Siempre que miro la vida urbana que me rodea siento que cada persona que camina a mi lado tiene muchas historias que me gustaría escuchar. En sus ojos puedo ver semillas de preocupación, prisa, alegría o concentración en algún pensamiento.
Me gusta observar porque me siento parte de estas historias y conecto con esa humanidad. Toca mi corazón. Pero al mismo tiempo, cada vez más veo falta de compasión por el ser. Esto no es de una persona, sino de todos. En algún momento de nuestra vida dejamos de sentir compasión por uno mismo y es nos trae mucho dolor.
Somos capaces de pedir dignidad, cariño y respeto a los demás, pero no sabemos cómo tratarnos con eso valores para ser felices. Todo lo contrario. Emitimos juicio y sentencia por lo que somos y la espiral de dukkha se vuelve insuperable.
La autocompasión es la capacidad de tratarnos a nosotros mismos con amabilidad, comprensión y aceptación, especialmente cuando estamos sufriendo o cometemos errores. Es reconocer que somos humanos y que tenemos limitaciones, sin juzgarnos ni criticarnos duramente.
Sí, sé que suena difícil de lograr. Pero hay buenas noticias.
La autocompasión no es egoísmo ni debilidad. Al contrario, es una forma de fortalecer nuestra relación con el interior y nuestra resiliencia. Cuando nos sentimos compasivos con nosotros mismos, somos más capaces de enfrentar los desafíos de la vida y de relacionarnos con los demás desde el amor y la empatía.
Budismo Soto Zen con la autocompasión
El fundador de esta tradición budista a la que pertenezco fue Dogen Zenji, un monje japonés del siglo XIII que viajó a China para estudiar el Zen y regresó a su país con una profunda comprensión de la naturaleza de la realidad y del ser humano.
Dogen enseñó que todos los seres tienen la naturaleza búdica, es decir, el potencial de despertar a la verdad y liberarse del sufrimiento. Sin embargo, esta naturaleza está oculta por nuestra ignorancia, apegos e ilusiones. Para sentir la naturaleza búdica en nosotros, Dogen y todos los Patriarcas nos invitan a hacer Zazen, que significa simplemente sentarse y dejar que la mente se calme y se aclare. Zazen no es una técnica ni un método, sino una expresión de nuestra verdadera naturaleza.
Y el gran truco que nos deja tanto el Buda como Dogen, es que el ego comienza a deslavarse para que la autocompasión pierda el prefijo auto, y se convierta en compasión universal. Esa es la enseñanza de Avalokiteshvara, pero eso es para otro día.
Atención plena y seguir los preceptos budistas crean autocompasión
La autocompasión es la capacidad de tratarnos con amabilidad, comprensión y cuidado, especialmente cuando estamos sufriendo o cometemos errores. La atención plena es la capacidad de estar presentes en el aquí y el ahora, sin juzgar ni reaccionar a lo que ocurre.
Vivir bajo los preceptos budistas es tener una guía de usuario y un mapa de la mente para que la vida duela menos. Esto incluye la manera en la que nos tratamos a nosotros mismos.
Las tres prácticas son esenciales para nuestro bienestar y nuestra felicidad.
La práctica de Zazen nos permite observar nuestra mente con ecuanimidad, sin identificarnos con nuestros pensamientos ni emociones. Al hacerlo, nos damos cuenta de que no somos nuestros problemas, sino que somos mucho más que eso. Nos damos cuenta de que somos parte de un todo mayor, conectados con todos los seres y con la vida misma. Nos damos cuenta de que somos dignos de amor y respeto, tal como somos.
Cinco acciones para comenzar a vivir con autocompasión
Para dar los primeros pasos en el camino hacia esta práctica transformadora, hoy comparto 5 acciones para desarrollar autocompasión:
Dedicar unos minutos al día a sentarse en silencio y respirar conscientemente. No hay que preocuparse por lo que se piense o se sienta, solo hay que observar con curiosidad y aceptación.
Reconocer tus fortalezas y tus virtudes. Haz una lista de las cosas que haces bien, de las cualidades que tienes y de los logros que has conseguido.
Ser amable con tus debilidades y tus errores. No te castigues ni te critiques por lo que no haces bien o por lo que no has logrado. Recuerda que la perfección es un demonio del que debes alejarte.
