Poema Zen: El Reloj de Agua

Poema Zen: El Reloj de Agua

El viento de otoño está listo,
más la escarcha es cruel.
El tiempo pasa, como bien sabemos.
Ahora estamos ante el fin de estación.
De los árboles de un bosque caen
hojas que pintan de amarillo las montañas.
Solo el pino y bambú se mantienen verdes.
Un hombre vive muy pocos años,
que pasan como un destello.
Debes usar toda tu inteligencia y pensamiento,
para escapar de los autoengaños de esta vida.

Por Ven. Muuija, Corea (1178–1234)
Traducido por Kyonin

Hace unos días un querido alumno en España me pidió un poema que hablara del tiempo. Luego de varios días de considerar varias opciones, decidí traducir El Reloj de Agua.

¿Hasta dónde estamos dispuestos a conservar la ilusión de nuestra personalidad? ¿Por qué no somos flexibles y entendemos que todas las opiniones están fundadas en ficción?

Nuestro paso por esta vida es breve. ¡Vivimos tan poco! Necesitamos callar, sentarnos en silencio y solo dejar que la vida sea. No podemos desperdiciar nuestra única oportunidad de vida, en discordia, celos o avaricia.

¡Tantos seres por ayudar! ¡Tanto silencio que dar!

Muuija Hyensim, conocido como el Maestro Desnudo, fue un eminente Maestro del Budismo Seaon, en Corea. Vivió a mediados de la dinasíta Goryeo. Es considerado como un prócer nacional.

Caminando por el arroyo. Poema Zen por Ven. Choui

Caminando por el arroyo. Poema Zen por Ven. Choui

Luego de cortar hierbas [medicinales],
miro el agua fluir, limpia y clara.
Las nuevas ramas han sido lavadas por la lluvia,
las antiguas montañas por las nubes, están bien.
Tiernas hojas nacen graciosamente,
y las flores irradian deleite antes de marchitarse.
Los acantilados esmeralda se ven como un velo,
con el musgo que sirve como zafu.
¿Qué más puede uno pedir?
Pensativo, acaricio mi barba
y me percato que olvidé regresar a casa.
Ahora el sol se pone en la fría montaña,
para dar luz a la niebla detrás de los árboles.

—Ven. Choui (1786–1866), Maestro de la escuela Seon, Corea.
Trad. Kyonin


Cuando tu práctica budista te mantiene en el presente, es muy común perderse en la poesía del ahora. La mente se convierte en una cámara fotográfica que capta cada detalle, sin juzgar y sin desarrollar apego alguno.

¿Hace cuánto que no te detienes a mirar las nubes, a escuchar el viento o a mirar la vida?

Una advertencia para el mundo. Poema Zen por Master Buhyudang (1543–1615

Una advertencia para el mundo. Poema Zen por Master Buhyudang (1543–1615

 

Una advertencia para el mundo: cien años pasan en un instante.
No hay forma de permanecer mucho tiempo aquí.
Debes ser disciplinado cuando estás sano y joven,
de lo contrario estarás ocupado a la hora de tu muerte.
¡Qué lástima desperdiciar nuestro tiempo!
En el mundo la gente envejece discutiendo lo bueno y lo malo.
Es mejor sentarse con la espalda recta en el cojín,
dedicarse al estudio y heredar la vía de los Patriarcas.


Gran Master Buhyudang vivió en Corea entre 1543 y 1615. Fue un monje dedicado a la vida sencilla, al estudio y a contemplar la naturaleza.

Mientras miraba a la gente en la capital, pudo ver cómo las prisas, la urgencia, las discusiones eran enfermedades que solo minaban la tranquilidad de todos. Peor aún, sacaban de equilibrio a la vida en su totalidad.

Desde que este poema fue escrito, no hemos cambiado en nada. Nos siguen persiguiendo los mismos y vejos demonios. Seguimos desperdiciando el tiempo y la vida. ¿Cuándo comenzaremos a entender?

El silencio, el autocontrol y la compasión son la respuesta. Es cuestión de querer ver.

 

Poema Zen: Xinxin Ming, de Jianzhi Sengcan

Poema Zen: Xinxin Ming, de Jianzhi Sengcan

 

El poema Xinxin Ming / Hsin Hsin Ming o Fe en la Mente, es uno de los textos más importantes del budismo Zen. Su autor fue el Tercer Patriarca del Zen, Jianzhi Sengcan (pron. Chien-chih Song-ts’an) , ?–606 DC.

Es un poema contundente, honesto y que tiene el poder de hacernos reflexionar sobre todo aquello con lo que nos saboteamos. Nos enseña el camino para lograr ecuanimidad y una vida llena de paz y Buddhadharma. Y por supuesto, hace énfasis en la práctica de zazen. Es tan importante que al día de hoy es leído diariamente en las ceremonias de los templos Soto Zen del mundo.

