
Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: Vimalakirti Sutra 15. Viajando entre universos.
Los espero:
Día: Domingo 16 de febrero de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 17:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
Si no te puedes conectar a esa hora, puedes participar en la grabación que quedará en YouTube.
Indicaciones especiales para Zoom:
Descargar nuestro cuaderno de liturgia de https://1drv.ms/w/s!Akxki0vbnRKilJdQA9WC8DyqzTqBaA?e=swI1t4
Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
Nunca pensé llegar a este punto. Una parte de mi pregunta si fue realidad o ilusión lo que sucedió. Pero luego miro mi pequeño altar y veo que ha crecido. Siento el cansancio en todo mi cuerpo y sonrío sabiendo que esto es todo real.
Cuando era niño, mis juegos y fantasías estaban llenos de robots, batallas espaciales, lucha del bien contra el mal y caballeros Jedi salvando el día. Los Jedi eran unos personajes misteriosos dedicados a la disciplina, las artes marciales y algo más. No sabía que era ese «algo más», pero mi imaginación se expandía por el misticismo y la sabiduría de los Jedi.
En la adolescencia, cuando mi Sensei de karate-do me hablaba de Bodhidharma y sus aventuras. De inmediato me sentí atraído por las enseñanzas del Primer Patriarca. Había algo en su historia, en su determinación, que resonaba en lo más profundo de mi ser. Descubrí que la inspiración para los Jedi eran los monjes budistas de la antigüedad.
La existencia de algo llamado budismo y alguien llamado Buda me inspiraron para comenzar a aprender más.
Comencé mi camino en el Zen hace muchos años, en solitario. No tenía un maestro, ni compañeros de práctica. Solo había la certeza en mi corazón de que el Buda tenía algo para mí. No sabía qué era, ni cómo encontrarlo, pero la sensación era clara, inamovible.
Un buen día, me senté en Zazen. Como pude, aprendí lo poco que encontraba sobre el Dharma, practiqué, y nunca me detuve. Al principio, era solo yo, sentado en silencio, como el loco de la familia, el loco de la calle. Pero, con el correr de los años, llegó una persona. Luego éramos tres, y muy despacio, el grupo creció.
Con el tiempo, recibí la ordenación de un viejo sabio del Soto Zen. Decidí consagrar mi vida a ayudar a todos los seres vivos. Parte de mi misión se convirtió en preservar y difundir el Zen. Comencé a enseñar budismo y meditación. Y aquel loco solitario, el que se sentaba en silencio sin razón aparente, estaba ahora rodeado de personas que, por alguna razón, llegaban. Muchos se fueron. Pocos se quedaron. Pero aquellos que permanecieron se convirtieron en algo más que estudiantes: se convirtieron en mi familia.
Hoy, ustedes pueden cubrirse con el manto del Buda, envueltos en su compasión y sabiduría. El rakusu que llevan sobre sus hombros no es solo un pedazo de tela. Es la manifestación de su compromiso con el camino, con la vida, con la práctica. Es un símbolo de nuestra interconexión, de la enseñanza que fluye desde los antiguos Patriarcas y Matriarcas del Zen hasta ustedes.
A veces me gusta ver el rakusu como un delantal de mesero. Cuando nos lo ponemos, nos recordamos que debemos servir a la vida. Y como meseros, está en nuestras manos que los seres vivos estén bien atendidos y que no les falte nada.
¿Cómo será la vida a partir de hoy? Igual que siempre. Nada cambia. Pero todo cambia.
Han recibido un nuevo nombre, un renacimiento en el camino del bodhisattva. Es un cuaderno nuevo y en blanco para escribir una nueva historia. Es un regalo que da la oportunidad de vivir con mayor conciencia, de llevar la Triple Gema a cada acción cotidiana. Es un corazón recién nacido, listo para latir con más apertura, dulzura y compasión.