Cuidar tu cuerpo y mente. Descarta la comida industrial y nunca bebas cosas con azúcar. Elige alimentos nutritivos y que te hagan sentir bien. Aprende sobre higiene del sueño para mejorar tu calidad de este. Sal para caminar 30 minutos y que te de la luz del sol. Deja las redes sociales y mejor invierte tu tiempo aprendiendo algo nuevo.
Expresar gratitud por lo que tienes y por lo que eres. Agradecen cada día por las personas que te quieren, por las oportunidades que se presentan, por las experiencias que te enriquecen, por la vida que te sostiene.
Espero que estas acciones te sean útiles y te animen a profundizar en la práctica del Budismo Soto Zen, las enseñanzas de Dogen y cómo nos puede ayudar a crear autocompasión, atención plena y tener una mejor relación con uno mismo.
Muy pronto tendremos un taller donde aprenderemos sobre autocompasión.
Todos los seres humanos nos vemos orillados a tomar decisiones que causan daño. No, no lo escribo para generar culpa, sino como una afirmación. Es parte de la naturaleza humana porque al crecer y desarrollarnos, debemos actuar ante situaciones nuevas todo el tiempo.
Y justo porque esta vida no viene con manual de usuario, hacemos o decimos cosas con las que nos dañamos o dañamos a otros; y cargamos la culpa por muchos años.
Aunque en el Zen vemos el perdón más como una fuerza para el cambio y enmendar las cosas, este post explora de manera breve el concepto y cómo la práctica budista nos puede ayudar a encontrar paz cuando nos culpamos de algo.
El perdón a uno mismo es un concepto importante en el budismo en general, ya que nos ayuda a dejar de lado la culpa y la vergüenza que sentimos cuando cometemos errores. Al permitirnos perdonarnos a nosotros mismos, podemos aprender de nuestros errores y seguir adelante con una sensación de paz interior.
El Buda y los Patriarcas nos dejaron las herramientas adecuadas para ayudarnos a perdonarnos y para cultivar una actitud más compasiva hacia nosotros mismos.
Para el Soto Zen, es con la práctica de Zazen que podemos aprender a soltar y a aceptar nuestros defectos e imperfecciones, para estar en paz con quienes somos.
La ilusión de YO y el perdón
Shakyamuni Buda nunca habló del perdón porque no es un concepto que exista en el budismo clásico. Esto es porque el perdón es un concepto que gira en torno a un ego inflamado que ha emitido juicio y sentencia sobre YO.
Pero no hay tal cosa como YO. Esta es la enseñanza de anatta: nada tiene existencia propia o separada porque todo es insustancial y creado por la mente de quien observa.
Nos cuesta mucho perdonarnos a nosotros mismos porque tenemos el ego inflamado y porque nos juzgamos de forma cruel e inflexible. Entre más ego y juicios, más sufrimiento nos causamos. Por ello es por lo que perdonarnos es tan difícil, porque no podemos entender que YO es solo una construcción personal que no existe en ninguna otra parte más que en nuestra cabeza. El YO es insustancial.
En Dhammapada, Shakya-sama nos dice:
256. Aquel que decide un caso con parcialidad no es justo. El sabio debe investigar imparcialmente tanto lo correcto como lo incorrecto.
257. Está establecido verdaderamente en la buena ley aquel sabio que, guiado por ella, decide lo justo y lo injusto con imparcialidad.
Es decir, la práctica de las enseñanzas del Buda nos lleva a dejar de juzgarlo todo, lo que incluye a ti, tus decisiones y todo tu pasado.
Por lo tanto, en el Zen sí nos pedimos perdón porque socialmente es necesario, pero esa palabra no sirve de nada si no la acompañamos de acciones, aprendizaje y práctica espiritual.
Practicar Shikantaza ayuda a que el perdón a uno mismo sea más fácil
Zazen puede ayudar a que el perdón a uno mismo sea más fácil. Como es una actividad en la que lo soltamos todo, con la práctica disciplinada vamos aceptando nuestros y defectos sin juzgarlos. Esto ayuda a crear una sensación de paz y comprensión dentro de uno mismo, lo que a su vez hace que el proceso de autoperdón sea mucho más fácil.
