En el silencio de la autocompasión, encontramos la fuerza para sanar nuestras heridas más profundas. Por eso este taller está pensado para personas que no han encontrado la manera de mejorar su relación consigo mismos. Juntos aprenderemos el valor de la práctica budista para que la compasión deje de ser algo inalcanzable. Puede ser parte de tu día a día.
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Los humanos somos especialistas en buscar problemas a las soluciones. Por ejemplo, algo que debería ser sencillo como usar papel y lápiz para tomar notas, lo convertimos en algo complicadísimo que requiere computadoras, conexión a internet, apps y hasta inteligencia artificial.
Regresar a papel y lápiz, entonces, es como descubrir el hilo negro.
La autocompasión es justo así. A veces es tan sencillo salir de la baja autoestima, que no podemos ver la solución que siempre ha estado en nuestras narices.
Así es la Regla de Oro de la compasión. Es una regla moral tan antigua como la humanidad misma, está en muchas culturas del mundo, pero la enterramos entre toneladas de ego mantecoso, para olvidar que existe.
“Trata a los demás como te gustaría que te traten”.
Simple. Elegante. Aunque la manera de expresar la regla cambia en palabras y contextos, su esencia es la misma: tratar a los demás con bondad y respeto, reconociendo nuestra interconexión y el valor intrínseco de cada ser humano.
Debemos rescatar esta práctica porque puede ser una guía poderosa en nuestra búsqueda de autocompasión y bienestar emocional, ya que también se aplica de ti para ti.
Shakyamuni Buda compartió enseñanzas similares sobre el amor y la compasión hacia todos los seres. En Dhammapada, Shakyamuni nos dice:
“El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna”.
Estas palabras nos recuerdan que nuestro bien estar está intrínsecamente ligado al bienestar de los demás. Si nos tratamos con amor y compasión, somos capaces de irradiar esa energía positiva hacia los demás y contribuir a la creación de un mundo más compasivo y amoroso.
Algunas ideas para aplicar la Regla de Oro
Cuando aplicamos la Regla de Oro a la autocompasión, nos abrimos a un amor incondicional hacia nosotros mismos. Los siguientes puntos son solo algunos ejemplos de cómo la Regla aplica perfecto para uno mismo.
1. Sé amable contigo: Trátate con amabilidad y ternura, tal como lo harías con un ser querido. Permítete cometer errores y aprender de ellos, sin juzgarte de manera severa.
2. Cultiva la comprensión: Desarrolla la habilidad de entender tus propias luchas y dificultades. Observa tus pensamientos y emociones con compasión y curiosidad, en lugar de juzgarte duramente.
3. Cultiva el perdón: Perdónate a ti mismo por tus errores pasados y libérate de la carga del resentimiento y la autocrítica. Reconoce que todos cometemos errores y que el perdón es una parte esencial del crecimiento personal.
4. Nutre tu bienestar: Cuida tu cuerpo, mente y espíritu. Prioriza el autocuidado y las actividades que te brindan alegría y paz. Date permiso para descansar, relajarte y rejuvenecer.
5. Cultiva la gratitud: Aquí es donde se detienen las comparaciones con otros. Reconoce y aprecia las cualidades positivas que posees. Enfócate en lo que valoras de ti mismo y de tu vida. Practica la gratitud por las pequeñas cosas y encuentra momentos de alegría en lo cotidiano.
Por supuesto, incluir la Regla de Oro no es fácil cuando comenzamos a entenderla. Hay que desactivar el campo minado que hemos creado en nuestro corazón. Pero para eso está el budismo: para caminar un paso a la vez hacia la sanación.
El ego inflamado y fuera de control es la principal razón por la que no podemos sentir compasión por uno mismo. Esto es un grave problema para la humanidad porque hemos construido una civilización basada en el culto al ego. ¡Lo hacemos todo para que el ego esté cómodo y mimado!
Pero habemos muchos que tomamos la ruta contraria. Hacemos lo posible para disminuir nuestra importancia en el esquema de la vida. Convertimos el ataque a uno mismo en un estilo de vida del cual es muy difícil salir. El sufrimiento que resulta es tan grande que ni siquiera podemos buscar la salida.
La práctica Zen nos ayuda mucho a entender que el ego es tan solo una colección de narrativas a las que nos aferramos. Es posible cambiar las cosas y tratarnos con cariño, pero es necesario comprender un concepto esencial para el budismo y las escuelas que se desprenden del Mahayana: todos los seres vivos somos Buda.
Y el Buda es nuestro maestro. Lo admiramos, estudiamos su filosofía y conectamos con él a través del respeto y el amor a alguien que nos abre la puerta para dejar de pasarla mal en la vida.