Este texto se ha mantenido vigente por más de 1,000 años y ha sido traducido a casi todos los idiomas. Dicen que si lees el Xinxin Ming diariamente, pronto comenzarás a entender y a transformar tu vida. ¿Será?

(Spoiler: sí)

 

Xinxin Ming, de Jianzhi Sengcan

No es difícil descubrir tu Mente Búdica
Pero no trates de buscarla.
Cesa de aceptar y rehusar los posibles lugares
Donde pienses que puedas encontrarla
Y aparecerá ante ti.

¡Ponte sobre aviso! La más leve preocupación de preferencia
Abrirá un abismo tan grande y profundo
Como el espacio entre el cielo y la tierra.

Si quieres encontrar tu Mente Búdica
No albergues opiniones acerca de nada.
Las opiniones dan lugar al argumento
Y la contienda es una enfermedad de la mente.

Sumérgete en las profundidades.
La quietud es profunda.
No hay nada profundo en las aguas superficiales.
La Mente Búdica es perfecta e incluye el universo.
No carece de nada y nada tiene en exceso.
Si piensas que puedes escoger entre sus partes
Perderás su esencia fundamental y extraordinaria.

No te aferres a lo externo; las cosas opuestas,
Las cosas que existen como relativas.
Acéptalas todas imparcialmente
Y no tendrás que perder tiempo en decisiones inútiles.

Juicios y discriminaciones bloquean el flujo
Y suscitan las pasiones.
Agitan la mente que necesita paz y tranquilidad.
Si vas de esto a aquello, o de aquí para allá,
O hacia cualquiera de los incontables opuestos,
Perderás de vista el todo, el Uno.
Siguiendo un opuesto serás guiado fuera de curso,
Fuera del centro armonioso que está en equilibrio.
¿Cómo puedes esperar ganar el Uno?

Decidir lo qué es, es determinar lo que no es.
Pero determinar lo que no es, puede ocuparte tanto,
Que llegará a ser lo que es.
Mientras más hables y pienses, más te alejarás.
Cesa de hablar y pensar y lo encontrarás en todas partes.

Si dejas que todas las cosas regresen a su curso, eso está bien,
Pero si dejas de pensar que esa es tu meta
Y que de eso depende el triunfo,
Y luchas y luchas en lugar de simplemente dejar pasar,
No estarás practicando Zen.
En el momento que comienzas a discriminar y preferir
Pierdes la señal en el camino.
Buscar lo real es una indagación falsa
Que también debe ser abandonada.
Simplemente deja pasar. Cesa de buscar y escoger,
Las decisiones hacen surgir confusiones
Y en la confusión, ¿a dónde irá la mente?

Todos los pares de opuestos surgen de la Única y Suprema Mente Búdica.
Acepta los opuestos con una gentil resignación.
La Mente Búdica permanece en calma y en quietud,
Mantén tu mente en su interior y nada podrá perturbarte.
Lo ofensivo y lo dañino cesarán de existir.
Los sujetos cuando se separan de sus objetos se desvanecen
Indisputablemente como los objetos
Cuando se separan de sus sujetos, se desvanecen también.
Cada uno depende de la existencia del otro.
Entiende esta dualidad y verás Que ambos surgen del Vacío del Absoluto.

El Fundamento de todos los Seres contiene todos los opuestos.
Del Uno, todas las cosas se originan.
Qué pérdida de tiempo escoger entre lo vulgar y lo fino.
Dado que todas las cosas nacen de la Gran Mente,
Abrázalas todas y deja que tus prejuicios mueran.

Para realizar la Gran Mente no seas vacilante ni vehemente.
Si tratas de cogerla, agarrarás el aire
Y caerás en el camino de los herejes.
¿Dónde está el Gran Dao? ¿Puedes tú presentarlo o enseñarlo?
¿Permanecerá o se irá?
¿No está en todas partes esperándote
para unir Su naturaleza con la tuya
y llegar a ser libre como es Él?

No canses tu mente preocupándote acerca de lo que es real
Y lo que no es,
Acerca de lo que debes aceptar y lo que debes rehusar.
Si quieres conocer el Uno,
Deja que tus sentidos experimenten lo que surja en tu camino,
Pero no te influencies y no te involucres en lo que ha surgido.
El hombre sabio actúa sin emoción
Pareciendo que no actúa del todo.
El hombre ignorante deja que sus emociones se involucren.
El hombre sabio conoce que todas las cosas son parte del Uno.
El hombre ignorante ve diferencias en todas partes.

Todas las cosas son idénticas en su fundamento
Pero aferrarse a una y descartar la otra
Es vivir en la ilusión y el engaño.
Una mente no es un juez justo para sí misma.
Ella está prejuiciada en su propio favor o en su contra.
No puede ver nada objetivamente.

