El Maestro Seon (budismo Zen coreano) Yujeong tiene una historia apasionante. Fue de los monjes guerreros del Ejército Virtuoso, que combatieron en la guerra contra Japón en 1592. Su vida en el campo de batalla le dio una comprensión profunda sobre el Dharma y la naturaleza de la vacuidad.
Este conocimiento budista lo ayudó a ser parte de las negociaciones para la paz, que sucedieron en Japón. Por tanto, el descanso no era algo fácil de lograr.
Era criticado por que no paraba sus esfuerzos para establecer tratados amistosos entre las dos naciones. En una discusión, el político japonés, Takeshima, lo confrontó por esto. El monje Yujeong respondió de forma muy elegante con este poema:
Una tonta respuesta al viejo académico confuciano Takeshima, quien me criticó por no descansar
Soy descendiente de la familia Im de Seoju, mi familia era pobre y no había dónde permanecer. Como no había nadie quien me protegiera, huí del mundo, con mis ideas tontas, me acosté con las nubes y los pinos.
Viviendo en las montañas y ríos con mis túnicas del Dharma, enfrentando los peligros del mundo con mi bastón de tres pies.
Esta es mi ‘puerta vacía’, mi tarea asignada. No hay necesidad de correr en todas las direcciones debido a obstrucciones diabólicas.
Yujeong se ordenó como monje a muy temprana edad y vivió en templos de las montañas. Dormía entre nubes y pinos.
Desde siempre, la vida del monje se ha idealizado. La gente piensa que todo es paz y meditación, pero a veces puede ser una vida difícil y con carencias. Yujeong pudo superar todos los retos de la vida con las herramientas que poseía: su bastón, su ropa de monje y el Dharma.
Su puerta vacía era su trabajo por la gente. Es una puerta por donde pasa el Buda, pero el ego grande no puede atravesarla. Servir a la vida era su aliciente y siempre estaba motivado. Si no había ego, entonces no había un YO que se cansara; no había obstrucciones diabólicas.
El Dharma, cuando es la espina dorsal de tu práctica, te lleva a disfrutar tu vida. Nos hace entender que todo lo que hacemos contribuye para el beneficio de los seres vivos. Esto nos hace imparables en la misión del bodhisattva.
Justo como la flor en el espacio, no hay manera de encontrar su verdadera esencia. El viento y la luna que entran por las seis ventanas, también están prístinos y vacíos.
Las cosas parecen reales aún en la vacuidad, pero no lo son. No hay sustancia en ellas.
Solo han rentado temporalmente estas cuatro paredes luminosas.
El Gran Círculo abarca todo el espacio vacío, sin embargo, no tiene sombra ni forma.
Abraza todas las cosas bajo el sol, sin opacar la luz de su verdadera esencia.
¿Cómo puede uno distinguir el verdadero aspecto de las cosas ante nuestros ojos?
Brillante es la luna de otoño en el claro cielo azul.
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El Preceptor Naong (1320–1376) es un personaje clave del Budismo Seon, de Corea. Su práctica lo llevó a enseñar en muchos templos importantes de su tiempo y cuentan que siempre estaba rodeado de alumnos.
La base de su práctica era la contemplación de la Triple Gema y la vacuidad que los caracterizaba. Este poema es justo producto de su admiración y reverencia por la Luz Dorada del Buda.
Las cosas de la vida, tanto objetos físicos como mentales, carecen de sustancia. No tienen nombre, no tienen importancia intrínseca. Todo está vacío de personalidad nata, pues todo es producto de millones de causas y efectos.
La flor que observas, no se llama flor. El espacio vacío alrededor de ella no necesita nuestras etiquetas para ser. Todo requiere rentar un espacio en la mente para poder existir. La mente iluminada es la que sabe esta verdad y no permite que las cosas se queden para siempre, sino que les renta un espacio temporal.
Todo lo que existe es Buda. Es un círculo eterno que a veces cierra y a veces no. El enso es vacuidad rodeada de vacuidad que contiene todas las vacuidades.
Pero solo con la mente clara como el cielo azul es posible que la Iluminacion del Universo nos de acceso a concer estas verdades.
Por supuesto, sentarnos en Zazen es la manera de limpiar la mente y volverla un cielo azul perfecto.
Preocupados solo por ropa y comida, no por la mente; granjeros y tejedores viven encarcelados. Por eso todo el mundo sufre frío y hambre. Pero si les digo, ¿me creerían?
Los cultivos y los gusanos de seda han fallado todos estos años, hambruna y desastres vienen uno detrás de otro. Las calamidades no son causadas por la gente indefensa. Al no entrenar la mente, culpan a los cielos.
El Maestro Muuija nos visita de nuevo en este blog y estamos muy felices porque su sabiduría es importante.
Este poema fue escrito hace unos 1000 años y sigue vigente.
Ahora todos estamos muy preocupados por obtener objetos y reconocimiento. El nuevo teléfono, el auto más grande. Queremos derrocar gobiernos y que la civilización se acomode a nuestro ego al designar nuevos pronombres y siglas.
¡Se nos va la vida amasando las cosas para que se ajusten al ego! Pero en ese proceso, todo mundo sufre.
Pero pocos se atreven a ver que la mente no entrenada es la causa de nuestras calamidades. Una mente iluminada por el Dharma puede ver que todo es Buda.
Las situaciones de la vida solo son Buda. Ya sea político corrupto, crimen o huracán, sonrisa de los niños, las puestas de sol hermosas; todo es Buda.
Mientras el enfoque de nuestros esfuerzos sean trivialidades del ego, idealizaciones del propio Buddhadharma; estamos condenados a hacer de nuestra experiencia una calamidad.
Olvida pensar, o te perderás en la caverna de los fantasmas. Si te aferras a los pensamientos, tu mente será un mono. Aléjate de estos dos males, y no evitarás la mente del zorro salvaje. El agua se adapta a vasijas cuadradas y redondas, el espejo da forma a Han y Hu. Sin importar si vas directo o rodeas, que te salve de ser sordo o ciego.
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La mente que se cultiva en el Zen es como un espejo que refleja la vida, sin ensuciar nada con el polvo de los juicios y las opiniones.
En este poema clásico del Budismo Seon, de Corea; el Maestro Muujia nos aconseja no aferrarnos a los pensamientos y no pensar de más. De lo contrario la mente se sale de control y comienza a saltar como mono por todas partes.
La mente que cultivamos necesita ser como el agua. Se adapta a todo tipo de situaciones y superficies, sin oponer resistencia.
La consciencia clara y en calma no tiene distinciones de nada. No importa si eres de China (Han) o si eres no-chino (Hu). ¡Qué más da!
Así que solo nos sentamos en silencio. Shikantaza es sentarse en Zazen sin negociar con el ego. No buscamos algo a cambio, sino que la mente clara y sin apegos nos lleva la Vía del Buda.
El Hokyozanmai es uno de los textos Zen más venerados en muchas escuelas. En su idioma original, el chino, es un poema compuesto de 94 líneas en rima que contienen mucha sabiduría por descubrir.
Fue escrito por Dongshan Liangjie (Buen sirviente de la caverna en la montaña), el ancestro número 38 de la tradición Soto Zen, que vivó entre los años 807 y 869 de nuestra era. Este maestro es importante porque él y su alumno Caoshan (pron. Saoshan) , crearon la tradición Caodong (pron. Saodong). Caodong es la contracción de los sombres Cao, de Caoshan; y de Dong, de Dongshan. Cuando Dogen llevó esta tradición a Japón, el nombre cambió de Caodong Chan a Soto Zen.
La Canción del Samadhi del Espejo Precioso es un poema que habla del estado mental que se alcanza cuando estamos en Zazen. Nos dice que la mente es como un espejo perfecto, que refleja las cosas como realmente son, sin alterarlas ni modificarlas. Esta es la mente del Buda, que ha sido transmitida de maestro a alumno, a través de los siglos.
El texto invita al practicante de Zen a abrazar las cosas, seres y situaciones del universo, con mente y corazón imparciales. Solo así podemos contemplar la talidad a la que todo pertenece. Nos pide que evitemos destruirnos a nosotros mismos, a no dañar a nadie y a trascender la dualidad de amor-odio.
También nos anima a actuar siempre por el beneficio de los demás, usando la compasión y sabiduría del Buda como estandarte espiritual.
Hoy compartimos esta magnífica traducción hecha por el Maestro Antonio Taishin Arana, del dojo zen Genjo Pamplona/Iruña, siguiendo la versión hecha por Luc Boussard en «Le Samadhi du miroir précieux» de Deux versant éditeur 2011. Fuente aquí.
En los próximos Zazenkai discutiremos este texto para aprender de él.
Hokyo zanmai
-La canción del samadhi del espejo precioso-
I La enseñanza de la auténtica asidad
es íntimamente transmitida
por budas y ancestros,
ahora está en ti
presérvala cuidadosamente.
II Un cuenco de plata lleno de nieve,
una garza blanca envuelta
por la luz de la luna
son parecidos pero no idénticos.
Íntimamente mezclados
cada uno ocupa su sitio.
III El verdadero sentido no reside en las palabras
aparece en el momento oportuno.
Atrapado por las palabras
te precipitas en el abismo,
en desacuerdo con ellas
te sumerges en la duda.
IV Dar la espalda, tocar
ni uno ni otro sirven.
Es como una bola de fuego,
limitar eso a la forma
es mancillarlo.
V El alba no es clara
la medianoche es la verdadera luz.
Este es el principio
que todo regula
y abole todo sufrimiento.
VI
Aunque eso no sea construido
no es sin lenguaje.
Como en el espejo precioso
forma y reflejo se contemplan
tú no eres el reflejo
pero el reflejo es tú.
VII Como el recién nacido
dotado de los cinco órganos de los sentidos
ni va ni viene
ni aparece ni permanece.
VIII No habla, balbucea
babawawa.
¿Palabras o no palabras?
No puede obtener su objeto.
pues sus palabras no son exactas.
IX Las seis líneas del hexagrama del fuego se entrelazan.
Lo oblicuo y lo derecho,
lo relativo y lo absoluto interactúan.
Una encima de otra dan tres pares.
Permutadas dan cinco transformaciones.
X Como los cinco sabores de la planta chisso,
como las cinco facetas
del cetro de diamante (vajra).
Lo derecho y lo oblicuo maravillosamente abrazados.
En la armonía del ritmo y la melodía está lo maravilloso,
XI Ser íntimo con el origen, recorrer la Vía.
Entrar allí y permanecer en el camino.
En la unión y la armonía hay felicidad
y no se comete ningún error.
XII Natural y sutil, inocente y misterioso,
eso no revela ni ignorancia ni despertar.
En el seno de causas y condiciones,
del tiempo y de las estaciones
eso brilla en su esplendor serenamente.
XIII Tan vasto que eso trasciende toda dimensión.
Tan puro que eso penetra donde ni siquiera hay intersticio.
Basta con una mínima diferencia
del grosor de un cabello
para que no haya armonía.
XIV En el presente confluyen lo súbito y lo gradual
con los principios y enseñanzas que de ahí surgen.
Cuando distinguimos entre principios y métodos
las normas aparecen.
XV Dominemos o no los principios y enseñanzas
la realidad fluye constantemente.
Si muestras calma en el exterior
pero por dentro estás agitado,
serás como el caballo atado
o como el ratón escondido.
XVI Los ilusos confunden lo negro y lo blanco,
los sabios de antaño sintieron piedad por ello
y les ofrecieron el dharma
que conduce al despertar.
XVII Cuando la visión errónea desaparece
la comprensión aparece espontáneamente.
Si quieres seguir las huellas de los antiguos
estudia atentamente su ejemplo.
XVIII Para realizar la via del buda,
ha contemplado el árbol durante diez kalpas.
Es como las orejas laceradas de tigre,
como un caballo sin herraduras.
XIX Para los seres ordinarios
los objetos, los adornos,
son tesoros preciosos.
Para los extraviados se manifiestan
el gato y el buey blanco.
XX El arquero hábil y fuerte
gracias a su destreza alcanza el blanco
a una gran distancia,
pero cuando las puntas de la flecha
y de la lanza se encuentran en pleno vuelo,
¿cómo podría ser esto cuestión de fuerza y de habilidad?
XXI El hombre de madera canta,
la mujer de piedra se levanta y baila.
Es más allá de los sentimientos
y de los pensamientos.
¿Para qué hacer consideraciones?
XXII Los ministros sirven al soberano,
los hijos obedecen a sus padres.
No obedecer es indigno de un niño.
No seguir es un desperdicio innecesario.
XXIII Esconded vuestra práctica,
actuad discretamente
aunque os tomen por un idiota o por un loco.
Continuar de esta forma
se llama el principio
en el seno del principio, (el anfitrión en el anfitrión).
Despierto o dormido en una choza de pasto lo que anhelo es ayudar a cruzar a otros antes que a mí.
Aunque este ser ignorante nunca se convierta en un buda, prometo ayudar a los demás a cruzar al otro lado, porque soy un monje.
¡Qué grandeza! Al estudiar las viejas enseñanzas de los Siete Budas, pasas más allá de los seis reinos.
—
Dogen tenía un gusto particular por la poesía y el manejo de la palabra como medio de expresión artística. Esto lo refleja en sus poemas, pero también su amor por el Buda.
En este juego de tres poemas, el Maestro nos recuerda su compromiso por ayudar a todos los seres vivos, sin importarle su propio beneficio.
Son tres textos cortos, que nos pueden ayudar a definir en rumbo de nuestra práctica.
Para nosotros en el Zen, el beneficio personal no significa nada. Nuestra felicidad llega cuando los seres que nos rodean están seguros, alimentados, amados y capaces de desarrollar todo su potencial de budas.
Si lo que escribo te es útil y te gusta, ¿por qué no invitarme un café? Gracias.
Sobre mi
¡Hola! Soy Kyonin, monje y maestro budista de la tradición Soto Zen. Formo parte de Grupo Zen Ryokan. Comparto la sabiduría eterna del Buda para ayudar a encontrar la paz interior y la liberación del sufrimiento. Juntos vamos en camino hacia la compasión.
En días de lluvia
la melancolía invade
al monje Ryokan
-Haiku de Ryokan Taigu Roshi