La práctica de Zazen también enseña cómo estar atento y presente en el momento. Esto ayuda a aportar claridad y comprensión a cualquier situación, permitiéndote verla desde diferentes perspectivas y ganar comprensión. Con esta nueva perspectiva, se vuelve más fácil para uno perdonarse a sí mismo por cualquier error que haya cometido en el pasado.
Con la práctica Zen es posible, al fin, comenzar a soltar el peso que cargamos.
Metta: bondad amorosa para todos los seres, tú incluida
Además de Zazen, en algunas sanghas practicamos la meditación de bondad amorosa, también conocida como Metta Bhavana. Es una práctica poderosa que puede ayudarnos a perdonarnos a nosotros mismos y superar los errores de nuestro pasado. Se ha utilizado durante siglos en diversas culturas y religiones para ayudar a las personas a cultivar la compasión y el amor propio.
Entre otras cosas, aprender a perdonarnos a nosotros mismos a través de la meditación, podemos crear relaciones más significativas con los demás y con nosotros mismos.
Si quieres practicar Metta, puedes hacer con nosotros en esta grabación:
Explorando el poder de la compasión en el budismo para ayudarte a perdonarte a ti mismo
El budismo nos enseña a ser amables y compasivos con todos los seres vivos en el cosmos. Y uno mismo está en ese paquete.
La compasión en el budismo es una poderosa herramienta para el perdón. A través de la práctica de la compasión, podemos aprender a aceptar nuestras imperfecciones, perdonarnos por nuestras malas acciones y superarlas. También podemos aprender a ser más compasivos con los demás y comprender mejor su comportamiento.
Al comprender el poder de la compasión en el budismo, además de la práctica de Zazen, podemos aprender a soltar juicios y comentarios crueles hacia uno mismo, y así convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos y vivir una vida más plena.
Nehan-e o el Día del Parinirvana es un día especial en todas las tradiciones budistas, ya que conmemoramos la muerte del Buda y su trascendencia al parinirvana. Aunque no hay una fecha oficial para celebrar este día, en el Soto Zen lo observamos alrededor del día 15 febrero.
Sí, leíste bien. Celebramos la vida-muerte-iluminación del Buda y por muchas razones. Entre ellas está el hecho de que Shakyamuni, a pesar de ser nuestro Maestro Fundador, era una persona normal. Reía, lloraba y trabajaba; pero además envejecía y se enfermaba.
Entonces, es un día de regocijo, introspección y gratitud porque su Dharma es eterno y continúa ofreciendo orientación y esperanza a millones de personas en todo el mundo.
Hay muchas formas de celebrar Nehan-e
En este día, los budistas nos unimos en oración, Zazen y reflexión para recordar las profundas enseñanzas del Buda, que han inspirado a generaciones de personas durante siglos.
En todos nuestros altares ponemos la imagen del Buda recostado, que nos enseña que aún en la vejez y en la enfermedad, se puede seguir practicando el Dharma.
Hay muchas maneras diferentes de celebrar, como asistir a las charlas y ceremonias en tu sangha. Además, muchos templos budistas organizarán festivales y ceremonias especiales en este día, brindando una oportunidad única para que los budistas se reúnan en celebración y contemplación.
En Grupo Zen Ryokan tendremos nuestra celebración durante Zazenkai, en la que hablaremos sobre un tema vital para nosotros: la compasión.
Nehan-e es una festividad sobre compasión y generosidad
El día de la muerte del Buda es una excelente manera de vivir sus enseñanzas, mostrado aprecio, gratitud y amor por nuestra familia, amigos y comunidad. Pero para hacerlos aún más significativos, debemos incorporar la compasión en nuestras celebraciones.
Siguiendo las enseñanzas y los preceptos, creamos una atmósfera de amor, apoyo y amistad. Si alguien necesita ayuda o cariño, no dudes en darlos. Así vivimos la promesa del Bodhisattva, que es conectarnos unos con otros en un nivel más profundo.
Las celebraciones compasivas pueden tomar muchas formas. Podemos comenzar siendo conscientes de las necesidades de los demás o simplemente guardar silencio en honor al Buda. Además, debemos esforzarnos por crear un entorno en el que todos se sientan en paz, respetados y aceptados.
Es un buen momento para practicar Dana. Un donativo al templo o a tu monje es siempre una buena idea, aunque también puedes donar tiempo trabajando en proyectos de la sangha.
Al convertir Nehan-e en una fiesta de compasión, todos estos pequeños actos de bondad en nuestras celebraciones, crearán memorias agradables y una tradición significativa para todos.
Encontrar paz y alegría en la impermanencia
El en Sutra del Loto, Shakyamuni nos dice sobre su muerte
Hombres buenos, los Sutras proclamados por el Así Venido son todos para el propósito de salvar y liberar a los seres vivientes. Él puede hablar de su propio cuerpo, o puede hablar sobre el cuerpo de alguien.
Él se puede manifestar en su propio cuerpo, o manifestarse en el cuerpo de alguien. Él puede manifestar sus propios asuntos, o manifestar los asuntos de otros, pero todo lo que dice es verdadero y no es falso.
¿Cuál es la razón para esto? El Así Venido conoce y ve el dominio triple como verdaderamente es. No hay nacimiento o muerte, no retroceso o avance, no existencia en el mundo o pasaje a la quietud.
Vida-muerte son la misma cosa. Las enseñanzas del Buda se honran a través de nuestra práctica y de nuestros esfuerzos para promover la benevolencia. Nos mantenemos alegres, ecuánimes y trabajando por los demás.
Aunque nuestro viaje espiritual puede estar lleno de estrés y ansiedad, es importante recordar que la práctica Zen nos muestra la salida del sufrimiento. Con un poco de esfuerzo, todos podemos encontrar momentos de paz y júbilo en nuestras vidas. Esta es la enseñanza del Buda.
Con Zazen, atención plena o simplemente tomando un tiempo para apreciar la belleza de la naturaleza, hay muchas maneras de encontrar el significado del Nehan-e.
Conclusión
No importa cómo elijas celebrarlo, el Día de Buda Parinirvana o Nehan-e es una ocasión importante para los budistas de todo el mundo. Al incorporar compasión por los demás en este día (u todos, en realidad), podemos comprender mejor nuestra propia práctica espiritual y profundizar nuestra comprensión de la rica historia y las tradiciones del Budismo Zen.
A veces la vida se pone tan intensa y muy difícil. Todos buscamos ser felices, pero en los últimos años los índices de infelicidad se han intensificado. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México, hasta 2021, más del 50% de las personas sufren de ansiedad y una quinta parte padecen depresión.
Esto significa que lo que sea que estamos haciendo para ser felices, no está funcionando. Necesitamos una puerta de escape, algo que nos ayude a mejorar nuestra relación con la vida. Es cuando muchos comienzan a mirar con otros ojos la espiritualidad.
No es que la espiritualidad sea la extinción de los problemas, esos siempre van a estar. Pero la práctica espiritual nos da un punto de vista fresco sobre nosotros mismos, un marco filosófico para llevar nuestra experiencia y valores para salir del sufrimiento.
Y así es como muchos llegamos a investigar sobre Budismo y a considerar abrazar las enseñanzas del Buda.
Existen muchas razones por las que llegamos a la práctica budista. Algunas personas se sienten atraídas por la filosofía, mientras que otras buscan un camino espiritual o una práctica para mejorar su bienestar mental y físico.
Sin embargo, una de las principales razones para convertirse al budismo es la búsqueda de un significado y propósito en la vida.
Todos los seres vivos sufren
El budismo, sin importar la tradición, nos enseña que todos los seres humanos sufrimos. Todos tenemos dudas existenciales y huecos que no han sido atendidos, y que nos producen dolor y confusión.
El budismo comienza dando un diagnóstico de nuestra insatisfactoriedad, pero nos brinda el medicamento para salir del sufrimiento. Al convertirse al budismo, los practicantes pueden aprender cómo vivir una vida más significativa y con un propósito claro; en lugar de ir por la vida sin rumbo.
Otra razón para convertirse al budismo es que la práctica constante y disciplinada de las enseñanzas nos da paz y tranquilidad mental.
Compasión y meditación para transformar tu vida
Las tradiciones budistas se cimentan en el hábito de la meditación; tecnología espiritual eficaz para superar la ansiedad, el estrés y la depresión. Además, enseña la importancia de desarrollar una mente equilibrada y a controlar los pensamientos con los que nos causamos daño.
De igual importancia, es la práctica de la compasión como motivo de vida, lo que lleva a las personas a transformar su relación con el universo ya disminuir las crisis existenciales. El budismo enseña que todos los seres vivos merecen ser tratados con compasión y respeto, y que es importante ayudar a los demás y trabajar por el bien común.
Las razones para convertirse al budismo son variadas y personales. Puede ser una búsqueda de significado y propósito en la vida, de paz y tranquilidad mental, o de compasión y bondad. Al convertirse al budismo, uno puede aprender a vivir una vida más consciente y significativa, y mejorar su bienestar físico y mental.
La vía del Zen
De entre todas las tradiciones budistas, la escuela Zen japonesa es una de las más enigmáticas pero que brinda muchas herramientas para la vida cotidiana. Practicar Zen es ser capaces de aceptar la vida tal y como es, para poder encontrar belleza y paz aún en las pruebas más difíciles de nuestra experiencia.
Un practicante de Zen entiende que la felicidad siempre está en nuestras manos. Vivimos con humildad, gratitud, compasión y somos generosos con el universo.
Este año fue intenso, en particular los últimos tres meses. Celebré mi cumpleaños en silencio y en secreto, cuidando a mi padre en el hospital. De ahí en adelante, las cosas escalaron rápidamente porque ahora mi hermana y yo tenemos en manos el cuidado de un adulto mayor que ya no puede tomar decisiones. Sin embargo, escribo estas líneas con el corazón lleno.
Sin la sangha, que me cuidó y estuvo en todo momento a mi lado, jamás hubiera podido salir adelante. Hay una serie de sentimientos difíciles de definir, pero podría decir que me siento agradecido y humilde por todas las muestras de amor que recibí.
De verdad y desde lo más profundo del ser, gracias a todos. Me encantaría seguir dando mentorías, terapia, produciendo material de estudio y enseñando S?t? Zen, pero es tiempo para apartarme de todo y hacer una pausa. Como todos los años, luego de Rohatsu, aprovecho las fiestas para desconectarme de todo y tocar en silencio mi espiritualidad y al Buddhadharma.
¿Qué haré en estos días? Zazen en solitario, estar con la familia y quiero regresar a mi música. Ya veremos 🙂
Esta es la última entrada de este blog para 2022. Solo queda 1 más, la invitación para recibir 2023 en Zazen, como ya es tradición en nuestra sangha.
Los foros de Grupo Zen Ryokan permanecerán abiertos.
El 2 de enero de 2023, a las 6:10 AM regresarán nuestras sesiones de Zazen por Zoom. Consultar calendario aquí.
Disfruta lo que está aquí y ahora. Ayuda a los demás y no gastes dinero en cosas que no necesitas. Que el silencio de la temporada sea tu más grande maestro.
La colecta está cerrada. Muchas gracias a todos por su generosidad. Sigamos adelante un año más.
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Aunque nos reunimos de manera presencial, aquí en Guadalajara, Zoom se ha convertido en nuestra herramienta principal para unirnos como la sangha sin fronteras que somos. Y luego de dos años de pandemia, esta plataforma nos ayuda a vivir las enseñanzas de Dogen Zenji.
En un Zazenkai normal y todas las mañanas para Zazen, estamos conectados personas en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, México, Perú y Venezuela.
Nos unimos como la comunidad global que somos para practicar Zazen y mantener el Zen vivo y vibrante. ¡Sin duda alguna el mundo es nuestro templo!
Pero no es gratis. A mediados de junio de 2022 será el tiempo para renovar el servicio y pido ayuda de la sangha para poder pagar la anualidad. Cuento con algo de dinero, pero no la cantidad completa.
El servicio cuesta US$150 al año y tengo solo una fracción de la cifra.
Así que pido ayuda de la sangha para cubrir el costo del servicio. Entre todos podemos pagarlo.
Si está en tus posibilidades hacer un donativo, escribe a elchocobuda@gmail.com o revisa nuestro foro para más información
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi