La razón por la que no eres feliz

La razón por la que no eres feliz

Querer ser felices es parte importante de nuestra identidad como seres humanos. Es la más noble de todas las búsquedas porque en el camino hacia ella, es donde crecemos y maduramos.

Pero aunque nos esforcemos mucho, la mayoría de nosotros jamás llega a conocer la verdadera felicidad. ¿Será que estamos levantando las rocas equivocadas? ¿Será que la felicidad no es lo que deberíamos estar buscando?

El Budismo es un sistema que nos muestra el camino pero nunca ha prometido la felicidad. Nos ofrece ecuanimidad y satisfacción a cambio de nuestra disciplina y entrenamiento. Nos da un punto estable para vivir esta existencia humana, sin excesos y con auto-regulación.

En esta charla dharma tocamos este tema y un poco más.

 

Foto: Emily Hopper https://www.pexels.com/@emilyhopper

 

Las diez cosas con las que destruyes tu autoestima [Parte 2/2]

Las diez cosas con las que destruyes tu autoestima [Parte 2/2]

 

En el post anterior vimos los primeros cinto factores que destruyen la autoestima. Hoy continuamos con la lista y tocaremos puntos que pondrán incómodos a más de uno. Y eso es bueno 😀

 

6. Lo que comes

El cuerpo necesita alimento para continuar vivo y ayudarnos a navegar las olas del samsara.  Pero la alimentación con la que contamos en las ciudades es terrible, por decir lo menos.

El consumo de comida procesada daña la salud de muchas maneras. Un órgano que recibe mucha agresión originada por la comida, es el cerebro. El azúcar y los cereales inflaman el cerebro, lo que produce depresión y agresión como síntomas. No es una coincidencia que los índices de depresión y violencia estén tan altos. ¡Nos alimentamos muy mal! Referencias aquí y aquí.

Cada persona es distinta, claro. La nutrición siempre es personal. Pero si revisas lo que comes y optas por lo natural cocinado en casa, es buena idea. ¡Lo peor que puede pasar es que te sientas bien y con menos apatía hacia ti!

 

7. Falta de luz solar

Por lo regular cuando tenemos problemas de baja autoestima preferimos vivir de noche. Esto se debe a que es cuando todos duermen que tenemos la ilusión de que nadie molesta y somos libres.

Pero es una ilusión peligrosa porque lo único que sucede es que nos aislamos más, sacrificamos la salud en más de una forma. Y una de ellas es la generación de vitamina D, que solo llega por exposición a la luz solar.

Sí, la luz del sol es buena, contra todo lo que nuestros amigos emos, darks y góticos piensen.

La luz solar hace que nuestra piel genere vitamina D, que ayuda a que el cerebro funcione de forma correcta y evite depresión, ansiedad y angustia.

Salir a la luz del sol sin gorra ni bloqueador, por 30 minutos al día, es una práctica sana que promueve la alegría y un cuerpomente sano. Obvio, eso es un buen paso para comenzar a reparar nuestra relación con nosotros mismos.

Referencias aquí y aquí.

 

8. Tu religión

Este es un punto muy espinoso y lo mantendré corto, pero una religión basada en la culpa y en la vergüenza del cuerpo humano, siempre afecta la autoestima.

Sin importar tu religión, siempre es bueno cuestionar y revisar si lo que sientes es originado por dogmas o ideas irrefutables. De ser así, es tiempo de emigrar a pasturas más verdes.

 

9. Tus opiniones

Tener opiniones sobre lo que nos rodea es bueno. Así es como nos relacionamos con el universo y aprendemos lo necesario para la vida.

Casarnos con las opiniones y volverlas pilares de nuestra personalidad es terrible. Cada juicio inamovible es una piedra que llevamos a cuestas en la espalda que nos inmoviliza y nos evita crecer como personas.

Las opiniones y los juicios sobre uno mismo son rocas radiactivas. A parte de pesadas, contaminan todo lo que hacemos.

Estar atentos a nuestro diálogo interno y a los juicios es vital. Así es como comenzaremos a cobrar consciencia de las trampas que nos ponemos y seremos capaces de detener el sabotaje en el que incurrimos.

 

10. Tu envidia

Reservé la envidia para el punto final porque creo que es el factor determinante para la baja autoestima.

La envidia nace por dos razones: presión social de ser siempre perfectos y por las eternas comparaciones internas a las que nos sometemos. Evaluamos nuestro progreso personal y lo contrastamos con la vida de otros, lo cual nos lleva a la depresión pues jamás podremos ser como los demás.

Y en realidad la envida es sólo una historia más contada por la mente. Pero esta historia es altamente destructiva porque nos hace infelices desde el momento que surge. Cancela la inteligencia y comienza a crear odio en el corazón.

Al igual que las opiniones, la envidia es un pensamiento al que hay que vigilar de cerca. Tan pronto notemos que llega, hay que regresar al momento actual y agradecer lo que somos y lo que tenemos. Necesitamos entender que el presente es lo único que tenemos y que si lo perdemos por compararnos con los demás, dejaremos de vivir.

Hasta aquí la pequeña lista de 10 cosas que hacemos para destruir la autoestima. No está completa. ¿Tienes sugerencias o más factores? ¡Ayúdame a completar la lista en los comentarios!

Y si te interesa tener una mejor relación contigo, te invito a Hikari, el taller de meditación y autoestima.

Las diez cosas con las que destruyes tu autoestima [Parte 1/2]

Las diez cosas con las que destruyes tu autoestima [Parte 1/2]

 

Aunque he sido budista desde la adolescencia, los valores de esta filosofía comenzaron a quedar cementados en mi hasta mis 30’s. Esto significa que por muchos años pensé que el universo tenía un complot personal contra mi y yo era mi peor crítico y enemigo. Sobra decir que no me la pasaba nada bien porque simplemente no aceptaba nada de mi mismo.

Sí, mis problemas de autoestima fueron severos.

No me volví loco gracias a la práctica budista, la meditación y las artes marciales. En carne propia descubrí lo que significa nunca cubrir las expectativas interiores.

A pesar de ser buen estudiante, hijo que no daba problemas, buen amigo y de ser muy tranquilo con los demás; en mi mente era tonto, feo y no valía nada. Siempre tenía un pretexto para el sabotaje.

Me tomó muchos años de observación, experimentación y lectura entender todo lo que estaba pasando, para poder tomar acciones concretas que me ayudaran.  Entendí que la mala autoestima es un problema de compasión, pero también es un problema de administración (gestión) de la información que nos metemos a la cabeza.

Todo lo que consumimos nos afecta más de lo que imaginamos, pero ni siquiera se nos ocurre pensarlo pues estamos muy cómodos siendo miserables. La mente no es diferente al cuerpo en muchos sentidos, y la nutrición es clave para mejorar.

Si alimentamos al cuerpo con basura, responderá como basurero y se enfermará.

Si alimentamos la mente con basura, responderá como basurero y se enfermará.

Muchas personas que me consultan sobre autoestima se sorprenden cuando doy una lista de cosas que hacemos mal y que nos mantienen envenenados por dentro. Al dejarlas o cambiarlas por mejores opciones, la vida cambia y (literalmente) se vuelve más ligera.

Así que comparto esta pequeña e incompleta lista de 10 cosas que destruyen la autoestima. Cada punto puede ser expandido a muchas páginas, así que lo mantendré corto para no aburrir 🙂

1. Lo que escuchas

La música es básica para el ser humano. Es una expresión sublime que dice mucho de lo que somos y dicta cómo nos relacionamos con el universo. Hay para todos los gustos, pero existen canciones que nos causan más daño de lo que imaginamos.

Cualquier melodía que promueva el odio de cualquier tipo, el crimen o narre historias de violencia, afecta nuestra forma de ver el mundo y cómo tratamos a los demás.

Nada de malo escuchar metal o música gótica de vez en cuando, pero no debe ser nuestro único género. Hay que analizar lo que escuchamos y decidir si en verdad queremos ser parte de un movimiento que trate a los demás como objetos o que hable de tristeza y depresión.

2. Lo que miras

Al igual que la música, el contenido visual que consumimos nos afecta mucho. Si ves películas depresivas o de violencia todo el tiempo, estarás distorsionando tu visión del mundo. También tu valoración como persona se vendrá abajo.

No es que ver películas de crimen te vuelva criminal, no. Tampoco los videojuegos te vuelven asesino en serie. Pero sí estarás hipervigilante de las cosas malas de la vida y vivirás en un mundo donde la violencia está justificada. Y la violencia siempre comienza dentro de uno mismo.

3. El tipo de amigos

Ser amable y ayudar a los demás nos rodea de personas maravillosas. Pero si tenemos problemas de autoestima y nuestros amigos están igual de deprimidos que nosotros, nunca saldremos adelante.

No hay que decir adiós a todas nuestras relaciones. Solo hay que revisar si los amigos no nos están llevando hacia abajo con ellos. De ser así, tomar un par de semanas lejos es buena idea.

4. Cómo hablas

El lenguaje nunca es inocente. Todo lo que decimos tiene una intención clara y directa, por más que lo neguemos. Si nos referimos a nosotros mismos con palabras destructivas, estaremos cavando un pozo muy profundo del que será cada vez más difícil salir.

No se trata de hablar con lenguaje optimista vacío. Se trata de entender que nuestras palabras nos afectan, para evitarlas o cambiarlas.

5. Facebook e Instagram

Estas redes sociales son veneno puro para la autoestima, pues nos obligan a justificar nuestra vida ante los demás para cumplir con sus expectativas. Y entonces las comparaciones nunca se detienen. Al ver cómo los demás gozan en un bar, del ejercicio o de una comida maravillosa; comenzamos a criticarnos y a juzgarnos de una forma cruel.

Es un abismo negro en el que todos deben tener una vida perfecta porque saben que los demás estarán evaluando y comentando cada una de las acciones, opiniones o imágenes que publiquemos.

En muchos estudios se ha ligado directamente la presión social de Facebook, con comportamientos autodestructivos y depresión. Referencias aquí y aquí.

Facebook e Insta puede ser una gran herramienta de comunicación y de trabajo. También son muy divertidos. Pero hay que estar siempre atentos al tipo de información que consumimos, y lo que compartimos.

Si estas redes son causa de estrés, te deprimen o te causan angustia, es hora de cerrar la cuenta.


Si quieres saber más sobre el taller de autoestima, haz clic aquí. Quedan pocos lugares.

 

Baja autoestima en el Budismo Zen

Baja autoestima en el Budismo Zen

 

Existe una anécdota de SS Dalai Lama que me gusta mucho. No sé la veracidad de esta historia, pero siempre que la recuerdo me hace sonreír.

En una de las primeras visitas de SS a los Estados Unidos, supuestamente dio una conferencia en alguna universidad en donde le preguntaron cómo hacía el budismo para tratar la baja autoestima.

Su Santidad se quedó estoico y tuvo que consultar con sus traductores, pues no comprendía la pregunta. Luego de unos minutos de discusión, el Maestro dijo que en el budismo no hay tal cosa como autoestima.

Autoestima es un concepto occidental para explicar la relación que tenemos con nosotros mismos, pero en el budismo la autoestima no existe pues sabemos que el ego es solo una ilusión. Y si hablamos en particular de la práctica Zen, la autoestima es solo un juguete con el que nos distraemos de nuestra misión de bodhisattvas.

Desde el momento que se usa la palabra auto (uno mismo, por sí mismo), estamos en contra del Buddhadharma. Ya sea dharma budista, yogi, sikh o hinduista; las filosofías asiáticas antiguas sabían y promueven en la actualidad, que el YO es una fantasía que nos lleva al sufrimiento.

Justo porque sabemos que el ego no existe, es la razón por la que no sabemos cómo tener una relación amable con él. ¿Cómo relacionarte con algo que no es real?

Esto es lo que decía Shakyamuni Buda sobre el Yo o el Ego:

Por lo tanto, bhikkhus, aquí, cualquier materia pasada, futura o presente, interna o externa, basta o sutil, inferior o superior, distante o cercana, toda la materia debería ser considerada con recto entendimiento y de acuerdo con la realidad como ‘esto no es mío’, como ‘esto no soy yo’, como ‘esto no es mi persona’. Cualquier sensación pasada, futura o presente, interna o externa… distante o cercana, toda la sensación debería ser considerada con recto entendimiento y de acuerdo con la realidad como ‘esto no es mío’, como ‘esto no soy yo’, como ‘esto no es mi persona’.
El Buda, Anatta-Lakkha?a Sutra

Para el Buda no hay tal cosa como «yo» o «mi persona». En varias de sus enseñanzas podemos ver su insistencia para que comprendamos esta verdad. Sin embargo somos occidentales y estamos desesperados por mejorar la autoestima. La buena noticia es que es completamente posible tener una mejor relación con uno mismo. La mala es que requiere trabajo de introspección y tocar la espiritualidad.

La baja autoestima es un problema permanente para muchos de nosotros, pues no hay nada que hagamos que llegue a las expectativas de lo que IMAGINAMOS que los demás esperan de nosotros. Y, aún más grave, la mala autoestima viene por nuestras propias acciones cuando generamos expectativas de nosotros mismos.

Tener baja autoestima es doloroso, nos confunde y queremos escondernos en un hoyo para que la vida pase por encima sin notarnos. En ese proceso estamos en constante revisión de nuestros errores y omisiones para castigarnos por ello.

Comenzamos a castigarnos usando un harma muy cruel: el pensamiento. En la mente generamos críticas, comparaciones, envidias y nos evaluamos todo el tiempo. Si por alguna razón hacemos algo bien, nos esforzamos en buscar lo malo para poder seguir sufriendo cómodamente. Si hacemos algo mal, entonces justificamos el discurso destructivo con argumentos devastadores como ya lo sabía o siempre me pasa esto. 

Pero, ¿qué son todos estos artilugios de tortura que la mente nos lanza? ¿Qué es todo ese ruido que no nos deja tranquilos?

Son sólo historias. Ficción pura.

El problema es que son tan fáciles de procesar y tan pegajosas, que las tomamos y nos las clavamos en el corazón. Pa’que duela, dicen en mi pueblo.

La mente crea cuentos y expectativas de cómo deberían ser las cosas y cómo deberíamos ser, para luego contrastar con lo que creemos que los demás esperan de nosotros. Debido a que las fantasías y cuentos mentales jamás empatarán con la realidad, entonces fallamos una y otra vez. Así sucesivamente, hasta que nuestra percepción personal se va corroyendo y se pudre por completo.

En la mayoría de los casos que conozco (y en mi propia vida), los problemas de autoestima son el resultado de las palabras que nos decimos a nosotros mismos.

Si todo el tiempo te dices feo, te verás feo y te comportarás como feo.

Si todo vas por la vida llamándote tonto, la inteligencia en efecto te abandonará y tu existencia será una sucesión de errores.

Cuidado con lo que te dices, porque te estás escuchando; dice una sabia cita.

Para la psicología budista la baja autoestima se manifiesta y se nutre del lenguaje interno, pero su raíz es mucho más profunda.

Todo este lenguaje de violencia y maltrato personal tiene su punto de origen en el hecho de que no practicamos la compasión.

Nuestra cultura ha dejado la compasión de lado y la cambió por un iPhone. Tapamos los huecos existenciales con objetos y apps, para olvidar que la benevolencia es un poder supremo que mueve al universo.

Entender que todos los seres vivos pueden sufrir es un buen inicio para entender compasión. Pero además es necesario dejarnos en claro que también nosotros somos seres vivos, ergo sufrimos. Y lo hacemos aún más cuando los ataques vienen desde adentro.

Vernos a nosotros mismos desde afuera, con amor y compasión, nos da el impulso para querernos un poco más y poner atención a nuestro lenguaje interno.

Por supuesto, no se tiene que ser un orador motivacional para lograrlo. Es cuestión de sentarse en silencio por unos 20 minutos diarios a ver pasar los pensamientos sin aferrarse a ellos. Es con la práctica de Zazen que uno encuentra la sabiduría que el Buda nos deja, para poderla incorporar a nuestro cotidiano.

¿Cómo practicar zazen? Qué bueno que preguntas. Puedes comenzar aquí.

Ya que es un tema que a muchos nos sirve, seguiré escribiendo al respecto en las siguientes 3 semanas. ¿Tienes problema de autoestima? ¿Qué te ha resultado para mejorar? ¡Comparte en los comentarios!

Si te interesa saber más o necesitas mejorar tu autoestima, te invito al taller que comenzará muy pronto.

Verso Improvisado, poema Zen por el Patriarca Heoeung Dang

Verso Improvisado, poema Zen por el Patriarca Heoeung Dang

 

Nublado, luego cielo azul.
Cielo azul, luego nublado.
La precisión del cielo es como mi mente.
¿Cómo puedo controlar esta mente
y luego enseñarle al universo a elegir
entre cielo azul o lluvia?
La nube trae lluvia a la Montaña del Sur.
Los pinos mandan viento hacia el Valle del Norte.
Todas las cosas gozan el instante.
Aún las golondrinas dejan que los insectos
caigan de sus picos.

— Patriarca Heoeung Dang del Budismo Seon. Corea, 1515–1565

El aire juega con los árboles. Las montañas danzan con las estaciones del año; a veces se visten de blanco y otras de verde. Las aves vuelan por doquier y no se detienen a revisar Facebook. Los delfines no están presionados por ir a comprar a la barata nocturna.

El Patriarca Heoeung Dang sólo necesitaba contemplar las montañas para improvisar unas líneas que trascenderían el tiempo y las culturas.

¿En verdad te crees el cuento de que necesitas tantas cosas para estar bien?