Aunque parezca que hay muchos kilómetros de distancia entre nosotros, en realidad eso es solo una ilusión. Ahora son parte de una familia más grande, tejida con los hilos del Dharma. Busquen siempre estar unidos, ayudándose mutuamente y caminando juntos. Compartimos el mismo templo llamado vida, y nos guía la misma Luz Dorada de Amida Buda, recordándonos que nunca estamos solos.
El camino continúa. Nos esperan más desafíos, más preguntas, más aprendizajes. Pero juntos seguimos adelante.
Nunca nos rendimos, no dejamos a nadie atrás.
Gracias por su esfuerzo y dedicación. Gracias por no dejarme solo en esta aventura.
Hemos llegado al segundo mes de 2025 con toda la energía del Año de la Serpiente de Madera. Así sin darme cuenta, de forma sigilosa y elegante, nuestra sangha y práctica espiritual están llenas de actividad luminosa. Las semillas que hemos sembrado juntos están por florecer.
Justo en frente de mi la interdependencia de la vida se manifiesta y la observo con gratitud y humildad. ¡Cuando la ves, ya no la puedes des-ver! Solo aceptar en silencio con un corazón abierto.
Todo esto que hacemos en Grupo Zen Ryokan no sería posible sin la ayuda de cada uno de ustedes. Es por su esfuerzo y generosidad que nuestra sangha sigue adelante.
Recientemente me topé con esta cita del Venerable Maestro del Chan, Guifeng Zongmi:
«La verdadera generosidad no se ve con los ojos. Se siente en la vida como un río que fluye y es sublime como respirar en la Triple Gema.»
Si está en sus posibilidades, es momento de hacer sus aportaciones para este mes. ¡Sigamos adelante con nuestra práctica en el Buddhadharma!
Muchas gracias a todos.
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Agradezco profundamente su continuo apoyo y generosidad. Juntos, mantenemos viva la llama del Dharma.
Que todos los seres se beneficien de nuestra práctica.
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Gudo Wafu Nishijima, creador de nuestra rama del Soto Zen, murió el 28 de enero de 2014. Hoy celebramos sus enseñanzas hablando de un concepto vital para todo practicante de Zen: la Voluntad para la Verdad.
Del capítulo 10 de su Libro del Dragón:
El Maestro Dogen también reconoció el valor del idealismo, pero de un modo diferente. En Shobogenzo, a menudo nos insta a establecer, alimentar y conservar la voluntad a la Verdad. La voluntad de la Verdad es mi traducción de la palabra sánscrita bodhicitta. Es un concepto muy antiguo en el budismo, pero en las obras del Maestro Dogen ocupa un lugar de especial importancia. Él insiste en que tener la voluntad para la Verdad es un requisito previo absolutamente indispensable para el estudio del budismo. Podemos tener un excelente conocimiento de las teorías y prácticas budistas, pero sin la Voluntad para la Verdad, tal conocimiento es completamente inútil.
Por otra parte, afirma que una vez que hayamos establecido firmemente la voluntad hacia la Verdad, aunque cometamos muchos errores y acciones equivocadas, esos errores y acciones equivocadas se convertirán en sí mismos en la causa de que alcancemos la Verdad.
Cuando leí por primera vez tales afirmaciones en Shobogenzo, comprendí que la creencia del Maestro Dogen en la voluntad hacia la Verdad era firme e inflexible, pero no podía entender por qué. Me preguntaba por qué tenía tanta reverencia por la voluntad a la Verdad. Ahora, a la luz de mi propia experiencia, puedo comprender la razón de su creencia inflexible. Creo que podemos encontrar esa razón en la historia de su vida. El maestro Dogen comenzó a estudiar budismo cuando era muy joven. En aquella época no tenía una idea clara de lo que era realmente el budismo. Tenía muchas ideas tontas y fantasías idealistas, pero, de hecho, no podía entender el budismo en absoluto.
No podía entender los sutras. No podía entender la teoría budista. No entendía las enseñanzas de sus maestros. Sus ideas sobre el budismo solían estar completamente invertidas y eran contrarias a la intención del Buda Gautama. No tenía ninguna norma para separar la verdad de la falsedad, ningún objetivo realista hacia el que trabajar. De hecho, no tenía nada, nada más que la voluntad de la Verdad.
Y así, fue la propia voluntad de la Verdad la que se convirtió en la norma de su vida. Sus ideas y fantasías erróneas le impulsaron a seguir adelante. Al encontrarse con las realidades de la vida, experimentó mucho dolor y confusión, pero ese dolor y confusión sólo aumentaron su determinación de encontrar la verdad. Así, a pesar de innumerables errores, malentendidos y dificultades personales, el Maestro Dogen alcanzó finalmente la meta que nunca había visto claramente en su mente. Esto era, para él, un hecho notable. Cuando pensaba en las experiencias de su vida, no podía evitar sentir que su única guía verdadera había sido la voluntad hacia la Verdad misma.
¡Los esperamos!
Dana
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
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Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: Voluntad para la Verdad. Recordando a Nishijima Roshi.
Los espero:
Día: Domingo 2 de febrero de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
Si no te puedes conectar a esa hora, puedes participar en la grabación que quedará en YouTube.
Indicaciones especiales para Zoom:
Descargar nuestro cuaderno de liturgia de https://1drv.ms/w/s!Akxki0vbnRKilJdQA9WC8DyqzTqBaA?e=swI1t4
Llevar ropa cómoda.
Preparar cojín, silla o zafu.
Tener agua disponible.
Elegir un lugar donde se pueda ver la pantalla con claridad y tener espacio para moverse y sentarse en un cojín o silla.
Seguir las instrucciones que daré en el video.
Un poco de incienso siempre es buena idea.
Espero verlos ahí. Cualquier duda o pregunta ya saben que siempre estoy disponible.
ATENCIÓN: Este Zazenkai y hasta nuevo aviso, serán solo por Zoom.
Hoy celebramos el nacimiento de nuestro maestro fundador.
El Gran Maestro Eihei Dogen nació el 19 de enero de 1200 en la provincia de Echizen, Japón, en el seno de una familia de aristócratas. Sin embargo, su vida estuvo marcada por la impermanencia. Perdió a su madre cuando tenía solo 7 años, y este evento despertó en él una profunda reflexión sobre la naturaleza de la vida y la muerte.
Dogen Zenji es el fundador de la escuela Soto Zen en Japón, pero lo que muchos no saben es que, antes de establecer su propio camino, viajó a China buscando respuestas a sus inquietudes espirituales. Durante su viaje, tuvo una experiencia de despertar al escuchar a su maestro Rujing decir: «Suelta cuerpo y mente.» Este momento se convirtió en el eje de su enseñanza, que enfatiza la práctica de Zazen como la realización directa del Dharma.
El cumpleaños del Gran Maestro Dogen es una ocasión ideal para reflexionar sobre su enseñaza del Sutra del Corazón y cómo nutre la práctica de Grupo Zen Ryokan.
Esta enseñanza está en el texto Makahannya Haramitsu, de Shobogenzo. Para esta clase leeremos algunos párrafos de la versión de Dokusho Villalba Roshi.
¡Los esperamos!
Dana
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Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
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Si estás en la ciudad, te esperamos en el Árbol del Yoga, siempre y cuando sigas al pie de la letra las medidas de prevención por la contingencia sanitaria. Detalles aquí.
El tema del día será: ¡Feliz cumple, Maestro Dogen!
Los espero:
Día: Domingo 26 de enero de 2025.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 12:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Duración: 90 minutos.
Lugar: Sala de Zoom. El enlace a la sala será publicado 15 minutos antes en el grupo de difusión en WhatsApp. Clic aquí.
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Un poco de incienso siempre es buena idea.
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Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi