Algunos consejos para combatir la tristeza

Algunos consejos para combatir la tristeza

ATENCIÓN: No soy médico. No soy psicólogo. No soy nadie, en realidad. Si padeces depresión crónica acude con un profesional para que te ayude. Sé responsable con tu salud.

La tristeza es parte normal del proceso de sanación.

Dolor y sufrimiento son diferentes. Debemos prestar atención a nuestras emociones. El dolor por la pérdida y por cierres siempre es abrumadora y es normal llorar mucho por ello. Puede tardar semanas o meses. Poco a poco se irá deslavando hasta llegar a la tranquilidad de nuevo.

Sin embargo sufrir es distinto. Sufrir es cuando ponemos el ego por delante y pensamos «¿porqué a mi?», «me duele mucho», «me muero», «me rompieron el corazón»… Es decir, nos enfocamos en el YO y nos convertimos en víctimas.

Sé que es difícil de entender, pero aquí la meditación es nuestra herramienta principal. Con la constancia la mente aprenderá a dejar ir la tristeza y a ver el dolor por fuera, como espectadores. Así nos desasociamos de las emociones y es más fácil manejarlas.

Entiendo que meditar en tiempos de crisis es difícil, pero es cuando más se necesita.

La práctica de la meditación en budismo zen se llama shikantaza: sólo siéntate y medita. Sin cuestionar y sin intelectualizar. Sólo hazlo.

Otro consejo que siempre funciona es que hagas algo por los demás. Salir de casa e involucrarnos con alguna causa noble es de gran ayuda.

La tristeza y el sufrimiento se controlan muy bien cuando nos enfocamos a aplacar  el dolor y la necesidad ajenas. Sólo así comprendemos que todos los seres tienen problemas y necesitan ayuda.

Cuando somos generosos y compasivos, la tristeza pasa a segundo grado y una cascada de felicidad nos bañará.

Por supuesto estas acciones no son sustituto de terapia profesional, en caso de ser necesaria.

Sin embargo estas medidas seguro ayudan.

 

El egoísmo te hace fallar en tus hábitos nuevos

El egoísmo te hace fallar en tus hábitos nuevos

Continuamos con estos pequeños razonamientos sobre el cultivo de hábitos.

Revisando libros, blogs y otros materiales, me percaté de que casi toda la documentación y motivos existentes en torno a esta materia están enfocados al ego.

Dan por hecho que el motor del cambio está dado por una búsqueda personal de engrandecimiento propio. Algunos llegan tan lejos como firmar un contrato con uno mismo para no fallar.

Bajarás de peso, meditarás diario, harás ejercicio, serás más productivo, no te desvelarás… Tú. Sólo tú. Firma aquí.

Por supuesto la mente traduce esto como: el beneficio de estos esfuerzos es para mi.

Yo me veré mejor.

Yo tendré más concentración.

Yo reduciré mi estrés.

Yo mejoraré mi salud.

Yo generaré más dinero.

Nos cerramos a la realidad de que absolutamente todos en esta vida estamos interconectados. Y estos métodos de hábitos olvidan enseñar que todos nuestros actos  tienen consecuencias, buenas o malas.

Cuando nuestra motivación para el cambio es egoísta, las posibilidades de falla se incrementan; al igual que la probabilidad de sufrimiento.

Nos visualizamos teniendo éxito en lo que emprendemos, disfrutando la recompensa del arduo trabajo. Sin embargo, olvidamos que estamos rodeados de un universo al cual pertenecemos. Entonces, cuando el universo no cumple nuestras fantasías, viene la frustración y la culpa. Es decir, sufrimos.

Esta tendencia de fracaso puede continuar ad infinitum. Sólo se romperá hasta que comprendamos que nuestras acciones repercuten en el universo que nos rodea, que nuestras relaciones personales son afectadas y que podemos inspirar a los demás.

Si abrimos la mente, olvidando por un momento el conocimiento convencional, y observamos nuestra propia vida; podremos notar los finos hilos que conectan la realidad.

Cualquier cambio de hábitos es mucho más grande que nuestro ego. Nos afectan a todos.

Ejemplos:

Al trabajar de forma más eficiente mejoras a la empresa en la que trabajas. Esto genera más recursos y dinero para mantenerte a ti y a tus compañeros con empleo. 

Al comer alimentos saludables mejorarás tu salud. Esto te dará salud y energía para disfrutar a tu familia y amigos, quienes se benefician de esto para su propia felicidad.

Al meditar diario mejorarás tu mente. Ello te dará calma y paciencia para que los demás se sientan seguros y tranquilos junto a ti; haciendo que trabajen mejor, que tengan mejores días.

Cuando entendemos esto, los hábitos adquieren un nuevo matiz porque comprendemos la responsabilidad que hay de por medio.

Somos los responsables de nuestra propia felicidad, eso es real. Pero también somos responsables de la felicidad de quienes nos quieren, de nuestra familia y amigos, y del universo en general.

Muchos métodos de hábitos se centran en una recompensa final ególatra.

Pero creo que es mucho mejor pensar en nuestra responsabilidad de mejorar a los demás, de empujarlos hacia adelante.

Eso es más grande que tú y que yo juntos.

Hoy todos somos Filipinos: AYUDA

Hoy todos somos Filipinos: AYUDA

No importa en qué país hayas nacido. No importa tu grupo étnico. No importa tu color de piel. No importa tu educación o posición social.

Hoy todos somos filipinos y necesitamos estirar la mano para ayudar a quienes lo han perdido todo ante la furia de la Madre Tierra.

Como ya sabrás, la orgullosa y pródiga nación asiática ha sido devastada con la mayor catástrofe de su historia. El tifón Haiyan ha dejado más de 10,000 muertos hasta el momento; y hacen constar el tamaño de la emergencia.

Millones de personas están sin un techo o comida. Sobra decir que hay caos y confusión.

Y la tempestad aun no termina.

Si te sobra un poco de dinero, te pido que ablandes tu corazón y dona a Médicos Sin Fronteras o a Cruz Roja Internacional. Ellos están haciendo esfuerzos por mandar ayuda organizada y oportuna.

Cualquier cantidad, no importa qué tan pequeña, es de mucha ayuda. La suma de todos los esfuerzos es lo que hace la diferencia.

Si estabas buscando hacer algo por mantener al ego bajo control y hacer algo altruista, esta es tu oportunidad.

Empuja a la humanidad hacia adelante. Sé generoso hoy.

Gracias 🙂

 

 

Ayuda a México y aprende a meditar [Taller de meditación]

En estos momentos (septiembre 2013) México está siendo emparedado por dos huracanes que han dañado a más de 1 millón de personas. LINK

Las pérdidas materiales son incontables y tristes, pero es más apremiante cuidar la salud y bienestar de muchísimas personas que lo han perdido todo.

La Madre Naturaleza nos enseña una vez más que debemos ser humildes y unirnos para salir de la adversidad.

Como sabes, siempre promuevo la generosidad y la humanidad antes que todos los valores. Abrir el corazón y la mente para entender el sufrimiento de todos los seres es imperativo para el crecimiento personal.

Así que hoy pido que tu compasión gire hacia los afectados en México y ayudes con lo que puedas a miles y miles de personas a quienes la vida les cambió para siempre.

A cambio de tu generosidad para los damnificados, te invito al:

 

Taller de Meditación Iniciando el Camino

Inicia: Lunes 7 de octubre de 2013

Fecha límite de inscripción: Viernes 4 de octubre de 2013

Duración: 6 semanas

Incluye:

  • 6 podcasts con pláticas técnicas y filosóficas, uno por semana
  • 6 meditaciones guiadas, una por semana
  • Todo el material será proporcionado en una entrega

Requisitos:

  • Uso de computadora e internet
  • Disciplina y tiempo para dedicar al menos 30 minutos al día

Costo: Lleva toda la ayuda que te sea posible a algún centro de acopio o dona a Cruz Roja Mexicana. LINK

Para quedar inscrito, sólo escribe un mail a elchocobuda ARROBA gmail.com y listo. Confiaré en tu generosidad y en tu palabra.

Disponibilidad: ¡Infinita!

Con todo el corazón, gracias por tu generosidad.

El propósito máximo de la vida

El propósito máximo de la vida

Era un día normal para Narayanan Krishnan en Bangalore.

El trabajo en el hotel había sido tan rudo como siempre. Se sentía cansado, pero estaba feliz porque había sido seleccionado como nuevo chef para trabajar en un hotel  en Suiza.

La vida era muy buena. Era el rey del mundo.

Esa noche salió de trabajar para ir a casa. Y lo que vio en un callejón cambió su vida para siempre.

—Vi a un hombre muy viejo que literalmente, se estaba comiendo su propio excremento por el hambre, —recuerda Narayanan. —Regresé al hotel y pregunté qué tenían disponible. Tenían idli. Lo compré y se lo di al viejo. Créeme, nunca había visto a una persona comer tan rápido. Mientras comía, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Eran las lágrimas de la felicidad».

Al igual que al Buda, el chef fue marcado de por vida por este hecho.

Luego de pensarlo, renunció a su trabajo y desde 2002 se dedica a alimentar a «los olvidados»: ancianos, pobres, enfermos mentales y hombres santos*.

Pero su labor no sólo abarca la alimentación. También corta el cabello y afeita a casi 400 personas al día. Es un trabajo de tiempo completo.

En palabras de Narayanan:

—Alimentamos a los indigentes, a los viejos y a los enfermos mentales que han sido abandonados por la sociedad. La gente está sufriendo por falta de alimento. Si no los alimentamos, morirán de hambre.

«Les corto el cabello, los afeito y los baño. Para ellos, sentirse de nuevo seres humanos ha tenido un gran impacto psicológico. Les da  una mano en la cual apoyarse y esperanza para vivir.

«El alimento es una parte. El amor es la otra. Así que la comida les da nutrición física, pero el amor y afecto que les muestras les da nutrición mental.

«Todos tenemos 5.5 litros de sangre. Yo soy sólo un humano. Para mi todos son iguales.

«Existen miles y miles de personas sufriendo.

«¿Cuál es el propósito máximo de la vida? Es dar.

«Comienza a dar. Experimenta la felicidad de dar.

Esta inspiradora historia hace que nuestra mente vuele y pensamos que Narayanan y todas las personas generosas tienen un halo divino en ellos.

Pero esto está muy lejos de la realidad.

Narayan, tú o yo somos exactamente igual. Todos tenemos al rededor de 5.5 litros de sangre.

La diferencia es que él decidió dejar de lado su ego para mejorar a la humanidad.

Todos tenemos Naturaleza del Buda en nosotros. Es cuestión de quitar la basura que la cubre.

¿Hasta cuándo comenzarás a dar?

——-

* En India es común ver a los bikkhu en la calle. Son hombres que renunciaron a todo para buscar la iluminación. Viven en las calles en condiciones infrahumanas.

 

Un acto aleatorio de generosidad

Un acto aleatorio de generosidad

Esta mañana preparaba el desayuno cuando tocaron a la puerta.

Era un hombre viejo, con bigote y ojos amables. Lo reconocí porque lo he visto antes caminando por la calle. Vestía ropa cómoda y en su cabeza llevaba una gorra de algún equipo de futbol.

—Buenos días —dijo con una sonrisa.

Respondí tanto a la sonrisa como al saludo.

—Me he estado acordando de usted porque siempre veo que sale a correr. Aunque no lo he visto desde hace una semana —reclamó.

Le expliqué que he estado enfermo, pero prometí que tan pronto la tos se fuera, regresaría a mi entrenamiento. Como el hombre habló con tono tranquilo y sonriendo, no sentí desconfianza. Quizá curiosidad.

—En el periódico salió este suplemento para corredores —me extendió la revista para que la viera—. Trae información para que caliente mejor, haga estiramientos y el calendario de carreras de la ciudad. Estoy seguro de que le va a servir.

Tomé en mis manos la publicación, leí el título y mi sonrisa creció de oreja a oreja.

Le agradecí y le dije que me iba a ser de mucha utilidad. Le prometí que lo leería para aprender.

Comenzó a despedirse, estrechó mi mano y le pregunté su nombre:

— Raúl.

Y se fue. Cerré la puerta, dejé la revista en mi escritorio y continué preparando el desayuno. Por supuesto, estaba yo muy feliz.

Me di cuenta de que había sido objeto de un acto aleatorio de generosidad. Don Raúl no me conoce, no estamos relacionados de ninguna forma, pero aún así pensó en hacer algo bueno por alguien.

No lo esperaba y jamás imaginé que alguien se interesara por mi afición de correr.

Estas pequeñas acciones son las que restauran la confianza en la humanidad.

Podrán haber malas noticias, crisis mundial, políticos corruptos y personas malintencionadas; la amabilidad es parte de nuestra programación genética.

Cuando rompemos la barrera de la vergüenza y del ego para hacer  algo por los demás, construimos un mundo en el que vale la pena vivir.

Muchas gracias, Don Raúl.

¿Has sido objeto de un acto de generosidad aleatorio? ¿Has hecho alguno?