El Bodhi (Despertar) está más allá de la noción del bien y el mal,
Más allá de los pares de opuestos.
Los ensueños son ilusiones y las flores nunca florecen en el cielo.
Son fabricaciones de la imaginación
Y no merecen que los consideres.
La ganancia y la pérdida, lo correcto y lo incorrecto, lo vulgar y lo fino,
Déjalos pasar a todos.
Mantente alerta, conserva tus ojos abiertos.
Tus fantasías y ensueños desaparecerán.
Si no juzgas, todo será
exactamente como debe ser.

Profunda es la sabiduría del Tathagata,
Superior y más allá de todas las ilusiones.
A este Uno regresan todas las cosas
Siempre que no las separes,
Manteniendo algunas y desechando otras.
De todas formas, ¿dónde puedes ponerlas?
Todas las cosas están en el Uno.
No hay exterior.

Lo Último no tiene patrón, ni dualidad,
Y nunca es parcial.
Confía en esto. Mantén fuerte tu fe.
Cuando derribas todas las distinciones no hay nada que quede
Salvo la Mente, que ahora es pura, que irradia sabiduría,
Y nunca se cansa.

Cuando la Mente pasa más allá de las discriminaciones
Los pensamientos y los sentimientos no pueden entender sus profundidades.
El estado es absoluto y libre.
No hay yo ni otro.
Estarás consciente solamente de que tú eres parte del Uno.
Todo está en el interior y nada en el exterior.

Todos los hombres sabios en todas partes, entienden esto.
Este conocimiento está más allá del tiempo, largo o corto,
Este conocimiento es eterno. Ni es ni no-es.
Todo está aquí, y lo más pequeño es igual a lo más grande.
El espacio no puede confinar nada.
Lo más grande es igual a lo más pequeño.
No hay límites, ni dentro ni fuera.
Lo que es y lo que no es, es lo mismo,
Porque lo que no es, es igual a lo que es.
Si no te despiertas a esta verdad,
No te preocupes por eso.
Simplemente ten fe que tu Mente Búdica no está dividida,
Que ella acepta todo sin juzgarlo.
No te preocupes de palabras y discursos o planes seductores
Lo eterno no tiene presente, ni pasado ni futuro.

La Canción de los Brazos Cortos, poema por Weongam

La Canción de los Brazos Cortos, poema por Weongam

 

En este mundo la gente tiene brazos muy, muy largos.
Con ellos empujan hacia el este, empujan hacia el oeste; sin descansar.
Los brazos del monje de la montaña son cortos, muy cortos.
En toda su vida jamás aprendió a empujar a los demás.

Los de brazos largos, desde la juventud hasta la edad del cabello blanco,
creen que los de brazos cortos son extraños.

Al más extraño de todos lo he conocido hoy.
Él vive dentro del bosque y es muy pobre.

Debido a que mis brazos son cortos, no empujo a los demás.
Y no hay razón para que otros me empujen.

¡Ah! Mis brazos deberían medir mil o diez mil pies de largo.
Así todos los seres en los cuatro mares podrían ser mis amigos.

—Maestro Seon Weongam, Corea (1205–1248)


Este poema me es muy curioso porque hace una analogía con la que en occidente no estamos familiarizados. Habla sobre brazos. Sí, brazos. En el budismo los brazos y las manos son símbolo de alcance, de acción.

Avalokiteshvara tiene mil brazos, cada brazo representa a uno de nosotros ayudando para aliviar el sufrimiento de los seres vivos.

El Maestro Weongam nos habla de cómo los brazos empujan, están siempre activos, ocupados. Él siendo un monje pobre y viviendo en el bosque, sabe que la felicidad está en tener brazos cortos, con los que puede trabajar y mantener una existencia pacífica.

Las últimas dos líneas son sublimes.

Poema de la Vacuidad, por el Maestro Pang Yun

Poema de la Vacuidad, por el Maestro Pang Yun

 

El viejo P’ang no necesita nada en el mundo:
Todo es vacuidad en él. Ni siquiera es dueño de su asiento,
por que la Vacuidad absoluta es lo que reina en su hogar.
¡Qué tan vacía está y sin tesoro alguno!

Cuando el sol ha salido, él camina por la Vacuidad.
Cuando el sol se ha puesto, él duerme en la Vacuidad.

Sentado en la Vacuidad, él canta sus canciones vacías
y sus canciones vacías hacen eco en la Vacuidad.

No te soprendas lo vacía que es la Vacuidad,
porque la Vacuidad es el trono de todos los Budas.

Los hombres de este mundo no comprenden la Vacuidad,
que es el verdadero y único tesoro.

Si dices que no existe la Vacuidad,
cometes una grave ofensa contra todos los Budas.

— P’ang Yun (Láico Pang), China, 740–808

Traducido por Kyonin