Dogen Zenji, el creador del Soto Zen, decía:
Cada persona posee naturaleza búdica. [Monjes,] No se traten mal.
Si entiendes que eres un Buda en desarrollo y el Buda es tu maestro, ¿tratarías mal a alguien que quiere que salgas adelante y que vivas feliz? No. Todo lo contrario.
El Buda en ti es enorme, amoroso y compasivo. Es el mejor maestro que puedes tener. No hay razón para tratar mal al Buda. No hay razón para que te trates mal.
También Master Dogen decía:
Los Budas primordiales están diciendo: no actúes de forma incorrecta. Hacer todo tipo de bien de manera sincera, aclara tu mente. Esta es la Enseñanza de todos los Budas.
El Zen es la vía de la compasión universal. Tratamos bien a todos los seres vivos porque sabemos que eso hace que la vida pueda seguir adelante.
Tú eres solo un ser vivo más, un Buda. Si comienzas a tratarte con respeto y cariño, estás siendo un ser amoroso y valioso para la vida. Todos esos sentimientos terribles que vienen de la no-compasión por ti, se deslavan. Se esfuman como el vapor cuando tu prioridad es la compasión a todos los seres.
La compasión por uno mismo no es un acto de egoísmo, sino de sabiduría. Es aceptar al Buda en tu corazón. Al reconocer nuestra naturaleza búdica, nos liberamos de las ataduras del ego y nos abrimos al amor incondicional.
Este momento eres tú en armonía con el cosmos
El Zen nos enseña a vivir en el presente, sin aferrarnos al pasado ni temer al futuro. Detiene en seco la autocrítica y las comparaciones. Nos da la oportunidad de experimentar paz y satisfacción que brotan de nuestro interior.
No se trata de negar nuestros problemas o sufrimientos, sino de aceptarlos con ecuanimidad y transformarlos en oportunidades de crecimiento.
Practicar Zen es practicar la compasión por uno mismo y por todos los seres, y realizar la verdad de que todos somos Buda.
El término Zen mukudoku, significa «sin mérito». Se refiere a que, si queremos hacer una buena obra buscando reconocimiento o algo a cambio, entonces la buena obra se disuelve en nuestro ego inflamado.
En el teisho de esta semana conoceremos el origen del concepto con un cuento de nuestro Primer Patriarca del Zen, Bodhidharma.
En una reunión con el emperador Wu de Liang, Daruma le dijo al emperador que no tenía ningún mérito por construir templos, copiar sutras y ordenar monjes. Bodhidharma quería enseñarle al emperador que el mérito no es algo que se pueda obtener por hacer buenas obras con fines mundanos, sino que es el resultado natural de hacer las cosas con un propósito puro y sincero.
Esta enseñanza es central para la práctica de compasión y para encontrar nuestro propósito en la vida.
¡Nos vemos el domingo!
Dana
Como monjes budistas dependemos de la generosidad de nuestra comunidad para nuestro sustento. No tenemos salario y vivimos con sencillez, por lo que cada donación es muy apreciada.
Con tu ayuda, me es posible continuar difundiendo las enseñanzas del Buda y de los Patriarcas del Zen, y compartiendo su mensaje de compasión con el mundo.
Tu donación me ayudarás a seguir ofreciendo clases de Budismo Soto Zen, Zazen y otras actividades que benefician a la comunidad. ¡Gracias por tu amabilidad y generosidad!
Zazenkai significa Meditamos Juntos, y son las reuniones semanales de una sangha Soto Zen. En Grupo Zen Ryokan nos reunimos todos los domingos, para una pequeña ceremonia, practicar Zazen juntos y aprender Budismo Soto Zen.
Si estás fuera de Guadalajara, Jalisco, puedes participar con nosotros vía Zoom en vivo, o ver la transmisión grabada en YouTube.
El tema del día será: Mukudoku. Si buscas mérito, no hay mérito
Los espero:
Día: Domingo 7 de mayo de 2023.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 11:00h Madrid 18:00h
Por respeto al Maestro y los asistentes, LLEGAR TEMPRANO. Comenzamos a la hora en punto y se cerrará la reunión de Zoom.
Aunque sabemos que es una locura y la mejor receta para sufrir, no sabemos cómo detener las críticas y las comparaciones haca nosotros mismos. El ambiente social y económico que hemos creado vive de que estemos presionados y estresados todo el tiempo.
Pero eso es muy cansado y necesitamos una puerta de escape a todo esto que nos hacemos. La práctica Zen sin duda provee medicina para esta enfermedad, aunque no nos da una píldora mágica. Nos da un esquema y lineamientos para vivir de forma más pacífica y digna, pero requiere disciplina y la presencia de un maestro.
El Budismo Zen nos invita a practicar la compasión y el amor hacia nosotros mismos, así como hacia los demás. En Buda nos enseña:
«Si te encuentras a ti mismo herido o afligido, compadécete a ti mismo en lugar de culparte o enojarte contigo mismo».
Para Shakyamuni, la compasión (Karuna, en sánscrito) no es una conducta nihilista, sino un llamado a la acción. Si está en nuestras manos ayudar a que un ser salga del sufrimiento, lo hacemos. Y tú eres un ser vivo tan digno como cualquiera para ser ayudado. A veces esa ayuda debe nacer dentro de ti.
La práctica de la compasión nos ayuda a aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, sin juicios ni críticas, lo que nos permite vivir una vida más plena y feliz. La compasión también nos ayuda a conectarnos con los demás, a ser más empáticos y a entender mejor sus necesidades y emociones.
Desde el Zen
En el Budismo Zen, la compasión está estrechamente relacionada con la vacuidad, que se refiere a la idea de que todas las cosas son impermanentes y están interconectadas. Dogen Zenji decía, basado en el Sutra del Corazón que:
«Vacuidad es forma, forma es vacuidad».
En otras palabras, todo está vacío de una existencia independiente (Anatta, en pali), y todo está interconectado y en constante cambio. Tu corazón, tu mente y todo tu ser son cambio.
Esta comprensión de la vacuidad nos ayuda a practicar la compasión de manera más profunda, ya que nos hace darnos cuenta de que no somos seres separados, sino que estamos todos interconectados y afectados por las acciones y emociones de los demás. Shakyamuni Buda también decía:
«Así como una madre protege a su único hijo con su propia vida, uno debe cultivar un corazón inmenso con todas las criaturas».
Aunque la palabra “auto” es una falacia para el Budismo Zen, sé que para la mente occidental es necesaria. Por eso practicar autocompasión es importante para conservar la cordura y la salud mental. Es una habilidad que puede ayudarnos a mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.
Cinco acciones budistas para comenzar a ser compasivos
Entonces, ¿cómo podemos cultivar la autocompasión en nuestras vidas? Aquí hay algunas sugerencias:
Practica la meditación: la meditación y la atención plena son prácticas poderosas que pueden ayudarnos a cultivar la conciencia plena y, al disminuir el discurso del ego, abrir la puerta a la compasión con todos los seres.
Observa tus pensamientos: Tomate un momento para observar el flujo de pensamientos y emociones sin juzgarlos ni reaccionar automáticamente. Al principio es muy difícil, pero con la práctica será posible.
Habla contigo mismo con amabilidad: Todo lo que te dices y cómo te lo dices, importa. En lugar de ser crítico y duro contigo mismo, háblate con amabilidad y cariño. Trátate como tratarías a un amigo cercano.
Acepta los errores: Todos cometemos errores y enfrentamos dificultades. Aprende a ver tu pasado a través de la palabra GRACIAS y trata de verlo como oportunidad para aprender y crecer.
Estudia las palabras del Buda: El budismo es una filosofía práctica sobre compasión. ¡Está por todos lados! El Buda siempre tendrá las palabras adecuadas para ayudarte a seguir adelante sin sufrir tu existencia.
En resumen, la autocompasión es una habilidad importante que puede mejorar nuestra salud mental y emocional, así como nuestras relaciones con los demás. Cultivar la autocompasión requiere práctica y paciencia, pero puede ser una habilidad transformadora.
El 30 de abril se celebra el día del niño, en México. En este Zazenkai hablaremos la importancia de honrar a nuestro niño interior.
En la práctica Zen, a menudo nos enfocamos en Zazen y la reflexión, pero en esta ocasión, queremos destacar la importancia del juego y la alegría en nuestras vidas. Nuestra práctica nos permite regresar a ese estado de mente pura de niño. Como Shakyamuni dijo en Dhammapada: «Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona».
Es esencial que nunca dejemos de jugar y sonreír, incluso en los momentos más difíciles. A través del juego, podemos conectarnos con nuestra creatividad, liberar tensiones y reencontrarnos con nuestro niño interior, un aspecto fundamental de nuestra personalidad que a menudo olvidamos en nuestra vida adulta.
Exploraremos cómo el juego y la práctica Zen se conectan, y cómo podemos incorporar esta idea en nuestras vidas diarias. Hablaremos sobre la importancia de mantener viva nuestra conexión con la alegría, la inocencia y la creatividad que caracterizan a los niños.
¡Nos vemos el domingo!
Dana
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Día: Domingo 30 de abril de 2023.
Hora: Ciudad de México / Guadalajara 10:00h Caracas / La Paz 11:00h Madrid 18:00h
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Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi