Muchas personas me preguntan si deben ir a un monasterio para aprender sobre Budismo Zen. Mi respuesta es la misma: no, no es necesario.
Las enseñanzas del Buda y de Dogen Zenji están tan bien diseñadas que sólo se tratan de palabras lindas que nos hacen sentir lindo una vez. Son un sistema de acciones y conocimiento que nos llevan a una vida tranquila. Promueven el cultivo de la disciplina y habilidades que, aunque no lo creas, nos liberan de estrés y los malestares de la vida cotidiana.
No se necesita ser un estudioso de filosofía o un monje para entender y conectar de manera profunda con las palabras de Shakyamuni o los Patriarcas del Zen. ¡Están dirigidas para todos! El Buda y Dogen hablaban por igual con reyes, militares, clérigos, comerciantes. Ahí radica el secreto de que el dharma se haya mantenido vigente por milenios.
El Sendero Puro es la manera de caminar en esta existencia con atención plena y practicando los valores budistas en dondequiera que estés.
Llegamos a esta Vía entrenando la mente para producir pensamientos y acciones que ayuden al bienestar de los demás seres que nos rodean. Cultivamos una vida saludable con el desarrollo de cualidades como empatía, gentileza, paciencia, perseverancia, concentración y atención plena al presente.
Con la práctica comenzamos a tener una existencia con menos estrés ante las situaciones difíciles o demandantes. Dejamos de ser esclavos de los pensamientos y de las emociones.
Debido a que el Budismo es una filosofía sin dioses, este Sendero Puro es para todos los seres humanos y es independiente de cualquier religión.
En esta serie aprenderemos cómo el Budismo Zen se puede llevar a la escuela, a la oficina o a la pareja.
Nuestra guía será la línea 183 del Dhammapada. En el Capítulo 14, titulado el Buda, Shakyamuni nos dice:
El abandono del mal, el cultivo del bien y la purificación de la mente: tal es la enseñanza de los Budas.
Hace tiempo un amigo fue despedido de su trabajo. Con tristeza y angustia, publicó en su Facebook un largo lamento en el que expresaba los hechos, sus sentimientos y sus miedos. En lugar de recibir empatía o palabras de apoyo, recibió 25 «me gusta».
Si miramos esta respuesta desde lejos, parece inocente. ¡Todos usamos el botón de «me gusta»! Pero si nos detenemos a pensar, sus 25 amigos estaban validando y a favor de que la persona se quedara sin trabajo.
En otros ejemplos, he visto cómo personas publican quejas o peticiones de ayuda, solo para recibir «me gusta». También he sido testigo de muchos que al encontrar más de un párrafo en el muro de alguien, descartan el contenido del texto para deslizar la pantalla hasta el botón de dedo’pa’rriba y pulsarlo. Peor aún, escriben «JAJAJA» u «OK», sin saber qué de qué se trataba el asunto.
Hablando de mi experiencia personal, intenté que mis talleres y comunidad budista existieran en Facebook, pero me encontré con el mismo fenómeno una y otra vez. La gente no lee, no se comunica y, apelando a la comodidad de las redes sociales, solo dan «me gusta».
Hace unos días pregunté en un grupo de uno de mis talleres: «¿Tienen alguna duda?». En lugar de preguntas o una conversación, la gente solo pulsó el botón de la pereza. No tuve comentarios, preguntas ni dudas. Eso es grave para cualquier maestro.
Y me quedó claro lo que he pensado desde hace años: el botón de «me gusta» es una calamidad para la comunicación humana.
Entiendo la psicología detrás de este fenómeno, pero como comunicador y maestro también veo más problemas que soluciones. El fundamento de la comunicación humana es compartir ideas usando un código común, con el que un mensaje es emitido, decodificado y aprehendido… para generar retroalimentación. Este intercambio nutre la civilización humana y es necesario para nuestra subsistencia como especie. ¡Es lo que nos hace crear y ser!
El botón de «me gusta» significa validación y aceptación. Me parece útil y divertido para dar vistazos rápidos a información volátil como memes o fotos de comida. Pero si se trata de comunicación útil, se convierte en el portavoz de la pereza y la apatía. Crea conformismo, malos entendidos y confusión. No es casualidad que Facebook se haya convertido en la causa principal de divorcios y bullying en varias partes del mundo.
El punto de vista del budismo
El Noble Sendero Óctuple que nos marca el Buda para lograr la liberación, incluye el principio de Habla/Expresión Correcta. Nos entrenamos para que nuestras comunicaciones sean virtuosas, amables y útiles para los demás. Pulsar el botón de la pereza, en muchos casos, solo genera más ruido y confusión de lo que creemos.
Siguiendo este precepto, cada uno de nosotros debemos pensar cómo usamos el botón de «me gusta» y preguntarnos: ¿de verdad estoy usándolo para algo útil? ¿De verdad estoy entendiendo el mensaje que estoy por validar?
Si se aprecia a la persona o la idea que estamos leyendo, me parece que tomarse unos segundos para escribir un mensaje sincero es mucho más valioso que demostrar apatía con el botón de «me gusta».
Comunicaciones honestas y claras, producen relaciones honestas y claras.
Con más de 2,500 años de tradición y millones de seguidores en todo el planeta, el budismo se ha mantenido vigente porque es el manual de usuario para la humanidad.
El Budismo Zen es particularmente útil para la vida contemporánea. Nos enseña lo esencial para no sumirnos en el estrés, dejar las conductas compulsivas, soltar las cosas que nos lastiman y las obsesiones. Aceptamos el estado de las cosas, como son y sin complicaciones.
El estudio del Zen, su historia, arte y filosofía, abre la puerta a una vida espiritual profunda basada en la práctica del Buda-dharma, el Silencio, la Gratitud, la Compasión y la Generosidad.
Grupo Zen Ryokan abre el curso formal de estudio Introducción al Budismo Zen. Es un programa para practicar budismo en una Sangha y comenzar a vivir por el Dharma.
¿Por qué es formal? Porque requiere compromiso, dedicación y constancia.
Este primer módulo sentará las bases para incorporar las enseñanzas del Buda a la vida cotidiana y nos dará los elementos para introducirnos a la filosofía Zen.
Querer ser felices es parte importante de nuestra identidad como seres humanos. Es la más noble de todas las búsquedas porque en el camino hacia ella, es donde crecemos y maduramos.
Pero aunque nos esforcemos mucho, la mayoría de nosotros jamás llega a conocer la verdadera felicidad. ¿Será que estamos levantando las rocas equivocadas? ¿Será que la felicidad no es lo que deberíamos estar buscando?
El Budismo es un sistema que nos muestra el camino pero nunca ha prometido la felicidad. Nos ofrece ecuanimidad y satisfacción a cambio de nuestra disciplina y entrenamiento. Nos da un punto estable para vivir esta existencia humana, sin excesos y con auto-regulación.
En esta charla dharma tocamos este tema y un poco más.
En algún momento de la vida, todos hemos odiado nuestro trabajo. Nos quejamos hasta el infinito y no hay nada que nos haga felices. Esta es una condición normal del ser humano cuando el ego se sale de control y solo piensa en el beneficio personal.
¿Pero qué tal si existiera una manera de apreciar el trabajo, más allá de la negación y el rechazo? ¿Sería posible vivir en paz en el trabajo?
El Buda nos dejó la enseñanza de la Forma de Vida Correcta, parte del Noble Sendero Óctuple. Shakyamuni nos recuerda que debemos llevar pan a la mesa de manera honesta y ética; pero también que sí podemos vivir con gratitud y paz con lo que hay.
Pienso sobre la Vanidad del Mundo.
En mi corazón hay un pensamiento,
pero me es difícil expresarlo en verso para ti.
Si me preguntas qué es…
el viento agita las campanas en la esquina del Salón Dharma.
Agarrar un cepillo para limpiar o recitar un verso.
No es mi estilo.
Estar en silencio frente a la ventana. Esa es mi práctica.
¿Siquiera sabes el significado de la verdad que viene del Oeste?*
El viento se lleva el sonido del riachuelo hacia
las barandillas iluminadas por luz de la luna.
¿Qué clase de verdad has estado tratando de encontrar todo el día?
Es como si quieras encontrar al buey mientras lo montas.
¡Qué absurdos son los practicantes estos días!
Cuando cesas las búsquedas,
puedes llegar a la Iluminación por tu propia mente.
Hay quienes con extrañas palabras y habla presuntuosa
aseguran poseer el conocimiento.
Se hacen pasar por sabios solo porque ha visto mucho
o han escuchado mucho.
Aunque estuvieran bien instruidos en los sutras,
y aunque pudieran componer poesía fina;
si no conocen la mente,
todo lo que hacen será en vano.
—Por Wolbong, maestro Seon, Corea (1624-?). Traducido por Kyonin.
¿Cuánto sabe un maestro budista?
No es la cantidad de libros que ha leído o la manera grandilocuente con la que se expresa. Tampoco son los títulos o las fotos con personas famosas.
Un Maestro Zen guarda y enseña silencio.
–
* El Oeste. En muchos textos budistas se hace referencia al Oeste. Es una manera corta, pero elegante, para referirse al Buda o a las enseñanzas que vienen del norte de la India, la tierra del Buda.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi